capitulo 58

NOTA: siento el capitulo tan feo, de verdad no tenía mucha inspiración, encima tengo que ir a recoger los resultados de con el doctor y no tuve mucho tiempo de pensarlo, de verdad lo siento, el próximo capitulo les juro que lo compenso. MUCHAS GRACIAS POR LEER n.n

Comienzan los problemas escolares.

Primeramente, porque siempre llorar antes de ir a la escuela, no quieres que te envíe por el autobús, quieres que sea yo quien te lleve a la escuela, pero tienes siete años, ¿no podrías acostumbrarte y ya?

Me llamaron de la escuela, me dijeron que llorabas y no sabían la razón, no tenías heridas y tampoco quisiste decir que te pasaba. Tuve que ir por ti a la escuela, aun no tenía trabajo y tenía todo el día. No hablaste conmigo en el camino, tampoco al llegar a casa, tan solo subiste a tu recamara.

Y así seguiste pasando los días, llorabas, pero ya no iba por ti, pues parecía que lo hacías para joderme las tardes. Un día llegaste a conmigo y entraste a mi recamara, me pediste hablar conmigo, me dijiste que en la escuela te golpeaba un tal Adam y una Agatha, me dijiste que siempre que jugabas con ellos terminabas llorando, porque a ellos no les gustaba tu forma de jugar.

Me dijiste que conociste a un niño, Andreas, me dijiste que siempre te miraba y te daba miedo. No quise hablar con tu maestra, siempre inventas cosas de verdad estúpidas, pero supongo que si sigues con ese comportamiento me veré obligado a parar ya con esto.

Jörg, tu papá.

Y eso podía recordarlo perfectamente, la primera vez que conocí a Andy, la primera vez que tuve un amigo.

Flash back

- ¡eh, niño!- dijo Adam. Yo me acerque a ellos, corriendo muy rápido.

- ¿quieres jugar con nosotros? Ehh… ¿Cuál era tu nombre?- dijo Agatha.

- …Bill…- sonreí.

- ¿puedo llamarte Billa?- dijo él, despeinando mi cabello.

- ¿Billa?...pero eso es de niña.

- sí, ya lo sé, ¿puedo llamarte así?- baje la mirada y asentí. –bueno, vamos a jugar a que tu eres el mesero y nosotros los que comemos ¿sí?

- lo que tienes que hacer, es darnos de tu comida, como si fueras también el cocinero.

- ¿mi comida? Pero, yo no tengo comida.

- ¿no tienes comida? No me digas que te la has comido ya.- negué.

- mi papi nunca me da comida.

- ¿entonces tienes dinero?- dijo ella, yo volví a negar. -¿tampoco te da dinero?

- me dijo que no debería comer en la escuela, porque es mucho dinero.

- por qué mejor no te dijo que te odiaba.- dijo él y después los dos comenzaron a reír fuertemente.

- si me quiere.

- oh, vamos, Billa, eso no es cierto, hace que te mueras de hambre en la escuela.- rió ella de nuevo. –entonces tendrás que ir a robársela a alguien.

- ¿robármela?- negué. –eso está mal.

- no está mal, solo róbala, nadie se dará cuenta que fuiste tú.

- no quiero…ya no quiero jugar…- ella me apretó las manos y me acerco a ella.

- eres un marica, ya no vuelvas a hablarnos, ya no eres nuestro amigo.

- pero…

- oh, cállate, si no puedes hacer esto por tus amigos, entonces no eres nada.

- piérdete, tonto.- golpeo mi cabeza.

- podemos jugar a otra cosa.- él jalo mi cabello y me tiro al suelo, después se fueron, dejándome ahí tirado, comencé a llorar, pues había perdido a mis amigos.

Me senté, aun tirado en el suelo, y ahí pude ver a ese niño de cabello güero despeinado; él me miraba serio, mientras comía un emparedado, después se acerco a mí y tendía su mano.

- ¿te ayudo?- con miedo a que me hiciera algo malo,  negué. –Vamos, toma mi mano.- asentí esta vez y tome su mano, ayudándome a pararme, sonreí.

- …gracias…- él asintió y dio un mordisco a su emparedado.

- me llamo Andreas.- dijo, aun con la comida dentro de su boca.

- yo soy Bill.- mostró su mano con su comida y sonrió.

- ¿quieres?- negué.

- no, gracias.- sonreí. Él se sentó en un tronco y me miro; me acerque a él.

- ¿Cuántos años tienes?

- tengo siete, ¿y tú?

- siete y medio, en una semana cumplo ocho.- sonrió ampliamente. –mamá y papá siempre me compran mi torta preferida y me regalan lo que yo les pida. ¿Tú cuando cumples ocho?

- en septiembre.

- hum, Aun falta mucho, ¿no?- asentí. - ¿no tienes nada de comer?

- no, mi papi no me da.

- ¿por qué?

- dice que le hago gastar mucho dinero.

- ¿no quieres de la mía? Mi mami siempre me hace dos, dice que son para mis amigos…pero no tengo…

- yo tampoco tengo…

- tú y yo vamos a ser amigos, ¿sí?

- ¡¿en serio?!- sonreí ampliamente, él asintió y sonrió sin enseñarme sus dientes.

Flash now

Andy y yo desde entonces fuimos muy buenos amigos, y encima inseparables, pues supongo que llenamos el espacio vacío del otro. Andy siempre me enseño a darme cuenta de que mis pensamientos valían y que no dejara que las demás personas se aprovecharan de mi por el miedo a mostrarme.

Guarde la caja en mi cajón y salí de la recamara hacia el cuarto de mi hermano, al abrir la puerta, el secaba su cabello con una toalla blanca, estaba en ropa interior frente al espejo. Al mirarme, sonrió ampliamente y volvió su mirada al espejo.

- ¿acabas de despertar?- preguntó, sin mirarme y aun moviendo sus manos sobre la toalla,

- no, me quede en cama por un rato.- camine hacia él y un olor bastante agradable inundó mis poros. -¿es nueva?

- ¿la que?- me miro.

- la loción, ¿es nueva?- asintió.

- si.- sonrió y quito la toalla. – (tú nombre) ha hablado hace unas horas, preguntó si querías salir hoy a comer con ella, dijo que tenía buenas noticias.- sonreí ampliamente y asentí. –vaya, entonces es así como sonríes.

- ¿a qué te refieres?

- tan solo dije “(tu nombre)” y has sonreído.- baje la mirada apenado.

- nunca tuve una novia como ella…es decir, nunca he tenido novia…

- ¿de verdad?- asentí. –eso quiere decir que…

- ¿eh?- dije en respuesta a su silencio, el comenzó a sonreír.

- ¿no has tenido relaciones más que con (tu nombre)?- lo mire indiferente y me aleje un paso de él.

- Tom, no he tenido relaciones con (Tu nombre).- me miro sorprendido y coloco sus pantalones.

- yo creí que si.- negué. Tom colocó su playera y me miro, despeinando mi cabello con sus nudillos. - ¿bajas a desayunar?

- ahora voy.- Tom salió de la habitación, dejándome ahí solo; camine hacia su espejo y acomode mi cabello un poco molesto. Salí de la habitación cerrando la puerta con delicadeza y baje a con Tom.

Había hecho unas tostadas con jalea de fresa, y colocó dos vasos con jugo en la mesa. Ahí lo mire, saliendo de la cocina con un plato de frutas picadas que habíamos cenado la noche pasada; me senté en la mesa después de que él lo hizo y comenzó a comer al tiro.

- hice el desayuno.- sonrió tiernamente.

- gracias, Tom.- el solo asintió. Comencé a comer lentamente pero había algo que no me dejaba tranquilo. Miraba a Tom con detenimiento, comía con delicadeza, cuidando no manchar su ropa, él era tan delicado con eso, su ropa tenía que combinar a la perfección, sin ninguna arruga o manchita. Todo el lugar olía a él, ese olor tan penetrante y distinguido, podría ser que yo fuera más delicado con mi cabello, con mi cara y mi cuerpo, pero tom en la ropa y en su salud física interna y externa, era él más delicado.

- ¿Por qué no comes?- me miro y en pocos segundos dio un mordisco grande a su tostada, saque una pequeña risita al mirarle cubrir sus labios al mancharlos. Después volví al mundo, sin mirarlo tan detenido y concentrarme más en contestarle.

- me siento mal.- confesé, pues en realidad me sentía un poco mal, algo en el pecho me causaba un poco de dolor.

- ¿Qué te sucede? ¿Te duele el estomago?- tomo su vaso, pero no daría un trago hasta que respondiera.

- es mi pecho, tengo una molestia.- ahora dio un sorbo, un gran y largo sorbo que termino con el jugo dentro. Limpio sus labios y se levanto de la mesa, tomando los trastos y llevándolos a la cocina de vuelta; después volvió y se acercó a mí.

- levántate.- eso hice, él desabotono mi playera para dormir lentamente, dejando mi pecho descubierto. – ¿En dónde te duele?- apunté la parte que me causaba molestias y él con sus manos comenzó a tocarme. Comenzó a sonreír. -¿tu corazón sigue palpitando tan extraño como antes?

- no lo sé, (tu nombre) me dijo que era extraño.- acercó su oído a mi pecho y se quedo en silencio. Cuando se levanto sonrió.

- aun eres un marciano con latidos extraños.- rió, contagiándome si risa. –cambiado de tema, no creo que tengas nada malo, quizá solo sea que tragaste mucho aire al dormir. Pero si sigue doliéndote, mejor vas con un doctor.

- gracias.- sonreí. Abotoné mi playera.

- Bill, tengo que salir, si necesitas algo me llamas. Y si decides ir con (Tu nombre), solo mándame un mensaje ¿sí?- asentí. –Está bien- tomo las llaves de su auto. –Cuídate hermanito, te quiero.- sonrió y salió de la casa.

Subí a mi recamara y comencé a escribir, como cuando lo hacía hace unos años. Me gustaría saber donde quedo ese diario, estaba seguro que lo había traído cuando nos mudamos, pero no logro encontrarlo desde entonces. Me parecía extraño que las cosas pudieran cambiar tan pronto, que con palabras las personas pudieran cambiar de humor, ya sea bueno o malo.

Y es que mi vida era igualmente extraña, no vivía triste, pero supongo que no era feliz completamente, no vivía la autentica felicidad. A pesar de tener todo, amor, cariño, y alcanzar mi sueño más ansiado.

[…]

- ¿aun en pijamas, flojo?- mire hacia la puerta, ahí estaba mi princesa, sonriendo.

- (tu nombre), no te escuché llegar.- me levante de la cama y di un beso en su mejilla. ¿Cómo te fue en el trabajo?

- me fue bien, gracias.- sonrió. -¿Cómo te ha ido a ti?

- bien.- sonreí, ella entró a la habitación y dejo su bolso en la cama, camino al baño e hizo una rápida coleta en su cabello.

- ¿iremos a comer hoy?- camine al baño con ropa interior en mis manos, quite mi playera y abrí la llave de la regadera. La abrace por la espalda y asentí.

- me doy una ducha rápida y vamos, ¿sí?

- está bien, yo te espero.- salió del baño y cerró la puerta.

By (tu nombre)

[…]

Bajo las escaleras, colocando brillo en sus labios, después tomo un bolso negro y camino hacia mí.

- listo.- asentí y salimos de ahí en dirección al auto.

Bill tosía mucho en el camino, quizá estaba enfermando. Paramos en una luz roja y Bill se dejo caer al respaldo del asiento, tomo su pecho y volvió a toser.

- ¿Qué te pasa, Bill, te sientes mal?- el me miro y sonrió negando.

- no, Tom me dijo que no era malo.- sonreí. Aceleró, en el camino no dejo de toser fuertemente, como si en su garganta hubiera algo que le impedía respirar correctamente.

Al llegar al restaurante, pedimos una mesa y en poco tiempo un mesero puso los menús en la mesa, agradecimos y el mismo se fue, dejándonos a Bill y a mí solos. Mire a Bill, que acariciaba su pecho con delicadeza. Pude sentirme un poco incomoda, Bill se sentía mal y había hecho que se levantara de la cama para venir a sentirse peor.

- ¿te sientes muy mal?- tome su pierna y comencé a acariciarla. Él me miro sonriendo y negó.

- no, es solo que me duele un poco.- sonreí con incredulidad.

- ¿de verdad? Si quieres mejor regresamos y estas en cama.- Negó.

- no, eso no, quiero estar contigo.- sonrió. -¿qué pedirás?

- no lo sé.- confesé. Bill comenzó a toser fuertemente, cubría sus labios con ambas manos, mientras sus ojos se cerraban con fuerza y su tés se tornaba rojiza.

- (Tu nombre)…iré al baño, no tardo.- asentí. Bill se levanto de la mesa y camino hacia el baño

El mesero llegó, pidiendo nuestra orden, un poco nerviosa le pedí un momento más y el con una sonrisa asintió y camino lejos. Comencé a preocuparme un poco por Bill, pero podría ser que en realidad estaba en el baño.

La mirada se puso negra, y pude sentir esas manos rasposas en mi cara, sonreí ampliamente y las quite de mi cara, mirando a Bill que sonreía tiernamente. Se sentó en la mesa y tomo su pecho de nuevo.

- vaya, que cansado estoy.

- ¿quieres que regresemos?- insistí, de verdad se veía mal.

- ¿Por qué quieres regresas, linda?

- te ves enfermo.

- no lo estoy, de verdad, Tom me dijo que si sentía molestias otra vez iría al doctor, pero seguro mañana no las siento, no te preocupes.

- ¿estás seguro?, mejor vallamos hoy, así no nos arriesgamos a que te duela.

- estoy bien, de verdad, solo me siento un poco cansado, no es nada.

- bueno.

[…]

En mitad de la comida, tuvimos que irnos, la nariz de Bill comenzó a gotear un poco, haciendo que se sintiera un poco mareado. Maneje hacia la casa, Bill me decía que estaba bien, que eso le pasaba siempre que tosía con mucha fuerza, pero para prevenir más dolores decidí que regresar era lo mejor, y mañana en la mañana, ir a una cita con el doctor.

- (tu nombre), no me siento mal, en serio.

- no es verdad, Bill. Mejor descansa ahora, no quiero que vuelvas a sangrar.- el sonrió ampliamente.

- no te preocupes tanto.

- claro que voy a preocuparme, ¿Qué creías?

- siempre que me pasaba, papá no se preocupaba, y eso me aliviaba más pronto.

- pues yo si me preocupare, Bill.

- te amo, (tu nombre).

- yo te amo mucho más.

[…]

Al despertar, Bill respiraba agitado, parecía tener una pesadilla. Sonreí y di un beso en su frente. Al tiro abrió los ojos y me miro sonriendo.

- ¿tenías una pesadilla?- pregunté, él me miró confundido y se sentó.

- ¿una pesadilla? ¿Por qué lo dices?

- respirabas agitado.

- oh…pues, no la tenía.- sonreí. -¿Cómo dormiste, linda?

- bien, ¿y tú?- aclaró su voz. -¿ya no te duele el pecho?

- ya no hay dolor, te dije que no tendría que ir a un doctor.- reí. –de hecho, me gustaría salir contigo.

- ¿salir?

- así es.

- ¿A dónde?

- no lo sé, podríamos ir a mirar una película.

- ¿de verdad iremos?- él asintió, dándome un abrazo.

- si eso es lo que quieres, claro que si.- dio un beso en mis labios, sus labios temblaban levemente, como si en su cuerpo sintiera un frío insoportable. La puerta se abrió y nos separamos. Ahí estaba Tom, sonriendo ampliamente.

- buenos días.

- hola, Tom.- dijo Bill.

- ¿harán algo hoy?- pregunto, moviendo sus dedos con nerviosismo.

- vamos a mirar una película.

- ¿una película?- asintió. -¿puedo acompañarlos? No los molestaré.

- está bien.

[…]

Encontramos un buen lugar, Bill se sentó en medio de Tom y de mi, él sostenía la comida. Pronto comenzó a toser de nuevo, algunas personas tras de nosotros le silenciaron varias veces, pero Bill no conseguía parar. Tom quito la comida de sus piernas, para que Bill no fuera a tirarla. Pareció salir un quejido de sus labios.

Cuando pudo terminar de toser, le pase un agua, para que pudiera refrescar su garganta, Bill agradeció con una caricia a mi cabello y comenzó a tomarla, se levanto rápidamente del lugar y comenzó a toser, en camino a la puerta.

- ¡SHH!- se escuchaban las personas, pues Bill tosía tan fuerte y ronco que se podía escuchar en toda la sala.

- ¿Qué le pasa?- preguntó Tom.

- no lo sé, desde ayer esta así.- torció los labios y puso su mirada en la pantalla. – ¿crees que sea mejor que vaya con él?

- debe estar bien, tan solo esta enfermando.

- bueno…- dije, no muy convencida. Bill regresó, le tome la mano para que me mirara. -¿te sientes bien?

- sí, cof…cof- tosió levemente.

-está bien, por favor, dime si te sientes mal ¿está bien?

- claro.- sonrió. –te quiero.

- y yo a ti.

Tras terminar la película, las luces se prendieron, Tom y yo nos levantamos y al ver que Bill no lo hizo, bajamos la mirada hacia él.

- Bill, la película terminó.- se había quedado dormido. –Bill…

- hermano, despierta.- lo movíamos un par de veces. –no juegues Bill, que no podemos quedarnos aquí.

Ugg, de verdad odie el capítulo, no tiene congruencia con el capitulo anterior y no me dejo algún sentimiento. les prometo que JAMAS volveré a subir si no tengo inspiración, de verdad perdónenme, encima mi papá me regaño de nuevo y con el enojo menos pude inspirarme...ni si quiera escuchando World Behind My Wall pude :c