Me empezó a golpear más y más duro en mi espalda,
en mi pierna, creo que hasta en mi cabeza, yo solo sentía hormigueo en partes
de mi cuerpo después de eso, me miro con desprecio.
- por favor…deja de pegarme…
Tomo con firmeza su cinturón y lo aventó hacia el
sillón.
- ve a dormir, que mañana tienes que ir al
colegio.- subió a su cuarto sin siquiera despedirse de mí, aun que sabía que no
lo haría.
Me levante del suelo y subí a mi cuarto, adolorido.
Las lágrimas caían de mis ojos sin parar. Me cambie por mi pijama y me senté en
la cama. Escuche el ruido de la televisión en el cuarto de papá, no entendía
como podía casi acabar conmigo y después estar tan tranquilo.
Me acosté, me cobije y no en mucho tiempo acabe dormido.
La alarma en mi celular me hizo despertar
rápidamente, al parecer había sonado ya tres veces, ¡se me hacía tarde para ir
al colegio! Me di un baño y me cambie con el uniforme. Tome un pequeño cepillo
negro y al mirarme en el espejo, vi casi imposible el poder ocultar todos esos
moretones.
Me maquille un poco, tratando de ocultar algún
moretón en mi cara. Tome mi mochila y salí de mi cuarto sin hacer la cama. Al
parecer papá seguía durmiendo, ya que no despertó cuando baje. Hice el desayuno
de papá y comí algo antes de irme.
Salí de casa y me dirigí al colegio. Corrí hasta mi
cubículo y abrí la puerta con brusquedad.
- de nuevo llegas tarde.- dijo mi maestra, cruzada
de brazos.
- es que…no tenía dinero para el autobus...- decía respirando entrecortado por tanto correr.
- siempre te excusas con lo mismo, niño. Toma tu asiento que por tu culpa perdemos tiempo de clase.
Asentí y me senté atrás de Andy. Volteo a mirarme,
sorprendido.
- ¿Qué te paso en tu cara?- dijo con la voz baja.
- …nada…
- no me digas que te volvieron a molestar.- negué.
- no, me caí.- Andy negó y volvió la mirada con la maestra.
- ¿hiciste el trabajo, bill?- ¡el maldito trabajo!, lo olvide.
- mierda…no… ¿y tú?
- yo si lo hice.
- ¿puedo copiarte?- suspiro y asintió, pasándome su trabajo.
Comencé a copearlo rápidamente.
- ¡maestra, el raro esta copeando el trabajo!- dijo
algún imbécil.
Mire a la maestra, mordí mis labios y ella se
acerco negando, seria.
- otra vez copeando. ¿Sabes qué? Yo ya no puedo
aguantar lo mismo siempre. ¡Los dos, vallan con el director!- Andy me miro asustado.
–y en cuánto a ti- dijo mirándome. –vas a reprobar mi matería.
- ¡no! no puedo reprobar.
- lo hubieras pensado antes de no hacer tus trabajos, ahora váyanse los dos.
Andy y yo nos miramos, nos levantamos de nuestro
asiento y caminamos hacia la dirección. Nos sentamos, en espera de que el
director nos dejara pasar a la oficina.
- Bill, no quiero ser malo…- dijo Andy, retorciendo
sus labios.
- ¿de qué hablas?
- bueno…- suspiro y miro sus piernas mientras las movía, nervioso. –siempre te he pasado mis trabajos y tareas… pienso que deberías pensar un poco en ti, nunca haces tus trabajos y la maestra ya te dijo que reprobarías.
- no te entiendo, ¿Qué quieres decir?
- que si sigues así, vas a reprobar todo y…yo también.
- es culpa de mi papá.
- ¿de tu papá? Bill, creo que él no puede estar siempre contigo, viendo si haces tus trabajos o no.
- no me refiero a eso…sino que… ¿sabes qué? Olvídalo, ya no te pediré nada, lo haré yo solo.
- no lo hago porque no quiera sino que, pronto nos tendremos que separar y…
- ¡¿separarnos?! No, eso no ¡¿por qué?!- sonrió.
- bueno, tal vez no estudie en esta escuela más y, nuestra carrera, yo no estudiaré lo mismo que tu.
- ¡no me dejes solo, por favor! Andy, juro que no te copiare los trabajos nunca más pero, no te vayas ¡al menos quédate hasta que sea hora de estudiar la carrera!
Andreas sonrió negando, parecía que ahora todo lo
que decía era gracioso o estúpido.
- que me valla de esta escuela no es que no nos
veamos nunca más.
Baje la mirada, sabía que no nos veríamos muy
seguido. Entramos con el director, nos llamo la atención y después nos dejo
volver.
La escuela terminó, Andy se fue y yo me quede
esperando a papá para regresar a casa.
- hey maricón, ¿Qué te paso?- dijo Adam, jalando mi
mochila hacia él.
- déjame en paz.
- que ¿tienes miedo? Vamos, dime que te paso, ¿te golpearon?- decía mientras reía.
- que me dejes.- mire, buscando el carro de papá.
- hay, ¿no quieres estar conmigo, pero que te hice?
Lo ignore, aun buscando el carro de papá. Me jalo
del brazo e hizo que lo mirara.
- ¡suéltame!
- tranquilo, no te hice nada, nenaza.- jalo mi
cabello.
Lo mire enojado y camine lejos de él.
- ¿Dónde está mi papá?- dije para mí mismo.
- que ¿te dejaron?- empezó a reírse fuertemente. -¿vez? Tampoco le importas a tu papá.
- cállate, imbécil.
- hay, la nena quiere llorar. ¡Eres un marica!- tomo mi mochila y empezó a abrirla.
- ¡déjala estúpido!- se la quite, pero Adam volvió a quitármela.
- mmm, ¿Qué tienes aquí?- volteo la mochila y dejo caer todos mis libros. –nada que me interese, puras cosas de nenas, como tú.
- ¡eres un idiota!- dije mientras me acuclillaba para recoger mis cosas.
- oh no, ¡que es esto!- tomo algo que no alcance a ver bien que era.
Cuando lo abrió supe que era: mi delineador.
- ohh, la niñita se trae sus pinturitas por si se
despinta.- dijo burlándose.
- dámelo, Adam.
- ¿lo quieres? Toma.- lo puso frente a mí.
- gracias.- sonreí y acerque mi mano para tomarlo.
- ¡atrápalo!- lo aventó a la acera de la calle. Mire a Adam negando.
- ¡¿Por qué lo haces?!
- porque un hombre no usa esas mariconadas. Huy, olvide que tú no eres hombre.
- déjame en paz de una vez.
- si…lo que digas.- sonrió alzando las cejas, camino hacía el autobús, pasando sobre mis libros que aun no recogía.
- ¡BILL!- voltee, era papá ¡al fin!
- ya voy.
Recogí mis libros del suelo y corrí hacia el carro
con papá, la verdad estaba aliviado de que al fin llego por mí. Me metí al
carro y papá me miró. No le mantuve la mirada mucho tiempo, pues sentí vergüenza.
Regresamos a casa, Salí del carro y corrí con scotty que se revolvió a mí
alrededor.
- ¡deja al maldito perro y vamos a comer!
- déjame estar con él un tiempo.
- ¿quieres que tu cara quede peor?
- no…ya voy…- deje de acariciar a mi perro y entre a la casa.
Papá sirvió los platos y comenzamos a comer. El me
miraba extraño, como si fuera alguna deformidad, y no lo culpaba, si por su
culpa mi cara quedo hecha una mierda.
- ¿puedo preguntarte algo?- dije, un poco nervioso.
- que.
- puedes… ¿puedes cambiarme de escuela?- dejo de comer y me miro, enojado.
- ¿Qué te cambie de escuela?- asentí. -¿te portaste bien los últimos días?
- si…- se rió, burlándose.
- ¿Por qué quieres cambiarte?
- pues…es que…me molestan…
- ¿Quién te molesta?
- todos…
- como no quieres que te molesten, ¡eres un marica, Bill!
- no es cierto…
- como no, ¿te has mirado? Un hombre no se viste ni maquilla como tú.
- ¡no soy!
- eres una nena, ¿Por qué no fuiste como tu hermano? ¡Un hombre!
- yo si soy hombre.
- NO PARECE, mejor déjate de estupideces, no te voy a cambiar de escuela.
- ¡por favor! Siempre me pegan…papá, los maestros me maltratan también…
- merecido que lo tienes, ¿Cómo quieres que trabajen teniendo que mirar algo como tú?- me recorrió con su mirada.
Comenzó a comer como si nada otra vez, sin mirarme
de nuevo, yo no comí, solo le miraba con un nudo en el estomago.
- ¡soy tu hijo!- me miro.
- ¿Qué?
- soy tu hijo, ¡no me trates así!
- ¿sabes qué? Tú no me vas a hablar de esta forma, niño.
- tú no me puedes tratar así, ¿Por qué no me quieres?
- porque me da vergüenza tener un hijo maricon.
- ¡no soy maricon!
- sí que lo eres, ¡una nena, marica! Solo mírate, no hace falta decirlo. ¡Estas horrible! Un hombre no se maquilla, ¡un hombre gusta de las mujeres no de los hombres!
- ¡yo no gusto de los hombres!
- ¿ah no? ¿Y Andreas?
- ¡es mi amigo, ya te lo había dicho! ¡Tú solo me mal juzgas por cobarde!
- ¡no me vas a hablar así, estúpido!
Se levanto de la mesa y camino hacia mí, sacándome de
la silla, tirándome al suelo. Me queje.
- ¡déjame!
- por eso tu madre no te quiso a ti, solo vino a dejarte conmigo.
- no es cierto…mama me quiere.
- ¿te quiere? ¡Ella me dijo que eras un marica, no te quería tener con ella!
- no es verdad.
- entonces, dime porque estas tu conmigo.
Me tomo del brazo e hizo que me levantara. Me miro
enojado y me puso de espaldas a él, se acerco a mi oído y dijo, casi gritando.
- a ti, nadie te quiere. Agradece que tienes un
maldito lugar en donde vivir. ¿Quieres terminar prostituyéndote en las calles? No,
¿verdad? Así que cállate y no vuelvas a levantarme la voz de nuevo ¡¿está
bien?!
No me quedo nada más que asentir. Me echo al suelo
y regreso al comedor. Me levante y corrí hacia mi cuarto, termine llorando toda
la noche. Solo tenía dos amigos y uno se iría, no tenía nadie quien me
quisiera.
Al siguiente día desperté con los ojos hinchados. Sentía
un dolor en mi cabeza, tal vez sería por llorar tanto. No me puse el uniforme,
me puse una ropa cualquiera y salí de mi cuarto.
Llegue el colegio, no quería entrar…siempre me
pasaba lo mismo y…no quería que volviera a pasar, al menos hoy no. pase la
escuela por alto, corriendo.
- ¡hey! ¿A dónde vas?- asustado, voltee.
- yo…
- Bill, ¿no vienes a la escuela?- era Gustav.
- no...- camine sin prestarle más atención.
- ¡BILL!- me alcanzó de la muñeca.
- que…
- ¿puedes venir a mi casa por la tarde?
- no…bueno, mi papá no me deja salir, estoy castigado.
- humm, está bien…quédate entonces ¿sí?
- no quiero quedarme, Gustav, me tengo que ir.
- vamos, quiero hablar contigo.
- será mañana, ahorita no.- Camine, dejándolo solo.
- ¡espérame, bill!- voltee, Gustav venía corriendo tras de mí. -¡me voy contigo!
- ¿en serio?- asintió.
Caminamos sin rumbo, cuando nos cansamos, nos
sentamos recargados en un muro, en la calle.
- quiero hablar contigo, Bill.
- ¿de qué?
- te he visto extraño estos días, mírate.
- ¿Qué tiene de malo?
- estas lleno de golpes, ¿Quién te los hizo? Dime la verdad, sé que no es verdad lo que le dijiste a Andreas.
- bueno…tuve una pelea.
- ¿con quién?
- con...no lo sé…no los conocía.- mentí, no le diría que fue papá.
- Bill, no te pelees.
- pero me molestan, no les voy a dar el gusto.
- se los das si te enojas, no dejes que vean que te duele lo que te hacen.
- ¡pero no es posible, Gustav! ¡todos los días soy golpeado y no solo en la escuela! apenas tengo suerte cuando mamá y Tom vienen a mi casa.
- ¿quien es Tom?- Mierda...no le había contado que tenía hermanos...y mucho menos que mamá y papá no estaban más juntos.
- es...un primo.
- pero, ¿te pegan en tu casa, Bill?
- yo...¡que dices Gustav! claro que no.
- los golpes te los dieron en tu casa ¿verdad?
- ¡que no! no digas estupideces Gustav...papá no se atrevería a tocarme nunca...
- pero ¿y tu mama?
- Ella nunca está, menos me tocaría, ¡ déjate de estupideces!
Gustav me miro, tal vez ya sospechaba algo, así que quise ya no abrir mas la boca. nos levantamos y regresamos cada quien a sus casas.
:( pobre bill! que martirio!!
ResponderEliminarespero escape de eso pronto! :(
sube pronto porfa! xD espero con ansias el prox. cap :D
dios mio pobre de mi Bill TT^TT su papa esta tan curle con el!!!! Bill no merese todo lo que le estan asiendo U___U, pobre pero que bueno que ya se empiesa a defender, y que no le crea a su apap, esoty segura de que su mama jamas pensaria eso u_u bueno cudiate tkm amo enseiro te idolatro, como escribes tkm cudiate vale sige subiendo pronto oki n_n
ResponderEliminarahhhhh!!!!!!! cuando se acabara todo eso :'(
ResponderEliminarpobre de mi bill T__________________________T
espero gustav le ayude o algo asi y salgue de esa estupida vida :S
sube pronto porfa muero por saber que pasa vale? :)
POR QUE BILL SUFRE ASI NO LO MERECE ESPERO QUE YA ACABE TODO SU SUFRIMIENTO T.T SIGUELA ESTA MUY BUENA TU FIC...
ResponderEliminaroye te felicito pero recuerda mi consejo que no todo sea tristeza y porfa no te demores tanto en escribir que no me aguanto las ganas de leer
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