sábado, 10 de marzo de 2012

capitulo 43


By (tu nombre)

Este día ha sido muy duro en la universidad. Resulto que los  trabajos que en la estos meses había hecho estaban completamente incorrectos. Me han bajado la calificación y el porcentaje para poder tener un puesto más alto ¡estoy agotada, hoy solo quiero descansar!
Toco el timbre, era hora de salir ¡por fin! Me levante de mi escritorio y tome mis cosas para salir.

- señorita (tu apellido)- dijo el maestro. Yo me vire. -¿puedo quitarle unos minutos?- asentí y me acerque a él.

- ¿Qué pasa?

- ¿debería ser yo quien respondiera la pregunta?- negó. –siéntate, por favor.- eso hice.

- ¿Qué te está pasando? Estos meses tus notas han bajado, ¿a qué estás jugando?, eras tan buena alumna antes, ¿Qué es lo que te sucedió?

- yo…no lo sé, solo…

- (tu nombre), hay algo que te está distrayendo.

- no, no hay nada.

- no mientas, ¿hay problemas en tu familia? ¿En tu alrededor?- dio un pequeño sorbo a su tasa con café. - ¿un hombre tal vez?- mordí mis labios, pues en estos meses con Bill había prestado menos atención a mis estudios. –me lo suponía.

- ya…lo siento es…

- no hay excusa. Dile a tu novio que te de tiempo para tus estudios, que son más importantes que una pareja. Eras de las más altas en mi clase, y por lo que he oído de otros maestros, no es mi clase la única en la que has bajado.

- ya. Le diré…solo…- mierda, ¿Qué podía hacer ahora? –Me pregunto si…habrá algo que pueda hacer para subir mis notas.

- claro que la hay.- se levanto de su silla y se acerco a mí, tan cerca que podía sentir su respiración pesada y con olor a café negro. Sentí un poco de alegría, pues haría lo que fuera por subir de calificaciones y no regresar a Alemania.

- ¿de verdad?- asintió y relamió sus labios. Tomo mi cuello y sonrió.

- sí, sí la hay, pero tienes que prometer…

- ¡si, si ¿Qué puedo hacer?!- interrumpí. El negó y quito sus anteojos.

- señorita, solo hay una opción, ¿la cumplirá?

- claro que si, solo dígame que puedo hacer.

- bueno-  su pulgar pasó por mi cuello y sonrió para después de solo unos segundos ponerse serio nuevamente. Esta vez sus dos manos se posaron en mis hombros. –Lo único que puede hacer es dejar de prestarle tanta atención a su novio y ponerse a pensar en su futuro.- guiñó su ojo y regreso a su escritorio para recoger las cosas.

- hum.- deje salir un suspiro al tiempo que mi mirada caía al suelo. El colocó su portafolio en su hombro y tomo mi mentón, haciendo que lo mirara.

- hey, no te pongas mal. No te estoy diciendo que lo dejes de ver o que no le hables, solo que pienses un poco más en ti.- sonrió. –Ahora salgamos, que se me hace tarde para llegar con mi familia.- sonreí mientras asentía. El tomo mi cuello delicadamente y me guió fuera del salón. Ahí estaba Bill, esperando con una gran sonrisa, a pesar de lo que había tardado en salir.

- ¡hey, (tu nombre)!- se acerco a mí y me abrazo por la espalda, dando un beso en mi mejilla, haciéndome sonreír ampliamente.

- hola, Bill…

- espero que le dejes estudiar para la prueba que habrá mañana eh, joven.- dijo el maestro, mirando a Bill con desdicha.

- lo haré, de verdad.- dije. El solo negó y sonrió.

- me retiro, que tengan buen día.- dijo, colocando sus anteojos y saliendo de ahí.

- ¿Quién era el, (tu nombre)?- preguntó Bill.

- mi maestro de cálculo…- deje salir un suspiro largo, mientras emprendíamos un camino fuera de la universidad. Bill aun seguía abrazándome.

- ¿quiere que te deje estudiar?- dijo, al parecer un poco desentendido.

- Bill, pasa que voy muy mal en notas…el maestro cree que es tu culpa.

Bill había tenido más conciertos aquí, en Francia, y era por eso que aun seguía aquí, pero me había dicho que pronto tendrían que irse a otro lugar, algo que me ponía un poco angustiada.


[…]

- ¿Tom salió?

- no lo sé.- camino más adentro de su habitación. -¡TOM!- se quedo en silencio por unos segundos y volvió a gritar. -TOM, ¿ESTAS?- volvió a guardar silencio y después regreso conmigo. –creo que si salió.

- nunca quieren salir contigo, ¿verdad, Bill?- me miro con incredulidad y sonrió.

- eres muy mala conmigo, ¿lo sabías?

- tú eres el malo.- se acerco a mí y tomo mi mejilla.

- ¿yo soy malo?- asentí. -¿Por qué?

- me dejarás aquí y te irás.- el se puso serio de pronto.

- no me iré para siempre, regresare.

- ya lo sé, tonto. Yo solo bromeaba, de verdad estoy muy feliz por ti.- le di un abrazo que él respondió al tiro.

- yo solo espero que subas tus notas, o tendremos que estar separados por más tiempo.

- oh, vamos, Bill, no digas eso, por favor.

- es lo mejor para ti. Ya hasta los maestros saben que por mi culpa tú has bajado tus notas; esas notas que dependen en tu futuro. Y si tu futuro está en manos de la distracción que creamos los dos, es mejor que no vuelva.- comenzó a reír.

- no lo dirás en serio, por ti podría subir mis calificaciones y los porcentajes, no te preocupes que lo haré, solo no te separes de mi y….deberías dejar de distraerme.- sonreí.

- ¿Qué yo te distraigo? Jum.- se cruzó de brazos. -, puedes irte de mi habitación.

- no me iré.- sonreí y le tome la barbilla, dando un beso en su mejilla.

- te quiero demasiado, (Tu nombre).

- yo te quiero más. Tanto que he perdido mi porcentaje para mi carrera.- me carcajee.

- vaya, que amor tan masoquista.- sonrió. –Me encantas.- dio un beso en mis labios.

[…]

By Bill

Sé que es dura la despedida, pero esta vez me he sorprendido a mi mismo con nuestras reacciones. No estoy seguro si es porque ya era un hecho que nos volveríamos a ver o que se yo, pero no hubo una despedida emotiva –en el lado triste-.

Han pasado seis meses desde que nos fuimos de Francia. La gira se ha terminado y cabe decir que los cuatro estamos muy felices con los resultados de esta.

Tenemos libre todo el tiempo en lo que tengamos ideas sobre nuevas cosas para nuestra carrera.  Estoy en Alemania, en casa con papá, Anette y Arabelle. Sigo en busca de un departamento para mí solo, pues papá me ha quitado mi antigua habitación y ahora la usa para arrojar las cosas que ya no le sirven.

Arabelle al parecer ya sabe hablar perfectamente, eso me pone muy feliz, pues ha mostrado ser realmente lista. Va en el kínder, en el último año de kínder y es una niña querida por los maestros.

-Bill, hoy tu mamá y yo saldremos. Cuida a tu hermana por favor.- me propuse ya no renegar cuando papá me dijera que Anette era mi madre, pues hasta él sabía que así no era; entonces asentí.

- está bien.- sonreí y tome la mano de Arabelle. Papá y Anette salieron de la recamara. Tome a Arabelle y le senté sobre la cama de papá.

- ¿Por qué nunca estás en nuestra casita, Bill?- dijo ella, con un acento bastante gracioso, aun le costaba un poco hablar y más que eso, era que no sabía cómo pronunciar la letra R y la pronunciaba como L. o era que a veces ni pronunciaba alguna de esas dos letras, tan solo se la brincaba.

- es que tengo que trabajar.- sonreí.

- ¿Por qué?

- por qué no puedo estar en esta casa siempre.

- ¿y yo tengo que trabajar?

- aun eres muy pequeña para ello. Todo en su debido tiempo.- sonreí.

- ¿tú eres mi hermanita o mi hermanito?- dijo con una gran sonrisa. Yo la mire confundido.

- bueno, yo soy tu hermano.

- pero, si tu eres hombre… ¿Por qué te pintas?- sus ojos se pusieron confundidos, ladeo la cabeza y me miro seria. –solo las niñas pueden. Entonces tú eres niña.

- ¿Quién te ha dicho eso, Arabelle?

- mi papito.- ese idiota ya le empezaba a meter absurdas ideas en la cabeza.

- no, Arabelle, eso es mentira. Los hombres y las mujeres podemos hacerlo, no hay ninguna regla que diga que los hombres no puedan hacerlo.

- oh- abrió sus labios, poniéndolos en forma de una O grande. –Tú eres niño y te pintas.- asentí. – tu pelo es muy largo, Bill, papá dice que solo las niñas pueden.

- vamos, Arabelle, es cabello.- comencé a reír. –y no, los hombres también pueden. Deberías decirle a tu papá que no te diga esas cosas.

- no…- bajo la mirada.

- ¿Por qué no?

- mi papi se enoja mucho, y me duele.- la mire realmente confundido.

- ¿Qué te duele?

- que se enoje…me siento mal cuando se enoja…

- ¿te pega?- ella me miro sorprendida.

- no, mi papi dice que pegarle a los niños es malo, ¿también es mentira?

- no, eso es verdad.- baje la mirada.

- ¿Anette también se enoja, Arabelle?

- ¿Anette, mi mami?- asentí. - ¿Por qué le dices Anette? Es nuestra mami.

- oh, bueno, es que ella no es mi mami.- sonreí. –mi mami se llama Simone.

- ¿Simone?- asentí. -¿Por qué no es mi mami la tuya?

- porque mis papás se separaron, después mi papá se caso con tu mama.- me miro confundida. –somos hermanastros tu y yo…bueno, Tom también.

- ¿Quién es Tom?

- tu hermano.- reí. Ella negó.

- no. mi papi me dijo que tú eras un mentiroso. Me estas echando mentiras.- le senté en mis piernas un momento.

- sí, yo siempre te miento.- dije, tratando de dar conclusión a la conversación. La puerta principal se abrió. Como siempre, los pasos de papá se escucharon por las escaleras.

- ¡princesa!

- ¡papi!- bajo de mis piernas lo más rápido que pudo y corrió hacia papá, dándole un fuerte abrazo. –Bill me dijo que los niños también pueden pintarse la cara y tener el pelo largo, eres un mentiroso.- comenzó a reír, mas papá dejo de sonreír y me miro con enojo.

- ¿Por qué le estás diciendo eso, idiota?- Arabelle se separo de papá y lo miro sorprendida.

- no es estúpido papi…es Bill.

- ¡de nuevo quieres meterle ideas tontas en la cabeza a tu hermana!- se acerco a mí.

- yo no le estoy metiendo ideas…solo le digo la verdad…

- nunca he visto a un hombre que se maquille y tenga el cabello tan largo, solo que sea un marica como tú. ¡Vamos, ¿Por qué no le dices que eres un marica?!

- porque…no lo soy.

- oh, vamos, no pienso discutir algo obvio. ¡Solo deja de meterle ideas a la cabeza!

- te he dicho que no se las metí yo, quieres hacer de ella una persona que discrimina a las personas que son diferentes a ella ¡y yo no lo permitiré!

- ¿no lo permitirás? ¿Estás seguro?- negó, dejando que una sonrisa de incredulidad saliera de sus labios. –ella no es nada tuyo, ella no es de tu familia, no es ni tu hermana ni tu conocida. Tú no puedes juzgarme por la forma en la que yo trato  ¡A MI HIJA!

- ella es mi hermana y seré yo quien le quite esa idea que tiene de las personas. Esa idea que tú le metiste.- camine y tome la manita de Arabelle, que apretó fuerte la mía.

- ¡BILL!- se escucho un grito desgarrador de Arabelle después de ser atacado en la cabeza con un objeto realmente duro y caer al suelo.

- ¡suéltala!- eso hice, pero Arabelle se quedo de pie a mi lado. –nunca en tu vida vuelvas a tocarle.

- entonces… ¿Por qué tu si puedes tocarme a mí?- dije, con un fuerte dolor en la cabeza que me impedía poder mirar bien. Me levante del suelo y me acerque a él.

- tú no vas a venir a mi casa para estar cambiando la educación de mi hija.

- ¿educación?- dije, en tono sarcástico. -¿educación?- repetí, subiendo el tono de mi voz. –lo que le estas enseñando a Arabelle no es educación. ¡Es el miedo que tienes a que sea diferente, a que piense de diferente forma que tú!

- me da repugnancia que algún día sea como tú, ¡me das asco, marica!

- ¡tú me das asco a mí! Solo quieres que las personas sean igual que tu, pero eso nunca lo vas a lograr, porque tú no eres una persona ¡eres un monstruo!

- prefiero ser un monstruo a ser alguien como tú, que busca el afecto de los demás y su única salida es teniendo relaciones con hombres, ¡inventando que te han violado!

- yo… ¡¿Cómo puedes aparentar ser una cosa y después aparentar que eres otra?! Fingiste mostrar cariño por mi…fingiste que sentías dolor por mi… ¡que darías lo que fuera por mi!...después…dices que soy un marica…que soy un enfermo solo porque me hicieron algo que YO NO QUISE, no me empeñaría tanto en llamar tu atención para aceptar una violación… ¡NO TE QUIERO TANTO COMO PARA DEJAR QUE ME DESTRUYAN EL CUERPO POR TI!

- yo jamás daría algo por ti, ¡prefiero que maten a los maricas como tú! ¿Sabes cuan avergonzado estoy porque hay personas allá afuera que saben que eres mi hijo? ¡Yo no sé que fue lo que le hice a Dios para que me mandara a un anormal como tú!

- yo no sé que le hice a Dios para que me hiciera permanecer…en una familia donde lo único que importa es el dinero y lo físico…yo no sé que hice para aguantarte todos estos años, creyendo que algún día ibas a cambiar…que ibas a mostrar cariño por mi…- sentí su gran puño penetrar en mis labios, los que tome con delicadeza al tiro. -¡no vuelvas a tocarme!

- ¿si no que? ¿Llamarás a tus guardaespaldas para que te defiendan? Porque claro, ¡no sabes hacer nada solo!

- ¡tú no sabes cómo dejar de engañar a las personas, no me sorprende que estés engañando a Anette!- volvió a golpearme, un par de veces, después me tomo por el cuello y  levanto su mano libre. Cerré los ojos, esperando su golpe.

- ¡no, papi! ¡No le pegues a mi hermanito!- abrí los ojos. Su grito me recordó a Tom. Cuando papá abusaba de su autoridad en casa. Tom siempre me defendía, me decía que odiaba cuando papá llegaba ebrio a casa y se ponía de mal humor por cualquier cosa y nos golpeaba.

Salí de mis pensamientos, pues los sollozos de Arabelle me hicieron mirarle con preocupación.

- ¡déjalo, papi!

- ¡no lo voy a dejar, niña! ¿Sabes quién es él?- ella asintió.

- mi hermanito Bill.

- no. el es una perra, un maricon.

- ¿q…- limpió sus lagrimas y los sollozos dejaron de emitirse. – que es eso?

- a tu “hermanito” le gustan los hombres.

- pero…él es niño…me dijiste…

- ¡ya sé que es lo que te he dicho!- ella lo miro seria. -¿te gusta que tu hermano se de besos con niños como él?

- no…que asco…- su expresión me pudo causar una sorpresa y rabia terrible.

- ¿asco, Arabelle?, eso no da asco.- dije.

- ¡si da asco, Bill…tú no eres una niña, eres niño…y tienes que darte besos con niñas!

- hay personas diferentes, y tú puedes ser una de ellas.- sentí la mano de papá en mi mejilla.

- ¡cállate, mi niña no es ninguna marica!

- ¡tú no lo sabes!- quite sus manos de encima mío. -¡y deja de tocarme!- me largue de la casa.

[…]

Pasados dos años y medio, no volví a esa casa. No he vuelto a ver a Arabelle ni a Anette, mucho menos a papá. He conseguido una casa en L.A. he salido de Alemania y quizá nunca vuelva ahí, a menos que sea para conciertos o cosas así.

(Tu nombre) ha terminado su carrera, ahora trabaja. Vivimos en una casa juntos –con Tom-. Puedo decir que mi vida ha dado un giro radical; aun no sé si va por el buen camino o no, pero realmente estoy disfrutando esto.

- hola, linda ¿Cómo estás?

- bien, ¿Cómo estás tú?

- bien.- rodee mi brazo en sus hombros.

- y que, ¿nunca te cansarás de venir por mí al trabajo?

- si quieres una respuesta que diga que algún día lo haré, entonces no quieres escucharla.- sonreí.

- vaya, que mala suerte tengo.- le mire a los ojos.

- ¿no te gusta que venga por ti?- abrí la puerta del auto, haciendo que ella pasara, cerré la puerta y le di la vuelta al auto para entrar.

- si me gusta, pero ¿no tienes cosas importantes que hacer como ir a grabar?

- por el momento, no.

- mierda…- se carcajeo. Encendí el auto y nos dirigimos a casa. –en una semana será el cumpleaños de Andy ¿no es cierto?- Andy…hace un año que no sé nada de él.

- es verdad, veinte años ¿puedes creerlo? Es un anciano.- ella comenzó a reír.

- Bill, tú tienes diecinueve, ¿pronto serás anciano?

- no, yo no.- me carcajee. Llegamos a casa y bajamos del auto, al abrir la puerta, Scotty y Bruno brincaron hacia nosotros, estaban muy mojados. –oh, mierda ¿pero que hicieron?

- ¡hey, regresen acá!- Tom se detuvo y nos miro, el también estaba mojado y parecía un poco enojado. –Huy…creí que tardarían más.- sonrió.

- ¿pero que mierda hacías con los perros, Tom?

- les estaba dando una ducha, pero al parecer no les apetece.- mire a Scotty, que coleaba mirando a Tom.

- ¡Scotty, ve afuera!- grite. El metió la cola entre las patas y se fue directo al jardín seguido de Bruno, que coleaba felizmente tras de Scotty.

- ya, puedes ir a ducharlos, hermano.

- oh, vamos, ellos te hacen caso a ti, ¡dúchalos tu!- dejó caer sus brazos en sus costados a peso muerto.

- yo no fui el que los ha mojado ya. Además, (tu nombre) y yo queremos comer.

- está bien…la comida esta en el comedor, siempre me dejan comiendo solo…- me miro enojado y salió al jardín. (Tu nombre) y yo nos sentamos en el comedor.

- ¿no crees que es mejor esperar a Tom?- preguntó (Tu nombre).

- el ya ha comido, solo juega.

- ¿Cómo lo sabes?

-…no lo sé…- sonreí. Comenzamos a comer; al terminar de hacerlo subimos a nuestras recamaras.

- ah, que cansado estuvo el día.- se dejó caer en la cama.

- ¿tienes sueño?- ella negó. Le imite y me recosté a su lado. -¿sabes algo?- ella me miro.

- ¿Qué pasa?

- pienso recortarme el cabello.- se sentó en la cama.

- ¿¡de nuevo?!- me senté también.

- sé, creo que la cresta no me queda muy bien.

- pero no llevas mas de unos meses con él.

- lo sé pero…

- creo que se te ve preciosa.- interrumpió.

- ¿de verdad?- ella asintió. El sonido de las cuerdas de una guitarra se aproximó a la recamara. Tom llegaba mientras tocaba una melodía en la que estábamos trabajando estas semanas. -¿Qué haces Tom?

- ¿Qué te parece si ensayamos la canción?- dejo de tocar, colocando la plumilla para la guitarra en sus labios.

- ¿ahora?- asintió, mientras acomodaba sus trenzas negras frente a sus hombros.

- está bien.- Tom tomó la plumilla de sus labios y se acerco a la cama, sentándose en ella, haciendo un trío con nosotros sentados. Me miro y golpeo delicadamente la guitarra, marcando el tiempo; sonó la melodía de la guitarra.

By (tu nombre)

Bill daba pequeños manotazos en su muslo, marcando, igualmente, el ritmo de la canción.

- I'm still awake for you…- cerró sus ojos al cantar. Su voz sonaba realmente tierna y la letra de la canción lo era aun más. Tom me miro y sonrió, al tiempo que relamía sus labios. - …try to go on as long as you can even when the ocean breaks apart underneath you…- Bill poso su Mirada sobre la mía y dejo que la sonrisa más bonita le saliera de los labios. Después comenzó a mover su cabeza, al ritmo de la canción. -…To me you'll be forever sacred…

Bill apago su voz y los últimos acordes de la guitarra sonaron como eco. Tom se levanto de la cama, dejando su guitarra delicadamente sobre la misma, mientras guardaba la plumilla en sus pantalones. Se acerco a mí y se acuclillo, colocando sus manos en mis rodillas.

- ¿Qué te pareció, (tu nombre)?- dijo con una sonrisa tierna. -¿te gusta la canción?

- es una broma, ¡me encanta!- Tom miro a Bill, que sonrieron al instante.

- ¿en serio, linda?- preguntó Bill.

- de verdad, cada palabra y cada acorde son perfectos…no me sorprende que hayan llegado tan lejos los cuatro.- Bill me rodeo con sus brazos y Tom dio pequeños golpecitos en mis rodillas.


5 comentarios:

  1. :D al fin se fue de esa casa!!!! ya era hora! en realidad ni siquiera sé porque regreso despues de la gira.. si él ya tenia $$ podia optar por no regresar nunca mas... bueno, pero que bien que al final si lo hizo y ahora vive en L.A.
    sube pronto! cuidate! küsses!

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  2. WOW!!!! espero q Arabelle no sea como su papa nooooooooo ella tiene q ser mejor y no criticar x todo lo q le dijo su papa
    mmmmm y q bn q Bill ya se fue de esa casa ya era hora y wow vive en LA con Tom y (tn) aaaaaaaaahhh!!!!!!! esta genial sube pronto pliss

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  3. omg q giro mas radical este q le dieron a la fic!! super giro diria yo, todo paso muy muy rapido.

    Bueno seguire leyendo

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  4. waaaaaaaaaaaaa me faisno elc apitulo TN y Bill viviendo juntos :D que hermoso
    peor no me gusto que el papa de bill le meta esas ideas tan estupidas a su hija!! :D siguela protno vale cudiate tkm

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  5. OMG OMG OMG OMG
    *************-____________-********************
    me encanto pero pobre Arbelle, :( el papa de Bill es insoportable

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