capitulo 63

- ¿y bien?- lo miro, pero realmente no quería hacerlo.

- ¿q-qué?- papá solo negó. Seguro no tenía los ánimos de hablar mucho ahora, pues mamá estaba ahí, y realmente molesta e incómoda

- papi, ¿quién es ella?- la niña apuntó a mamá con su pequeño dedo. Mamá era de esas personas que no soportaban muchas cosas, y entre ellas, dos las había cometido Arabelle: ser irrespetuosa y hablar en la mesa a la hora de comer.

- la mamá de tus hermanos. Come, por favor, princesa.- la cara de mamá se torno en la de una persona decepcionada, y la de papá, en la de un padre preocupado por su hija y seguramente, orgulloso de ella.

- cof, cof…cof…- mi mirada se colocó en Bill, tomaba su cuello y le daba unas pequeñas caricias.

- ¿te sientes mal, Bill?- preguntó (tu nombre), tomando la mano de Bill, realmente preocupada.

- no, estoy bien…solo fue…no lo sé, pero estoy bien.

- ¿de verdad?

- sí, sí, no te preocupes, linda.- sonrió.

- ¿Bill?- él la miro, mamá lo miraba seria y pronto Bill bajo la mirada. -¿podrías dejar de hablar a la hora de comer?- él asintió sin contestar ni mirarle, solo bajo la mirada y, tomando su tenedor, comenzó a picar la comida con nerviosismo.

- ¡papi! ¿Mi mami es también la mami de Bill y Tom?

- ¡no!- grite yo, con algo de furia y asco. La niña me miro dando un salto y papá, él solo miro a Anette y tomó su mano, para después colocar la mirada sobre mis ojos y enfurecerse.

- ¿tienes algún problema con Anette, Tom?- yo no contesté, no diría lo que es terriblemente obvio.

- no…no lo tiene.- dijo Bill, ese pequeño tonto a quien nadie le dirigía la palabra y siempre era el primero en meter la nariz en donde nadie le llama.

- tú cállate.- dijo papá, haciendo que él levantara la mirada de golpe, y el golpe en su pecho era literal, pereció dolido por aquellas palabras.

- no chistees a tu hijo de esa forma.- dijo mamá.

- ¿quién eres tú para prohibírmelo?

- oh, por favor, ¿quieres mejor comer y guardar silencio?

Y sí, lo que había empezado como una competencia de hermanos, se convirtió en una de dos familias completamente distintas.

- …estúpida…- dejó sus cubiertos y miro a papá con furia, como si fuera capaz de cortarle los brazos de un tirón, pero mamá era tan débil, ella no sería capaz de hacerle daño a alguien físicamente.

Pero comenzaba a sospechar que bueno, ella no era ruda físicamente, pero si estaba dispuesta a contestarle todo tipo de groserías, haciendo que la guerra comenzara, sin dar aviso alguno, sin prevención por la niña y (tu nombre), sin nada, solo comenzarían con esto y pararían hasta que alguno de los dos estuviera hecho una mierda en el suelo, ensangrentado con palabras y gritos.

- ¿pero qué mierda me has dicho?- papá la miro, sabiendo que era más claro que el agua lo que había dicho y también, que mamá lo había escuchado.

- eso, que eres una estúpida.

- mi amor, no pelees.- claro, seguro de ella era que Bill había a aprendido a entrometerse en lo que no le importaba, en lo que no tenía que ver y mucho menos porque ella no es parte de nuestra familia.

- por favor, Anette, déjame hacer esto solo.

- oh, pero por favor ¿Por qué no le haces caso a tu amorcito? ¡¿Por qué no te vas y te acuestas con ella?!

- …mamá…- trate de silenciarla, pero ella me clavo una mirada amenazante y decidí que era mejor guardar silencio.

- ¡no hables así frente a mi niña!

- ¡pff, el que debería cambiar serías tu, y no con tu hija, si no por tus dos hijos!

- cof…cof…- Bill tosió. (Tu nombre) le tomó la mano y la estrujo con fuerza.

- ¡¿pero de que mierda hablas, mujer?! Deberías escucharte a ti misma antes de decir tanta tontería.

- oh, vamos, ¡por el amor de Dios!, ¿Quién te ha invitado a esta casa?, ¿Por qué mejor no te largas con tu esposa y tu hija juntos?

- deja de ponerte así y hablarles así a MI FAMILIA.

- ¡te recuerdo que has abandonado a una familia, A LA PRIMERA QUE HAS TENIDO!

- ¡la abandoné por tu culpa! ¡TU HICISTE QUE BILL SE VOLVIERA UN EXTRAÑO Y ENCIMA TE QUEDASTE CON MI TOM!

- ¡¿tu Tom?! ¡ja!- rió con una cara que realmente nunca le había visto. -¡¿TU TOM!?- repitió en un grito aun más fuerte. - ¡Tom es mi hijo, la custodia de él es mía, y te dejaré verlo cuando no estés con esas dos!- apunto a Anette y a su hija.

- ¡TE RECUERDO QUE TOM YA TIENE 19 AÑOS, EL PUEDE DECIDIR SI QUIERE VERME O NO, TU YA NO LE MANDAS MÁS!

- ¡oh, vamos! ¿¡Igual como me dejabas ver a Bill?! ¡Sí es así, por supuesto, lo veras por un par de horas y te lo quitaré!

- ¡por favor, Bill es diferente, SIEMPRE HA SIDO DIFERENTE! ¡Tú eras quien no quería verlo, TU ERAS QUIEN ME ECHO LA CULPA POR SU ENFERMEDAD DE MIERDA!- mire a Bill por la comisura de mis ojos, el había abierto sus ojos tan grandes, que podían ser la única luz en ese lugar.

- ¡¿cuál enfermedad?! ¡Bill nunca ha estado enfermo! Y si lo hizo ¡fue por tu maldita culpa!

- ¡¿mi culpa?! ¡No juegues, la culpable has sido tú, idiota!

- ¡no ha sido mi culpa, nunca me has dicho nada sobre una enfermedad!- papá se levanto de la silla.

- ¡TU HAS DICHO QUE NO LE QUERÍAS, ME HAS DEJADO AL NIÑO DEFORME CONMIGO, QUEDANDOTE TU CON EL PERFECTO! Genial, ¿no?

- vamos, jörg, no digas eso.- dijo Anette, tratando de que papá se sentara en su silla de nuevo.

- ¡pues claro, es perfecto, PERFECTO! ¡Te tenía que tocar sufrir con algo, no deberías estar toda tu puta vida con una perfecta familia, con una hija y encima queriendo a Tom contigo!

- ¡lo has conseguido, me has hecho sufrir con una mierda como Bill, pero te diré algo, MI FAMILIA, ES PERFECTA SIN TI, SIEMPRE HA SIDO PERFECTA DESDE QUE NO ESTAS EN CASA Y NADA, NI SIQUIERA BILL PODRÁ ARRUINAR ESO!

- ¡te felicito tanto, solo que cuando comience a golpearte a ti y a tu hija- dijo señalando a Anette y Arabelle. – y se separen de ti, EXTRAÑARAS CADA SEGUNDO QUE PASASTE CON TOM!

- ¡vamos, ¿crees que no los extraño ahora?, que eres imbécil! ¡Lo extraño demasiado, viendo a Bill y recordando que tenía un hermano perfecto, me hacía sentir una mierda, PERO YA NO MÁS, YA NO MÁS!

Bill se levantó de la silla y camino hasta llegar al gran pasillo. Mamá y papá callaron de pronto, mirándole salir de ahí, Arabelle salió de su silla y ase acerco a él.

- ¡Bill, ¿A dónde vas?!

- solo iré al baño, ¿está bien?

- ¿regresarás, hermano?

- tal vez lo haga…pero…me siento un poco mal… ¿Por qué no regresas con papá? sigue comiendo, pequeña.

- bueno.- sonrió. (Tu nombre) se paro tras de Bill.

- ¿ves? ¡¿Ves lo que has hecho?!

- ¡él quiso irse, seguro está harto de tus gritos!

Y si…empezamos de nuevo…

By Bill

Bill, el niño que se convirtió en un completo extraño para su papá.

Tienes trece años, es el día de tu cumpleaños, nunca hacemos nada, claro, tú estás tan distante del mundo que no quieres hacer nada por ello.

Es noche, y te he pedido que fueras por algo para la cena, ¿pero sabes que fue lo que paso?, llegaste sin la comida, llegaste sin avisarme, y cuando camine hacia tu cuarto a pedirte una explicación, gritabas y sollozabas tan fuerte. Por un momento me pasó por la mente que alguien te había hecho daño allá afuera, que algo te había asustado, pero no le di más importancia.

Al despertar esta mañana, eres una persona extraña en el cuerpo de Bill Kaulitz. Eres más distante que antes, esta vez no me hablas, no me miras, solo lloras, lloras y lloras. Claro he intentado hablar contigo, claro, también te he golpeado por ello,  pero no me hablas, no me dices nada, te lo pasas llorando todos los días.

Yo no sé qué fue lo que te paso esa noche, no sé realmente que fue lo que te hizo ser así…algo como un autista, estás en tu propio mundo, sin importarte que la vida te pase por los ojos, sin importarte mis golpes y palabras. Solo lloras…

Jörg, tu papá.

¿Psicología? Hum, lo intenté, pero te resistes demasiado.

Te llevé con un psicólogo, debo aceptar que me preocupabas, pero más que eso, era que de nuevo comenzabas a causarme molestias y problemas con tu estúpida enfermedad.

El psicólogo no pudo sacarte una sola palabra, pudo sacarte lágrimas únicamente, ¿¡que mierda te pasa, niño!? ¿Es que te han lastimado? Creo que eso no me importa demasiado, lo que me importa es que me haces gastar dinero por ti, y no eres para aceptar lo que estoy dispuesto a darte. Supongo que si sigues con ese comportamiento no te daré nada más.

Jörg, tu papá.

Me jode tanto entenderte.

Sigues con ese maldito comportamiento, siempre distante, siempre huyendo de mi mirada, de mis palabras, de mis gritos y mis golpes. Eres esa clase de persona enferma, enferma literalmente, enferma mental.

Ya no quieres ni acariciar a tu maldito perro, creí que sería buena idea intentar alejarlo de ti, regalarlo o venderlo, pero pasa que solo cuando te conviene hablas, eres igualito a tu madre, tan hipócrita.

¿Sabes? Siento que de alguna forma eres un error en mi vida, eres la clase de persona que no se controlar y se me están acabando las ideas, terminaré matándote si te sigues comportando de esa forma, no eres una persona normal, siempre tan triste, tan serio, nunca sonríes, nunca me hablas, nunca haces algún ruido, siempre solo, siempre llorando, siempre callado….siempre tan sensible y marica.

Jörg, tu papá.

Las ideas que tenía acerca de los sentimientos cambiaron radicalmente. Y creo que me hice inmune al dolor, porque ya no lloraba, ya no sentía decepción ni algún suceso de engaño. Pero sabía que de engaño había tanto como para aun sobrarlo después de mi muerte. Me habían engañado diciéndome que esperaban por mi llegada, que esperaban mi felicidad, que se preocupaban por mí, que me querían y sobretodo…me habían engañado al decirme que eran mis padres…

Quizá me lo merecía, quizá el haberme salvado de morir al nacer fue un error, tal vez significaba algo así como una señal, como si alguien me advirtiera y me dijera: “si quieres vivir, aceptaras las consecuencias.” Y eso tuve que hacer, mas nadie me dijo que mi vida sería una mierda, una completa mierda.

- ¡Bill!- mi corazón se paro al escuchar esa voz tan ronca y firme, tan directa y sincera.

La voz de papá.

Reprimí mis ganas por arrancarle la cara con mis propias uñas, reprimí mis ganas de echarme a llorar y maldecirle por no quererme, por gritar esas cosas frente a mí. Y lo mire. Lo mire a esos ojos ya apagados, los cuales nunca recordaba haberlos visto brillar una sola vez.

- ¿por qué te has levantado de la mesa?- una vez más, reprimí mis sentimientos, pero esta vez, no fue furia o tristeza. Esta vez fueron las carcajadas de sarcasmo en respuesta a su pregunta.

- odio que mamá y tu peleen.- dije de golpe, sin pensarlo, sin siquiera saber realmente lo que quería decir.

- vamos, niño, ya estas grande, tienes 19 años.

- que, ¿piensas que por tener 19 ya no siento?...papá… ¡¿Por qué eres tan falso?!

- ¿Falso?, ¿a qué te refieres?

- todas esas cartas dicen que te preocupas por mi.- él miro la caja, la que no había guardado aun.

- ah, ¿lo estabas leyendo?- bajo la mirada, extremadamente imposiblemente…vaya, no hay palabras para eso…bajo su mirada LA BAJO POR MI.

- …si… ¿en serio crees que soy un error?- asintió, y le emoción que conseguí sentir hace unos segundos se desvaneció dejando  un vacío en mi corazón.

- sí, estoy seguro que lo eres. ¿Qué paso con tu enfermedad?

- necesitaré un trasplante quizá.

- ¿o si no?

- moriré.- me miro serio, como si dentro de él…tan dentro, hasta el fondo, en un lugar donde ni la más hermosa luz podría alumbrar….fue como, como si sintiera pena por mí.

- ¿morir?- asentí. –entonces, estamos igual.- lo mire preocupado.

- ¿morirás?

- tendré una operación, pero si encuentran tumor alguno, será mortal, es decir, no habrá nada que hacer.

- vaya… ¿Qué piensas con eso?

- que lo merezco.- dijo con tanta sinceridad.

- ¿lo mereces?, ¿Por qué dices eso?

- que, ¿tú no crees merecer esto que te pasa?

- bueno…apenas llevo dos años viviendo en la autentica felicidad….

- bien, tienes razón pero, vamos, las personas siempre mueren.

- si…pero no así… ¿entiendes?...no sé por qué piensas merecerlo.

- la respuesta siempre está al último del camino, del túnel.

- ¿qué?- el solo asintió.

- bien, Bill.- suspiro. –vengo para pedirte unas disculpas, por ser el peor padre del mundo, te quiero.

Oh vaya, eso hubiera sido lo más hermoso que pude haber escuchado, pero realmente mi pensamiento flotó a otra dimensión.

- ah, ¿mande?- pregunte, pues claro, cambiando los diálogos no lograría nada más que enfadarlo más.

- que he venido aquí para preguntarte cuanto tiempo se quedará tu mamá aquí.

- no tengo idea, el idiota de Tom, SU HIJO PERFECTO, SU GEMELO HERMOSO, la ha invitado.

- ¿estás celoso de Tom?

- no celoso, estoy…estoy…celoso…- confesé.

- ¿Por qué?

- oh, vamos, ¿en serio quieres que responda?

- pues sí, me gustaría.

- lo odio…el tiene todo su cariño, vamos, un niño como lo fue Tom, tuvo que ser tan feliz, en cambio yo…pero ¿sabes? Eso ya no me duele más.- mentí.

- que bien, porque mi Tom debe estar feliz por ello, ¿no crees?, siempre fue feliz.

- si…y viene a arruinarme la vida…

-  ¿a qué te refieres?

- oh, nada….yo me voy…

- bien, ¿no guardarás todo eso?- preguntó, apuntando la caja.

- oh, claro…- caminé y lo guarde con rapidez.

- saldremos (tu nombre) y yo…no queremos escucharlos pelear.

- hay, Bill, siempre tan idiota.

- si…tu siempre peleando, ¿y sabes? No quiero que vuelva a pasar en mi casa, por favor.

- claro, solo dile a tu puta madre.

- no…ella no es mi madre…ni tu mi padre.- salí de la habitación y baje las escaleras rápidamente, tomando la mano de (tu nombre), haciéndola caminar fuera de casa.

- hey, Bill ¿Qué pasa?

- saldremos.

- ¿saldremos?

- …si…

- bueno… ¿A dónde?

- a comer, ¿no tienes hambre?

- pues…si…

- claro, iremos, linda, a un lugar sin esas personas.- subimos al auto y lo encendí, dirigiéndome a un restaurante cerca, pero pronto mi vista se hizo borrosa, mis lagrimas comenzaron a bajar por mis mejillas.

- ¡BILL, CUIDADO!- reaccione al mirar su cara y me vire al frente, un par de autos hicieron sonar el claxon un sin par de veces. Mire a (tu nombre), ella estaba espantada, respirando entrecortado.

- …lo siento…- ella negó.

- no, Bill, no puedes manejar si estas en este estado, ¿sabes?...creo que es mejor no comer, ¿Qué es lo que te pasa?

- papá piensa que soy un error….- me desahogué. –creí que después de todo este tiempo estaría feliz por verme.

- tranquilo, Bill, no deberías llorar por alguien que no lo haría por ti.

- no…pero…tu los viste pelear…tu…tu viste lo que dijeron de mi…los escuchaste… Tom el hijo perfecto, Tom el hijo que los dos quieren, Tom el original, el ejemplo a seguir…el guapo, el carismático y amable….

- no te pongas así, Billy, ellos no te harán falta cuando realmente seamos felices, ellos serán quienes estén plañendo, y será todo tan diferente, te prometo que esto no te durará por siempre. Tú vas a ser feliz.

- ¿eso crees? Siento que Dios no me mira nunca, nunca piensa en mí ¡nunca nada!

- no lo culpes por lo que aun no pasa, él tiene algo para ti, ya veraz. Pero no llores, no destruyas esa hermosa carita con tus lágrimas, no las gastes por algo que ya no importa.

- eres la persona que más amo en este mundo, jamás creí que fueses tu quien cambiara mi vida. Te amo, hermosa.

By (tu nombre)

- yo te amó muchísimo más.- le di un abrazo, sus sollozos comenzaron a sonar, pero no volvimos a hablar, esperaría a que él terminara de llorar, después de todo, la felicidad de ambos la formábamos los dos, y ver a Bill así me ponía mal…muy mal. Era la persona que más quería.