- hum, ¿podrías prestarme tus papeles?- asentí y al tiro se los pase a
sus manos. Ella comenzó a leerlos, leía tan rápido que por un momento dude que
realmente lo estuviera leyendo, pero de pronto ella me miro frunciendo el ceño.
–si no te molesta, ¿por qué quieres saber sobre estos temas?
- eh, solo quiero ayudar a alguien…- dije nervioso.
- bueno, me gustaría hablar primeramente de este tema que has traído.-
me mostro la hoja.
- está bien.- ella colocó la hoja en el escritorio, en un ángulo en
donde los dos podríamos leerla.
- aquí me muestras algunos síntomas de esa persona a la que quieres
ayudar, y escribiste que coincidía con estos que encontraste.- asentí. –bueno,
esto más que nada me suena al famoso “Síndrome de Estocolmo”.
- ¿Qué es eso?- pregunte preocupado. Ella se irguió en su silla y me
miro.
- verás, este síndrome se puede presentar en diferentes formas. Unas de
ellas pueden ser el abuso de género, abuso sexual, abuso intrafamiliar, abuso a
menores.- mordí mis labios fuertemente. –aquí has puesto que él/ella están
viviendo prácticamente en el pasado, ¿podrías ayudarme a saber qué tipo de
“pasado”?
- bueno, su papá abusaba de su persona, le golpeaba y maldecía. Pero
ahora que está lejos de él, esta persona no deja de pensarle, es como si lo
quisiera demasiado. Esta persona sabe que su papá no le quiere pero es como si
quisiera hacérselo recordar siempre, solo para llorar.
- esto, exactamente, es un síntoma de este síndrome. ¿Has escuchado
sobre el abuso a la mujer? Esas mujeres que a pesar de sufrir con su pareja,
siguen con ellos.- asentí. – pues, algo así le está pasando a esa persona. A pesar
de sufrir con su padre, siente algo, como una fuerza que le hace caer
nuevamente a su padre.
- ¡exacto!- exclamé. –eso es lo que pasa. Hay algo en esa persona que
hace que quiera regresar con él; algo que hace que piense que en algún lugar
dentro de su padre que aun siente algo.- de pronto recordé la otra noche, y no
pude evitar sentir ansiedad de platicarle. –de hecho, una noche llego corriendo
hacia mí con una gran sonrisa, gritándome “¡papá si me quiso, papá no me odio desde siempre!”
- pero, ¿esa persona entonces quiere a su papá?-
suspire.
- no estoy seguro. Hay veces en las que dice que lo
odia, pero hay veces en las que no.- me miro un poco asustada.
- no quiero asustarte ni hacer que te preocupes,
pero esa persona puede tener algo de bipolaridad psicológica.
- ¿bipolaridad psicológica? No lo creo.
- bueno, por lo que me has dicho, es muy posible.
- ¿Qué puedo hacer?- dije, un poco devastado.
- bueno, primero que nada debes hacer que esa
persona visite un psicólogo pronto, antes de que sea tarde para ayudarle.
- ¿es todo?
- por lo pronto sí, pero espero volverte a ver. Necesito
saber más de esa persona para poder ayudarla.- asentí.
- está bien.- ella me tendió una tarjeta con el número
de ese lugar y después me levante,
- si no te molesta, ¿podría quedarme con tu información?,
me ayudaría a saber más.
- claro.- sonreí. –y muchas gracias…por ahora tengo
que irme pero, espero poder llamarte de nuevo.
- está bien. Ten un buen día.
- y tu.- salí de ahí sin más, mi cabeza palpitaba
al darme cuenta que mi hermano estaba “enfermo”. Me dirigí a casa. Bill y (tu
nombre) parecían estar aun en la planta alta, por lo que subí para asegurarme
de ello.
- hermanito, ¿A dónde fuiste?- ahí estaba, sentado
en su sofá con un gran cepillo color rojo. Cepillaba su cabello húmedo mientras
miraba el televisor.
- fui a…a caminar.- sonreí. Lo mire detenidamente. Parecía
ser una persona tan feliz desde donde un podía mirarlo, pero por dentro debía
estar podrido, hecho una terrible mierda y en esa cara tan feliz, solo retaba a
sus problemas, manteniéndolos lejos.
- ¿a caminar?- ladeo la cabeza para después fruncir
el entrecejo gracias, tal vez, a un pequeño nudo en su cabello.
- sí. ¿Dónde está (tu nombre)?
- en la ducha. Se siente un poco enferma.
- oh…bueno, ¿puede ser que hable contigo? por
favor.- el asintió y se levanto del sofá, dejando sus pies desnudos andar por
el suelo.
By Bill
Caminamos a su habitación. Tom parecía un poco
nervioso, pues movía sus manos tan rápido, como si sus dedos fueran a caerse. Nos
sentamos en un sofá que tenía frente al televisor y me miro con la mirada baja.
- ¿Qué pasa Tom?- sonreí.
- ¿Qué piensas de un psicólogo?- lo miré
confundido.
- ¿un psicólogo? Eh, no entiendo en que me ayuda
eso…
- solo dime qué piensas de ellos.
- pues…ayudan a las personas a salir de sus
problemas, ¡como mi psicóloga cuando vivía con papá!- el negó.
- bueno, ¿crees tener problemas ahora?
- hum…no, creo que no.
- estás equivocado hermano.- baje la mirada. –si los
tienes.
- ¿y tu porque lo dices?
- es que no he ido a caminar.- suspire. –ayer, tome
tu grabación. No pudiste grabar por papá.- volví a bajar la mirada, esta vez
muy avergonzado.
- no…lo hice por…
- ¡Bill, que he escuchado todo!- grito, un poco
estresado.
- bueno…es que…
- es que aun lo quieres.- el miro mis ojos. –Bill…espero
que no lo tomes mal pero…me gustaría que fueras con un psicólogo.- mi estomago
ató un gran nudo y las ganas de potar
llegaron de pronto.
- ¡yo no necesito uno de esos! ¡Ya he tenido uno!
- sí, pero, esto es solo para que no te enfermes.
- ¡no me enferme!
- Bill, me han dicho que estar enfermo. ¡Podrías
volverte loco!
- ¡yo no estoy loco!
- ¡no estoy diciendo que lo seas solo…solo que
podrías llegar a serlo!
- no, no voy a ir ¡te comportas como si fueras
papá!
- ¡¿ya lo vez?!
- ¡¿ver qué?!
- ¡SIEMPRE TIENES QUE METER A PAPÁ EN TODO, EN TODO!-
mis ojos comenzaron a crear lágrimas.
- ¡no voy a ir con un maldito psicólogo!- salí de
su habitación y camine a la mía. (Tu nombre) ponía sus zapatos sobre la cama.
- Bill, ¿Qué tienes?- dijo, acercándose a mí.
- yo…yo no estoy loco… ¿verdad?- me miro
confundida.
- yo no lo creo, ¿Quién ha dicho eso?
- ¡Tom! ¡Tom dice que estoy loco, dice que necesito
ir con un psicólogo!
- nunca está de más platicar con alguien
desconocido las cosas que no nos tienen bien.
- pero… ¿tu vas a uno?
- bueno, hace unas semanas fui con uno. No es malo,
Bill, al contrario.
- ¿crees que tengo que ir a uno?
- bueno, yo solo te digo mi punto de vista. Tú puedes
tener el propio; eso está en tus manos, ¿quieres ir con un psicólogo?- baje la
mirada y mordí mis labios con ansiedad.
- no lo sé…
- solo piensa en que te beneficia y en que te
perjudica.
- te quiero.
- te amo.- dijo, dándome un beso en la frente. Salió
de la habitación. –iré a trabajar, adiós.
- ¿no te quedas a desayunar?
- no puedo, pero puedo comprar algo allá. Adiós,
Bill.
[…]
Extraños comportamientos.
Hace unos meses ya has entrado el kínder; tus maestros
dicen que Tom y tu son muy aplicados. Pero hay algo que me inquieta un poco.
Siempre que tu mami o yo vamos a recogerlos, tú
sales llorando. Siempre lloras, al menos en estos meses que estas yendo a la
escuela. Al cargarte en mis brazos, te quejas, como si algo te doliera.
Tu mami y yo al principio creímos que era algo de
tu bolita en el corazón. Pero al irte a revisar con un doctor, nos dijeron que
lo que tienes es un daño físico externo, como si te hubieras golpeado.
Le dijimos a tus maestros que revisaran si habías caído
o si hacías juegos bruscos en los descansos, pero ellas no han encontrado nada
hasta ahora.
Te ama, Jörg, tu papá.
¿Acoso escolar?
La directora de su colegió nos ha llamado. Dijeron que
te encontraron jugando con unos alumnos de la primaria…bueno, no exactamente jugando. Dijeron que esos alumnos se burlaban
de ti mientras hacían que hicieras lo que ellos te dijeran para que te
devolvieran tu almuerzo.
La directora dijo que estarían vigilándote de
cerca, porque encima Tom escapa al verte con ellos. También dijeron que
hablarían contigo, pues tu comportamiento de dejarte ser humillado frente a
ellos, es como una diversión para ti.
Espero tener noticias de esto pronto, porque no
quiero que te pasen cosas de riesgo por culpa de esos niños.
Te ama: Jörg, tu papá.
Vaya… ¿sufrir acoso desde pequeño? Eso me dejó bien
claro que papá entonces sabía que yo podía sufrir…eso significa que quizá papá
sabía exactamente qué era lo que podían hacerme en la secundaria, más no hizo
nada.
He cometido un… ¿error?
Siempre he creído que tú y tu hermano son bastante
listos, pues con cuatro años de edad saben hablar perfectamente y encima entender.
No estoy seguro de cómo tomar lo que acabo de
hacer.
Pasa que…te he golpeado. ¿Sabes? Al principio me sentí
como la peor persona del mundo. ¿Cómo podía yo golpear a mi pequeño Bill? pero
he hablado con unos amigos. Ellos me dijeron que golpearles de vez en cuando
era bueno, que sería para educarlos mejor y hacer que te entendieran.
Creí que estaban locos, ¡¿Qué persona más loca
podría golpear a un pequeño inofensivo?! Pero lo he analizado un poco y…creo
que tienen un poco de razón.
Es que, Bill, ¡me has hecho enojarme de
verdad!...has tomado mi saco y lo has dejado hecho una mierda. ¡Le has tirado
productos de tu madre encima!
No te pedí perdón
por orgullo…pero ciertamente hay una parte en mí que me hace sentirme una de
las personas más inhumanas del mundo.
Si algún día lees esto, espero que me perdones.
Te ama: Jörg, tu papá.
Claro…recordaba eso tan claramente…
Flashback
Papá se había ido al trabajo, Mamá se quedaba
haciendo la cena y Tom jugaba en nuestro cuarto.
Tom no quería jugar conmigo, por lo que decidí ir
al cuarto de mami para jugar yo solito. Entre al baño y ahí encontré una cajita
de vidrió con algo raro adentro: eran las pinturas de mamá.
Había adentro un botecito con agua adentro, corrí y
me senté en la cama, sobre alguna ropa. Me acordé que mi mami para jugar a
lavar nuestra ropa, ponía agua en ella. Quise jugar a ser mami, entonces tome
la ropa y comencé a echarle agüita de la de ese pequeño botecito.
- ¡Bill, Tom, es hora de cenar!- grito mi mami.
- ¡ya voy!- dije.
- ¡ahora voy!- se escucho la voz de Tom. Después se
escuchó la puerta de casa, ¡papi volvía!
- ¡amor, vamos a cenar!- grito mi mami.
- ¡está bien!- escuche los pasos de mi papi por el
pasillo. Guarde la cajita de mami.
- ¡oh, no!- grito mi papi ahí dentro. Salí del baño
y lo mire.
- ¡papi!- quise causarle un susto, pero su cara
estaba blanca.
- ¿tu lo hiciste?- me enseño el saco. Yo asentí.
- sí, lo lavé como mi mami.
- ¡¿te parece que esto está limpio!?- había una
mancha blanca en todo este.
- sí.
- ¡que eres idiota! ¡No está limpio, Bill, acabas
de tirar a la basura este traje!
- no…yo solo lo lavé…- aventó el saco de nuevo a la
cama y se acerco a mí.
- ¡YA SABES QUE NO DEBES ENTRAR A ESTE CUARTO SIN
PERMISO! ¡PARA ESO TIENES EL TUYO!- me asuste mucho.
- papi... ¿me personas?
- ¡NO, ¿Qué ES LO QUE PENSASTE?! SI QUERÍAS JUGAR
LO HUBIERAS HECHO CON TU HERMANO, NO ARRUINANDO LAS COSAS ¡¿ERES TONTO?! ¡¿LO
ERES?!
- …no…
- ¡SI, SI LO ERES! ¡¿QUIÉN VA A TENER QUE VOLVER A
COMPRAR UNO?! ESE VOY A SER YO… ¡IDIOTA!- su mano se acercó a mí, golpeando con
la planta de la misma en mi cara. Lo mire con miedo mientras agarraba mi cara
con mis manos. Mis lágrimas empezaron a salir rápidamente. -¡no llores! ¿Sabes qué?
¡Salte de mi recamara, córrele!- me tomo el brazo y me aventó fuera de la
recamara, haciéndome caer al suelo.
Camine a la cocina con mami y ella se acerco a mí.
- ¿Qué hiciste, príncipe?
- mi…mi papi me pego…- comencé a llorar
fuertemente. Ella me cargo en sus brazos y colocó mi cara en su hombro.
- tranquilo. Mejor te ponemos algo para que no se
te hinche.- sollozaba fuertemente. Mi mami me colocó pomada en mi cara y después
me dio un beso en la mano. – ¿quieres cenar?
-…no…
- está bien, ahora mejor te llevo a dormir.- me
levanto de nuevo y me llevó a la recamara, deshizo mi cama y me recostó, cubriéndome
con las cobijas. –descansa, bebé.
- si…mami…- ella salió de ahí.
Flashnow
No podía creer como era que papá creyera que esto
era para educarnos. ¿Qué también educaría a mamá? tal vez todo esto de los
golpes comenzó por sus amigos, que le dieron esos absurdos consejos.
Encima no podría creer tampoco que fue desde
preescolar que comenzaron a molestarme. Tal vez era mi destino ser una persona
odiada por los demás, pero no lo entendía, ¿Qué era lo que había hecho yo para
que todos me odiaran?
¿Ser feliz? ¿Tener una familia que me quería? ¿Tener
un problema en mi corazón?
Me gustaba tener mi familia, esa pequeña familia
donde mi mama siempre me apoyaba.
Pero creo que ahora vivía feliz realmente. Con (tu
nombre) y Tom, con Gustav y Georg. Mi sueño se había cumplido pero no estaba aun
seguro de lo que quería.
Camine a la recamara de Tom, el estaba sentado frente
a su computador y sonrió al mirarme.
- ¿tom?
- ¿Qué pasa?
- quiero decirte algo
- vamos, dilo.
- eh, (tu nombre) me ha dicho algo.
- ¿Qué?
- que está bien ir al psicólogo.
- ¿es decir que si iras?
- bueno…si pero….solo quiero decir que no estoy
loco.
- sí, si lo estas
- ¡no lo estoy!
- ¡si estas!- se carcajeo.
- te odio...
- y yo.- me dio un abrazo. –gracias tonto…
uyyy que mal lo de Bill
ResponderEliminardesde pequeño lo trataban mal, pero que ternurita queria lavar como mami y el papa le pego ¬¬ pero que!! aaahyy
que bueno que Bill vaya a un psicologo :)
ojala se resuelva todo
siguela pronto me encanta tu fic
:D!!! interesante capitulo!
ResponderEliminarwow *-* hermoso capitulo, lindo Flashback ^^ sigue así :3
ResponderEliminaroo balla, ahora todo esta concordando el
ResponderEliminarcomo el papa de Bill comenso a golpearlo
y desde pequeño era molestado por los demas
y que el papa de bill enverdad lo amaba
mas que a nadie, lindo el capitulo me hiso
llorar mucho ya que me recordo muchas cosas
que me an pasado :D sigeula protno
vale cduiate tkm