martes, 27 de marzo de 2012

capitulo 51


- hum, ¿podrías prestarme tus papeles?- asentí y al tiro se los pase a sus manos. Ella comenzó a leerlos, leía tan rápido que por un momento dude que realmente lo estuviera leyendo, pero de pronto ella me miro frunciendo el ceño. –si no te molesta, ¿por qué quieres saber sobre estos temas?

- eh, solo quiero ayudar a alguien…- dije nervioso.

- bueno, me gustaría hablar primeramente de este tema que has traído.- me mostro la hoja.

- está bien.- ella colocó la hoja en el escritorio, en un ángulo en donde los dos podríamos leerla.

- aquí me muestras algunos síntomas de esa persona a la que quieres ayudar, y escribiste que coincidía con estos que encontraste.- asentí. –bueno, esto más que nada me suena al famoso “Síndrome de Estocolmo”.

- ¿Qué es eso?- pregunte preocupado. Ella se irguió en su silla y me miro.

- verás, este síndrome se puede presentar en diferentes formas. Unas de ellas pueden ser el abuso de género, abuso sexual, abuso intrafamiliar, abuso a menores.- mordí mis labios fuertemente. –aquí has puesto que él/ella están viviendo prácticamente en el pasado, ¿podrías ayudarme a saber qué tipo de “pasado”?

- bueno, su papá abusaba de su persona, le golpeaba y maldecía. Pero ahora que está lejos de él, esta persona no deja de pensarle, es como si lo quisiera demasiado. Esta persona sabe que su papá no le quiere pero es como si quisiera hacérselo recordar siempre, solo para llorar.

- esto, exactamente, es un síntoma de este síndrome. ¿Has escuchado sobre el abuso a la mujer? Esas mujeres que a pesar de sufrir con su pareja, siguen con ellos.- asentí. – pues, algo así le está pasando a esa persona. A pesar de sufrir con su padre, siente algo, como una fuerza que le hace caer nuevamente a su padre.

- ¡exacto!- exclamé. –eso es lo que pasa. Hay algo en esa persona que hace que quiera regresar con él; algo que hace que piense que en algún lugar dentro de su padre que aun siente algo.- de pronto recordé la otra noche, y no pude evitar sentir ansiedad de platicarle. –de hecho, una noche llego corriendo hacia mí con una gran sonrisa, gritándome “¡papá si me quiso, papá no me odio desde siempre!”

- pero, ¿esa persona entonces quiere a su papá?- suspire.

- no estoy seguro. Hay veces en las que dice que lo odia, pero hay veces en las que no.- me miro un poco asustada.

- no quiero asustarte ni hacer que te preocupes, pero esa persona puede tener algo de bipolaridad psicológica.

- ¿bipolaridad psicológica? No lo creo.

- bueno, por lo que me has dicho, es muy posible.

- ¿Qué puedo hacer?- dije, un poco devastado.

- bueno, primero que nada debes hacer que esa persona visite un psicólogo pronto, antes de que sea tarde para ayudarle.

- ¿es todo?

- por lo pronto sí, pero espero volverte a ver. Necesito saber más de esa persona para poder ayudarla.- asentí.

- está bien.- ella me tendió una tarjeta con el número de ese lugar y después me levante,

- si no te molesta, ¿podría quedarme con tu información?, me ayudaría a saber más.

- claro.- sonreí. –y muchas gracias…por ahora tengo que irme pero, espero poder llamarte de nuevo.

- está bien. Ten un buen día.

- y tu.- salí de ahí sin más, mi cabeza palpitaba al darme cuenta que mi hermano estaba “enfermo”. Me dirigí a casa. Bill y (tu nombre) parecían estar aun en la planta alta, por lo que subí para asegurarme de ello.

- hermanito, ¿A dónde fuiste?- ahí estaba, sentado en su sofá con un gran cepillo color rojo. Cepillaba su cabello húmedo mientras miraba el televisor.

- fui a…a caminar.- sonreí. Lo mire detenidamente. Parecía ser una persona tan feliz desde donde un podía mirarlo, pero por dentro debía estar podrido, hecho una terrible mierda y en esa cara tan feliz, solo retaba a sus problemas, manteniéndolos lejos.

- ¿a caminar?- ladeo la cabeza para después fruncir el entrecejo gracias, tal vez, a un pequeño nudo en su cabello.

- sí. ¿Dónde está (tu nombre)?

- en la ducha. Se siente un poco enferma.

- oh…bueno, ¿puede ser que hable contigo? por favor.- el asintió y se levanto del sofá, dejando sus pies desnudos andar por el suelo.

By Bill

Caminamos a su habitación. Tom parecía un poco nervioso, pues movía sus manos tan rápido, como si sus dedos fueran a caerse. Nos sentamos en un sofá que tenía frente al televisor y me miro con la mirada baja.

- ¿Qué pasa Tom?- sonreí.

- ¿Qué piensas de un psicólogo?- lo miré confundido.

- ¿un psicólogo? Eh, no entiendo en que me ayuda eso…

- solo dime qué piensas de ellos.

- pues…ayudan a las personas a salir de sus problemas, ¡como mi psicóloga cuando vivía con papá!- el negó.

- bueno, ¿crees tener problemas ahora?

- hum…no, creo que no.

- estás equivocado hermano.- baje la mirada. –si los tienes.

- ¿y tu porque lo dices?

- es que no he ido a caminar.- suspire. –ayer, tome tu grabación. No pudiste grabar por papá.- volví a bajar la mirada, esta vez muy avergonzado.

- no…lo hice por…

- ¡Bill, que he escuchado todo!- grito, un poco estresado.

- bueno…es que…

- es que aun lo quieres.- el miro mis ojos. –Bill…espero que no lo tomes mal pero…me gustaría que fueras con un psicólogo.- mi estomago ató un gran nudo  y las ganas de potar llegaron de pronto.

- ¡yo no necesito uno de esos! ¡Ya he tenido uno!

- sí, pero, esto es solo para que no te enfermes.

- ¡no me enferme!

- Bill, me han dicho que estar enfermo. ¡Podrías volverte loco!

- ¡yo no estoy loco!

- ¡no estoy diciendo que lo seas solo…solo que podrías llegar a serlo!

- no, no voy a ir ¡te comportas como si fueras papá!

- ¡¿ya lo vez?!

- ¡¿ver qué?!

- ¡SIEMPRE TIENES QUE METER A PAPÁ EN TODO, EN TODO!- mis ojos comenzaron a crear lágrimas.

- ¡no voy a ir con un maldito psicólogo!- salí de su habitación y camine a la mía. (Tu nombre) ponía sus zapatos sobre la cama.

- Bill, ¿Qué tienes?- dijo, acercándose a mí.

- yo…yo no estoy loco… ¿verdad?- me miro confundida.

- yo no lo creo, ¿Quién ha dicho eso?

- ¡Tom! ¡Tom dice que estoy loco, dice que necesito ir con un psicólogo!

- nunca está de más platicar con alguien desconocido las cosas que no nos tienen bien.

- pero… ¿tu vas a uno?

- bueno, hace unas semanas fui con uno. No es malo, Bill, al contrario.

- ¿crees que tengo que ir a uno?

- bueno, yo solo te digo mi punto de vista. Tú puedes tener el propio; eso está en tus manos, ¿quieres ir con un psicólogo?- baje la mirada y mordí mis labios con ansiedad.

- no lo sé…

- solo piensa en que te beneficia y en que te perjudica.

- te quiero.

- te amo.- dijo, dándome un beso en la frente. Salió de la habitación. –iré a trabajar, adiós.

- ¿no te quedas a desayunar?

- no puedo, pero puedo comprar algo allá. Adiós, Bill.

[…]

Extraños comportamientos.

Hace unos meses ya has entrado el kínder; tus maestros dicen que Tom y tu son muy aplicados. Pero hay algo que me inquieta un poco.

Siempre que tu mami o yo vamos a recogerlos, tú sales llorando. Siempre lloras, al menos en estos meses que estas yendo a la escuela. Al cargarte en mis brazos, te quejas, como si algo te doliera.

Tu mami y yo al principio creímos que era algo de tu bolita en el corazón. Pero al irte a revisar con un doctor, nos dijeron que lo que tienes es un daño físico externo, como si te hubieras golpeado.

Le dijimos a tus maestros que revisaran si habías caído o si hacías juegos bruscos en los descansos, pero ellas no han encontrado nada hasta ahora.
Te ama, Jörg, tu papá.

¿Acoso escolar?
La directora de su colegió nos ha llamado. Dijeron que te encontraron jugando con unos alumnos de la primaria…bueno, no exactamente  jugando. Dijeron que esos alumnos se burlaban de ti mientras hacían que hicieras lo que ellos te dijeran para que te devolvieran tu almuerzo.

La directora dijo que estarían vigilándote de cerca, porque encima Tom escapa al verte con ellos. También dijeron que hablarían contigo, pues tu comportamiento de dejarte ser humillado frente a ellos, es como una diversión para ti.

Espero tener noticias de esto pronto, porque no quiero que te pasen cosas de riesgo por culpa de esos niños.

Te ama: Jörg, tu papá.

Vaya… ¿sufrir acoso desde pequeño? Eso me dejó bien claro que papá entonces sabía que yo podía sufrir…eso significa que quizá papá sabía exactamente qué era lo que podían hacerme en la secundaria, más no hizo nada.

He cometido un… ¿error?

Siempre he creído que tú y tu hermano son bastante listos, pues con cuatro años de edad saben hablar perfectamente y encima entender.

No estoy seguro de cómo tomar lo que acabo de hacer.
Pasa que…te he golpeado. ¿Sabes? Al principio me sentí como la peor persona del mundo. ¿Cómo podía yo golpear a mi pequeño Bill? pero he hablado con unos amigos. Ellos me dijeron que golpearles de vez en cuando era bueno, que sería para educarlos mejor y hacer que te entendieran.

Creí que estaban locos, ¡¿Qué persona más loca podría golpear a un pequeño inofensivo?! Pero lo he analizado un poco y…creo que tienen un poco de razón.

Es que, Bill, ¡me has hecho enojarme de verdad!...has tomado mi saco y lo has dejado hecho una mierda. ¡Le has tirado productos de tu madre encima!

 No te pedí perdón por orgullo…pero ciertamente hay una parte en mí que me hace sentirme una de las personas más inhumanas del mundo.

Si algún día lees esto, espero que me perdones.

Te ama: Jörg, tu papá.

Claro…recordaba eso tan claramente…

Flashback

Papá se había ido al trabajo, Mamá se quedaba haciendo la cena y Tom jugaba en nuestro cuarto.

Tom no quería jugar conmigo, por lo que decidí ir al cuarto de mami para jugar yo solito. Entre al baño y ahí encontré una cajita de vidrió con algo raro adentro: eran las pinturas de mamá.

Había adentro un botecito con agua adentro, corrí y me senté en la cama, sobre alguna ropa. Me acordé que mi mami para jugar a lavar nuestra ropa, ponía agua en ella. Quise jugar a ser mami, entonces tome la ropa y comencé a echarle agüita de la de ese pequeño botecito.

- ¡Bill, Tom, es hora de cenar!- grito mi mami.

- ¡ya voy!- dije.

- ¡ahora voy!- se escucho la voz de Tom. Después se escuchó la puerta de casa, ¡papi volvía!

- ¡amor, vamos a cenar!- grito mi mami.

- ¡está bien!- escuche los pasos de mi papi por el pasillo. Guarde la cajita de mami.

- ¡oh, no!- grito mi papi ahí dentro. Salí del baño y lo mire.

- ¡papi!- quise causarle un susto, pero su cara estaba blanca.

- ¿tu lo hiciste?- me enseño el saco. Yo asentí.

- sí, lo lavé como mi mami.

- ¡¿te parece que esto está limpio!?- había una mancha blanca en todo este.

- sí.

- ¡que eres idiota! ¡No está limpio, Bill, acabas de tirar a la basura este traje!

- no…yo solo lo lavé…- aventó el saco de nuevo a la cama y se acerco a mí.

- ¡YA SABES QUE NO DEBES ENTRAR A ESTE CUARTO SIN PERMISO! ¡PARA ESO TIENES EL TUYO!- me asuste mucho.

- papi... ¿me personas?

- ¡NO, ¿Qué ES LO QUE PENSASTE?! SI QUERÍAS JUGAR LO HUBIERAS HECHO CON TU HERMANO, NO ARRUINANDO LAS COSAS ¡¿ERES TONTO?! ¡¿LO ERES?!

- …no…

- ¡SI, SI LO ERES! ¡¿QUIÉN VA A TENER QUE VOLVER A COMPRAR UNO?! ESE VOY A SER YO… ¡IDIOTA!- su mano se acercó a mí, golpeando con la planta de la misma en mi cara. Lo mire con miedo mientras agarraba mi cara con mis manos. Mis lágrimas empezaron a salir rápidamente. -¡no llores! ¿Sabes qué? ¡Salte de mi recamara, córrele!- me tomo el brazo y me aventó fuera de la recamara, haciéndome caer al suelo.

Camine a la cocina con mami y ella se acerco a mí.

- ¿Qué hiciste, príncipe?

- mi…mi papi me pego…- comencé a llorar fuertemente. Ella me cargo en sus brazos y colocó mi cara en su hombro.

- tranquilo. Mejor te ponemos algo para que no se te hinche.- sollozaba fuertemente. Mi mami me colocó pomada en mi cara y después me dio un beso en la mano. – ¿quieres cenar?

-…no…

- está bien, ahora mejor te llevo a dormir.- me levanto de nuevo y me llevó a la recamara, deshizo mi cama y me recostó, cubriéndome con las cobijas. –descansa, bebé.

- si…mami…- ella salió de ahí.

Flashnow

No podía creer como era que papá creyera que esto era para educarnos. ¿Qué también educaría a mamá? tal vez todo esto de los golpes comenzó por sus amigos, que le dieron esos absurdos consejos.

Encima no podría creer tampoco que fue desde preescolar que comenzaron a molestarme. Tal vez era mi destino ser una persona odiada por los demás, pero no lo entendía, ¿Qué era lo que había hecho yo para que todos me odiaran?

¿Ser feliz? ¿Tener una familia que me quería? ¿Tener un problema en mi corazón?

Me gustaba tener mi familia, esa pequeña familia donde mi mama siempre me apoyaba.

Pero creo que ahora vivía feliz realmente. Con (tu nombre) y Tom, con Gustav y Georg. Mi sueño se había cumplido pero no estaba aun seguro de lo que quería.

Camine a la recamara de Tom, el estaba sentado frente a su computador y sonrió al mirarme.

- ¿tom?

- ¿Qué pasa?

- quiero decirte algo

- vamos, dilo.

- eh, (tu nombre) me ha dicho algo.

- ¿Qué?

- que está bien ir al psicólogo.

- ¿es decir que si iras?

- bueno…si pero….solo quiero decir que no estoy loco.

- sí, si lo estas

- ¡no lo estoy!

- ¡si estas!- se carcajeo.

- te odio...

- y yo.- me dio un abrazo. –gracias tonto…


4 comentarios:

  1. uyyy que mal lo de Bill
    desde pequeño lo trataban mal, pero que ternurita queria lavar como mami y el papa le pego ¬¬ pero que!! aaahyy
    que bueno que Bill vaya a un psicologo :)
    ojala se resuelva todo
    siguela pronto me encanta tu fic

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  2. wow *-* hermoso capitulo, lindo Flashback ^^ sigue así :3

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  3. oo balla, ahora todo esta concordando el
    como el papa de Bill comenso a golpearlo
    y desde pequeño era molestado por los demas
    y que el papa de bill enverdad lo amaba
    mas que a nadie, lindo el capitulo me hiso
    llorar mucho ya que me recordo muchas cosas
    que me an pasado :D sigeula protno
    vale cduiate tkm

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