Han
pasado dos días, Bill parece no mejorar con todo el medicamento que le ponen. Su
corazoncito se está debilitando y no hay órganos que le ayuden, me siento
terrible, nunca creí que esto se pondría tan difícil, encima Tom se lo pasa
llorando y me hace sentir tan mal verlo de esa forma.
Estamos
en casa. Parece tan vacía sin Bill; Arabelle está a mi lado, durmiendo en la
cama, pasa que ella es muy pequeña para comprender que dos parientes bastante
cercanos suyos están pasando por un momento extremadamente difícil y delicado. Los
doctores nos han aconsejado que sería mejor que intentáramos que ella pasara
por un momento “normal”, como si nada de esto estuviera pasando, pero pasa que
es muy difícil para los tres aquí. Anette está preocupada por su esposo y seguro
que también por Bill… es difícil, pero ella aun era tan inocente.
Me
levanté de la cama y me dirigí al sofá, intente tener un tipo de
entretenimiento, algo que me hiciera pasar las horas rápidamente hasta que
fuera hora de volver al hospital. Sentí unas pequeñas manos en mis hombros y
una risita; me vire y era Arabelle, acababa de despertar.
-
¿Por qué no sigues durmiendo?- negó.
-
ya no tengo sueño.- sonrió. - ¡¿ya podemos ir a la casa de Bill?!
-
¿a su casa?- asintió, sin quitar esa sonrisita.
-
sí, ese donde Tom siempre llora, ¡por favor!- cargué a Arabelle en mis piernas
y negué.
-
esa no es su casa, pequeña.
-
¿no?- me miro confundida. - ¿entonces porque mi hermanito se queda a dormir ahí
con mi papi?
-
están enfermitos.- puso su índice en sus labios, simulando que pensaba en algo.
-
pero… hum…- sonreí. – ¿de qué se enfermaron?, ¿de la gripa?- reí.
-
algo así, pero les hace mal estar con perros.
-
ahh, ¿por eso se fueron a dormir ahí?- asentí. -¡¿y cuándo van a regresar?!
-
no lo sé, espero que pronto.
-
¿pero no podemos ir a verlos? ¡Por favor, por favor!
-
claro, solo que tu hermanito y tu mami se están dando un baño, después iremos.
-
¡yo ya me di un baño!- sonrió.
-
entonces iremos más pronto.- ella asintió. Suspiro fuertemente y dejo caer su
frente en mi hombro. La puerta se abrió lentamente; Tom sonreía mientras bajaba
su playera. Arabelle se bajó del sofá y corrió hacia Tom.
-
¡Tom, ¿ya iremos con mi papi y mi hermanito?!- el sonrió y asintió.
-
sí,…iremos ahora, tu mami te espera abajo.- dio un gritito y bajó los escalones
y salió de la habitación. Tom bajo la mirada de pronto y salió de ahí también;
me levanté y camine junto a él.
By Bill
-
¿Bill?.... ¡Bill, despierta!- abrí mis ojos al escuchar esa voz; un dolor en mi
estomago comenzó a crecer, estaba transpirando. Mire a papá, que me miraba
desde la otra camilla, recostado. - ¿te sientes mal? te has estado quejando
toda la noche, no has dejado de hacerlo hasta ahora.
-
me duele…- sentí mis ojos mojarse, comenzaría a llorar fuertemente, y eso no
quería que pasara.
-
tranquilo, hace unos minutos llamé a un doctor.- pude sentir mi corazón dar
pequeños y débiles brinquitos. Mis lágrimas de dolor se combinaron con lágrimas
de nostalgia y felicidad.
¡PAPÁ
HABÍA LLAMADO A UN DOCTOR POR MI!
La
puerta se abrió rápidamente. El doctor se acercó a mí y comenzó a tomar mi
temperatura; mire a papá por el rabillo de mis ojos, él me miraba a mí.
-
¿Qué sientes, Bill?- tome mi estómago fuertemente.
-
me duele…aquí…- con mis manos un poco temblorosas tomé mi estómago y señale el
lugar exacto en donde me molestaba. Su cara se puso blanca y negó varias veces.
Pronto, sin previo aviso, metió una inyección en mi hombro desnudo.
Al
tiro comencé a sentirme cansado y mis músculos se debilitaron. Dejé de sentir
dolor y me recosté cómodamente en la camilla.
-
en unas horas tenemos que hacerte un estudio, parece que empeoras.- lo mire con
miedo y después miré a papá en señal de apoyo, pero papá solo miraba al doctor,
que tomó un estetoscopio y lo puso sobre mi pecho, buscando un problema. -¿has
desayunado ya?- negué.
-
acabo de…de despertar.- él asintió y salió de ahí.
-
Bill… ¿no han conseguido un donante?- baje la mirada y negué. Papá aclaro la
voz. – ¿cuánto tiempo promedio te dan de vida?
-
hace dos días… dos semanas… ¿y tú?
-
¿yo qué?
-
¿cómo te está yendo con eso…?- dije sin mirarlo.
-
¿el Lupus?- asentí. – si llegan a encontrarme células cancerígenas en el
corazón, solo unas semanas, o quizá días.
-
…lo siento…
-
no te preocupes, estoy bien, no me duele nada.- lo mire y trate de sonreír,
pero no podía hacerlo. –cambiando de tema…estuve escuchando un día que tu novia
vino… ¿van a adoptar un bebé?- esta vez mi sonrisa se formó casi
inconscientemente. Miré a papá y asentí.
-
yo… no puedo hacer el…acto sexual… es malo para mi corazón…
-
pero, ¿y si logras tener un corazón nuevo, aun adoptarías?
-
no lo sé…eso…eso tengo que hablarlo con mi linda…
-
eres joven, tienes diecinueve, mañana veinte, no pienses en tener hijos ahora.-
y por primera vez, papá recordó mi cumpleaños y yo…yo no lo había hecho, ni
siquiera me había percatado de que estábamos en Agosto…
-
bueno…si…- una enfermera llegó con la misma charola y la misma comida de
siempre sobre ella en unos lindos platos de vidrió. –Gracias.- ella sonrió y se
marchó. Comencé a comerlo con ansiedad, tenía mucha hambre, tanta, que comería
un dinosaurio de un bocado.
-
vaya, nunca te vi comer tan ansioso.- tragué la tostada que se deshacía en mi boca
y sentí un hueco en mi estómago.
-
tengo…hambre…- él sonrió. De repente me llegó un cansancio terrible; dejé la
tostada en el plato de nuevo y sentí que el aire me faltaba, tomé mi cuello y
lo froté con delicadeza.
-
¿te pasa algo, Bill?- negué. Comencé a toser fuertemente, arcadas subieron por
mi garganta junto con esa tostada que no había ni siquiera digerido del todo. Inflé
mis mejillas, tratando de tragar esa comida que regresaba por mi garganta. –Bill,
es mejor que llames a un doctor.
-
no…estoy bien…- acabé con las arcadas y me sentí aliviado de no soltar todo
aquello sobre las sabanas.
[…]
-
Bill, tengo los resultados de los estudios.- (Tu nombre) acarició mi mano, yo
la mire sonriendo.
-
¿son… buenos?- pregunté. Él asintió.
-
creí que alguna célula infectada comenzaba a apoderarse de tu estómago, pero es
negativo.- sonreí.
-
¡ahh!- grité con dolor. -¡ughh!- tome mi pecho con fuerza, ese dolor llegaba
otra vez.
-
¿Qué te pasa?
-
Billy… ¿te duele algo?
-
me… ¡ahh!... no… cof…cof…
Pote…
pero no fue completamente pota…había sangre y me asuste demasiado, nunca vi
tanta sangre en mi vida, me asuste…y me avergoncé frente a mi linda.
Mi
mirada comenzaba a reconocer los colores y mis sentidos también regresaban. Me encontraba
recostado en esa camilla aun, pero las sabanas estaban limpias y mi cuerpo… mi
cuerpo tenía más cables en el. La respiración se me hacía difícil y la mi
mirada era borrosa.
-
Billy, ¿estás bien?- no podía mirarla, sabía que estaba a mi lado, pero moverme
se me hacía tan difícil.
-
s…si…- moví mis labios, intentando que una sonrisa se formara, pero eso no
sucedió.
-
ahora vendrá el doctor y…y nos dirá que te pasa, ¿sí?- cerré mis ojos en forma
de asentimiento.
El
doctor no tardó en llegar y sentarse en la camilla, bajo mis pies. No podía
mirarlo bien, pero por la respiración agitada de mi princesa, pude saber que
algo no estaba muy bien. El doctor dejó que un suspiro seco y vacío saliera de
sus labios y eso termino por afirmarme que nada estaba bien.
-
Bill…- trate de abrir mis ojos lo más que pude para mirar lo suyos, pero fue
inútil.
-
humm…- traté de hablar, pero claro, una vez más, fallé.
-
no estás bien, no estás nada bien, Bill.- no hubo expresión en mi cara, me
sentía tan débil. –y es que es desesperante no tener alguien que te ayude… lo
mejor sería extraerte tu corazón pero, no hay órganos…no hay donantes…de
promedio te daremos… cuatro días máximo, tu corazón esta deshecho.
Una
vez más, no hubo expresión en mi cara; intenté asentir, para que supiera que lo
había escuchado, pero solo podía mover mis ojos, intentando enfocar mi vista. Mis
lágrimas se secaron al borde de mis pestañas al escuchar el llanto desgarrador
de (Tu nombre).
By Tom
-
¿Qué es lo que tienes, (tu nombre)?- pregunte, realmente preocupado. Nunca la
había visto llorar tanto, nunca…
-
Bill… Bill se va a morir…- gritó. Casi pude sacar una carcajada al pensar en
esa estúpida respuesta, pero sabía que no mentía, ella sería la última en
siquiera imaginarse la situación.
No
hubo lágrimas, solo una explosión en mi corazón. Es que… ni siquiera podría
hacerme la pauta de que Bill estaba enfermo en el hospital, no podía –mucho menos.-
imaginar que mi hermano estaba en su lecho de muerte, a punto de extinguirse. Mi
cuerpo explotó, mis manos comenzaron a temblar fuertemente como si fueran dos
cuerdas flojas; mirar a (tu nombre) de esa forma me hacía sentir de alguna
manera peor, e imaginarme a mi pequeño hermanito agonizando en una camilla me
ponía aun peor.
Con
ganas de arrancarme el corazón, maldecía a la vida misma por no haberle
permitido a mi hermano vivir una vida completamente sana, una vida digna y
feliz. podía ponerme en el lugar de Bill, gracias a esa conexión que nos unía y
hacía hermanos gemelos; pude sentir el dolor que sentía en ese momento y
también la decepción que le tenía a su corazón por fallarle tan pronto. ¿cómo
mierda era posible que de dos semanas, todo disminuyera tan pronto?
Pronto
dejaría de tener a la personita que me acompaño por más de nueve meses dentro
de la panza de mamá, pronto dejaría de tener la poca pero fuerte confianza que
ahora nos unía a Bill y a mí y pronto… pronto llegaría la culpa de haberme ido
cuando me necesitaba, de haberme marchado sin escuchar su opinión
[…]
Un
día sin pegar los ojos. Me sentía cansado, y (tu nombre) al parecer también. Mamá
me dio un fuerte abrazo mientras sonreía con alegría.
-
Tommy, ¡feliz cumpleaños, hijo!- sonreí.
-
gracias, mamá.
-
¡Felicidades, Tom!- dijo Gordon, dándome un abrazo. Anette me miro sonriendo y
se acerco a mí, después tomó asiento a mi lado.
-
ahora no está mi pequeño hijo con fuerzas para el gran abrazo que le tenía,
pero, eso no importa. ¿Puedo darte un abrazo a ti?
Su
pequeño hijo.
Sonreí,
porque me di cuenta de que el amor inexistente de mamá hacia Bill, no era
necesario. Tenía a Anette, ella que a pesar de no tener nada compatible con
Bill, tenía su cariño y amor. Asentí y abrí mis brazos para que ella se metiera
en ellos; me rodeo fuertemente, muy fuerte de verdad.
-
que tengas un hermoso día, Tom. No importa lo que pase con Bill ahora, es su
día, mejor que los dos olviden los problemas.
-
gracias, Anette… Bill debe estar orgulloso de ti.
-
eso espero. Me costó algo tener la confianza de tu hermanito, pero ahora que la
tengo, me siento tan feliz.- sonreí. Miré a (tu nombre), su mirada estaba ida,
sus rodillas encogidas hasta su pecho. Aun lloraba.
-
(tu nombre).- me levanté del sofá. –Hoy es cumpleaños de Bill, de tu Billy.-
sonreí. Ella reaccionó y me miro sonriendo, se levantó del sofá y me dio un
abrazo.
-
también es el tuyo, Tom… felicidades.
-
gracias, (Tu nombre)…- Gordon me tomó los hombros y me alejó de ella. Con una
gran sonrisa de oreja a oreja dijo:
-
podremos entrar todos a felicitar a tu hermano, ¿Qué te parece?- mi sonrisa
hizo pareja con la suya.
-
¿cómo lo lograste?
-
hable con el doctor.- sonrió.
-
¡muchas gracias, Gordon!
[...]
Después
de unas compras, para los regalos de Bill, regresamos al hospital y al tiro nos
dejaron pasar a con él. El doctor abrió la puerta y ahí pude presenciar la
imagen más horrible y triste que nunca pude vi…
La
camilla estaba erguida, por lo que Bill lo estaba también, un poco sentado. Sus
ojeras eran tan grandes y su cara estaba llena de cables, era hasta difícil
reconocerlo. Parecía que no podía con el peso de su cabeza, pues yacía
reclinada en su hombro derecho. Sus grandes ojos estaban entrecerrados y
respiraba tan rápidamente.
-
¡Felicidades!- gritaron todos… excepto yo. Bill levantó su cabeza y a su vez
abrió sus ojos aun más; su sonrisa pudo iluminar todo el cuarto.
Gordon
fue el primero en darle un abrazo, seguido de mamá y Arabelle. Después fue
Anette y era mi turno. Me acerque a él y sonriendo tan falso le di un abrazo,
su fuerza era tan poca, no podía estrechar un cuerpo completamente y me sentí
tan triste.
-
g…gracias… Felicidades…hermanito…- sonrió. (Tu nombre) se acercó a Bill y dio
un abrazo tan hermoso a Bill. Pude ver sus ojos cerrarse con amor y una pequeña
sonrisa salir de esos labios tan resecos que (tu nombre) besó después de eso.
Pusimos
los regalos al pie de la cama y él los miró sonrientes; bajo su mirada y me
miro a mi, con vergüenza.
-
yo…no puedo darte…nada, Tom…
-
no te preocupes por eso, hermano…- la puerta se abrió y dos enfermeras llegaron
con una gran sonrisa a la cama de Bill, con algún tipo de pastel en sus manos.
-
¡mira, Bill! me habías dicho que querías comer algo dulce, ¡aquí está!- dijo
una de ellas.
-
es especial para ti, no te hace daño y sabe casi igual a un pastel normal.- los
ojos de Bill brillaron.
-
¡gr…gracias!
-
¡sóplale a tu velita!- tomó aire y soplo, pero solo pudo hacer bailar a la
flama.
-
Tom… soplemos…los…dos…- sonrió. Asentí y me acerqué a él, rodee mi brazo en sus
hombros. – pidamos… pidamos un deseo…- asentí de nuevo… y si, estúpidamente pedí
un deseo desesperado.
“Que
podamos vivir siempre juntos.”
-
una…dos… ¡tres!- grité. Los dos soplamos hasta que se apagó y ellos
aplaudieron. –Bill, ahora cómelo.
-
¿alguien…alguien quiere…?- Preguntó. Todo negamos, seguro lo que más nos hacía
felices era mirarlo hacer algo que le gustaba y deseaba mucho. Bill miro ese
pequeño panqué en sus manos largas y delgadas y lo metió a su boca. –humm…-
sonrió ampliamente, saboreando el sabor.
Pero
había algo… algo que no me gustaba nada. Su respiración aceleraba con cara
mordisco, pero mi hermano estaba feliz y no dejaría que nadie le quitara esa
felicidad. No pudo terminarlo, parecía estar tan débil. (Tu nombre) se acercó a
él y acarició su cabello.
-
¿ya no lo quieres, Bill?- el asintió.
-
no... Lo quiero…si lo quiero… pero no puedo…
-
¿por qué no?- levantó su brazo, que temblaba como una gelatina. (Tu nombre)
sonrió y tomó el tenedor. – Yo te ayudo, ¿sí?- él asintió, (tu nombre) metió
con delicadeza el tenedor en su boca y Bill lo cogió con tanta temblorina…nunca
lo vi tan mal.
-
…gracias…- ella asintió.
-
Bill, Tom su papá quiere decirles algo.- si su piel no podía estar más pálida,
habría jurado que bajó un tono más. -¿quieren escucharle?- Bill asintió. Abrieron
las cortinas que separaban una camilla de la otra y ahí estaba papá, sentado,
parecía tan fuerte y sano.
-
si… pero…cof… quiero… quiero escucharte…solo yo…y Tom…- papá asintió.
-
bien, se los diré antes de que me lleven a los estudios.- dijo él. Yo asentí
sonriendo. Mi mirada se poso sobre la de (tu nombre), indicándole que ya era la
hora.
-
Billy… te hice un regalo, ¿quieres mirarlo?- con dificultad limpió sus labios y
asintió. (Tu nombre) tomo una pequeña caja de plástico y se la paso a Bill, que
al tiró comenzó a abrirla, después me miro a mi.
-
¿me…a-ayudas?- sonrió. Tome la caja y la abrí, poniéndola en sus piernas una
vez más. Bill quitó el papel colorido de ahí y sacó esa prenda; sus ojos se
aguaron y dejó caer unas lágrimas. - ¿ para n…nuestro mono azul?- ella asintió.
-
¿te gusta, Billy?
-
si…me encanta…solo…falta nuestro mono… ¿Cuándo iremos…a por él?
-
pronto, te lo prometo, ¿sí?- asintió e hizo que (tu nombre) se acercara, dio un
beso en sus labios y sonrió.
-
te…te adoro, linda.
-
yo te amo, Bill.- dio un beso en su mejilla.
[…]
-
tenemos que llevar a su padre a los estudios, ¿quisieran escucharlo ahora que
no hay nadie?- asentimos. Papá podía mantenerse en pie y podía caminar, pero
solo por unos minutos. Se sentó en la camilla de Bill y pronto noté como se
ponía nervioso.
-
¿Qué pasa, papá?
-
Bill…Tom…- sonrió. –hace años que no miraba un cumpleaños con mis dos gemelos…tan
grandes…veinte años pasaron tan pronto.
-
y con tu ausencia.- dije yo.
-
si… lo sé… quiero desearles un hermoso día… siento no haber podido estar con
ustedes como yo lo desearía…pero vamos, ustedes ya no necesitan de un padre tan
viejo como yo.- sonrió. –Nunca me imagine que vería a mi hijo tan fuerte y
sano, justo a un lado de lo opuesto.- papá se acercó a Bill. –lo siento, hijo…siento
no poder hacer nada por ti, perdóname…tengo la fe de que encontrarás a un
donante, ¿sí?, vas a vivir.
-
papá…- sus ojos de Bill empezaron a mojarse.
-
Tom, vas a cuidar de Bill cuando yo esté lejos.
-
no vas a morir, papá.- dije.
-
bien, aun que no lo hiciera… Bill y yo somos muy diferentes…y tu estarás con él
siempre…cuida de él… nos dimos cuenta de que él es tan delicado.- sonrió
tomando la mejilla de Bill. –Buen día hijos.- me dio un abrazo a mí y uno, tan
delicado, a Bill. –Los quiero.- se subió a la camilla con dificultad y le
llevaron.
chille!!!!!!!!!!!! ME ENCANTO :'( MI BEBE NO SE PUEDE MORIR
ResponderEliminarMe gusto mucho el capitulo , pero )': Bill no puede morirse , leí tu otra fin Amor por accidente , y (tn) muere :'c , por favor que Bill no muera ..
ResponderEliminareres una gran escritora , y adoro tu realista fic :3 , cuídate ..
nop ya basta TT_TT
ResponderEliminarsiempre que leo tu fic me ases llorar cada ves mas,, enseiro te juro que lloro como nunca antes lloraria TT_TT, siempre en todos tus capitulos lloro, no bill no puede morir, si en la otra fic amor por accidente Tn murio ahora Bill tambien va a morir aqui? no eso no se vale TT_TT porfavor no quiero ver morir a nadie bueno, no quisero que bil ni su papa mueran, quiero que tengan una vida hermos, quiero que Tn y bill compren su mono azul TT_TT porfavor como ya te lo avia dicho amor por accidente fue mi inspiracion para todas mis fics asi que .....porfavor contninualas mas rrrapido y que Bill no muera TT_TT
Dios este cap me hizo llorar TT_TT
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