Lunes.
¡Un día para irme
con mamá! No puedo estar más ansioso por ir con ella, ¡menos de veinticuatro
horas!
Me levante de la
cama y tome ropa para ir a darme un
baño, estaba tan contento que por poco y se me salía cantar dentro de la
regadera. Salí y me vestí, cepille mi cabello y salí del baño para hacer la
cama. Escuche el timbre, pero no me moleste en ir a abrir la puerta. Seguro
papá lo haría.
- ¡Bill!- escuche el
grito de papá, aventé el cojín y baje lo más rápido posible.
- ¿Qué paso, papá?
- te buscan.
- ¿Quién?- pregunte confundido. Nunca esperaba a nadie en mi casa.
- tu “amigo”.- dijo moviendo los dedos. Supe al tiro que sería Andy.
- ahh…- camine a la puerta y, como lo había pensado, era mi mejor amigo.
- hola, Bill.- sonrió.
- ¡hola! ¿Qué haces aquí?
- quiero hablar contigo, ¿podemos salir?
- no…
- ¿no?- ladeo la cabeza.
- ehh… ¿me esperas?- asintió. –si quieres…pasa.
- ¿te pasa algo, Bill?
- no…ahora vengo.- subí con papá a su recamara, donde se encontraba leyendo un libro. Me acerque lentamente y tome su brazo, él solo me miro, serio.
- ¿Qué quieres?
- puedo…puedo…ehh…puedo…
- ¡odio que hables así, dímelo bien!- rasque me cabeza, haciendo que pequeñas gotas de agua cayeran sobre las cobijas de papá.
- ¿puedo…salir…con Andy?
- haz lo que quieras, tú ya sabes las consecuencias.
- por favor, papi, no voy a tardar más de unos minutos ¡lo juro!
- ¿no me escuchas? ¡Que hagas lo que quieras!- suspire y salí de su recamara para bajar con Andy, que estaba en el jardín jugando con mi perro.
- Andy…- el me miro y al tiro se levanto del pasto y se acerco.
- que, ¿puedes salir?
- no…papá no me dejo.
- pero, ¿y tu mamá?
- no está…
- bueno…- miro hacia el cielo y después bajo la mirada a mi. – ¿Qué te parece si hablamos aquí, en el jardín?
- hum, buena idea.
Caminamos, seguidos
de Scotty. Nos sentamos en el pasto. Al principio todo fue silencio, pero
gracias a un suspiro de mi amigo, me atreví a hablar.
- y, ¿de qué quieres hablar conmigo?
- pues…mañana te vas ¿no es así?- asentí, sonriendo.
- sí, me voy con mamá.- suspire.
- solo, quiero despedirme de ti.- lo mire.
- ¿en serio?
- Bill, eres mi mejor amigo. Espero que te diviertas.
- Andy, tu eres mi mejor amigo.- el sonrió.- pero solo me voy una semana, regresaré.
- si…pero tal vez yo no.- mi corazón comenzó a doler y un escalofrió me recorrió.
- q… ¿Qué?- negué.- ¿a qué te refieres? No me vas a dejar solo ¿verdad?
- Bill- bajo la mirada. –, mi mamá se entero.
- ¿de qué? Andreas, ¿de qué hablas?
- pues, lo de los rumores, Bill. Tal vez nos mudaremos, ya sabes cómo es mamá.
- no, ¡no sé cómo es!- me levante del suelo. -¡no sé como es, Andreas! No me puedes dejar, ¡no puedes!
- Bill, tranquilízate, no es seguro.
- ¡lo rumores no pueden ser tan malos! ¡Dime cuales rumores!
- siéntate, Bill.
- ¡no!
- vamos.- suspire y me deje caer de rodillas al pasto. – Todos dicen que tu y yo…salimos juntos.- levante la mirada de golpe, serio.
- ¿Qué salimos?- el asintió. - ¡pero tú sabes que eso no es cierto, díselo a tu mamá!
- Bill…tú ya sabes cómo es mamá, es muy paranoica y….
- ¡que, Andy!
- ella piensa que si es verdad.
- ¿piensa que eres homosexual?- negó.- ¡¿entonces?!
- piensa…piensa que tu lo eres y…gustas de mi.- sentí un gran nudo en mi estomago.
- ¿q…que?
- perdóname, Bill. No quería decírtelo pero…eso es lo que piensa mamá.
Mis ojos empezaron a
cristalizarse. Entonces su mamá siempre había sido de doble personalidad. ¡No
lo entendía! ¿Por qué me trataba tan bien entonces?
- ¡aun que fuera
homosexual, no tendría que separarte de mí!
- mamá no aprecia a los homosexuales.
- ¡¿ENTONCES PORQUE ME ACEPTABA EN TU CASA?!
- porque eras mi mejor amigo.
- ¿era?- mi corazón comenzó a latir fuertemente, y estaba a nada de llorar. -¡¿ERA?! ¿ENTONCES ESTÁS DICIENDO QUE YA NO ES ASI?
- no, Bill, no estoy diciendo eso, solo…yo…Bill, por favor no te pongas así.
- ¿sabes? Creo que es mejor que te largues.
- no, Bill. Por favor, espera, quiero despedirme de ti.
- ¿no habías venido para eso? ¡Adiós!
- vamos, Bill, no lo malinterpretes, si eres mi mejor amigo.
- ¡pero vas a irte, y seguro con seguirás a alguien mas QUE NO SEA HOMOSEXUAL COMO YO!
- ¡yo no pienso que tu lo seas!
- ¡pero tu mamá si!
- ¡ella no tiene nada que ver! ¿Crees que dejaría de ser tu amigo si tú fueras homosexual?
- ¡no lo sé, si fueras mi amigo, hubieras negado a tu mamá que gustaba de ti!
- ¡ella estaba mal! ¿Cómo piensas que se pondría si lo negara? ¡PENSARÍA QUE YO SOY HOMOSEXUAL TAMBIEN!
- ¡estás diciendo que yo si lo soy! Quiero que te vayas de mi casa, Andreas ¡LARGATE!
Andreas negó y se
levanto del pasto. Camino hasta la reja, la que abrió cuidadosamente. Me miro y
después salió de ahí.
Me encogí, abrazando
mis rodillas. Deje caer algunas lagrimas, y me puse a pensar que, mis compañeros, mi papa y la mamá de Andreas
pensaban lo mismo. ¿Cómo pueden pensar eso? ¡No me gusta mi mejor amigo!
Esperaba que fuera martes ya ¡quisiera irme de aquí!
Entre a casa y me
encerré en mi recamara. Tome mi diario y comencé a escribir, al parecer toda la
felicidad con la que había empezado mi día, se había ido. Me parecía tan extraño
como era que tan solo un comentario pudiera quitarme todo lo lindo que sentía
hace unas horas.
Martes.
El frio hizo que
despertara en busca de las cobijas que ahora se encontraban hasta mi cintura.
Me senté y las jale hasta cubrirme un poco debajo de mis ojos. Trate de dormir
otra vez pero es que el frio era demasiado y yo solo tenía una cobija y una
sabana.
Escuche el rechinido
de la puerta abrirse, pero no hice mucho caso, la puerta ahora estaba mal. Un
olor inundo mis fosas nasales, era un olor agradable.
Tomaron mi hombro y
sacaron las cobijas bruscamente de mi cuerpo. Me encogí, tratando de buscar el
calor de mi propio cuerpo.
- ¡hey, Bill!- abrí
los ojos. Una imagen borrosa se presento frente a mí. Parpadee repetidas veces
y la imagen de mi hermano se apareció.
- ¿Tom, que haces aquí?- me senté en la cama, tomando las cobijas y me tape con ellas.
- ¡es martes!- una sonrisa se formo en mis labios y me levante de la cama. -¿te dejaron venir?- asentí.
Mamá entro junto a
papá en mi recamara.
- ¿ya tienes tu
maleta?- asentí.
- sí, solo me visto.- cogí mi ropa y me metí en el baño.
Salí, cepille mi
cabello y tome mi mochila, me acerque con mamá.
- ¡listo!
- ¿llevaras tan poco?- pregunto Tom, mirando mi pequeña mochila.
- ehh…- baje la mirada, apenado.- es…es lo único que tengo…
- ahh…
- ¿Qué les parece si mejor nos vamos?- los dos asentimos.
Mamá y Tom salieron
de mi recamara. Papá y yo nos quedamos dentro. Lo mire, el también me miraba a
mí, serio, al parecer también enojado; me acerque a él.
- Adiós, papá…
- vete, Bill.
- ¿no vas a…?
- no, ¡vete ya!- baje la mirada y salí de ahí. Baje las escalera y mama y Tom esperaban parados en la puerta. Camine hacía ellos y sonreí, abriendo la reja para que saliéramos.
- ¡pido el asiento de adelante!- grito Tom, abriendo la puerta del carro y metiéndose, con una gran sonrisa. Mamá me abrió la puerta de atrás, y me metí en el.
[…]
- Bill, hijo, hemos
llegado a casa.- abrí los ojos y mire la ventana. ¡Que su casa era preciosa! Era
muy grande y se podía mirar un gran ventanal en el segundo piso, el jardín era
hermoso, el pasto verde y unos cuantos árboles y flores de diferentes colores.
- ¿en serio es tu casa?
- sí.
- pero, ¿Dónde está la otra?
- es la misma, Bill, tal vez ya no la recuerdes, hace años que tu no vienes.
Tal vez si era eso
lo que pasaba, pero es que en serio nunca había visto una casa tan bonita. ¡Ni
la de Gustav era así! Baje del auto rápidamente. Tom abrió la puerta y corrió con
su perro. Mama me tomo del hombro y me encamino dentro de su casa. Me quede
paralizado al ver que era aun más bonita por dentro. La luz estaba por todas
partes, al contrario de mi casa, que al parecer nunca entraba la luz.
- ¡esta hermosa!
- ¿te gusta, Bill?- asentí.- es tu casa, Bill. Ahora le digo a Tom que venga.
- gracias.
By tom
Mamá llego conmigo,
sonriendo, se acerco conmigo y me tomo de los hombros.
- al parecer ya no
recordaba nada de casa.
- ¿en serio?- asintió.
- ¿por qué no le ayudas a preparar su recamara?
- sí, ya voy.
Fui con Bill, que se
encontraba aun en la entrada, mirando cada centímetro de casa.
- ¿Qué haces?- dio
un pequeño salto y me miro.
- n…nada.
- acompáñame, que te daré tu recamara.
- ¿mi recamara?- asentí.
Subimos al segundo
piso, me vire con Bill, que miraba todo como si nunca hubiera estado en un
lugar parecido. Abrí la puerta de la recamara, entre y mire a bill, que se quedaba
en el marco de la puerta.
- que, ¿no piensas
entrar?
- ¿puedo?- ladee la cabeza.
- claro que si.- sonrió y entro. –esta va a ser tu recamara, ¿está bien?
- ¿y tu dónde vas a dormir?- pregunto, con una voz que no le había escuchado antes, como si estuviera apenado.
- yo tengo mi recamara. ¿No te gusta esta?
- ¿me estas prestando una recamara para mí solo? Es decir, ¿en serio tienes otra tú?
- Bill, ¿Qué es lo que te pasa? Si tengo una yo, esta es la habitación de huéspedes.
- ahh… ¿en serio?
- sí, Bill, ahora es mejor que bajemos a comer.
- está bien.
Bajamos, mama ya
había hecho la mesa y ahora solo ponía los vasos. Nos sentamos y mamá puso los
platos frente a nosotros.
- Bill, ¿comes
carne?- pregunto mamá y Bill, al parecer apenado, negó.
- pero… si ya la has hecho, me la como.
- claro que no, Bill.- mama le dio un plato con la misma comida que yo iba a comer.
Al parecer Bill se estremeció
un poco, pero finalmente comenzó a comer. Cuando termino, tomo sus platos y se
levanto de la silla.
- ¿no quieres algo
más, Bill?- pregunto mama, sonriendo.
- yo…ehh… no, gracias…- entro en la cocina y lavo los trastos. Mama y yo nos miramos extrañados.
Subimos a mi habitación,
Bill la miraba sorprendido y me parecía extraño.
- Bill, ¿te gustaría
salir?
- ¿salir, a donde?
- con unos amigos, les dije que vendrías y quieren conocerte,
- ¿conocerme, a mi? ¿¡Lo dices enserio!?
- ¿por qué te estaría mintiendo?- bajo la mirada.
- tus… ¿tus amigos saben que no vivimos juntos?- mordió sus labios.
- ¿Qué los tuyos no lo saben?
- no…si lo saben…
- bueno, ¿entonces, vienes o no?
- sí, si voy.- sonrió, dejándome ver sus dientes.- pero…no, olvídalo.
- dilo, Bill.
- ¿puedo…puedo maquillarme?
- no entiendo porque me lo preguntas a mí.
- ¿a quién debo preguntárselo? ¿A mama?- comencé a reírme, no muy fuerte.
- no debes preguntárselo a nadie, solo a ti mismo. ¿Quieres maquillarte?
- si…
- ¡pues hazlo!- sonrió, mirándome a los ojos.
- ¡¿lo dices en serio?!- asentí. -¡gracias, Tom!- salió corriendo de mi recamara.
Salimos de casa y
nos juntamos con mis amigos en una plaza.
- el… ¿el es tu
hermano?- pregunto Damián, con cara indiferente.
- sí, se llama Bill.
- ¿es mujer, verdad?
- claro que no, idiota.
- ¿es maricon, Tom? Podría jurar que es un transexual.- se burlo Conrad.
- sí, de esos que se venden por la calle.- siguió Damian.
- ¡déjenlo, imbéciles!- defendió Georg.
- vamos, Georg, estamos jugando. Admite que piensas que es de esas zorritas, de mujer la mola, hasta linda sería ¿no es cierto? ¡Parece más tía que tu novia!
- es verdad, su hermano podría ser una modelo, ¡solo míralo, parece una nena!
- ¿estás seguro que es hombre, Tom?
- ¡déjenme en paz!- me vire. Bill estaba con sus ojos a punto de soltar lágrimas.
- ohh, solo escucha su voz, ¡es tan aguda!
- si, como la de una tía.
Mi hermano salió corriendo
de ahí a saber donde, esos dos estúpidos solo reían.
- ¡son unos imbéciles!
- ya, tom, estábamos jugando. No lo decíamos en serio.
- ¡hijos de puta, son unos idiotas!- camine en busca de mi hermano pero alguno me tomo el hombro, haciéndome retroceder bruscamente.
- ¡que!
- Tom, ¿puedo acompañarte?- era Georg, sonriendo.
-si… ¡son unos idiotas!
- ya lo sé, pero ya no les hagas caso, mejor busca a tu hermano.
Georg y yo
caminamos, gritando su nombre, pero no lo encontrábamos. Se había ido y ahora
mama me mataría por haberlo perdido.
- ¡Tom!
- ¿lo encontraste?
- ¿no es el?- apunto.
Corrí hacia el
seguido de Georg. Se encontraba sentado en el piso, abrazando sus rodillas y
escondiendo la cabeza entre sus piernas.
- Bill, ya no
llores.- dije, tomando su hombro. El levanto su cabeza y me miro.
- ellos son unos idiotas, no los tomes en cuenta.- dijo Georg, sonriendo. Bill solo arqueo un lado de sus labios, tratando de sonreír.
- Bill, ¿era por eso que me preguntabas si podías maquillarte?- su ojos dejaron que mas lagrimas cayeran, su maquillaje se escurría por sus mejillas.
- es que… ¡creí que aquí, en Hamburgo, iba a ser diferente!
- ¿diferente? Quieres decir que, en Loitsche también te molestan.
- yo…no…no lo hacen.
- dime la verdad.- bajo la mirada y asintió, llorando aun más.
- ¿sabes que, Tom? Mejor nos vamos a mi casa, tu hermano tiene que desahogarse ¿si?- dijo Georg.
- está bien.
Nos levantamos y nos
dirigimos con Georg a su casa. Metió las llaves y nos dejo entrar. Subimos a su
recamara.
- ¿Estás bien, Bill?- pregunto Georg.
- si…
- ahora debes decirme ¿Qué es lo que te dicen en tu casa?
- nada…
- bill, por favor dime.
- me molestan…me dicen que…soy un marica y…eso…
- ¿y qué es lo que hace papa?
- el…él no lo sabe.
- ¡tienes que decírselo a papa!
- no…no quiero…no le diré…
- entonces se lo digo yo.
- ¡no, Tom! ¡No se lo digas, por favor!- suspire.
- miren lo que les traje.- me vire, era Georg con su mamá, que cargaban una charola con dulces y bebidas.
- gracias.- sonreí.
Su mama se fue y
Georg se sentó con nosotros.
- Bill ¿Por qué no
comes? Creo que te hará mejor.- Bill asintió.
- hermano, ¿es por eso que querías venir a Loítsche? ¿Para que dejaran de molestarte?
- no…yo, quería estar con mama y contigo…
- te ha dolido mucho la separación de tus papas, ¿no es así?- pregunto Georg.
- bueno…, más que eso…fue que me he quedado totalmente solo.
- ¿Qué hay de tu papá?
- el…sale mucho…
- ¿no tienes amigos?- Bill bajo la mirada y negó, dejando caer algunas lagrimas.
- ya no sé si son mis amigos…bueno Gustav si pero Andy…
- ¿Qué te hizo?
- nada…
- Bill, no debes estar triste, yo te entiendo. Mis padres también se separaron.
- ¿en serio?- lo miro, sorprendido.
- sí, y entiendo que te duela, y aun mas que te separen de tu hermano.
- ¿también te separaron del tuyo?- negó.
- no, pero, se que tiene que doler.
- bueno…sí.
BY BILL
Jamás me atrevería a decir que papá también
era parte de todo esto, que él me hacía sentir igual o peor que todas las
personas que me jodían. Sabía que estaba mal no decirlo pero si quería vivir,
tendría que guardármelo.
Creí que venir a Loítsche serviría para despejarme de mi realidad, de mi vida en Hamburgo pero al parecer seré molestado toda mi
vida solo por cómo me visto.
:O nooo bill!! que haces! debes confesar! debes confesarr todoo! asi al fin te separaras de tu padre y seras feliz!!
ResponderEliminar:( que triste! como trataron a bill! :(
pobrecito! espero q en verdad las cosas mejoren pronto para él...
sube prontooo porfa! ya kiero saber q pasa!
pienso lo miismo! XD
ResponderEliminary que pasooo con (nombre) ya quiero
que tenga bill a su amor como ayuda como complemento.
awww TT-TT porque tambien en Loítsche lo molestan TT.TT esto debe de detenerse lla!!!!!! bueno epseor y bill le diga asu mama y si no pues que por lomenos le diga a su mama sigle tu fic la amo vale porfa sigela!!!! tkm cudiate
ResponderEliminaromg me encanto el capitulo pobre de mi bill, lo que pasa es q todos esos le tienen envidia por que Bill Kaulitz ES PERFECTO esa es la realidad :D
ResponderEliminarque triste probre bill me gusto mucho tu cap siguela
ResponderEliminarque triste pobre de bill
ResponderEliminarespero el proximo cap con
ancias bye besos cuidate
xoxoxoxoxoxxoxxoxooxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxoxo
kiero otro .. pobre bill .... espero q todo esto cambie para el
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