domingo, 6 de mayo de 2012

capitulo 71


Odiaba este sentimiento, ¿Por qué tenía que recorrerme el cuerpo? Sentía ese veneno escabullirse libremente por mis venas, apartándome del mundo y de la realidad. ¡¿Por qué había una realidad?! ¿¡Por qué la realidad era tan imbécil?! Tan idiota, tan perdedora y cobarde. ¿¡Por qué no podía ser yo quien decidiera mi futuro?! Mi futuro es estar con Bill, mi futuro es permanecer a su lado, aun que eso implique que muera yo también, pero siempre vamos a estar juntos… y nada… ni siquiera la muerte me va a impedir eso.

- Tom, tu hermano quiere hablar contigo.- dijo Gordon. Yo negué, y lo hice porque… no quería ver a mi hermanito de nuevo, ver su pecho herido y sus ojos que se apagaban como una velita con una flama que un día fue la más grande y brillante pero hoy… hoy era la más pequeña y opaca. – está llorando, Tom, quiere hablarte.

- pero yo no quiero hablarle a él… no quiero verlo de nuevo…

- ¿qué es lo que te pasa, Tom? ¿Acaso no ves que tu hermano está pasando por algo duro?- por poco no habría podido evitar que una terrible y fuerte carcajada saliera de mis labios.

- ¡¿CREES QUE PARA MI ESTO NO ES DURO!? ¡¿CREES QUE VER A MI HERMANO MAL NO ME HACE SENTIR UNA MIERDA!?- el se sentó en el suelo conmigo y me dio un fuerte abrazo.

- tu hermano está pasando por una decisión muy difícil. Él no quiere dejarte, Tom, él quiere estar contigo y con (Tu nombre), pero esto le duele.

- me duele que él se dé por vencido tan rápido…él es fuerte, él tiene personas que lo apoyan ¡¿Por qué no quiere quedarse?!

- en lugar de decirme esto a mí, díselo a él, Tom.

Me decidí rápidamente, a pesar de que Bill se retractara de esa estúpida decisión, mañana no le quedarían más de 24 horas de sufrimiento… hasta morir y aún así, dejarme para volvernos a juntar cuando sea el final de mis días. Me levanté del suelo y fui agradecido con la sonrisa de mi padrastro. Abrí la puerta de la habitación y al segundo (tu nombre) se levantó de la camilla y salió junto con Anette y Arabelle, dejándonos a la familia rota, esa familia que nunca mostró ser lo que realmente era… y como siempre… lo mostraba en los momentos más difíciles.

La sonrisa de mi hermano iluminó mis ojos, siempre la creí hermosa, más hermosa que la de un ángel. Pero esa linda sonrisa no combinaba en nada con sus ojos apagados, su piel pálida y todos esos cables que lo hacían verse extraño y aun más grave de lo que tal vez podía estar.

- T-Tom…- camine hacia él y me senté a su lado, sobre la camilla.

- Bill… por favor…por favor no…- escuché un sollozó agudo, tan agudo, uno que jamás hubiera pensado que sería de mi hermanito, pero al mirarlo, supe que si era de él, pues sus lágrimas salían por sus ojos.

- no puedo…Tom, no puedo…- tome sus mejillas con delicadeza, nunca lo había visto tan mal física y psicológicamente.

- ¿te duele demasiado?- trate de ocultar mis lágrimas, lo que menos necesitaba era ver a su hermano llorando como un crío. Él asintió cerrando sus ojos, intentando que sus lágrimas no escaparan de sus ojos.

- ya no…ya no quiero sentirlo, T-tom…- acaricié sus mejillas con mis pulgares.

No podía creer lo que estaba a punto de hacer o decir, no podía creer que yo mismo me diera por vencido, juntándome a su dolor y sabiendo que esto era lo correcto. A veces dicen que hacer lo correcto es más doloroso que hacer lo incorrecto, porque no todos salimos beneficiados, más la decisión acabara con el dolor de las personas a las que estaban sometidas en esa decisión. Me desharía de mi hermano, estando de acuerdo en que su decisión era la mejor para él y para todas las personas que lo veíamos en ese estado, para todas las personas que lo queríamos y con eso queríamos también su felicidad y salud.

- yo…quiero lo mejor para ti, hermano…- mi lucha con mis lágrimas fue una pérdida, no podría ocultar todas esas lágrimas que yacían en mis lagrimales como si no fuera a llorar por esto, como si perder a mi hermano fuera una cosa cualquiera.

Y no, no lo era.

- estoy…estoy contigo…en cualquier decisión que tomes…- sonrió, pero sus ojos despidieron más lágrimas.

- no…no quiero…no quiero dejarte… pero… me siento mal, Tom…- asentí, él tomó fuerzas y se sentó frente a mí para después envolverme en el abrazo más emotivo y triste de toda mi vida. Acaricie su cabello y escuché en mi oído toda clase de pequeños sollozos que sus labios despedían. Entrelacé mi mano con la suya fuertemente.

- te quiero…te quiero, Bill, y siempre voy a hacerlo…

- Tom…

- no llores hermano…, tu vas a estar mejor, ya no vas a sentir dolor ni volverás a llorar gracias al mismo…

- gracias… ¿sabes?... me hace bien que p-puedas a poyarme…- dos doctores llegaron a la habitación y se acercaron a Bill. Dejé de abrazarlo y los mire confundido.

- estamos listos, Bill, hemos preparado todo para la operación, ¿estás listo?- mire a Bill, sintiendo como mi corazón se preparaba para latir fuertemente. Bill asintió y después me miro, mi respiración se agitó, mi corazón comenzó a dar golpes en mi pecho.

- …sí…- quitaron los seguros de la camilla y empezaron a moverla hacia la puerta. Su mano se separó de la mía y con su mano se llevó a mi corazón que ahora pataleaba, no quería rendirse, no quería que su otra mitad se esfumara.

- no… ¡Bill, por favor!- él me miró, pero la camilla ya estaba saliendo por completo y yo no iba a hacer nada para detenerla. Por mucho que mi corazón me lo pidiera a sollozos duros y desgarradores.

Juntos siempre, Juntos hasta la eternidad, Juntos…

Mi cuerpo se llenó de miedo, mi cuerpo se llenó de toda clase de sentimientos que no me dejaban tranquilo ¿esto era él adiós? La muerte de mi hermano había llegado más rápido de lo que nunca creí. ¿Pero que podía sentir? Alivio porque él ya no sufriría, tristeza porque se iba…

- siempre vamos a estar juntos…aun que no pueda verte…-  me dejé caer al suelo, sin mirar a papá y a mamá, que permanecían en silenció. - ¡Dios mío, por favor! ¡NO TE LLEVES A MI HERMANITO TAN PRONTO! ¡NO TE LLEVES A MI HERMANITO! ¡LO NECESITO, LO AMO, AMO A MI HERMANO, LO NECESITO CONMIGO, A MI LADO!

- Tom, ven aquí, por favor.- quité mis lágrimas y miré tras de mí. Papá me miraba con seriedad, esperando que caminara a su lado; me levanté del suelo y camine hacia la camilla en donde estaba, él dio pequeñas palmaditas a su lado, en la camilla. –Acuéstate a mi lado, ¿sí?- asentí y eso hice, me recosté a su lado, sintiendo la rigidez en sus músculos que me abrazaron para que pudiera desahogarme con tranquilidad. Pegué mi frente a su pecho, sintiendo como respiraba, tan agitado como yo lo hacía.

Él colocó su mano en mi nuca. No podía hacerme la idea de que mi hermano ya no iba a sonreír nunca más, no iba a cantar de nuevo esas letras tan bonitas que escribía, no iba a poder cumplir las promesas con (tu nombre)…

- en esta vida a veces se gana y a veces se pierde.- dijo papá. – pero ¿sabes qué?

- ¿q-que?- dije sin mirarlo.

- en esta vida no ha perdido.- me separó de su cuerpo y me miro con una sonrisa grande. –En esta vida tu hermano ha ganado.- limpió mis lágrimas. –la vida no es eterna, Tom, pero tu hermanito pudo ganarle a todos los muros que se le pusieron enfrente. No hay que llorar porque se va, porque él no se va a ir de nuestro lado.

- ¿porqué tuvo que enfermarse… porqué no pudo tener aire suficiente dentro de mamá?- él asintió.

- fue nuestro error tenerlos tan pequeños…fue mi error preferir unas gafas a su operación, Tom…y no sabes cuan arrepentido estoy…- sus ojos se llenaron de lágrimas. –preferí lo  material a mi propio hijo…mi hijo al que le robaron su inocencia y yo fui cómplice de ello…me rendí…- papá quitó sus lágrimas y me miro. –Aun hay algo que podemos hacer…- lo mire con un poco de felicidad.

- ¿qué?

- puedo…puedo darle una vida... puedo regresarle a la vida que nunca tuvo realmente…le puedo dar mi corazón…- sonrió.

- no…no puedes…papá…

- estoy dispuesto…quiero ver a mis hijos casarse con la mujer que escogieron…quiero conocer a mis nietos, Tom…quiero ver a Bill sonreír…

- papá no puedes…no pienses en ello, por favor…

- Tom, mi corazón está limpio, no tiene cáncer y… yo moriré aun así…quiero darle el órgano a mi pequeño Bill… por favor… habla a los doctores, ¡ve antes de que lo operen!

- no…papá no voy a dejar que mueras tu también… ¡mi familia se está pudriendo!

- Tom…

- ¡NO, PAPÁ, NO LE DIRÉ A NINGÚN DOCTOR!- me levanté de la camilla y camine a la puerta de la habitación para salir de ahí. La familia de esa niña lloraba fuertemente, pero no le di importancia, porque su dolor no era más grande que él mío; su dolor no era permanente como lo empezaba a ser él mío.

(Tu nombre) no lloraba, parecía estar herida, aun más herida que nunca. Estaba sentada en el suelo, con sus rodillas dobladas y su mirada en la nada, solo en la puerta del quirófano. Estaba paralizada, sin lágrima alguna en su cara. No me acerqué a ella, quería estar solo, quería estar con mi propia compañía.

Esa familia se acercó a mí, con sus lágrimas estallando en sus ojos.

- donaremos el corazón de nuestra hija.- mis lágrimas se detuvieron, mis pensamientos también, pero mi dolor se aceleró. –yo…te vi muy mal ayer…y tienes razón…podrán vivir los dos juntos…- mis ojos reprodujeron más lágrimas y la abracé con todas mis fuerzas.

- … ¿d-de verdad?

- nuestra…nuestra hijita no va a despertar… me lo dijo un ángel ayer… en mis sueños… ella no va a despertar…- decía en mi oído, sin dejar de abrazarme.

- no…no sé qué decir…yo…

- no hay que decir nada… ellos vivirán juntos y… ninguno de los dos morirá…

[…]

Estoy con ellos, mirando la operación de Bill. El corazón de su hija ha sido extraído con éxito y ahora es colocado en Bill.

No me siento bien, me siento tan egoísta por dejar que mi hermanito viviera en lugar de su hija. Pero me siento feliz, porque Bill va a regresar a la vida con esa sonrisa y va a estar con (tu nombre).

- todo va a salir bien.- dijo ella, abrazada de su esposo, sonriendo.

- eso espero…- ella me tomo la mano.

- ¿Qué tenía tu hermano?

- un tumor en su corazón…

-nuestra hija…tuvo un accidente de auto…

- lo-lo siento mucho…- ella negó.

[…]

Han pasado un par de horas, la operación ha tenido problemas. Ellos tuvieron que irse, pero yo no me he ido de aquí…”siempre juntos.” Y nunca lo dejaría. (Tu nombre) también está a mi lado, más no ha hablado una sola palabra desde que llegó, sigue en la misma posición, mirando a Bill. Sus ojos estaban entrecerrados, parecía que ya estaba muerto, pero no era así. Sus labios estaban entreabiertos, resecos como la lo estuvieron hace dos días; su piel está blanca por completo. Los doctores estaban algo  cansados, pues dos horas de una operación tan delicada no era nada fácil.

- (tu nombre)…- ella me miró.

- ¿crees…crees que le vaya bien?

- esa pregunta no tiene respuesta. Él va a estar bien.

- lo amo…nunca le tuvo que pasar esto…

- hey- tome su quijada e hice que me mirara. –él también te ama a ti, es por eso que sigue luchando, solo míralo.- ella miro a Bill. –Está ahí, esperando por volver a verte.- ella sonrió.

- me dijo que la vida sin problemas no era vida.- yo asentí.

- y esté es solo un problema, un problema que logrará combatir, ¿sí?- ella asintió y me dio un abrazo.

No podía ser yo quien diera esos concejos, quien calmara a las personas y mucho menos quien creyera que todo esto era solo una mala pasada. Porque no estaba bien, no quería mostrarme fuerte pero lo hacía. Como si fuera una obligación mía; después de llorar un río y perder por completo mis esperanzas; todo se revolvió, dejándome saber que tal vez esto se arreglaría, que tal vez esto era lo que marcaría el destino, nuestro destino final.

Bill se quedaba…o Bill se iba.

[…]

Estamos fuera, no hemos visto como sigue la operación de mi hermano. Pero los doctores entraron a la habitación donde estaba papá y en donde también estábamos todos nosotros. Por la gran ansiedad que tenía en ese momento, pude sacar una grande sonrisa. Ya me lo imaginaba todo: Bill sentado con (Tu nombre), abrazando un gran mono azul…en Disney, sonriendo ampliamente.

Podía imaginármelo y eso era lo que me ponía feliz. Pero al ver a mi familia no sonreír tuve que quitar mi sonrisa aun que eso fuera un poco difícil. El doctor acerco ese pizarroncito de luz hacia nosotros y colocó las radiografías en el. Aclaró su voz y después pareció decidirse a hablar.

- la operación fue un éxito. Miren aquí…- parecía tan apagado, como si no estuviera feliz con los resultados. –su corazón fu extraído y le fue concedido el otro. Fueron horas de operaciones con problemas. El espacio de Bill no era destinado a ese corazón; pero logramos colocárselo.- sonreí.

- ¡¿es decir que mi hermano está bien?!- negó. -¡¿no?!

- no.

- ¿q-que le pasa? Por favor…- dijo (tu nombre).

- el corazón no reaccionó, el corazón no palpitó. Intentamos con reanimación pero no funcionó…hemos perdido a Bill…

El grito desgarrador de Anette fue lo último que escuché. Después de eso un huracán azotó en mi interior, rompiendo las cadenas que sostenían cada órgano dentro de mí, arrasando con cada uno de mis sentimientos, haciéndolos hundirse y ahogarse entre el mar de mis lágrimas, la desesperación en mi corazón y la decepción en mi pecho. Algunos sentimientos lograron subir en un barco y navegar hasta mi cuello, amarrando un nudo en ella, tratando de subir a un lugar seguro, pero solo perdían el tiempo…dentro de mi ya no había algún lugar seguro, dentro de mi solo estaba la única luz que formaba mi interior ahora oscuro, tan negro; y esa lucecita se encontraba en el lugar de los recuerdos, hasta el fondo.

Mi mente solo recordaba cada momento pasado con Bill, cada recuerdo que juntos pasamos cuando éramos pequeños, cuando nos separamos… todas las sonrisas que compartimos, pero eso era todo. Porque no había podido vivir una vida con él, no pude verlo sonreír una vez más ni tampoco hacer la gira que tanto deseó.

By (tu nombre)

No había palabras, no había sentimientos ni tampoco lágrimas. No sentí nada, era una pesadilla, la peor que había tenido en años. Billy no podía estar muerto, ni siquiera pensarlo se me hacía razonable…Bill estaba vivo, Bill aun respiraba y tenía un corazón nuevo con el cual podríamos cumplir las promesas que nos hicimos.

- ¡NO…NO!- lo miré, Tom se levantaba y caminaba hacia el doctor. -¡NO JUEGUE…NO ESTA MUERTO!

- lo siento…no pudimos hacer nada.

- ¡BILL…BILL NO PUEDE…NO PUEDE!

- ¿p…Podemos verlo?- pregunté. El doctor asintió; tomé la mano de Tom y le guié a mi lado, hasta llegar a donde estaba Bill.
En la misma posición que cuando lo dejamos, pero ahora su pecho estaba cerrado, con una costura negra. Tomé su mano y la besé y aquí fue cuando mis lágrimas salieron.

- ¡BILL…DESPIERTA, HERMANITO, DESPIERTA!

- Billy…no nos dejes…

- despierta, marica…despierta…- di un beso en su mejilla.

Fue como una punzada en el corazón ver que Billy ya no se movía, su piel ya no guardaba su temperatura y sus ojos no se podían mantener cerrados o abiertos completamente. Era decirle adiós al angelito que me hizo cambiar, a mi  angelito que me hizo ver la vida por el lado más difícil, pero que aun así, ese lado tenía una luz. Mi angelito, el que me enseño que el amor no es un juego, me enseño a vivir la vida desde un punto más libre, trepando árboles, jugando con barro.

Mi angelito Billy hizo cosas increíbles por mí, por Andy y por Gustav. Hizo un cambio en nuestras vidas. Porque eso era lo que es Bill: un ángel. Un ángel que vino a la tierra para hacer un cambio, para enseñarnos que podíamos sonreír aun en los peores momentos. Y después se fue…para hacer el cambio en otro lugar….

Es la clase de persona que nunca me defraudó. Que a pesar de separarnos por un tiempo él estaba ahí, para sacarme una sonrisa a pesar de la distancia…

- ¡Billy!- llore. -¿cómo…cómo mirarías atrás sin prejuicios?....Billy….

Siempre me hacen sentir bien sus palabras, siempre me hacen sentir bien sus filosofías., y en todas ellas, él nunca respondía,…pero jamás creí que se terminaría así… sin respuesta.

- hermanito…por favor despierta…

Con una vida diferente, él supo cómo hacernos sentir a cada uno de nosotros que pasábamos por malos momentos. A Arabelle con su papá… a Tom con Arabelle…a su propio padre consigo mismo y…a él nunca pudo ayudarse. Pero estábamos juntos en esto…no lo iba a dejar…tal y como se lo prometí.

- te amo, Billy…te amo, te adoro…te adoro…

- (Tu nombre)…démosle gracias…- dijo Tom, tomando mi mano y tomando la otra mano libre de Bill.

- gracias, Billy…por ser una parte tan importante en mi vida…por ser la persona en la que más confío, la que más quiero y la que más admiro….te amo, demasiado…eres una persona irreemplazable…te adoro, Billy… mi angelito…

- gracias…hermanito…por ser mi mitad…por apoyarme y levantarme el ánimo cuando ni siquiera te lo pedía…por regalarnos esas sonrisas a cada uno de nosotros…por tus palabras sabias y tu amor… te amo, hermano…te adoro…pequeño tonto…mi pirata débil…- dio un beso en su mejilla.

- hasta que no haya nada más que podamos hacer….voy a tomar tu mano…Billy…voy a tomar tu mano hasta que no haya nada más que podamos hacer….- di un beso en sus labios…



4 comentarios:

  1. NOO!!!! MI BEBE NOOO LLORE! NO MI BEBESITO NO :'(

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  2. Tu fic es realmente genial! Me dejo perpleja, es diferente y original!
    Ese es el final? Si es así es realmente bueno, y si no espero que continúe. Me has hecho llorar, cosa que es difícil en mi.
    Felicidades y un saludo! :-]

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  3. TT_TT Noooooooo!!!! por q se murio!!!!!

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    1. No...no es verdad cierto? esto es un juego o una broma bill no va a morir no el no puede morir! sigeula prontoo prontooo no puede acabar tn sola como en la otra fic lo acabo Bill porfavor!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Bill no!!!!!!!!!!!!!!!!!!!1 TTT_TTT sigeula pronto esta fic ses orignial realista y muy trizte no lloro lloro a mares porque la vdia es tan injusta!! sigeula T_T

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