capitulo 42

By Bill

Son las 7:30, estoy sentado en una silla. Bueno, este lugar es bastante grande y realmente lindo; hay personas pasando, unas solas y otras con compañía, es realmente interesante venir a un lugar como estos, puesto que yo no vengo a uno de estos.

Ahí la mire, colocaba su bolso en su hombro, salía con unas chicas, sonreía ampliamente. Decidí esconderme. Escuché sus risas acercarse a mí y cuando estuvieron lo suficientemente cerca de mi salte y cubrí los ojos de (tu nombre). Ella sacó un grito fuerte y agudo, sus amigas comenzaron a reír y al mirarme, sus sonrisas se fueron desvaneciendo, haciéndome sentir un poco incomodo, más no lo mostré, porque una persona muy importante estaba cegada por mis manos.

- ¡(Tu nombre)!- descubrí sus ojos, ella me miro sonriendo.

- Bill, ¿nunca te cansas de causarme este tipo de sustos? Algún día acabare grave en el hospital por tu culpa.

- no juegues, ya has acabado y fue por tu culpa.

- ¿por la mía? Bill, trataba de buscarte, eres tan feo ahora que no te reconocí.- comenzó a carcajearse.

- tú eres tan fea que no pude evitar ir a potar cuando te mire.- le abrace por el vientre.

- (tu nombre), nos vemos luego, te dejamos con…él…- dijo una de ellas al tiempo que la segunda asentía.

- está bien, adiós.- sonrió.

- ¿Dónde conoces aquí que sea lindo?- pregunte.

- hum…no lo sé, ¿te gustaría ir al centro de aquí?

- me encantaría, vamos.- tome su mano y ella me dirigió ahí. Al llegar estaba todo tan lindo, las luces alumbraban todo, las personas caminaban, vaya…era todo hermoso de verdad. -¿por qué en Alemania no hay lugares tan hermosos?

- sí que los hay, Bill, pero debes estar cansado de vivir ahí.

- no, cansado de vivir ahí no, estoy cansado de mi casa.- sonreí. –ya verás que conseguiré una linda casa y no tendré que ver a mi papá nunca más.

- ¿y perder todo contacto con él?

- sí, definitivamente.

- vaya, al parecer con el único que no eres bueno es con tu padre, y prefieres a alguien que ha abusado de ti a tu papá.

- pero es diferente, papá también abusa de mi.- ella me miro con sorpresa.

- ¿¡de verdad?!

- Dios, no pienses mal, tonta. Ha abusado de mí físicamente.

- pero es tu papá, Bill.

- exactamente por eso. Papá es la persona a la que más confianza y cariño debería tenerle, pero gracias a todo lo que me ha hecho puedo... puedo sentir asco cuando le miro.- ella negó.

- yo extraño a papá.

- ¿Por qué no viajas a con ellos?

- no puedo, tengo que trabajar, Bill.

- vamos, es tu familia, deben añorarte demasiado.- saco una pequeña risita.

- te contradices tu solo.- sonreí.

- no lo hago.- guiñe un ojo. - ¡oh, dime que has visto eso!- ella se viró, en busca de lo que había mirado. Al hacerlo, ella me miro sonriendo.

- ¿tienes hambre?- asentí.

- sí, creo que esperarte media hora es mucho para mí estomago.

- ya. Que nadie te ha obligado a esperarme.- sonrió. Compramos algo para comer y nos sentamos en unas bancas. -¿tu papá comenzó a apoyarte con la música?

- ¡JA!- reí con sarcasmo extremo, tanto, que ella me miro exaltada.

- bueno, creo que eso ya me respondió la pregunta.- comencé a reír.

- a veces quiero ser un niño de nuevo, como cuando aun tenía a mi familia completa, ¿sabes?

- pero, ¿volverlo a vivir todo? No veo la razón.

- yo sí que la veo, es…regresar a cuando tenía 5 años, cuando papá y mamá no peleaban y se querían, a cuando mi hermano y yo éramos tan inocentes que si papá tomaba o llegaba ebrio a casa, no lo notábamos…a cuando no nos golpeaba…

- bueno, las cosas siempre pasan por algo. Un día, un buen amigo me dijo, que las personas que sufrían tan jóvenes como tú lo has hecho, es porque algo muy grande les tiene deparado el futuro, así que no quieras cambiar tu vida ahora que tu sueño se cumple.

- …eso espero…- sonreí. – (tu nombre), no sabes cuánto te eche de menos estos años.

- de verdad que yo también lo hice.

- y…me hubiera gustado despedirme de ti.

- lo hiciste.

- ¿te parece una bonita forma de hacerlo?, nos gritamos.- sonreí. –Que conmovedor, ¿no crees?- me miro, sonriendo con sarcasmo.

- papá dice que nos despedimos muy bien, por eso del beso que me diste.

- ¿nos miró?- asintió. – hum, lo siento, (tu nombre), yo…estaba desesperado, no quería que te fueras…

- creo que pude notar tu desesperación. Pero todo lo que te dije…creo que me exalte mucho.- asentí.

- “por las drogas has perdido el interés en nosotros”- le imite.

- ¿de verdad hablo así?- negué. –Qué alivio.- se echo a reír.

- (tu nombre)…las drogas nunca me hicieron perder el interés, puedo jurarlo.

- oh, bill, estaba precipitada, estaba alardeando, sé que no fue la manera correcta de decirlo pero…que va, eso ya paso, ¿no crees?

- para mi sigue muy presente.

- …Bill…

- ¿has perdido ya el interés?- pregunte, esperando una respuesta que realmente me animara.

- no…

- ¿no?

- no.- sonrió. –me dijeron que, en lugar de haber terminado contigo…tuve que ayudarte en el momento más difícil…perdóname.

- no hay cuidado…una amiga me dijo que, las cosas que yo deseara de corazón se cumplirían si echo empeño en decir, en exigir que las quiero. ¿Y sabes algo?

- ¿Qué?

- yo, quiero ¡con todo mi corazón!- dije, mientras acariciaba mi pecho. – deseo que volvamos a ser los de antes.

- ¿los de antes? Es decir, los que pasaban días horribles, viendo como una persona tan importante en mi vida se iba desvaneciendo cada segundo, viendo como en el consultorio de papá esa misma persona se retorcía de dolor. Y que la persona contraría en lugar de ayudarle escapo sin más ¿ese antes?- yo negué repetidas veces.

- no. esas horribles personas no.- trague pesado. –las personas que se divertían jugando con el barro en el parque, trepando árboles sin contratiempos, la persona que me ayudaba cuando pasaba “malas rachas”, la persona que me apoyo a pesar de todo. Esas personas.

- nunca tuvimos tan malos ratos, ¿verdad?

- cierto.- dije con voz queda.

- yo quiero, de todo corazón, que esas personas se unan de nuevo.- sonrió, mirándome.

- ¿lo dices de verdad?

- claro que si.- sonreí. Ella se acerco a mí, dando el primer paso –el más difícil para mí, debo confesar- sus labios se cerraron sobre los míos; ella iba a separarse, pero tome su nuca y la atraje más a mí, abriendo mis labios, dándole entrada a sus delicados labios. Tome su cuello y lo acaricie con las yemas de mis dedos.

Después de esos lindos minutos le mire, que sonreía, relamiendo sus labios.

- tengo una idea.- dije.

- ¿cuál?

- ¿por qué en lugar de ser los de antes…somos los de ahora?

- ¿empezar una “nueva vida”?- pregunto ladeando la cabeza.

- exacto.- sonreí.

- ¡me encanta!- le di un abrazo.

- te quiero.

- yo te quiero más.- ella miro su reloj y frunció el entrecejo.

- ¿Qué pasa?- pregunté.

- tengo que volver a casa, tengo mucho trabajo para mañana.- deje que un suspiro me saliera.

- está bien.

- ¿sabes? Ahora yo tengo una idea. ¡Ven a mi departamento!

- no lo dices enserio ¿verdad?

- ¿Por qué? ¿No quieres venir?

- ¡me gustaría mucho ir!- ella asintió, sonriendo tan amplio que me dejaba ver sus dientes.

- ¡vamos!- tomo mi brazo y tomamos un autobús hasta llegar a su departamento.

Entramos, ella prendió las luces alumbrando todo. Dejo las llaves en un sofá y me miro.

- ¿Qué te parece?

- esta hermoso, de verdad.

- bueno, es pequeño, pero vivo aquí sola.

- no, no, es perfecto, en serio.

- pues…gracias… ¿quieres algo de tomar?

- no, muchas gracias.- sonreí.

- bueno, entonces vamos a la recamara.- asentí. Ella abrió la puerta. Una gran cama matrimonial estaba al centro, con una cabecera de cuero café oscuro. Las cobijas eran blancas con algunos dibujos color beige, era bastante grande.

- esta lindísima.

- gracias.- se sonrojo. Se sentó en la cama y saco sus libros. Me acerque a ella y los mire.

- ¿Qué haces?

- mi trabajo.

- ¿de qué se trata?

- es cálculo, cabe decir que soy pésima en esto.- tome su libro y lo mire. Eran figuras tan extrañas, y muchísimos números y palabras que realmente no comprendía del todo.

- vaya, ¿y sabes hacerlo?- la mira, sorprendido. Ella asintió.

- apenas tuve suerte de saber este tema, que si no, me habría llevado la materia, y es que no tengo dinero suficiente para pagar si me las llevo.

- entonces no eres pésima. Al menos sabes hacerlo.

- ¿tú no?

- hum, no sé hacer nada de eso, suerte que en la música no hay cosas de esas.- reí. –Mejor me callo para que te concentres.- ella me miro sonriendo y dio un beso en mi mejilla. Tomo su lápiz y comenzó a hacerlo tan rápido y sin borrarlo alguna vez. Me sorprendía su habilidad, pues yo apenas tardaría dos horas y media en poder descifrar al menos de que se trataba lo que ella hacía tan rápido, como si fueran sumas.

- vaya que eres muy buena.

- no es verdad, no sé si las tenga correctas.

- pero lo has hecho tan pronto…nunca lo hubiera podido hacer.

- no digas eso, tu sabes hacerlo.- sonrió.

- nada igual que tu.- le tome el cuello y la acerque a mí, dando un beso en sus labios.

Siempre han dicho que el segundo rencuentro es verdaderamente el mejor, pues uno ya conoce al otro y sabe su forma de ser –aun que no sea por completo.-

Ella beso mis labios con pequeños y bastantes besos. Sonreí al mirarle lo linda que se había puesto. Realmente mucho más linda que hace años. Tome su cabello y lo acaricie. Ella me recostó en la cama y se poso sobre mí, con sus piernas a los lados de mis caderas.

- te quiero mucho, Bill- dijo entre besos. Yo acaricié su mejilla, con el objetivo de demostrarle que yo le quería aun más. Tomo mi cabello y comenzó a jugar con él. Le tome por los brazos e hice que nos sentáramos, aun sin separar nuestros labios.

Fueron tan solo unos minutos más con nuestros labios juntos, hasta que nos separamos y abrazamos con fuerza.

- Bill, ¿tienes que irte?

- ¿quieres que me largue?- pregunte, aun abrazándola. Ella negó.

- quiero que te quedes más tiempo, ¿puedes?

- sí, solo le aviso a mi hermano.- ella asintió. Deje de abrazarla y tome mi celular.

- ¿hola?

- Tom.

- ¡vaya, ¿Dónde te has metido, idiota?!

- estoy en donde (Tu nombre), solo…

- dime una cosa.- interrumpió.

- ¿Qué quieres?

- ella no duerme en el mismo lugar que antes, ¿cierto?

- oh, ¡TOM!- el comenzó a carcajearse.

- ya, ya, ¿Qué era lo que querías decirme?

- bueno que, me quedare más tiempo acá, solo te aviso para que cuando llegues no te molestes porque te he despertado, ¿sí?

- ¿eso significa que harás cosas indebidas con (tu nombre)?

- oh, vamos…

- usa protección, no quiero un sobrino aun.- interrumpió.

- ¡TOM, QUE ME DEJES HABLAR, CARAY!

- ya. Lo siento, ¿Qué quieres?

- voy a llegar un poco tarde, ¿está bien?

- si, como quieras, yo aquí estaré, solo…sin mi pequeño tonto.

- me alegro por ese pequeño.- reí.

- ¡te cabe, Bill, te cabe!

- que eres obsceno, Tom, yo me voy ¡adiós!

- Adiós, pequeño tonto.

- adiós, gran estorbo.- corte. –entonces me quedo un rato más.

- ¡me alegro!- dijo (tu nombre).

- bueno, ¿y qué hacemos?

- ¿quieres cenar?

- claro.- sonreí. Ella se levanto y camino por el teléfono.

- ¿Qué haces?

- pediré algo… ¿no quieres?

- ah, está bien- ella sonrió y colocó el teléfono en su  oído. Salió de la recamara y después de unos minutos regresó.

–ahora llega.

- está bien.

Esperamos unos momentos a que esta llegara. Cuando lo hizo, pagamos y regresamos a su recamara, en donde comenzamos a comer mientras mirábamos la TV.

- humm, aquí sabe tan diferente la pizza.

- ¿no te gusta?

- ¡me fascina! Podría vivir comiendo de esta.- ella sonrió.

- me alegra.- di un sorbo a mi bebida.

- ¿siempre pides algo para comer?

- bueno, la mayoría de las veces, es que no me da tiempo de hacer nada, por eso de la universidad.- asentí.

- me pasa lo mismo.

- es estresante, ¿cierto?

- sí, de verdad que sí.- terminamos de comer y nos recostamos en la cama, aun mirando la Tv.

Mis ojos se cerraban con delicadeza, mire a (tu nombre) que aun seguía con sus ojos bien abiertos.

- (Tu nombre)…creo que es mejor irme…me siento cansado.- ella me miro y acarició mi brazo.

- ¿quieres quedarte esta noche?

- ¿quedarme?... ¿a dormir?

- bueno…si no quieres no hay problema.

- no, si quiero pero… ¿no te molesta?

- vamos, claro que no.

- ¿estás segura?

- segura.

- está bien…gracias…

- no debes decirlo.- sonrió. –Ahora duerme, que te ves de verdad cansado.- deshizo la cama y me miro.

- vaya…de verdad muchas gracias, (tu nombre).- me metí en la cama. –descansa.- tome su mejilla y di un pequeño y corto beso en sus labios. –te quiero.

- duerme bien, Bill. Yo te quiero más.- sonreí y en cuanto coloqué la cabeza en la almohada pude quedarme completamente dormido.