viernes, 30 de diciembre de 2011

capitulo 13


Desperté e hice mi cama, después me di un baño y baje a desayunar. Ayude a mamá a poner la mesa y después nos sentamos. Papá y mamá comenzaron a  comer, después yo hice lo mismo.

- ¿Cómo lo pásate ayer?- pregunto papa, mientras tomaba su vaso.


- bien, solo que…volvieron a molestar a Bill.- mamá me miro preocupada.


- ¿Qué le hicieron?- pregunto, dejando los cubiertos sobre el plato.


- no lo sé muy bien, pero yo vi que le estaban apretando su cuello. Dijeron que Bill los había lastimado.


- tu amigo debería hablar con sus papás. No es bueno que siempre le golpeen.


- si…

De ahí no volvimos a hablar. Papá lavo sus dientes y de despidió de mamá y de mí para luego salir por la puerta. Mamá y yo hicimos lo mismo, más solo mamá salió para ir a trabajar también. Me quede sola en casa.

By Bill

- mierda… ¿Qué hago aquí?- dije para mí mismo. Me levante del suelo y sacudí mi ropa.

¿Estaba durmiendo en la calle? Escuche un zumbido en mi cabeza. Me dolía demasiado y…mierda, mierda, mierda ¡tenía que llegar temprano!  Corrí a casa y abrí la puerta. Papá estaba de nuevo con esa estúpida, cuando me miro, pude sentir como los colores se iban de mi cara. Se levanto del sillón y me tomo de las muñecas.

- ¡te dije que llegaras temprano, idiota!


- per…perdóname yo…- hizo una cara extraña y se acerco a mí. - ¿qu...Qué?


- Tomaste, ¿verdad?


- ¿Qué?


- ¡tomaste ayer!- mi cabeza dolió más.


- no…claro que no.


- ¡¿Cómo que no?! La boca te huele a alcohol.


- ahh…no tome, en serio…me obligaron…


- ¿Qué te obligaron? Eres un imbécil, un mentiroso.


- ¡es verdad, papá!

Negó y aun tomándome fuertemente por las muñecas me llevo hasta mi recamara. Al llegar me tiro sobre la cama.

- ¡ni aun que tomes, vas a llamar mi atención! Así que te aconsejo no volverlo a hacer porque no vives para contarlo a nadie.- decía mientras sacaba su cinturón. Me encogí mientras lo miraba, al parecer le era un poco difícil quitarlo mientras se concentraba en decirme toda clase de insultos.


- ¡por favor, ya no me pegues! Te juro que no vuelvo a hacer nada, pero por favor ya no me lastimes.- negó. Doblo su cinturón por la mitad y comenzó.

Ya no gritaba, ya no suplicaba, solo lloraba. Porque a pesar de que todo eso me dolía y quisiera hacer lo posible por que parara, no iba a darle el gusto completamente.



- eres todo lo que un padre jamás querría, eres una vergüenza.


- ¡deja de pegarme! ¡Déjame ya!- se detuvo, lo mire y el también lo hacía.


- yo no sé qué fue lo que hice mal contigo. Al menos se que con el próximo no cometeré los mismos errores.- se dio la vuelta y camino a la puerta. Me senté en la cama y me deshice de algunos cabellos que tapaban mi vista.


- ¿el…el próximo?- pregunte, papá se detuvo y se viro. -¿Qué quieres decir?


- no te importa.- salió de mi habitación y cerró la puerta. Escuche que bajaba las escaleras. Me levante de la cama y salí corriendo tras él, que ya estaba sentado con ella.

Los dos me miraron pero papá al tiro saco su mirada de la mía, ella no, ella me miraba con espanto.

- ¿Qué quisiste decir con “el próximo”?- pregunte una vez más. Ella lo miro y susurro algo en su oído, después los dos sonrieron y ella se acerco a mí.


- Bill- la mire, serio, ella tomo una mecha de mi cabello pero pronto yo me corrí bruscamente. –tu papi y yo, vamos a tener un bebé, y tu tendrás un nuevo hermano.

No era la forma que lo dijo, no era lo que había dicho, no era lo que iba a pasar y mucho menos era que fuera con ella. Lo que realmente me duele es que papá no se detuvo a pensar en Tom, en mamá o en mí. No se puso a pensar que tenía un hijo al que casi nunca miraba, un hijo al que jamás le prestaba atención y una mujer que seguro aun sentía algo por él. No pensó en como lo tomaría yo, y encima me dice que con ese niño no va a cometer los mismos errores que cometió conmigo.

Un bebe en casa…eso no implican solo unos cuantos cambios. Implica que ella vivirá conmigo –si es que no nos mudamos- también implica que si ellos se casan o que se yo, mamá ya no podrá venir a casa y Tom y yo ya no nos veremos. Papá podría dejarme durmiendo en el patio y… ¡¿Qué si a ella no le gustan los animales?! Tendré que dejar a mi perro y… ¡odio la idea de que papá se junte con otra mujer!

- ¿q…que...?- negué, papa comenzó a sonreír.


- vamos, niño, no me digas que no lo imaginabas a un. Yo te había dicho que la amaba.


- pero… ¡no debiste, papá! ¿Por qué no me lo preguntaste? ¿Por qué jamás piensas en lo que siento?- su cara se fue arrugando y se acercó a mí.


- ¡te dije que no me importaba tu opinión! ¿Sabes qué? ¡Mejor lárgate de aquí!


- que hay de Tom… ¡también es tu hijo!


- Tom lo es, pero no cabe duda que gemelos tenían que ser. ¡Los dos ya me tenían harto y luego tú metiéndole ideas en la cabeza! ¡Lo estás haciendo igual que tú! Y si no te gusta la idea de que tengas un hermano ¡las puertas para ti en esta casa se cerraron!


- no…papá, no es eso…es…yo te necesito…necesito que estés a mi lado…que me apoyes…quisiera que…que me conocieras…no conoces nada de mí, ni mi forma de pensar…no sabes que me gusta y que no…¿Por qué nunca te detienes y te das un tiempo para el hijo que te necesita?...el hijo que al parecer todo el mundo odia…porque, mi vida pudo ser feliz…si tan solo tu estuvieras a mi lado.


- no me vengas con tus cuentos, tú no tienes ni el derecho ni la edad para andarte quejando de tu vida. ¿Qué te odian? ¡No te vistas ni te maquilles así! Si quieres mi apoyo y mi atención, no los vas a ganar así, yo no quiero un hijo marica y no deberías sentirte mal por los comentarios que hacen o tus compañeros o tus maestros.


- no me importarían los comentarios de los demás su tuviera tu apoyo. No dependo de los comentarios de otros ¡dependo de los tuyos! ¿No puedes ver que te necesito?...que al único que me importaba escuchar decirme “te quiero” ¡era a ti, no alguien más! ¡SOLO A TI!


- ¿sabes? Como ya te lo he dicho desde siempre, el cariño y la confianza se ganan. No sabes valorar lo que es ser un hombre. ¡Los hombres no se maquillan, no se visten como tu ni se tiñen el cabello! Tú no eres lo que yo quería de mi hijo ¡estas hasta el último de mi puesto de un buen hijo!

Papá tomo a su novia de la mano y dándome la espalda, se sentaron en la sala. Cerré los ojos. Ya no deje que las lágrimas me salieran, ya no quería que me humillara y me tratara de esa forma.

Subí a mi recamara y puse algunas cosas en una mochila. Salí de casa y corrí hacia el parque que estaba frente a mi casa. Encontré la sombra de un árbol y me senté en el pasto recargado a él. Saque mi libreta de mi mochila y la abrí, tome un lapicero y comencé a escribir.

Era como si el mundo se derrumbara más para mí. No sabía qué hacer ni como pensar, estaba destruido y simplemente quería estar lejos, huir de todo el mal que me causaba estar en esa casa, con esa señora y con…con mi papá. El debía conocerme ahora, debería al menos saber qué es lo que me gusta.

 No sé de qué se trata la vida, no sé porque tuve que vivir yo. Parece que el latir de mi corazón es ahora absurdo, como si este pidiera a cada latido ser alguien nuevo, tener sentimientos diferentes a los que ha estado sintiendo estos 15 años. Es como si me reclamara, ¿y reclamarme porque?, pienso que lo hace porque él, al igual que yo, está cansado de que esta vida no tenga sentido, que todo en esta vida siempre fueron golpes, maltrato, abuso, groserías, soledad y tristeza. 
luchar por ser alguien, puedo echar a la mierda toda clase de sueños que tenía, quiero primero ser fuerte, quiero luchar, quiero que un día, cuando alguien piense entrometerse en mi manera de pensar, pueda ser yo el que desvíe la mirada de la suya, ser yo el que le dé la espalda a las personas que traten de cambiarme. Quiero descubrir una nueva vida, un vida en donde yo pueda ser feliz, donde la opinión de todos valga lo mismo y sea escuchada por los demás, que las personas a pesar de vestir diferente se acepten. 
Ya sean diferentes gustos, diferentes formas de pensar, diferentes opiniones, religiones, atracción sexual ¡lo que sea! Todos viviendo sin discriminar. Pero sé que eso es absurdo, se que en mi vida jamás va a ser igual. Es decir…mi vida no es un cuento, mi vida es una mierda…no podría luchar…porque…podría tener el apoyo de amigos, de quien sea…pero el verdadero apoyo que necesitaba era el de papá y…nunca pude ser tan buen hijo para ganarlo.


Comencé a dibujar, cuando de pronto sonó mi celular, contesté sin mirar quien era. Termine la llamada, era (Tu nombre). Dijo que vendría.

Me acosté boca abajo sobre el pasto y me levante un poco para poder seguir con mi dibujo. Comencé a cantar a lo alto, como una persona libre. Era tan tranquilo, aquí no se sentía la presión como en casa, aquí era solo yo y la naturaleza donde, hicieras lo que quisieras, las plantas no iban a acusarte y restregar tus errores en tu cara. Aquí era...algo parecido a la paz.

- valla, Bill ¿puedo mirar?- di un pequeño salto, me vire y mire a (tu nombre), que sonreía de pie. Me senté sobre mis pantorrillas y la mire.


- ¿al menos vas a saludarme?- comenzó a reír.


- ya, hola, Bill.- sonrió y se sentó a mi lado. -¿ahora si puedo mirarlo?


- está bien.- pase la libreta a sus manos y comenzó a mirar.


- hum, y tú que no haces ¿ahh?- la mire y me paso la libreta mientras la cerraba con delicadeza.


- ¿a qué te refieres?- dije mientras guardaba mis cosas en la mochila.


- pues, escribes canciones e historias, dibujas y cantas.


- ¿canto? Estás loca, yo no canto.


- ¿Qué no cantas? Vamos, Bill acabo de escucharte.- sentí como los colores se me subían rápidamente a las mejillas. – en serio cantas lindo, solo te falta tocar un instrumento y la molas como artista.


- vamos, (Tu nombre), no exageres.


- te lo digo en serio, cantas precioso y valla que escribes lindo.


- pues has sido la primera en decirme eso…


- no lo creo, tal vez no lo dicen porque no te han escuchado cantar o no han leído tus historias.


- bueno…papá las ha leído.- me miro.


- debe estar orgulloso ¿me equivoco?- rodee los ojos y levante las cejas.


- si orgulloso significa mirar las letras, romperlas, maldecirlas y tirarlas al inodoro…creo que está orgulloso.


- ¿eso hiso?- pregunto con timidez. Yo asentí y suspire. -pues, entonces él no tiene buen gusto, no sabe valorar lo que haces.


- si…¿pero, porque mejor no hacemos algo divertido?


- ¿Cómo qué?


- vamos, ¿ya te has fijado en donde estamos sentados?- miro su alrededor y luego me miro confundida.


- pues...si…


- ohh, diablos, ¡podemos hacer lo que se nos venga en mente aquí!


- ¿Cómo qué?


- como… ¡trepar estos árboles!

By (tu nombre)

Bill corrió hacia un árbol bastante grande y con un tronco muy grueso. Camine hasta él y le tome el antebrazo haciendo que me mirara.

- Bill, no tenemos diez años.- entrecerró los ojos y sonrió dejándome ver sus dientes.


- no hay edad para divertirnos, (Tu nombre). Vamos, sube conmigo ¿sí?


- no estoy segura, no sé cómo hacerlo.


- no necesitas saberlo, solo…solo trepa.- comenzó subiendo un píe sobre un pequeño hoyo en el tronco, se impulso hacia arriba y después me miro y sonrió. - ¿no vas a subir?


- ehh ¿y si me caigo?


- solo pasa que te haces un raspón, o te rompes el cuello, el brazo o una pierna.- lo mire incrédula.


- ¿solo eso?- dije con sarcasmo.


- vamos, no te va a pasar nada.


- está bien.

Subí junto a él. Cuando estuve a la misma altura el subió más alto. En realidad me causaba un poco de miedo las alturas, pero pronto fui acostumbrándome y llevar el paso de Bill. Nos detuvimos hasta donde las ramas ya eran delgadas y al parecer frágiles. Ya no podíamos subir más.



- dime que no fue divertido.- dijo Bill, que amarraba sus cabellos en una coleta con una goma para el cabello. Respiraba entrecortado.


- bueno…si lo fue.- sonreí. –pero ¿Cómo piensas que bajaremos?


- no pienses en bajar ahora ¿Por qué mejor no platicamos?


- ¿sobre qué?- Bill suspiro y miro el pasto, que se miraba tan lejano.


- ¿Cómo lo pasaste ayer con Frank?- mordí mis labios y le mire a los ojos.


- bien…bailamos y…peleamos…


- ¿pelearon?- asentí. -¿por qué?


- pues, Frank se enojo porque dije que ya no te molestaran.- bajo la mirada.


- ¿por mi?...- mordió sus labios. –perdóname, (tu nombre), no quise hacerte pasar por eso.


- no te preocupes, Bill. Si no hubiera querido no lo hubiera hecho.


- vamos, los dos sabemos que arruine tu cita…perdóname, (Tu nombre), pero…pero es que…si tomaba, papá me regañaría.


- ¿tomaste?- negó. -¿entonces?- volvió a negar.


- no, es… ¿Por qué no lo olvidas?


- tu papá te regaño ¿cierto?- asintió. Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. Mordía sus labios y solo miraba el pasto. –no llores, Bill, ¿Qué tienes?


- no…es mejor que bajemos ya.


- claro que no, dime que tienes.- suspiro.


- ¿jamás has sentido, como si pusieran cuatro muros a tu alrededor, donde no te dejan salir, y encima ponen un quinto para no dejarte respirar?

Ladee la cabeza ante su metáfora, no entendía muy bien pero, al parecer eso era lo que Bill sentía.

- ¿Qué quieres decir?


- bueno…es como si algún sentiste que nadie te quería o prestaba atención a lo que sintieras y encima te dicen una noticia que para la felicidad de unos es hermosa, pero para tu felicidad es…es como si te dijeran que vas a morir en veinticuatro horas.- me quede sorprendida.


- pues…no he llegado al último punto…pero definitivamente he sentido lo primero.- confesé.


- ¿quieres escapar del mundo? ¿Quieres morir y dejar caer todo por la borda?- asentí.-¿buscas el apoyo de alguien pero por más que lo pides a gritos te responden con una cara larga y un “el apoyo se gana”?- tome su muñeca.


- ¿a qué quieres llegar con esto, Bill?- bajo la mirada.


- eso me paso hoy…


- ¿Qué te paso?


- papá me regaño porque “tome”- dijo moviendo sus dedos. –me grito y…luego me dijo que…nada.


- vamos, Bill ¿Qué tienes?


- nada…olvídalo, por favor…


- está bien.


- ¿quieres que bajemos?- asentí.


- ¿ahora si me puedes decir como bajar?- sonrió ampliamente.


- bueno, solo tengo que aventarte.- lo mire, asustada. –Es solo una broma.- rió fuertemente. –solo sígueme.

Comenzó a bajar rápidamente y yo intentaba seguir su paso. El bajo completamente, cuando iba a bajar, el tobillo se me doblo, haciéndome caer sobre Bill.

- ¡mierda!- grite.

Bill comenzó a carcajearse. Apretaba su estomago. Di un pequeño golpe en su brazo.

- ¡no te burles!


- ya, el que cayó sobre el otro no fui yo, deberías disculparte.


- perdóname, Bill.- dije bruscamente, el sonrió.


- te perdono, ahora puedes quitarte de encima de mí.


- no eres gracioso.- sonrió de nuevo.


- tu si eres graciosa, debiste ver tu cara cuando caías.


- cállate.- grite el me tomo por detrás y me tiró encima suyo, haciendo que mi cabeza quedara sobre su estomago. -¡suéltame!


- calla, o te tendré que secuestrar.- comencé a reír fuertemente.


- ahh ¿eso es lo que quieres? ¡Está bien!- me levantó junto con él y me llevo con las manos en mis labios corriendo más adentro del parque.


- ¡suéltame, Bill! ¡Suéltame!- me soltó y como reflejo puse mis manos, pero me sostuvo antes de caer.


- creíste que te soltaría.- se burlo.


- te creo capaz.- frunció el ceño y se tiro, aun con sus manos en mi cintura, a las hojas secas.


- mira lo que tengo para ti.- aventó un puño de hojas a mi cara.


- ¡Bill!- grite, haciendo lo mismo.


- ¡no lo hagas!- rió.

Comenzamos a jugar con las hojas. Bill se puso encima de mí haciéndome cosquillas. Tome sus cabellos y le deshice la coleta que llevaba.

- ¡déjame!


- ¡te lo mereces!- grito.


- ¡BILL, BILL, DONDE ESTAS NIÑO!- los dos paramos, mire a Bill, que de un segundo a otro ya tenía una cara de tristeza.


- ¡BILL, HERMANO!- se escucho la voz de alguien que al parecer, era Tom.


- ¡HIJO, BILL!- la voz de una señora. tal vez su mamá.


- ehh…yo…yo…- tartamudeo Bill.


- ¿tienes que irte?- asintió, tímido. –Vamos, que te acompaño.- Bill sonrió.

Bill se quitó de encima mío y nos levantamos. Sacudimos nuestra ropa y caminamos fuera del parque. Su familia estaba ahí. Su papá enojado y su hermano y mamá estaban preocupados.

- ¿¡por qué te fuiste!?- grito su papá.


- ya…ahora no…por favor…- dijo avergonzado.


- si ¡aquí sí! Tus amigos tienen que saber cómo te comportas.


- por favor…- volvió a repetir, Bill.


- ya, no seas así con tu hijo.- dijo su mamá.


- ¡también es tu hijo!- ella rodeo los ojos.


- Bill, ¿Qué te parece si nos vemos mañana o…cuando puedas?- dije, tratando de quitarle lo tenso.


- si…está bien…nos vemos.- di un beso en su mejilla.


- adiós…ehh, y lo siento, señores. Bill y yo solo estábamos platicando, no tiene que regañarlo.

Su papá me miro fulminante y su hermano saco una leve sonrisa, su mamá me miraba con ternura y Bill…Bill estaba a punto de llorar. Salí casi corriendo de ahí. Bill no hizo nada malo, no veo porque tienen que gritarle así.



miércoles, 28 de diciembre de 2011

capitulo 12


Regresamos con su familia, que ahora se encontraba solo platicando. El cielo ya no era tan brillante, estaba anocheciendo. Nos quedamos platicando por un tiempo más hasta que decidimos regresar.

Subimos (tu nombre) y yo a su recamara y no en mucho tiempo su mamá entro.

- Bill, ¿tu papá va a venir por ti?- preguntó la mamá de (tu nombre). La mire apenado.
- ehh…no, yo voy a caminar a mi casa.- sonreí.
- ¿hasta tu casa caminando? No, Bill, eso no puede ser ¿ya viste la hora? Y al parecer va a llover.- ante eso, mire el cielo y si, se veía muy nublado.
- puedo tomar un camión.
- vamos, si quieres, puedo llevarte yo.
- no, no es necesario, gracias.
- ¿estás seguro? No quiero que pesques una enfermedad, en serio puedo llevarte yo.
- emm, en serio, no es necesario.
- vamos, no piensas negarme una invitación.- sonrió y yo le imite. Me sentía apenado, no quería ser una carga para nadie y me pareció tan linda que se preocupara, que en serio, no pensé que negarle la invitación sería correcto.
- ¿en serio me llevaría?- pregunte, un poco apenado.
- claro que sí, vamos, te llevo.- se viro con (tu nombre). -¿nos acompañas?
- si, ahora bajo.- si mamá asintió y me tomo de la muñeca, haciéndome bajar por las escaleras.
- no seas tan penoso, bill, en serio no tienes por qué estarlo.
- bueno…es que…nunca nadie me ofreció ser llevado a ningún lado.
- pues esas personas no tienen sentido de razón.- sonrió.

(Tu nombre) bajo las escaleras mientras se colocaba una chamarra blanca, saco sus cabellos que se quedaron atrapados y se acerco. Su mamá abrió la puerta y nos dejo pasar, (tu nombre) subió en los asientos traseros al igual que yo.

- (tu nombre), ¿Por qué no vas enfrente, con tu mamá?
- no te voy a dejar solo aquí.
- pero dejas sola a tu mamá allá.- sonrió. –No querrás dejarla como si fuera nuestra chofer ¿o sí?- rodeo los ojos.
- pero te dejare como a nuestra carga aquí.
- ahh, no te preocupes por eso…ve con ella ¿sí?
- bueno…- (tu  nombre) salió del auto y volvió a meterse a este junto a su mamá

Cuando llegamos, agradecí a su mamá y me despedí de las dos, entre en casa y ellas se fueron. Subí a mi recamara, era tarde y seguro papá ya estaba dormido, así que decidí no ir a buscarlo a su recamara. No me cambié por el pijama, tenía demasiado sueño. Deshice la cama y me cobije hasta quedar dormido.

….

Desperté, me di un baño y baje. Papá y esa mujer estaban platicando mientras al parecer comían –parecía que se comían más el uno al otro que a su comida- me acerqué a ellos y me miraron.

- papá… ¿Qué hace ella aquí? Dime que no durmió contigo.
- no te puedo decir lo contrario.- sonrió con suficiencia.
- pero…
- hay, Bill ya cállate. ¿No puedes dejarnos en paz ni una sola mañana?
- no…quiero decir, no debería quedarse ella en casa ¿sabes qué día es hoy?
- no me importa que día sea, lárgate.
- quiero desayunar.
- pues no lo harás mientras nosotros estemos aquí. ¡Vete!- negué y me subí de nuevo.

En muy poco tiempo ella se fue, y después de una media hora, tocaron el timbre. Papá grito que yo abriera la puerta y eso hice, baje corriendo y abrí la puerta para después, también abrir la reja.

- ¡mamá!- le di un fuerte abrazo. – creí que no llegarías.
- Cómo no iba a llegar, Bill- dijo mientras aceptaba mi abrazo.
- hola, Bill.- deje de abrazar a mamá para ver a Tom, que sonreía.
- hola, Tom, pasen.- sonreí. Entramos a casa.
- ¿¡quién era, niño!?- papá grito desde su recamara.
- ¡MAMÁ Y TOM!- los pasos de papá se escucharon fuertes por las escaleras. Saludo a mamá, serio, y a Tom lo saludo con una sonrisa.

Papá y mamá se sentaron en la sala y comenzaron a hablar de saber qué. Tom y yo subimos a mi recamara –como lo hacíamos siempre- y nos sentamos en la cama.

- ¿Por qué papá te llama “niño”?- pregunto Tom, mirándose en el pequeño espejo que colgaba de la pared.
- que se yo, pero no siempre me llama así.- sonreí.
- bueno…- río. –y que, ¿has hecho más canciones?
- no…es decir, no he tenido inspiración.
- pues como quieres tener inspiración, Bill, jamás sales de este cuarto.
- bueno, no tengo con quién salir.
- ¿y con ese tal “Andy”? el que me platicaste cuando fuiste a casa. ¡Hablando de eso! ¿Por qué te fuiste tan pronto? No duraste tres días ahí.
- Andy ya se mudo.- baje la mirada. –y Gustav está de vacaciones, solo esta (tu nombre)- cepille mi cabello. –Y me fui porque papá quería salir conmigo.- mentí.
- ohh, ¿en serio se mudo ya?- asentí. –hum.- suspiró.

Deje de cepillarme, y avente el cepillo en mi cama, me acerque con Tom, que seguía acomodando sus rastas frente al espejo.

- Tom, necesito hablar contigo…- baje la mirada.
- ¿hablar? ¿Sobre qué?
- bueno…ven.- nos sentamos en la cama y él me miro serio.
- ¿Qué pasa, Bill?
- bueno…no sé si te importe…pero…papá- ladeo la cabeza y arrugo las cejas.
- ¿papá qué?
- papá sale con alguien.- abrió los ojos, sorprendido.
- ¿¡que!?
- si…es una estúpida y papá…papá ya quería cogérsela.
- vamos, Bill no juegues.
- ¡no juego, Tom, te lo digo en serio!- Tom bajo la mirada y mordió sus labios fuertemente.
- pero… ¿Por qué?- me miro y de apoco sus ojos se hicieron cristalinos.
- Tom ¿Qué tienes?
- ¿¡por que lo hace!? ¿Qué hay con nosotros? Y… ¿y si te lleva lejos? ¿Y si olvida a mamá?
- eso ya se lo dije, pero parece no importarle.- Tom negó y bajo corriendo, yo le seguí, con un poco de miedo. Papá sonrió al mirarlo, pero pronto quito la sonrisa y miro a Tom confundido.
- ¿te pasa algo, Tom?- pregunto papá.
- sí, ¡si me pasa!
- Tom, tranquilo, háblale bien a tu papá- dijo mamá.
- ¡¿Cómo quieres que le hable bien, mamá?! El… ¡él está con otra!

Mamá lo miro de golpe, Tom también lo miraba. Solo que la mirada de papa solo estaba en mí, sabiendo, claramente, que fui yo quien se lo dijo a Tom.

- vamos, Tom, es solo una amiga.- Tom rodeo los ojos.
- ¿solo una amiga? ¡A las amigas no se les folla! ¡Tú querías follar con ella!
- pero, ¿Quién te dijo eso?- dijo papá, al parecer no sabía mentir, en sus sucios ojos se notaba que estaba más nervioso que nada.
- ¡Bill, papá, Bill me lo dijo! ¿Por qué? Nosotros te queremos, Bill y yo somos tus hijos ¡¿Por qué nos haces esto?!- podía sentir el dolor que a Tom le causaba el estar pasando por esto, podía verlo también en sus ojos inundados en lagrimas que aun no se atrevía a soltar.
- vamos, Tom, también quiero hacer mi vida, quiero una mujer en mi vida, alguien que pueda cuidar de tu hermano.- Tom me miro, yo baje la mirada al tiro.
- ¿alguien que cuide de mi hermano? Si contigo el tiene suficiente ¿crees que Bill está emocionado por lo que le estás haciendo pasar? Papá…tú eres lo único que a Bill le queda ¡y si quieres a una mujer, jamás debiste dejar a mamá!

Al parecer era así como Tom veía que yo vivía, pensaba que papá lo era todo para mí, cuando era totalmente lo contrario. Papá me miro y después miró a mamá, se levantó del sofá y tomo a Tom de los hombros.

- Tom, las cosas con tu mamá no funcionaron más, entiende que mi vida no puede seguir así, solo, sin nadie a mi lado, alguien a quien quiera.
- ¿sin nadie? tu estas muy bien acompañado ¡es tu hijo! ¡Es Bill!
- tu pareces no entender lo que yo necesito ¡no necesito a un niño, Tom!
- pues tal vez tu no lo necesites ¡pero ten por seguro que el si te necesita a ti!
- ¿sabes que, tom? No te estoy pidiendo que me des tus “lecciones” ¿sabes? Ella es mi novia y quieras o no, ¡yo la amo! Y no la voy a dejar por ustedes.

Los ojos de Tom, por fin dejaron que las lágrimas cayeran, negó varias veces y corrió hasta mi alcoba. Mire a papá, que al parecer se sintió lo bastante culpable con lo que le dijo. Entreabrió la boca y después me vio a mí con asco.

El timbre volvió a sonar. Corrí a abrirla, antes de que papá pudiera hacer o decir cualquier cosa. Era (tu nombre), que sonreía. Al parecer se le había hecho costumbre venir a casa. Sonriendo abrí la puerta y la deje pasar. Papá la miro, y no se hizo amago de poner una buena cara, me sentí avergonzado, hasta ver la cara de mamá, que sonreía amablemente en su presencia.

- ¿quién es ella, Bill?- la mire e hice que se acercara un poco más.
- ella es mi mejor amiga, (tu nombre).- mamá se levanto y la saludo con un beso en su mejilla. (Tu nombre) sonreía.

Después de que se presentara subimos a mi recamara, (tu nombre) me miro extrañada al ver a Tom llorando en mi cama.

- ¿Bill, quien es él?- susurró en mi oído.
- ehh…bueno…

Tom levanto la mirada y saco sus lágrimas rápidamente al mirarla. Ladeo la cabeza y me miro confundido.

- ¿Quién es, Bill?- dijo, mientras sorbía la nariz.
- soy, (Tu nombre) ¿y tú?- mierda…
- yo…yo soy Tom.- sonrió. Tu nombre me miro de golpe.
- ¿Tom?
- si…soy Tom ¿pasa algo?
- ehh…no, nada.- sonrió. Yo baje la mirada, avergonzado.
- valla, ¿Por qué mejor dejamos de presentarnos?- dije, tratando de no des encararme tan pronto.
- Bill, ¿Tom no era un personaje?
- pues si…es un personaje… ¿Por qué?
- bueno…Tom está frente a ti y…no parece ser tan solo un personaje.
- ya está. Es un personaje pero…el, Tom- apunte a mi hermano.- es…es mi primo.
- ¿tu primo?- pregunto (tu nombre), mirando a Tom.
- bueno…ya…perdóname (tu nombre)…Tom, es mi hermano.- baje la mirada.
- ¿en serio? Pero ¿Por qué no me lo dijiste?
- es…yo no quería que supieras…es…la verdad es que…mis papás…mis papás se separaron.
- lo siento, Bill.- me tomo el hombro.
- mamá se llevo a Tom…y yo me quede con papá.
- ¿Bill, porque no se lo dijiste? ¿Te avergüenzas de mi?- preguntó, Tom.
- no…claro que no Tom pero…si lo hago de mi.
- ¿te avergüenzas de ti mismo? Vamos, Bill, eso no es cierto.
- me avergüenzo de mí, me avergüenzo de mi vida y de mi familia. (Tu nombre), no quise mentirte pero…sabes que…
- te entiendo, Bill.- me tomo la muñeca. –en serio te entiendo. Pero no te pongas mal.
- ¡TOM, TENEMOS QUE IRNOS!- grito, mamá. Tom se levanto de la cama y se despidió de (tu nombre) con un beso en la mejilla. Después de acerco a mí.
- Adiós, hermano.
- Adiós, Tom…
- Bill, no estés mal, yo también tarde en decirlo. Espero que papá no esté con esa vieja.
- eso espero yo también.- me dio un abrazo.
- ¿te veré mañana?
- si papá no se enoja, si.
- está bien.- Tom salió de la recamara. (Tu nombre) me miro.
- vamos a salir unos amigos y yo, ¿quieres venir?
- bueno…no creo que papá me deje.
- ven, que le preguntamos.

Bajamos con papá, que yacía sentado en el sofá, mirando hacia la ventana.

- ehh… ¿puedo salir con (tu nombre)?- papá me miro, serio.
- ¿A dónde?
- solo saldremos a la casa de un amigo.- dijo (tu nombre)
- ¡quiero que regreses temprano, antes de las nueve!
- está bien.- salimos rápidamente. Nos dirigimos a la casa del amigo de (Tu nombre). Ella toco la puerta y abrieron rápidamente, nos dejaron entrar.

Después de una medía hora todos habían comenzado a beber. A mí no me gustaba hacerlo, y no podía creer la conciencia de sus padres al dejarlos hacer eso cuando eran menores de edad. Me senté en un sofá, mirando a todos mientras gritaban y bailaban. Por un momento perdí a (tu nombre) de vista, cuando llego de la mano de un tío.

- mira, bill, el es mi novio, Frank.
- aahh, hola, fank.- sonreí.
- hola ehh…
- Bill.- dijo (tu nombre)
- bill.- dijo él, tendiendo su mano. Yo la estreche.

Paso un tiempo, (tu nombre) se había ido con Frank a bailar. Me quede aun sentado ahí, hasta que llego un grupito de tíos, borrachos y se sentaron a un lado mío.

- hey, ¿quieres bailar, linda?- rodee los ojos.
- no.
- vamos, que no te haré nada, solo quiero bailar contigo, nena.
- cállate, imbécil. ¡No soy una tía!- sorprendido, cubrió su boca con la palma de su mano.
- ¿¡que no eres tía!? No jodas, ¿en serio?- no conteste. -  pero, te maquillas ¿y eres tío? Pff, serás marica.

Mire a los que bailaban, en busca de (tu nombre), pero al encontrarla, la mire que besaba a Frank y no quise molestarla. Entonces solo me quede sentado sin prestar atención a ese imbécil.

- ya va, si eres hombre ¿Por qué no tomas?
- no me gusta…
- ya, eres marica.
- ¡no soy!
- que lo eres, va toma algo.
- no.
- ¡que tomes, nenaza!
- no, gracias.
- vas a ver como sí.- tomo una botella de alcohol y un vaso. – me dices hasta donde te le lleno.
- que no quiero, gracias.
- no mientas.
- por favor, deja eso, no quiero.- dejo el vaso y suspire aliviado. De pronto sentí un jaloneo de cabellos que me hicieron reclinar la cabeza hacia atrás con brusquedad. Comenzaron a gritar y uno de ellos metió la botella en mi boca, haciendo que todo el alcohol viajara por mi garganta haciéndome ahogarme y sentir mi garganta quemar.
- ya…- me moví bruscamente.- ya… ¡Ya!...por favor….hummg
- ¿verdad que te gusta?- cerré mis ojos fuertemente y con mi mano quite la botella. Comencé a respirar entrecortado.
- ¡te he dicho que no quería!- limpie mis labios.
- pues tomaras más o… ¿quieres fumar?
- no, no quiero…mejor me voy a casa.- me levante del sillón pero él me hizo sentarme de nuevo.
- quieres tomar más.- me tomaron de brazos y piernas, para que no pudiera moverme y volvieron a poner la botella.
- ¡ye déjenme, por favor! No quiero tomar…ya…-sentí ese ardor en mi garganta de nuevo, di una patada a saber donde, pero funciono y me hizo poder escapar.
- ¡qué te pasa marica! ¡Me lastimaste!- dijo uno de ellos, que me tomo del cuello.
- lo siento…perdóname…- me azoto contra la pared mientras apretaba mi cuello dejándome sin respiración.
- ¡¿Por qué lo hiciste?! ¡Eres un marica!
- pe…perdona….yo…yo…yo no quise…
- ¡suéltalo!- (tu nombre) llego y quito sus manos de mi cuello.
- ¡me ha golpeado, se lo merece!
- no te golpeo sin razón, ¡ya déjenlo en paz!
- mi amor, deja que ellos arreglen sus diferencias solos.- dijo Frank, que me miraba con asco.
- claro que no, Bill es mi amigo, no voy a dejar que lo lastimen.
- hay, vámonos ya, no estés de princesa y déjalo, (tu nombre)
- ¡que no, Frank! – se acerco a mí. -¿estás bien, Bill?- Asentí.
- me voy a casa, (tu nombre) ¿está bien?
- te acompaño.
- no, (tu nombre), tu novio esta aquí, quédate tú con él.
- no.
- por favor, quédate, yo ya hice demasiado, mañana nos vemos ¿sí?
- está bien.

Corrí a mi casa. La vista se me hizo un poco borrosa. Mire mi casa, había una luz prendida. Me llego el sueño muy de golpe y me deje caer en el suelo, pronto me quede dormido.

By (tu nombre)

-(tu nombre), odio que te portes así.
- ¿portarme cómo?
- pues como te portaste con ese, Bill. El no es más importante que nuestra relación.
- pero es mi amigo, no iba a dejar que le hicieran daño, bastante tiene en la escuela.
- pero él no es un marica, el tiene que saber cómo defenderse.
- no me importa si sabe o no defenderse.
- bueno, ¿Qué te parece si dejamos eso en paz?
- si…creo que es mejor.

Me abrazo y dio un beso en mi cuello.

- te quiero.- dijo con una voz tierna.
- yo también te quiero.

Si lo quería, en serio lo quería pero no soportaba que pensara de esa forma, no iba a dejar a mi amigo solo, para que le golpeara e hicieran con él lo que quisieran.

Bailamos un rato y después me fui yo a mi casa. Deshice mi cama y comencé a dormir. Ya era tarde…solo espero que Bill este bien con su papá.