¡Hoy es cumpleaños de mi mejor amigo! ¿Qué podría
ser mejor que verlo nuevamente? No creo que nada, pues yo le extraño demasiado
y no puedo esperar a verle.
- ¿ya estás listo, Bill?- mire a (tu nombre), que vestía un lindo vestido color
miel y unas zapatillas grises.
- te vez, hermosa.- sonreí. Ella paso su mirada en
ella misma.
- gracias. Tu también te vez lindo, pero llevas
bastante aquí en el baño, ¿Qué haces?
- estoy maquillándome.- me vire al espejo y comencé
a poner el delineador en mis ojos. Termine de hacerlo rápido. (Tu nombre) y yo
salimos de casa y fuimos con Andy, que por suerte y coincidencia, estaba unos
días en L.A.
Se hospedaba en un pequeño departamento, pues en su
trabajo lo movían siempre de lugar y no tenía una casa estable. Tocamos la
puerta y al momento en que su puerta se abrió de par en par, pude sentir a mi
corazón dando un salto terrible. No sé si lo fue por la alegría que me daba el
volverlo a ver o…o porque enserio había cambiado demasiado.
Su cabello ya no era como antes, ahora estaba
totalmente recortado. Vestía perfectamente, con ropa alisada y formal
–ahora no creo que se atrevería a rayar
sus pantalones nuevamente-. Su cara era de un hombre serio, ya no la de mi
amigo que molaba; su mirada había cambiado tanto, como si fuera algún jefe de
una empresa muy importante. Lo que estaba seguro que no había cambiado, era a
su viejo amigo.
- ¡Andy, felicidades, amigo!- me abalancé a él,
dándole un fuerte abrazo. –no sabes cuánto te he extrañado estos días.
- muchas gracias, Bill.- sonrió. (Tu nombre) le dio
un beso en la mejilla.
- felicidades, Andy.- el dio pequeñas palmadas en
su espalda.
- gracias, de verdad. ¿Por qué no pasan?- asentimos
y entramos. Era lindo, y estaba tan limpio. -¿Cómo han estado?
- bien…gracias.- sonreí. -¿Cómo has estado tu?- se hecho
en el sofá y suspiro.
- muy cansado, he tenido tanto trabajo.- dijo,
cerrando los ojos. –Siéntense.- eso hicimos. –pero, dejándome a mí de lado,
¿Cómo ha sido tu vida, Bill?
- tiene su banda, Andy, con Gustav.- dijo (tu nombre)
antes de que yo pudiera si quiera pensar en mi mente las palabras para decirlo.
Sonreí y acaricie su mano.
- ¿de verdad?- asentí. –vaya, has cumplido tu
sueño. Pero dime ¿Cómo piensas estar con (tu nombre) cuando tengas mucho
trabajo?- vaya…no sabía cómo sentirme. Su tono de voz era tan serio, que no
pude esperar a que me dijera que era broma o que se yo.
- Andy…yo voy a estar con ella siempre…
- sí, no digo que no sea así, solo preguntaba…no es
para que te enojes.- baje la mirada. Era un sentimiento extraño el saber que en
tan poco tiempo había cambiado tanto. (Tu nombre) se levanto del sofá y camino
un poco lejos de nosotros; cuando regreso me miro con pena.
- ¿Qué pasa, linda?
- Bill…tengo que irme, acaban de llamarme del
trabajo, tengo que completar unos papeles ahora mismo.- me levante del sofá y
le di un beso en la mejilla.
- está bien, cuídate.- ella asintió.
- te amo.
- yo también.- se despidió de Andy y se salió de la
casa.
- veo que aun te maquillas.- lo mire y tome asiento
nuevamente.
- así es. Y…veo que ya no usas el cabello igual.-
el me miro y asintió.
- tu tampoco lo haces…eres más…excéntrico con sus
peinados.
- que… ¿no te gusta?
- no me desagrada.- cruzo sus piernas y aparto su
mirada de la mía.
- ¿Qué te pasa, Andy?- me volvió a mirar.
- ¿Qué me pasa de qué?
- eres…eres diferente…
- ¿diferente a quien?
- a mi amigo, Andy.
- las personas cambiamos, Bill. Hay personas que no
lo hacen tan pronto…como tú.
- pero…has cambiado demasiado.
- que, ¿te molesta?
- ¿puedo preguntarte algo?- asintió. –tú y yo… ¿tú
y yo seguimos siendo amigos?
- ¿por qué dejaríamos de serlo?- sonrió. Yo también
lo hice, pues me agradaba bastante que a pesar de todo pudiera seguir contando
con él. -¿Cuánto llevas con (tu nombre)?
- dos años y medio.- su cara se transformó de sorpresa.
- ¿y no piensas casarte con ella?
- ¿casarme?- asintió.
- ¿no te gustaría?
- pues…vivimos juntos…
- ¿y aun no le pides matrimonio?
- pues…no…Andy, tengo diecinueve años.
- cierto.
- y tú, ¿tienes novia?
- vaya, no. primero es el trabajo, después tendré
tiempo para una novia. Si es que me dan ganas de tener una.
- hum…me gustaría mirarte con compañía, no me gusta
que estés solo, amigo.
- sí. Pero no voy a tener una novia solo porque
estoy solo.
- bueno…podrías dejar de tomar tan en serio tu
trabajo.- me miro enfadado y me di cuenta que mi opinión había sido lo peor que
pude pensar.
- ¿dejar de tomarlo enserio? ¿Sabes acaso cuanto
tiempo he estado trabajando duro para poder subir de puesto?- rodeo los ojos.
–dejar de tomarlo en serio…espero y no sigas tu absurdo consejo, que perderás
todo lo que te gusta.
- no.
- ¿no qué?
- si voy a seguir mi consejo. El objetivo de hacer
un buen trabajo es gozando de él, no partiéndose la espalada solo “para subir
un puesto”.- trate de hacer que mi amigo abriera los ojos, pues si se frustraba
tanto por su trabajo no lo haría como en verdad podría hacerlo.
- vamos, si lo hago como tu seré igual un
fracasado. No tomarlo en serio es un mal ejemplo. No puedes siquiera pensarlo,
no tomarlo en serio es de personas desinteresadas.- sentí un nudo en mi
estómago.
- pues…tomarlo en serio es de personas interesadas.
- sí. En mi trabajo.
- no. en un puesto más alto.
- oh, vamos, Bill. Apenas eres un principiante en
esto, no sabes de lo que hablas.
- no soy un principiante, yo sé disfrutar de mi
trabajo porque lo amo.
- ¿lo amas? Vaya, pues amarlo es tomártelo en
serio, no puedes ir como un rocker…ah, lo siento, tu eres uno.- esas palabras
pudieron causarme tal decepción. Andy era mi mejor amigo, pero no dejaría que
se metiera con una cosa que amo más que a mi vida.
- Andy, ¿Qué es lo que te pasa?, has cambiado
demasiado, ya no eres el mismo. Te has hecho aburrido y…también egocéntrico.
- solo he madurado, cosa que quizá tu deberías
hacer.- me levante del sofá, y le mire, que el también lo hacía.
- Andy…
- Andreas. - Interrumpió.
- Andreas- repetí. –ehh…me tengo que ir…yo…espero que pases un lindo día.-
al final de esta frase pude haber dicho algo como “amigo”, pero ahora no sabía
si a él se le haría mu “inmaduro” llamarnos de esa forma.
Salí de su casa, no sabía realmente como sentirme, pues sabía que las
personas cambiaban pero…él había cambiado completamente. No era maduro, era
egoísta, no era dedicado, era interesado. Por un momento temí que mi mejor a
migo se estuviera convirtiendo en una persona totalmente diferente a la que
solía ser, pero no quise atar cabos tan pronto; quizá solo estaba de mal humor,
quizá solo había tenido un mal día.
Entre a casa y subí a mi recamara. Salí al balcón y me senté sobre una
de las sillas de fierro; este era el lugar donde más me inspiraba o bien, me
relajaba. Pues ver la naturaleza o simplemente a las personas pasar me ponía de
buen humor.
- ¿se puede?- me vire, Tom estaba tras de mí con dos tazas en sus manos.
- ya estas adentro.- sonreí. –siéntate.
- gracias.- el salió al balcón y se sentó en otra de las sillas. -¿quieres?
- ¿Qué es?
- café.- asentí. Adoraba el café.
- …gracias…- el asintió.
- ¿Dónde está (tu nombre)?
- tuvo que salir por algo de su trabajo.- di un grande sorbo a la taza.
- hum, ¿Cómo lo pasaste con tu amigo?
- bien…si…
- no te noto convencido.
- lo estoy, de verdad. Andy es…es muy buen amigo…creo.
- oh, ¿pelearon?- negué. Tom pasó su índice por el lado superior de su
taza y me miro ladeando la cabeza. Baje la mirada, pues siempre se me hacía tan
difícil mantener la mirada a alguien.
- ¿has hablado con papá?
- no. papá es…bueno tu sabes lo que es.
- quiero ver a mi hermanita.
- supongo que pronto la veremos.- Tom había aprendido a quererla un
poco, pero, al igual que yo, no le gustaba como papá la estaba “educando”.
Nos quedamos en silencio, era un silencio tan lindo, un silencio en el
que no me sentía incomodo o faltante de palabras, pues mi hermano me había
enseñado a apreciar los sonidos de la naturaleza. Tom tomo un sorbo de café después
de despedir un triste suspiro. Lo mire, el miraba el suelo y lamía sus labios
repetidas veces.
- ¿Qué tienes?
- ¿Que qué tengo? Nada, ¿por qué lo dices?
- bueno, ese suspiro no quiso decir lo mismo que tu cerebro.- sonrió.
- ¿Cuál suspiro?- lo mire incrédulo. El sonrió.
- ¿Qué es lo que te pasa?
- hum… ¿sabes? Es que no me puedo creer que toda nuestra infancia lo
pasamos separados.
- bueno…si nos veíamos, Tom.- el me miro y negó.
- no. es decir…así, como hermanos… ¿sabes? Visitándonos por periodos era…era
como si fuéramos unos completos desconocidos.- mordió sus labios y paso su
meñique en su nariz, quitando una pequeña pelusilla de ella. -¿y sabes que
somos?
- eh, pues si… ¿hermanos?- pregunte, tratando de averiguar qué era lo
que se escondía tras sus palabras.
- bueno si, somos hermanos…hermanos gemelos.- asentí. –estuvimos juntos
en el vientre de mamá, nacimos el mismo día, casi a la misma hora, en el mismo
lugar, de la misma madre. Y no hemos pasado una vida juntos.
- tienes razón.- mis ojos se aguaron, pero mire al cielo tratando de que
estas se secaran y no salieran de mis ojos. -¿Por qué no nos dejaron estar
juntos?
- ¿por qué papá te pegaba?, Bill…si me lo hubieras dicho yo…
- Tom, nunca hubiéramos podido hacer nada contra eso.
- es que…me siento culpable ¿sabes?
- ¿por qué?
- es…yo tuve una infancia mejor que la tuya y…y nunca me di cuenta que
tu lo pasabas mal.
- bueno…no me gustaba mostrarlo…aun no me gusta.
- eres inseguro por culpa del.
- sí, pero ¿te digo una cosa?- el asintió y comenzó a dar pequeños
golpes al suelo con sus zapatos. –ahora estamos juntos, no podemos vivir en el
pasado, mejor vivamos el ahora.
- y… ¿si te casas con (tu nombre)?
- ¿si me caso con (tu nombre) que?
- nos volveremos a separar.- negué.
- no…no, Tom…vamos a vivir juntos…siempre…- dejos salir una pequeña
risita.
- ¿Cómo viviremos juntos tu y (tu nombre), y yo y mi pareja, tonto?
- no lo sé…podemos construir una casa más grande o…no sé, pero no quiero
que nos separemos otra vez.- Tom sonrió tiernamente y coloco su mano sobre mi
muñeca.
- nunca nos separaremos, pequeño tonto.
- eres mi gran estorbo, y supongo que siempre lo serás.- sonreímos.
- grandes tontos, ya llegue.- me vire. (Tu nombre) se carcajeaba. Me ruborice
un poco, pues con Tom podía decir lo que fuera pero, (Tu nombre) era tan linda
que me avergonzaba si me escuchaba diciendo tales cosas.
- linda, ¿Cómo te fue?- me levante de la silla y di un beso en sus
labios.
- bien. ¿Cómo te fue a ti con Andy?, ha cambiado demasiado, ¿no crees?-
al parecer no era el único que lo había notado.
- sí, de verdad que sí.
- ¿Cómo estas, pequeña troll?- dijo Tom, dando un beso en su mejilla.
- muy bien, troll gigante.
- “troll gigante” eh- se carcajeo fuertemente.
- bueno trolls, ¿Por qué no se callan y bajamos a comer?- pregunte. Ellos
asintieron y bajamos al comedor. -¿pedimos algo?
- eso creo, (tu nombre) no sabe cocinar, solo quema la comida.- ella lo
miro incrédula.
- calla Tom, que tú no sabes ni hacerte un plato de cereal.- Tom lo miro
enojado.
- ustedes dos siempre lo pasan peleando, parecen esposos.- dije,
jugando. Ellos se miraron y sonrieron. -¿saben? Creo que mejor voy a comprar la
comida, ¿Quién quiere acompañarme?
- la troll.- dijo Tom.
- sí, yo te acompaño.- sonrió.
- está bien, vamos.- le tome de la mano y mire a Tom. –ahora venimos.
- no se tarden que muero de hambre.
- sí, si.- salimos de la casa y subimos al auto. -¿Qué quieres comer, linda?
- hum, no lo sé…
- te amo.
- yo te amo más.- me acerque a ella y di un beso en sus labios; tome su
mejilla y la acaricie con las yemas de mis dedos. Nuestros besos cada día los
sentía más lindos y llenos de amor; sentir sus labios sobre los míos me hacía
sentir una sensación extrañamente difícil de descifrar, pues era la primera
persona con la que había podido sentir un amor tan grande.
Encendí el auto y nos dirigimos a comprar la comida que prontamente
pudimos tener para regresar a casa.
Después de comer fui a tomar una siesta con (tu nombre). Por alguna
razón comenzaba a cansarme muy frecuentemente.
- ¿te digo una cosa?- dijo ella, colocando su cabeza sobre mi pecho.
- claro.- sonreí mientras acariciaba su cabello.
- te quiero.
- te amo.
- quiero que estemos juntos siempre.
- así será.
[…]
By (tu nombre)
Desperté, era al parecer muy temprano. Bill aun dormía, sus ojos caían
pesados, llenos de maquillaje. Sus labios estaban completamente cerrados y su
cabeza caía sobre su almohada, que hundía parte de su cara. Acaricie su
mejilla, el dejo salir un suspiro largo y relamió sus labios, dejándolos con un
poco de brillo.
- qué lindo.- susurré. Mi celular comenzó a vibrar, lo tome y conteste.
- ¡(tu nombre)!
- Sam… ¿Cómo estás?
- estoy perfecto, ¿Cómo esta mi niña linda?
- estoy bien. ¿Para qué llamabas?
- ¿Por qué hablas tan bajito?
- ah, es que Bill está dormido a mi lado.
- oh, que tierno.- sonreí.
- vaya, espero que no esté Danny por ahí cerca.
- vamos, que de verdad esta lindo.
- bueno, no puedo negarlo.- comenzó a reír.
- llamo pare decirte que te extraño.
- Sami, yo te extraño mucho más.
- me gustaría verte.
- estoy en L.A, Sam, creo que no se podrá.
- si se puede. Mis papás harán un viaje a California ¿podemos ir a
verte?
- seguro.
- muchas gracias, de verdad. ¡Entonces, nos vemos en unos días, niña!
- está bien.
- Adiós, (tu nombre), te quiero.
- cuídate, y yo te quiero también.- corte.
aaaahhh!!! esta genial me encanto!!!!!
ResponderEliminarq lindo q BILL y (tn) tengan una relacion asi de bonita!!!! y ni q decir d TOM y BILL siempre juntos!!!!!!
WOW sube pronto
Muy bueno el cap. q mal lo q paso con andreas!!!!
ResponderEliminarsiguele
ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!!!!!!! Billl y (tu nombre) *_* que lindooooooooos
ResponderEliminarTom xD jajaja solo pasa peleando pero lo que converso con Bill me dieron ganas de llorar :') siguelaaa
solo tengo una cosa que decir: que rayos le pasa a Andreas???? O.o
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