domingo, 27 de mayo de 2012

capitulo 81


No lloré ni me puse tan sentimental como creía que me pondría si algo así estuviera pudriéndome el cuerpo por dentro. Pero si me sentí devastado y enojado conmigo mismo. Sentía que sería rechazado por (tu nombre) y su familia, no podía hacerla feliz, porque aun que quisiera sería imposible que fuera yo quien lo hiciera.

- soy un imbécil.- estrujé mi estómago con enfado, con las ganas de insultar a todo el puto mundo. Me odiaba a mi mismo por ser tan idiota, por haber tenido relaciones sexuales con hombre, por hacerle una felación a otro, por tener relaciones con la persona que más quiero sin haberme revisado antes, me sentía tan sucio e inconsciente.

Mi móvil comenzó a sonar, pero mis ganas por aceptar la llamada eran tan pocas. Me recargué en el asiento, escuchando ese tono en el móvil que comenzaba a tomar eco y hacerse más lejano. Suspiré. El tono de mensajes sonó un par de veces, quizá era una llamada importante, pero no le prestó más atención. Quiero estar solo. No estoy de humor para problemas. Ya no quiero más problemas. Ya no.

Mis ojos se fueron a una realidad lejana, de nuevo, se fueron a ese mundo del que nunca tuve que escapar, de ese lugar en donde mis muñecas se deterioraban gracias a las cadenas que las apresaban con fuerza a cada segundo; en donde mis pies estaban clavados al suelo y mis ojos tanto como mis pies estaban cubiertos por una prenda rota, impidiéndome el habla y la mira de ese tenebroso sótano oscuro. Nunca tuve que haber sentido el calor de ese rayo de sol penetrando mi frente, porque gracias a ese inservible rayo, había tenido las ganas de desatarme y salir huyendo. Tome la errónea decisión de querer vivir una vida libre y “sencilla”, de pasar por callejones sin salida, siendo lastimado y encadenado como un perro, pero aun así, me desate y seguí corriendo sin medir las consecuencias, sin importarme las advertencias. Yo seguí, desafiando la gravedad de lo que me tenía deparado esa decisión que nadie más que yo tomé.

Tome mi celular en mis manos, el mismo que emitía ese sonido agudo y ensordecedor. Mi pulgar sobre el botón rojo pensaba en presionarlo, pero mi subconsciente me jugo una broma y apreté el verde.

- ¿hola? ¿Bill?- escuché una voz de un sexo indefinido antes de pensar más de tres veces si contestar o no hacerlo.

- ¿Quién es?- dije en un hilo de voz. Se escuchó una risa del otro lado de la línea.

- soy Boris, ¿me recuerdas?- apreté mi móvil en mi mano con fuerza, sintiendo a mi corazón agitado.

- sí, te recuerdo... ¿qué pasa?

- no estás de muy buen humor, ¿verdad?

- no…- contesté de golpe, con amargura.

- bien, lo siento si te molesté.

- no lo hiciste, ¿por qué no me dices que pasa?- mentí.

- claro. Hoy es mi cumpleaños y haré una pequeña fiesta en mi casa…

- ¿en Alemania?

- no, no. mi casa en Los Ángeles.

- ah…

- quería invitarte, ¿quisieras venir?

- ¿yo?

- sí, también puede venir (Tu nombre) y tu hermano.

- está bien, les diré.

- ¡muchas gracias, Bill! te mandaré mi dirección por un mensaje.

- está bien.

- gracias de nuevo.

- no hay de qué.- corté. No tenía ganas de pasar la noche en una fiesta del hijo del hombre más cruel en mi vida, del hombre que me destrozó el cuerpo en solo unas horas y que lo hacía para verme sufrir, para calmar su lujuriosa mente.

[…]

- ¿Cómo te fue, (Tu nombre)?- sonreí.

- muy bien, gracias, Billy. ¿Cómo te fue a ti?-suspiré enojado. -¿mal?

- no, no. me fue bien.- volví a sonreír. -¿por qué no vamos por tus resultados?

- está bien.- nos metimos en el auto y ella me miro con una sonrisa. A veces me sentía tan mal de no poder ser la persona que ella merecía; a veces me sentía una persona con doble personalidad. - ¿cómo te fue en tus resultados, Bill?

- me fue bien.- dije sin mirarla.

- te dije que estarías sano.- sonrió. Sentía mis ojos pesados de toda el agua que guardaban y de la que empezaba a formarse. Pero llorar no tendría sentido, lo hecho estaba hecho.

- Boris nos invitó a su fiesta de cumpleaños.

- ¿hoy?- asentí.

- ¿quieres ir?

- sí, me gustaría ¿y a ti?

- si…a mí también me gustaría.- detuve el auto enfrente del lugar y la mire. Ella quitó su cinturón de seguridad y me miro.

- ¿Quisieras acompañarme, Billy?

- eh… (Tu nombre)…- dije un tanto desesperado. Su mirada se puso seria pero después de unos segundos volvió a sonreír.

- bien, bien. Entonces ahora regreso.- sonrió y cerró la puerta, caminando lentamente hacia la entrada. Salí del auto corrí hacia ella, tomando su mano, tratando de pedir perdón con contacto físico, aun que sabía que no bastaba con solo estrujar su mano, sino también con el habla…pero no podía hacerlo.

Ella estrujo mi mano también, pero no me miró. Llegamos al cuarto donde estaba la doctora que había revisado a (tu nombre). Ella se levantó de su asiento con una sonrisa y nos saludo con un apretón de manos y tomo la mano de (tu nombre), haciendo que soltara la mía. Yo me quedé de pie en la puerta, sin poner demasiada atención a lo que decían.

- estás completamente sana, no tienes nada a que temerle.- ella sonrió ampliamente, dejándome ver sus dientes. Yo sonreí, el verla feliz me cambiaba el humor por completo, me ponía feliz de alguna forma. La quería demasiado, pero me jodía tanto no poder mostrarlo, no poder ser la persona que en realidad era.

Se levantó de la silla y camino hacia mí, con una sonrisa enorme. Me dio un abrazo fuerte que yo respondí, pero no con la misma fuerza que ella puso; acaricié su cabello, pero  pedía en mi interior que dejara de abrazarme…solo no quería llorar frente a ella por una razón que ella aun no sabía, y con sus abrazos ella podía romper todo intento de fuerza que intentaba mostrar en mi físico.

- muchas gracias, doctora.- dijo (tu nombre). La doctora negó.

- no hay de qué.- salimos de ahí, y al llegar al auto la mire por primera vez desde que salimos de la clínica. Ella sonreía con sus labios cerrados mientras miraba la ventana y algunos de sus cabellos se alborotaban por el aire.

Llegamos a casa. Salí al jardín. Scotty saltaba, coleando felizmente; acaricié su cabeza mientras él chillaba con agudeza.

- Scotty, tranquilo.- sonreí. Acaricié su estómago y el dejó de chillar.

- Bill.- me vire a mi espalda.

- ¿qué pasa, (tu nombre)?

- es lo que quiero saber.- la mire confundido, o creo que sería mejor decir que la mire fingiendo confusión, porque sabía a lo que se refería, pero no quería hablar directamente de esto.

- no entiendo.

- has estado muy raro desde que fuiste al trabajo por mí, ¿Qué te pasa?

- no me pasa nada, (tu nombre). Solo estoy cansado.

- ¿es por los resultados?- negué.

- no. sabes que estoy sano, no es por eso.

- ¿entonces?

- solo no estoy de humor, es todo.

- ¿quieres estar solo?

- sí, me gustaría.

- está bien.

By Tom

- no te preocupes, (Tu nombre). Tu y yo sabemos que es un poco raro; tiene comportamientos que ni siquiera yo puedo comprender. No te pongas triste.

- es que, siento que algo tiene, tal vez le paso algo en la mañana.

- ¿te sentirías más tranquila si hablo con él?

- un poco, pero no es necesario, Tom, tal vez se le pase si está solo.

- siempre ha estado solo. Creo que la soledad es la peor respuesta para los problemas; y Bill siempre los “arregló” así.

- tienes razón.

- bien, entonces iré a hablar con él ¿sí?

- está bien, y muchas gracias, Tom.

- no hay de qué.- sonreí. Caminé hacia el jardín, pero Bill ya no estaba, seguro había subido a su recamara. Subí a la misma, en donde Bill estaba de pie frente al espejo del baño, acariciando su estomago con una cara larga, bajo a tocar su entrepierna con las yemas de sus dedos y se miro al espejo, negando. -¿qué haces, Bill?- dio un salto y un gritó ahogado, quitando sus manos de su cuerpo.

- ¡¿no sabes tocar la puerta, Tom!?- dijo enojado. -¡vete de aquí!

- hey, tranquilízate. La puerta estaba abierta.

- ¿qué quieres?

- saber porque estás de esa forma.

- ¿de qué forma?

- tan apartado, ¿Qué tienes?

- no tengo nada, Tom, vete de mi recamara.

- no me voy a ir, quiero hablar contigo.

- ¡pues entonces yo me voy!- caminó hacia la puerta del baño, pero la bloquee con mi cuerpo. -¡quítate de en medio!

- no hasta que me digas porque mierda te comportas así.

- Tom, de verdad no me pasa nada, estoy bien, ¿Por qué no me crees?

- porque (tu nombre) está preocupada por ti.

- bien, ahora le pido disculpas y ya.

- ¿estás seguro de que no tienes nada?

- estoy seguro, ¡no tengo nada, estoy cansado!

- bueno, ¿por qué no te duermes?- se quedó en silencio, mirándome serio. – Bill…

- Tom- interrumpió. –Boris nos ha invitado a una fiesta, a ti también y…quiero que vayamos ¿sí?- odiaba que cambiara el tema ten repentinamente, odiaba que fuera tan reservado con sus sentimientos.

- bien, iremos, ¿sí?- asintió. – pero ahora bajemos a comer. Fui a comprar tu comida preferida.

- no tengo hambre, Tom.

- ayer no comiste nada en todo el día y ahora no vas a comer. Bill esto no es posible.

- no me da hambre, Tom, por favor, déjame solo, necesito dormir.

- no me iré hasta que comas algo.

- ¡NO TENGO HAMBRE, TOM, ENTIENDE!- me tomo por los hombros con fuerza y me llevó hasta la puerta de la recamara con brusquedad. -¡DEJAME SOLO!- cerró de un portazo.

[…]

8: 30 PM

Esperamos a que Bill termine de arreglarse, parece que su horrible humor aun no baja ni un poco. (Tu nombre) parece un poco incomoda, como si estuviera triste; pero algo que admiraba mucho de ella era que ni en el peor momento dejaba de sonreír.

Tomo las llaves de su auto y nos miró, quizá esperando que nos levantáramos, y eso hicimos, pero (tu nombre) no tomó su mano, esta vez Bill no le dijo algún cumplido a (tu nombre). Quizá yo estaba exagerando y solo estaban un poco distantes, pero odiaba que Bill se comportara de esa forma. Subimos al auto y Bill puso la música en un volumen bajo, abrió la ventana y arrancó hacia la casa de Boris. Llegamos. Entramos a su casa, estaba repleta de personas, todos bailaban con la música tan fuerte. Saludamos a Boris después fuimos a sentarnos un momento. Una persona rubia, delgada y alta, miraba a Bill con confusión, como si lo conociera de algún lado.

- ¿Billa? ¿Eres tú?- sentí como los músculos en las piernas de Bill se tensaban con fuerza.

- si…soy yo…

- ¿Qué ya no me recuerdas?

- sí, sí te recuerdo…

- vamos, ¿quién soy?- mi hermano bajó la mirada.

- A-Adam…

- vaya, no te has olvidado de mi en todos estos años.- mis músculos también se tensaron, pero no de miedo como lo hacían los de Bill, los míos se tensaron de rabia, porque él había sido el imbécil que había destrozado la infancia y adolescencia de Bill.

- no…

- vaya, ¿y ella es (Tu nombre)?- ella rodeo los ojos y lo pasó por alto. – qué bonita te pusiste, (tu nombre).

- hey, ya déjala.- grité.

- huy, cálmate, hermano, no lo hacía con esa intención. Aparte, ¿tu quien eres?

- no te importa.

- ¿quién es, Billa? ¿Tu guardaespaldas?- negó.

- es… mi hermano…

- ah… ¿también a él lo violaron?- dejó salir una risa.

- ¡hasta aquí llegaste, idiota!- me levanté del sofá.

- tranquilo, imbécil, que esto es con Bill, no contigo.

- ¡no voy a dejar que aparte de joderle todos los años del colegio, le jodas ahora su vida entera!

- tanto te importó tu hermano, que nunca lo ayudaste dentro del colegio, ¡lo ayudas hasta ahora, que él puede defenderse sin tu ayuda!... al parecer a su hermano también le avergonzaba Billa.

- ¡tú no sabes por qué no estuve con él!

- porque tanto tu mamá como tú, no podían aguantar tener a alguien como Bill.

- ¡no quiero que te acerques a Bill!

- el es mayor de edad, no puedes obligarlo a nada.- le di un empujón y me alejé de ellos.

By Bill

- no le hables así a mi hermano… el sí estuvo conmigo…

- no, no lo estuvo, nunca te defendió.

- nunca le dije lo que me hacías…

- eres tan tímido, siempre ocultas todo lo que sientes.- bajé la mirada y di un sorbo de cerveza  que tomé de una charola que cargaba un hombre.

- Adam, deberías darte cuenta de todo lo que le has hecho, déjalo de molestar de una vez.- dijo (tu nombre).

- vamos, (tu nombre), lo de la escuela solo eran bromas, no era para que se lo tomara tan enserio.

- pues si para ti golpear a una persona hasta casi querer matarla es una broma, no me imagino que es lo que puedes hacer ahora.

- tranquilízate, no te metas en lo que a ti no te importa y no saldrás herida.

- a ti yo no te tengo miedo, Adam. Los golpes que le dabas a Bill reflejan tu propia inseguridad, necesitabas llamar la atención golpeando a los demás, porque no la conseguirías de otra forma.

- (tu nombre), déjame hablar con Bill, A SOLAS.- ella me miro y yo asentí. Se levantó del sofá y acarició mi mejilla para después irse. – vaya, quien iba a decirlo, el niñato que antes no podía ni mirar el alcohol, ahora es un adicto.

- no soy…

- llevas como cuatro vasos en tan poco tiempo.- bajé la mirada.

- ¿Qué quieres, Adam?

- recuerdo que Boris me llamó un día, me dijo que te habías escapado de tu casa, estaba preocupado por ti.

- ah… ¿y qué con eso?

- ¿por qué te escapaste?, ¿tampoco te querían en tu casa?

- déjame solo, Adam.

- no, no te voy a dejar. Quiero platicar contigo.- pidió dos cervezas más, le puso un polvo extraño y luego me paso el vaso. –toma.

- ¿qué le pusiste?

- es chile en polvo.- asentí y tomé el vaso, tomando un gran trago.

- me escapé porqué tenía que pensar que haría con mi futuro…

- ¿con tu futuro? Billa, eres tan marica. Un hombre no se detendría a eso, debes aceptar las consecuencias.

- lo dices porque tu no fuiste Bill…tu eres Adam, el que golpea.

- nunca te lastime tanto, tu llorabas por marica.

- sufría abuso en mi casa, con mi papá. Creía que llegar al colegio sería mi salvación, un lugar donde podría estar bien… pero no fue así, estaba atrapado en los dos lugares.

- ¿por qué no se lo dijiste a los maestros?

- ellos no me hacían caso…

- cuando te violaron, fuiste a revisarte, ¿tuviste alguna enfermedad?

- …no quiero hablar de eso…

- tienes una enfermedad, ¿cierto?

- ¡que no quiero hablar!

- que maricón, Bill…yo se que disfrutabas lo que el papá de Boris  te hacía, solo empezaste a gritar cuando nos escuchaste entrar.- me quedé en silenció, si hablaba las lágrimas me saldrían rápidamente. – lo vez, tu le habías pedido que te metiera los dedos y metiera tu entrepierna en tu boca. Y por tu culpa lo mataron.

- yo no le pedí nada…- tome de mi vaso hasta terminarlo, y después, tome otro y me lo tragué con rapidez.

- te gustaba tener sexo duro con él, por eso le pediste que te amarrara.

- ¡no es cierto!

- no te habría podido hacer nada si hubieras cerrado tus piernas, ¡las tenías abiertas por completo, querías estar con él!

- ¡me amenazó! ¡Me amenazó con matarme!

- ¿y por qué no lo hizo? ¡Tú te lo merecías antes que él!, Les arruinaste la vida a Boris y a su mamá.

- ¡y su papá me la arruinó a mí!- empecé a llorar de pronto.

- no es cierto, ¿Qué crees que sintió Boris? Vio a su papá teniendo relaciones contigo, y aun así, el te perdonó. ¿Cómo crees que sintió su mamá? vio a su esposo de esa forma, sintió que era engañada, y aun así quiso pagarte el médico y metió a su propio esposo en la cárcel. Destrozaste a una familia, ellos solo te destrozaron el esfínter y nunca se lo agradeciste.

- ¡TU NO SABES QUE ME HIZO ÉL A MÍ! No estuviste cuando me violó por primera vez… no sabes nada… ¡tú no sabes nada!- lloré con desesperación, ahogando mis lágrimas con todo el alcohol que tenía en mis manos.

- tienes razón, pero eso no le importa a nadie, antes de tu saber quien había sido quien abusó de ti, no habías destrozado a una familia tan cruelmente.

- yo no le había hecho nada… el me lastimo…me golpeo y me hizo hacer cosas horribles… ¡yo no le hice nada!

- que una persona como tu muera, no le importa a nadie. Pero que muera tu papá es el peor dolor. A ti solo te violaron.- Él tenía razón…termine con la vida de una persona…y el solo me lastimó… -¡¿por qué no te defiendes ahora?!

- mi intención…mi intención no era que lo mataran…

- pero si la fue el haberle pedido que te hiciera una felación, que te metiera los dedos por tu placer, no por el de él.

- ¡yo…yo no le…le pedí nada de…de eso! ¡Yo no lo conocía!

- quédate ahogándote en todo ese alcohol, estas ebrio. Terminaste siendo adicto a todo, ¡¿no decías que eras limpio, que nunca te atreverías a meterte sustancias en tu cuerpo?! Eres un falso.

Se levantó del sofá y se fue lejos. Mis lágrimas no podían detenerse, me sentía derrotado de una forma limpia, Adam tenía razón, no era nada más que un puto falso. Tome dos vasos y los llevé al baño, dejándome car en el suelo, tomándolos a tragos grandes, odiaba mi vida, la odiaba completamente.

[…]

- ¡Bill, ¿qué haces aquí?!- dijo Boris.

- humm…- tomé un trago más.

- mierda.- salió del baño pero en poco tiempo regreso con… con mi hermano…


3 comentarios:

  1. Ayy! NOOO QUE TIENE BILL, SI TIENE UNA ENFERMEDAD?? NOOOO!! :'( pobrecito! Arggh! MALDITO ADAM, Tom le hubieras pegadoo! haha... Tom ayuda a mi Bill... siguela prontitoo amoo tu fic es la mejOr..!!! =)

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  2. TTT___TTT ves otra ves conseguiste
    hacerme llorar!!!!!
    TTT_____________TTT porque no simpemente
    Bill es feliz y que es esa enfermedad que tiene
    Sihueala amo tu fic enverdad lllore TT_TT

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  3. que se muera ese adam YA!!!! 77 jum con su vida 77.... jaja ok no xD.. pobre bill otra vez cayo a su sufrimiento, ahora falta que se Huelva a cortar o ser adicto T-T & luego su enfermedad!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!a que mal su vida; amo tu fic!!! jejej sube pronto & cuídate :B

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