martes, 20 de diciembre de 2011

capitulo 8


- Bill, ya es tarde, levántate.- tomaron mi hombro y me movieron delicadamente.


- hum…- me queje y me di la vuelta para no sentir más esa molesta mano.


- Bill, ¿no  me escuchaste? Levántate, ya hice el desayuno.


- mmm…- me senté, tallando mis ojos.

Mamá me miraba, sonriendo. No quería levantarme ¡esta cama era deliciosa! No se comparaba en nada con la que papá me había dado. Esta era muy cómoda.

Saque las cobijas de mi cuerpo y me levante de la cama, mamá sonrió y camino a la puerta seguido de mi. Nos sentamos en el desayunador; Tom estaba sentado, al parecer esperando el desayuno.

- ahora les traigo el desayuno.


- ¡¿el desayuno ya está hecho?!- pregunte sorprendido.


- ¿Qué esperabas?- pregunto, Tom.


- pues…yo…nada…


- ¿hay algún problema, Bill?


- no…

Mamá puso los platos frente a nosotros y comenzamos a comer.

- hoy saldré con mis amigos.- dijo Tom, mientras tomaba su vaso.


- ¿y Bill?- pregunto mamá, mirándome.


- bueno es…


- no, yo no voy.


- ¿Por qué no?


- yo…no…- comencé a ponerme nervioso. Tome los trastos y me dirigí a la cocina.


- ¿Qué te paso, Bill?- me vire, era Tom, que también traía los trastos.


- nada...


- ¿por qué no le dijiste a mamá que mis amigos te molestaban?


- ¡no le digas, Tom! Por favor ¡hago lo que quieras, pero no le digas que me dijeron eso!


- ¡¿pero qué te pasa, Bill?! No puedo creer como te lo quieres ocultar ¿eres idiota? ¡TE DIJERON ZORRA! ¡Dijeron que te vendías en la calle!


- ya lo sé pero, por favor ¡no le digas a mamá!- salí corriendo de la cocina y subí a la recamara.


- ¡Bill!- abrió la puerta fuertemente, haciendo que esta azotara fuerte con la pared.


- déjame…


- siempre que venías aquí estabas bien ¿dime qué pasa? ¿Ya no te gusta venir?


- no…no es eso es, ¡cuando venía aquí tenía 9 años! Cambie…


- no tuviste que haberlo hecho, parece que disfrutas que te digan todo eso.


- ¡no lo hago!


- ¿entonces porque no le dices a alguien? ¡Al menos a un amigo!


- ¡mis amigos ya lo saben!


- ¿y qué hacen?


- a Andy lo empezaron a molestar también…por mi culpa…


- ¿Por qué los molestaron?


- porque…olvídalo…


- bill, dímelo a mí.


- Andy me dijo que…que le dijeron que yo y él…salíamos juntos…


- ¿salían? Te refieres a ¿ser novios?- asentí. –pero ¿eso es cierto, Bill?


- no… ¡claro que no es verdad!


- entonces, si no es verdad, no veo porque debe dolerte.


- la mamá de Andy piensa que a mí me gusta el…y se mudaron para que ya no molestaran a Andy.


- Bill, quiero hacerte una pregunta ¿puedo?- asentí. Tom camino por el cuarto, de un lado a otro, tomando sus rastas. De pronto me miro y se hinco frente a mí, relamió sus labios y después los mordió.


- ¿Qué es Tom?


- no, olvídalo.- bajo la mirada.


- ¡dime, Tom!


- ya...ehh, no quiero que me lo tomes a mal ¿si?- asentí. –Bill… ¿eres homosexual?


- ¿Qué?- sentí de pronto como un gran nudo crecía en mi estomago. Que lo dijeran las personas que me juzgaban por cómo era, bueno…eso era una cosa… ¡pero que mi propio hermano gemelo llegara a dudar, era una cosa mucho más delicada!


- contéstame, por favor, dime si lo eres.


- ¡déjame en paz! ¡Te odio, Tom, te odio!


- ¿eso…es un…sí?


- ¡claro que no soy, NO SOY! ¡Déjame solo, te odio!

Tom salió de la recamara. ¿Por qué lo hacía? Yo no entiendo porque todas las personas me tratan así, ¡no lo entiendo! Me avente sobre la cama y de pronto, olvide todo, como por arte de magia.


- hijo, Bill, despierta.- escuche una voz dulce, que hizo que despertara de golpe.


- ehh… ¿Qué pasa...?


- Bill, tengo noticias.


- ¿buenas?- mama me miro a los ojos, como si no fueran del todo buenas.


- bueno, para mi malas, no se para ti.


- ¿Cuáles son?


- bueno, tu papá hablo hace unas horas. Quería hablar contigo pero no te quise despertar.


- ¿¡papa!? Y… ¿Qué te dijo?


- él quiere que regreses con el hoy.


- ¡no, no puede, no! ¡¿Por qué?!


- no lo sé, no pude convencerlo, quiere que regreses con él.


- ¡¿pero por que hoy?! No pude estar ni un día aquí.


- lo sé, pero son ordenes de tu padre, tu vives con él y…yo no puedo hacer nada.


- pero…no.


- yo tampoco quería que te fueras. Ahora es mejor que arregles tus cosas, en media hora nos vamos.- se levanto de la cama y salió del cuarto.

¡Que mi papa era injusto! ¡Como lo odio, LO ODIO! No aguanta verme feliz, pensar que estoy feliz ¡pareciera que lo que él quiere es que yo no esté bien!

Metí la ropa en la mochila y la avente contra la pared. Era como si me mandaran a un orfanato, como si volver con papá fuera la peor pesadilla. Baje con mamá y ella me miro sonriendo. Se levanto y se acerco a mí, dio un abrazo y acarició mi cabello.

- vamos.- camino hacia la mesa del comedor y tomo las llaves, después camino a la puerta y la abrió, dejándome pasar a mi primero. El perro de mi hermano se me acerco y comenzó a olfatearme, levante mi mano para acariciarle pero de pronto su carácter cambió, echándose encima mio para morderme.

- ¡hey!- grite asustado.


- tranquilo, Bruno.- me tomo del brazo. –siempre se comporta así con las personas que no conoce.


- ahh…- dije abriendo la puerta del carro, cada paso lejos de esa casa, era un cuchillo apuñalándome el estomago. ¡No quería regresar!

Mamá no hablo en todo el camino, solo prendió la radio, dejando una estación realmente aburrida. Estaba a punto de dormir, así que me recargue en la ventana y comencé a cerrar los ojos.

Después de lo que parecieron tan solo unos minutos de dormir, asome la cabeza por la ventana, y ahora un hacha fue la que atravesó mi estomago al ver ese horrible letrero oxidado con su sucio mensaje “bienvenidos a Loítsche”. Tan solo unos minutos después de eso se encontraba mi casa. Mama aparco el auto y me miro.

- hemos llegado.


- ya veo…- dije molesto. –Adiós y…gracias.


- gracias a ti, Bill. No bajare, tengo que ir pronto por tu hermano pero, dale las gracias a tu papá ¿está bien?- asentí.


- está bien, adiós, mama.- baje la mirada y baje del auto, cerré la puerta y me dirigí a casa, mamá aun no se iba, era como si se quedará para verificar que yo entrara. Al hacerlo, me vire con mamá, ella meneo la mano, sonriendo, yo hice lo mismo y entre a casa. Escuche los fuertes pasos de papá bajar las escaleras. Al ver su imagen no pude sentir nada más que miedo y asco, como lo odiaba. Se acerco a mí y me tomo de la playera.

- ¡al fin llegas!


- hola…


- ¡que gracioso! No hice que tu madre te trajera solo porque si, ¿quieres saber por qué?


- si…- me jalo de mi brazo e hizo que subiera las escaleras hasta llegar a mi cuarto, se acerco a la cama y busco bajo el colchón. Saco una libreta ¡QUE SOY ESTUPIDO!


- ¡esto!- mierda, mierda, mierda ¿Cómo pude ser tan imbécil?


- yo...


- ¿sabes que odio que “escribas” canciones?- de nuevo hizo ese maldito movimiento con sus dedos.


- no son canciones son…son… ¡no son canciones!


- ¡¿me quieres ver la cara?!


- no…


- ¡son canciones, niño!- arranco las páginas de mi libreta y las rompió, corrió al baño y las aventó en el inodoro para después jalar la cadena.


- ¡no!- corrí hacia él.


- ¡ya sabes que no me gusta, y lo haces!


- ¡no las tuviste que haber roto!


- ¡no me hables así! ¡Yo hago lo que quiera!- sentí rabia, sentí que mi corazón ardía terriblemente. No era justo ¡aprovecho el tiempo que no estuve en buscar entre mis cosas algo con lo que pudiera joderme!


- yo…. ¡te odio!- me miro, sus ojos ardían en llamas, corrió hacia mí.


- ¿¡que dijiste!?


- ¡QUE TE ODIO, TE ODIO!- acto seguido, sentí el puño de papá en mis labios. La boca se me durmió, sentía el hormigueo en toda ella. Papa se fue sin más. Mis lágrimas de dolor con rabia se aproximaron. Tome mis labios y sentí la sangre caer en mi piel. Me mire al espejo, parecía que había comido un animal. Metí mi cara en el lavamanos, quitando toda la sangre. –te odio, te odio, te odio… ¡te odio!

[…]

- papa…


- ¡qué quieres!


- ehh… ¿puedo ir…con Gustav?...


- ¡haz lo que te venga en mente! ¡Me vale lo que tú hagas, maldito marica!

Sentí mi corazón latir fuertemente, a pesar de que diario me decía cosas parecidas, jamás lo había dicho de esa forma, no se…sentí…que ahora me detestaba más de lo que ya lo hacía.

Salí de su maldito cuarto rápidamente y corrí a la cocina por la correa de mi perro. Lo sacaría a pasear, no me importaba ya lo que papa decía… camine con Scotty a la casa de Gustav, realmente si me quería juntar con él. Llame a la puerta y después de un par de minutos abrió la puerta…. (Tu nombre) estaba a su lado, al tiro salió de la casa y se abalanzó a scotty, que se estremeció y su cabello comenzó a erizarse.

- tranquilo, lindo, no es mala…- acaricie su cabecita y volvió a ponerse como estaba antes.


- ¡esta hermoso! ¿Cómo se llama?- dijo, mirándome.


- es…Scotty.


- qué lindo.- sonrió.


- Bill, saldremos, ¿piensas llevar a tu perro?- dijo Gustav, mirando a mi perro.


- si…


- ¿no quieres dejarlo en casa?


- ¿en serio?


- sí, claro.- asentí y Gustav tomo la correa. Scotty se endureció cuando Gustav quiso adentrarlo en su casa.


- vamos, chico, que no te haré nada.- decía mientras le jalaba.


- ¡lo lastimas! Mejor yo lo hago ¿sí?


- como quieras, déjalo en el jardín.


- está bien, gracias.- entre en su casa y me dirigí al jardín. Scotty me miraba confundido, parecía creer que lo dejaría aquí por siempre. –aquí quédate, lindo, y por favor, no hagas nada malo, que ya sabes cómo es nuestro papá.

Ladeo su cabeza y se hecho en el pasto. Salí de nuevo.

- listo.


- bueno, vamos.- dijo gustav.

Caminamos a una plaza, realmente mucho más fea que a la que había ido con Tom. Caminamos por un rato, jamás podía sacarme de la cabeza como papá pudo ser así con las cosas que él sabe que me costaron trabajo, que me costaron lagrimas al hacerlas, y que aun así puede ser tan inconsciente y echarlas a la mierda, sin siquiera importarle lo que yo sintiera.

- ¿saben? Ahora vengo, necesito ir al baño ¿me esperan?- dijo Gustav, pasando su soda a mis manos.


- claro, aquí te esperamos.- dijo (tu nombre). Gustav se fue. –Bill, ¿Qué te parece si lo esperamos aquí sentados?


- está bien…- dije sin prestarle mucha atención.


- ehh, ¿no era que ibas a pasar las vacaciones con tu mama en Hamburgo?


- ¿Quién te lo ha dicho?


- Andreas.


- ahh bueno…si pero…al final ya no.


- ¿Por qué?


- bueno…fue culpa de mi papá…


- ¿tus papas están separados?


- ¡claro que no!- mentí.


- lo siento…


- perdóname a mí…- sonrió.


- ¿entonces ya no saldrás?- negué.


- ehh… ¿sabes si…si Andy se fue?


- no lo sé, pero me dijo que quería hablar contigo. Me dijo que se pelearon.


- algo así…



Dio un sorbo a su soda y me miro. Pronto sentí mi espalda chocar con el suelo. Al principio lo sentí realmente extraño, pero al abrir los ojos vi la cara de ese estúpido: Adam. Y la de su amigo: Boris.

- ¿te caíste?- dijo burlándose.


- ¡Déjame en paz!- grite, desesperado.


- huy, (Tu nombre), ¿Cómo puedes juntarte con un marica?


- ¡cállate, lárgate, adam!- volví a gritar.


- ¿Qué, les arruinamos su cita?- pregunto Boris.


- ¡¿ya son novios?! Huy, (tu nombre), te daré unos consejos ¿sí?


- no, gracias…- dijo (tu nombre), al parecer nerviosa.


- pues te lo daré aun así.- dijo Adam. –Bill no es confiable ¿ehh? ¿Sabes que ya no es virgen?
(Tu nombre) me miro al tiro, yo negué.


- ¡no es verdad!- dije, nervioso.


- ¿Qué no es verdad? Pff, vamos Bill, dile la verdad. (Tu nombre), Bill no es virgen, ha perdido la virginidad a los trece y ¡con un hombre! ¿Sabías que es marica?


- no…no es cierto…no…es…verdad…- mis ojos comenzaron a inundarse de lagrimas.


- ¡llora porque es verdad! Vamos, Bill ¡ella debe saber la verdad, debe saber que ya no eres un niño inocente!- adam tomo mis brazos y los paso a mi espalda apretándolos.


- dile como se sintió, Bill. Dile como se sintió que te la metiera un hombre.


- huy, al parecer te  gusto ¿Qué no, Bill?


- si lo haces a los trece, no me imagino lo que harás más grande.

Tantos lugares, tantas personas, tantas horas ¡y justamente me tocaba topármelos a ellos! Las lágrimas ya no podían ocultarse más, las sentía resbalar por mis mejillas.

- ¿no piensas decírselo, Bill?


- déjenlo ya...- (tu nombre) se acerco a Boris, que la detuvo.


- no, no lo vamos a dejar hasta que lo admita.


- ¡dilo ya Bill, o te daremos una golpiza!


- por favor…déjenme…


- ¡hasta que lo digas!


- no…- Boris comenzó dándome un puñetazo en el estomago. –ya…


- ¡dilo! ¿Eres virgen, nena?- negué. -¡¿no qué?! Dilo ¡dilo bien!


- yo…yo no soy virgen…- mire a (tu nombre), que ella me miraba, sorprendida.


- ¿a los cuantos años la perdiste?


- a…a los trece…- la cara de (tu nombre) se sorprendía cada vez más y mis lagrimas ya no podían detenerse más.


- ¿en serio? Y dinos, marica ¿Qué sexo era tu pareja?- tomo Boris mi cara e hizo que mirara a (Tu nombre).


- no…Boris, ya déjame…


- ¡que lo digas!- jalo mi cabello.


- era…era…era…hombre…- deje caer cuantas lagrimas me era posible, me dolía tanto recordarlo, me dolía demasiado, era el peor recuerdo de mi vida, algo que realmente jamás podría borrar de mi.

Adam me dejo caer al suelo, (Tu nombre) se acerco a mí.

- ¿estás bien, Bill?


- ¡no!, no estoy bien ¡jamás lo estaré!

Me salí corriendo, avergonzado de mi mismo, de nuevo sintiendo lo que hace 2 años sentía, jamás podría repararlo, ¡jamás podría ser el mismo que hace años! 


3 comentarios:

  1. ok quede totalmente sorprendida!
    estoy en shock!
    "me dolía tanto recordarlo, me dolía demasiado, era el peor recuerdo de mi vida, algo que realmente jamás podría borrar de mi"
    O_O eso significa que era verdad??? O_o
    :| sube prontoooo porfa! estoy mas intrigada que nunca!!
    PD: T-T pobre bill, solo le pasan cosas malas :(
    espero que pronto acabe su sufrimiento...

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  2. omg que horrible... por que me haces sufrir tanto a mi bill!!!! todos los dias reviso si subes un nuevo capitulo!!! oye felicidades por tu fic siempre son originales "ERES MI ESCRITORA FAVORITA" :D

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  3. dios mios o.o en...entonses si es verdad? no! no puede ser o___O no puedo creerlo ...sige subeidn porfa explicanos como apso eso o que paso? que le hisieorn a bill porque pofavor explicanos amo <3 tu fic pero sigela protno vale cuidate tkm :D C:

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