viernes, 25 de mayo de 2012

capitulo 80


- después de hacer el acto sexual, ¿viste pequeñas ronchitas en tu pene?

- no.

- ¿y en la vagina de tu novia?

- no lo sé. Supongo que ella me lo diría.- él negó.

- bueno, te haré un espermograma.- lo miré confundido.

- ¿espermograma?- asintió. -¿qué es eso?- sonrió.

- veré que todo en tu semen esté bien.

- ah…

- pero antes, quiero revisar tu próstata y tu pene.- asentí. – Puedes pasar por una bata a esa habitación.- volví a asentir, sabiendo a lo que se refería con batas y revisar mis genitales. Entré a una habitación y me desvestí con nervios; a pesar de haber pasado por estar desnudo frente a ya demasiadas personas, aun sentía algo de vergüenza.

- listo.- dije casi en un hilo de voz. Él se levantó de su asiento y me indicó la camilla, camine hacia ella y me acomodé al tiro, él se acercó y con delicadeza subió la bata y abrió aun más mis piernas.

Sentí su mano estrechar mi entrepierna y colocar su pulgar en la punta de la misma por un determinado tiempo. Después tomó mis testículos, apretándolos con delicadeza, sintiendo su peso y consistencia.

- ¿qué te paso?- deje salir un suspiro, apenado por lo mismo.

- eh… me violaron…

- te dejaron muy lastimado, ¿qué fue lo que te hicieron?

- me apaleó… por no correrme…- él negó.

- dejaste que las heridas cerraran solas, ¿verdad?

- s-sí.- suspiró.

- muy bien, ahora tengo que meter mi dedo en tu esfínter.- creo que ese era el dolor más sensible en mí, no podía aguantar demasiado que algo entrara por ahí, me sentía tan débil.

- está bien…- colocó algo helado en mi esfínter y lo esparció por todo el mismos, metió la punta de su dedo y después el dolor empezó a crecer, haciendo que me retorciera fuertemente. –hey, tranquilízate, no durará mucho.

- ahh…me duele mucho…

- calma, creo que siento algo aquí.- movió su dedo dentro de mí.

- ya… me duele…por favor…

- tranquilízate, es por tu salud.

- sácalo…por favor, sácalo…

- bien, ya.-saco su dedo con delicadeza y miro el guante, mostrándomelo después. –estas sangrando.

- ¿es malo?- pregunté tímidamente, mientras recobraba la respiración.

- ¿hace cuanto tiempo abusaron de ti?

- a los trece y a los dieciséis.

- empiezo a preocuparme por tu salud.- lo mire con un poco de miedo. –mejor sigamos con el espermograma ¿sí?

- ¿qué tengo que hacer?

- ven. Aun no te coloques la ropa.- asentí y me levante, caminando tras él. Llegamos a un pequeño cuartito y él me miro. –Verás, tienes que masturbarte y echar tú semen en este frasquito.- me lo pasó a las manos.

- ¿masturbarme?

- sí, tocar o acariciar tus genitales hasta eyacular.

- p-pero…- no sabía que era más vergonzoso… eyacular en un frasco o ni siquiera saber cómo masturbarme.

- no sabes hacerlo, ¿cierto?- bajé la mirada. Me habían tocado hasta correrme, pero estaba drogado…realmente no sabía cómo hacerlo, nunca me platicaron sobre eso.

- no…

- vaya, nunca había tenido un problema así con un hombre de tu edad.- me sentí aun más avergonzado. - es que no sé cómo ayudarte, al menos que quieras que sea yo quien te ayude.

- no…yo… mejor no hagamos esto.

- pero si esto era lo más importante, así podré saber si tienes algo en tu semen.

- p-pero…- empecé a presionarme, me sentía tan avergonzado. Y quería saber si estaba enfermo para tener abstinencia con (tu nombre), no quería que lo hiciéramos de nuevo y ella enfermara.

- es tu decisión.

- n-no, no es correcto… mejor no hago esto, o vuelvo cuando sepa hacerlo…

- pero si no estás engañando a tu esposa, solo soy un doctor, y te diré que también tengo esposa e hijos. No los dejaría por ayudar a un hombre para saber su salud.

- me da vergüenza.

- acabo de meter mi dedo en tu esfínter y toqué tus genitales, no será nada distinto a lo que hice.

- está bien…- me puse tenso, pero finalmente lo hacía por mi linda. Aun que me sentía tan imbécil; papá nunca me hablo de la masturbación, en la escuela tampoco lo hablaron, o quizá no ponía mucha atención; y en mi vida había visto pornografía…y a pesar de haber tenido relaciones, (tu nombre) y yo nunca tuvimos contacto genial –más que el normal-, y mucho menos sexo oral.

- bien, quítate la bata, o si se te hace más cómodo, solo súbetela.- me la saqué y la puse sobre una mesita de metal, sintiéndome totalmente expuesto…pues lo estaba. –Siéntate aquí.- apuntó una silla de madera. Camine y me senté ahí, con nerviosismo. –bueno, de aquí en adelante estate calmado, y si sale algún gemido de tus labios no te preocupes.

- bien…- él abrió mis piernas y sonrió.

- solo relájate y cierra los ojos.- eso hice. Sentí su mano apresar mi entrepierna y mover la misma por toda ella. Sentí líquido correr en ella y abrí mis ojos rápidamente. –Tranquilo, es lubricante.- asentí y volví a cerrarlos. Mi respiración se agitaba cada vez más con sus caricias, tomaba mis testículos, apretándolos un poco y después acariciándolos.

Todo fue perfecto hasta que logré correrme en ese frasco. El sonrió y puso la tapa al frasco.

- listo, puedes ir a vestirte.- me levanté lo más pronto de pude, pues la excitación en un momento me hizo perder la razón de lo que había pasado hace unos minutos. Me coloqué mi ropa y después salí con él. – tengo que llevar al laboratorio el frasquito lo más pronto posible. Regresa en tres días ¿sí?

- está bien.- sonreí.

- y por tu esposa, no dejes de insistirle que se revise.

- claro que no.- volví a sonreír. –gracias.

- a ti.

[…]

- ¿A dónde fuiste, Bill?- pregunto, pasando su lengua por esa perforación en sus labios. – Has tardado demasiado.- baje la mirada, pues no quería hablar mucho de eso, no me parecía correcto.

- he ido al doctor.- sonreí. –Y me tarde porque había mucho tráfico.- mentí.

- ¿al doctor?- se acercó a mí. - ¿te sientes enfermo?

- no exactamente, quería ir para saber una cosa.

- ¿qué cosa?

- algo, Tom…

- por favor, hermano, empiezas a preocuparme. ¿Volviste a sentir dolor en tu corazón?

- no, claro que no, Tom.- lo mire y me decidí a que le contaría. -¿está (tu nombre)?

- no, le llamaron de un trabajo, estaban interesados en ella.- sonreí ampliamente.

- ¿¡en serio?!- asintió. –vaya, espero que le den el trabajo, ella más que nadie se lo merece.- Tom sonrió.

- Bill, no intentes cambiar de tema, ¿Por qué fuiste al doctor?- la verdad era que no intentaba cambiar el tema, realmente estaba muy contento de que mi princesa había encontrado un trabajo nuevo.

- quería revisar si no tenía alguna enfermedad de transmisión sexual, es todo.- su cara palideció por completo, abrió sus labios con sorpresa y tragó saliva, haciendo que su nuez subiera y bajara con lentitud.

- Bill… ¿de qué hablas?, tú no tienes nada de eso, ¿o sí?

- pues no lo sé, en tres días me lo dirán. Le diré a (tu nombre) que ella se revise también.

- Bill, ustedes ya tuvieron relaciones, ¿verdad?

- sí.

- ¿cuántas veces lo hicieron en la luna de miel?

- Dos, casi tres.

- ¿por qué “casi”?- sonrió, como si estuviera burlándose.

- la primera vez me cerré de mente, comencé a asustarme y me acordé de ese señor… no pude ni empezar cuando ya lloraba…- se puso serio de nuevo y acarició mi rodilla.

- lo siento, hermanito.- asentí. -¿usaste preservativo?

- sí, claro que lo use.

- ¿hicieron, tu sabes…sexo oral o se acariciaron la intimidad?- negué.

- ninguna de los dos, me sentía guarro solo con mirarla, no la tocaría sin su consentimiento.- el sonrió.

- bueno, ¿entonces porque te preocupas por eso, Bill? si te cuidaste y la cuidaste a ella, no veo porque te preocupas.

- es que tuve un sueño, fue algo así como una señal, no lo sé…

- eres muy supersticioso, hermano. No te preocupes, que tú no tienes nada y seguro (Tu nombre) tampoco.

- eso espero.- sonreí. -¿ya comiste?

- no, estaba haciendo comida, pero necesitaba un degustador antes de terminarla, ¿me ayudas?- asentí.

- está bien.- fuimos a la cocina, olía delicioso. Tom tomó una cuchara y puso de la comida sobre ella y me la paso.

- pruébalo, pero se sincero.

- bien.- tome la cuchara y oh, mierda. –vaya…

- ¿te gusta?- sonrió con ternura.

- no te creo que lo hayas hecho tu.

- lo hice yo, enserio.

- nunca me dijiste que sabías cocinar tan bien.

- sabes que mamá cocina delicioso, ella me enseñó.

- papá es malísimo en eso, siempre me ponía a cocinar a mí.- la mirada de Tom cayó al suelo. -¿Qué tienes?

- ¿yo?- río. –nada.

La puerta se abrió y los tacones de mi princesa empezaron a sonar por toda la casa. Una sonrisa salió de mis labios inconscientemente, era tan hermosamente extraño lo que ella podía hacerle a mi cerebro, parecía ser ella la dueña de él. Entro a la cocina con una sonrisita y se acercó a Tom, dando un beso en su mejilla.

- ¿estás cocinando?- dijo en tono sarcástico.

- Bill no lo piensa de esa forma, a él si le gustó.- dijo, mirándome. (Tu nombre) se acercó a mí y beso mis labios con ternura.

- Billy, ¿te estás volviendo loco?- sonreí.

- en serio es deliciosa, pruébala.

- bien, la probaré, pero lo hago por Billy, no por ti, Tom.- mi hermano empezó a reír fuertemente y tomo a mi princesa de la mano, haciendo que caminaran hacia la estufa, en donde estaba la comida.

Subí a mi recamara y me eché en la cama, mirando el techo, un poco confundido por todo lo pasado hace unas horas. Podría ser la persona más imbécil de este mundo, estoy seguro que sí. Sé que tuve que haberme informado de esto antes, que tuve que haber sabido si tenía una enfermedad antes de hacer que (tu nombre) perdiera la virginidad.

- hey, ¿Por qué subiste, Billy?- no la mire, pero sonreí.

- porque sabía que subirías… y tengo que hablar contigo.- se sentó también en la cama, mirándome con seriedad, pues mi tono de voz no había sido el indicado para dar una advertencia de una plática un poco incomoda y seria.

- ¿pasa algo?

- no.- suspiré. –es decir, si pasa…

- ¿quieres decirme qué? Empiezo a preocuparme.- me senté y la mire.

- El sueño que tuve la otra noche no me ha dejado de recorrer la cabeza.- mire sus ojos. –tanto, que fui hoy en la mañana con el doctor.

- no entiendo.

- (Tu nombre), tengo miedo de tener una enfermedad de transmisión sexual.

- No, Bill, tú no tienes eso.

- no lo sé, me entregarán los resultados en unos días. Pero el doctor me dijo que también te revisaras tú.

- ¿yo?

- sí, para asegurar que tú no tienes nada de eso, ¿entiendes? no quiero que te hayas contagiado si es que yo tengo algo.

- pero, ¿por qué piensas que eres tu quien se contagio?, quizá sea yo.

- no has tenido relaciones, linda- sonreí. –y tus papás no tienen nada de eso… en cambio a mi me violaron sin protección… y trague semen de una persona desconocida…- baje la mirada, avergonzado.

- está bien, Billy, te prometo que mañana iré con un doctor.

- muchas gracias, hermosa, no quiero que nos pase algo.

- no desconfíes, Bill, no nos va a pasar nada ¿sí?, los dos vamos a estar sanos, sin nada.

- eso espero.- sonreí.

- bajemos a comer, ¿quieres?

- ¿sabes? No tengo nada de hambre, ¿Por qué no bajas tú, con Tom?

- ¿estás seguro? ¿Desayunaste tarde?

- sí, saliendo de con el doctor compre algo para comer.- mentí.

- está bien, Billy, ahora subo de nuevo.

- bien.- acaricié su mejilla. Ella salió de la recamara y yo me deje caer de nuevo en la almohada.

[…]

- Billy, ¿Qué haces despierto tan temprano?- dijo ella, cepillando su cabello húmedo.

- hoy iré a recoger los resultados del doctor.- sonreí.

- ¿necesitas compañía?- negué varias veces.

- no…es decir, prefiero hacerlo solo.

- está bien, por la tarde iré a recoger los míos también.

- ¿tan pronto?

- sí, mi ginecóloga me dijo que lo más seguro era que estaba bien, y ayer por la noche me marcó a mi móvil.

- me alegro, linda.

- ¿quisieras acompañarme?- sonreí.

- claro que sí, ¿Qué te parece si te llevo a tu trabajo y paso a recogerte para ir juntos?- sonrió ampliamente y asintió.

- está bien, me encanta la idea.

Después de desayunar, subimos al auto y me dirigí a su nuevo trabajo, en el cual ella se miraba aun más feliz que antes y eso me hacía igualmente feliz, adoraba ver su sonrisa y ese brillo en sus ojos que nunca había perdido.

- gracias, Billy.

- ni lo digas.- sonreí. -¿a qué hora vengo por ti?

- 2:30 PM, por favor.

- aquí estaré.- sonrió tiernamente.

- te amo.

- y yo también te amo.- bese sus labios, abriéndolos un poco y después acaricie sus mejillas, besando su frente. –cuídate linda, que te vaya bien.

- gracias, a ti también, y recuerda. Los resultados te saldrán 100% limpios.- sonreí.

- así será.- salió del auto y camino rápidamente hacia la puerta de ese gran edificio color beige.

Me dirigí hacia la clínica, en donde el doctor me atendió pronto.

- toma asiento, por favor.- me senté frente a su escritorio. –Tus resultados están listos- me pasó un sobre blanco. –puedes leerlo aquí o, ir a tu casa y después regresar si tienes alguna duda.

- creo que prefiero hacerlos solo.- sonreí.

- bien, aquí estoy, ya sabes el horario, puedes regresar dentro de este mismo.

- muchas gracias.- sonreí de nuevo y me levanté de ahí. Salí de la clínica sin abrir el sobre, pues mi paciencia podía esperar mucho más. Me metí en mi auto y abrí el sobre, que contenía una gran hoja doblada color rosado, la desdoble y empecé a leer. 


4 comentarios:

  1. wooooooow estuvo geneal el cap :$ ojala que bill no tenga nada T-T... hay tan linda (TN) jeje ok no xD.. sigue la fic rápido ^^ muy geneal... cuídate bye :B

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  2. Amee este capitulo sube rápido pleasee..!!! Ojala mi Billy no tenga nada... Awnn Tom cocina hehee que lindo! <3 :DD

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    1. wow *mmmm* no no porfavor que billitow no tenga nada maloop u-u y que tienra ecena de tom cosinando C: continua prontooo vale amoo tu fic **---**

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  3. holaaa!! te tengo un premio en mi blog http://my-secret-vampire.blogspot.com/2012/05/premio.html

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