capitulo 50

No pude evitar que el miedo me recorriera al leer aquello sobre las convulsiones, pude sentirme aterrado por eso, pero no lo fue del todo, pues papá prometía hacer todo porque estuviera bien.

Ahí había una pequeña fotografía enmicada, en donde estábamos mamá y yo sentados en una cama. Ella me abrazaba con sus dos brazos, mientras yo sonreía ampliamente, mas mi cara no se veía tan feliz: estaba demasiado pálido y mis ojos se miraban hinchados.

No podía evitar sentir aun ese nudo en mi garganta, pues antes todo parecía ser feliz, es decir, a pesar de los problemas, todos nos apoyábamos, Éramos felices.

Volví a guardar todo, siempre lo hacía con sumo cuidado, pues era algo a lo que iba teniéndole cariño, algo que papá había hecho solo para mí y no quería que esto se fuera a la mierda.

Me levante de la cama para hacerla. Después tome ropa de mis cajones y fui a darme una ducha. Al salir, escuche voces en la planta baja, (tu nombre) y Tom ya habían llegado. Cepillé mi cabello por unos minutos y después baje con los dos.

- ¡Bill!- (tu nombre) se acerco a mí y me dio un fuerte abrazo.

- ¿Cómo te fue, linda?- ella sonrió y miro a Tom que también lo hizo. -¿Qué, que es lo que pasa?- pregunte con ansiedad.

- a (Tu nombre) la subieron de puesto.- abrí los labios, sorprendido.

- no es verdad.- sonreí ampliamente y esta vez fui yo quien le dio un fuerte abrazo. –No imaginas lo feliz que estoy por ti.- ella acarició mi espalda y me miro a los ojos.

- gracias, Bill.

- hey, ¿tienen hambre?- preguntó Tom, caminando hacia la cocina.

- te hemos traído una de tus comidas favoritas.- dijo (tu nombre) tomándome el brazo. Me jalo hacia la cocina. Tom acomodaba algo de comida Japonesa sobre unos platos grandes.

- ¿necesitas ayuda, Troll?- pregunto (tu nombre). Tom la miro sonriendo y negó.

- creo que puedo hacerlo solo.- se dio la vuelta y siguió colocando la comida en los platos, después nos miro y levando su dedo índice, como si estuviera a punto de decirnos una gran idea. –se me ha ocurrido algo. Podrían llevar vasos a la mesa.

- está bien.- dijo (tu nombre), caminando hacia donde se encontraban los vasos; me acerque a ella y se los saqué de las manos.

- yo te ayudo.- ella rodeo los ojos y negó.

- puedo hacerlo yo.- dijo, cruzándose de brazos.

- no, no quiero que lo hagas tú.- sonreí y di un beso en su frente. Camine a la mesa, en donde Tom, nuevamente, acomodaba los platos de la comida.  –vaya, nunca te vi tan perfeccionista en algo.- el me miro y llevo a sus labios uno de sus dedos que se había manchado de la salsa, lo succiono haciendo un ruido húmedo.

- recuerda que no hemos vivido mucho juntos. Aun nos falta saber muchas cosas del otro.- sonreí.

- tienes razón.- (tu nombre) llegaba con un servilletero y lo puso al centro de la mesa.

Comenzamos a comer. No teníamos realmente un tema de conversación, por lo que al principio ninguno de los tres hablábamos. Miraba a (tu nombre), parecía tan feliz desde que llegó a casa.

- (tu nombre)- ella me miro, limpiando sus labios. - ¿Qué más te dijeron en la junta?

- hum, me han dado algunos concejos para el nuevo trabajo, ¿puedes creerlo?

- no lo creo aun, ha pasado tan rápido.

- no dudes de la gran habilidad que tienen unos para hacer algo tan grande en tan poco tiempo.- mire a Tom sorprendido en respuesta a esas palabras.

- ¿en serio eres Tom?- abrí los ojos ampliamente.

- ¿Por qué lo dices?

- no conocía esa parte tan filosófica.- reí. El se sonrojó y bajo la mirada,

- lo siento…no lo vuelvo a hacer.

- no, no ¡me encanta!- el me miro sonriendo, dejándome ver sus blancos dientes.

- mamá solía decirme cosas así antes de irme a dormir. A veces me hablaba de ti.

- ¿de mi?- dije casi en una arcada. Mi corazón salto como ya era habitual.

- sí. Me gustaba escuchar esas historias de cuando eras pequeño.- sonreí.

- oh, me encantaría mirarlos cuando eran pequeños.- dijo (tu nombre).

- en mi recamara tengo algunas, podría enseñártelas.- dijo tom.

- ¡no!- dije apenado. Tom y (tu nombre) me miraron. –Es decir…claro, ¿Por qué no?- me avergoncé. Comencé a comer rápidamente para poder levantarme de ahí.

- ¿te pasa algo, Bill?- dijo ella.

- eh, no ¿Por qué?

- te pusiste nervioso.

- ah, es que…no lo sé.- sonreí y baje la mirada de golpe.

De ahí no volvimos a hablar. Terminamos de comer y lavamos los trastos.

- Tom, ¿iremos hoy al estudio?- Tom me miro asustado.

- …mierda…

- ¿Qué?- pregunté ladeando la cabeza.

- lo había olvidado.

- ¿entonces vamos?

- sí. Ahora vengo, solo me cambio la playera.

- eh, está bien.-el subió las escaleras. (Tu nombre) se había sentado en la sala. Miraba sus uñas seria. Me acerque a ella y me sentó a su lado.

- ah, hola, Bill.- dijo mirándome por tan solo unos segundos para después mirar sus uñas nuevamente,

- hola, linda.- rodee sus hombros con mi brazo derecho. –eh, ¿te gustaría venir al estudio con nosotros?- ella me miro frunciendo el entrecejo.

- ¿de verdad?- sonrió ampliamente,

- si.- acaricie su hombro en el pulgar. Ella asintió y de apoco dejo su cuerpo resbalar lentamente por el sofá hasta dejar caer su cabeza en mi hombro. Acaricio mi estomago y dejo que un suspiro saliera.

- te quiero, Bill.- la atraje más a mi cuerpo.

- te quiero mucho más.- pronto comencé a oler la loción de Tom cerca y sus pasos por las escaleras.

- ¿ya estás listo, Bill?- di golpecitos en el hombro de (tu nombre) y asentí.

- si.- nos levantamos del sofá y nos acercamos a Tom. – (Tu nombre) nos acompaña.- Tom la miro sonriendo y despeino su cabello.

- nos va a acompañar la pequeña.- lo miró incrédula.

- no soy una “pequeña”.

- sí, si lo eres.- sonrió y salió de la casa.

[…]

¡¿Qué es lo que me pasa?! He intentado esto por más de cinco veces y no puedo.

Algo me tenía mal. He hecho que (tu nombre) y Tom salieran de la habitación y poder grabarlo yo solo. ¡Pero lo he intentado un par de veces más y no puedo!

- …Just a normal day…streets… ¡MIERDA! - aventé los audífonos hacia el vidrio y me deje caer al suelo. Respiré hondo y cerré los ojos. – Vamos, Bill…tu puedes hacerlo.- limpie mi cara y me lévate del suelo, coloqué mis audífonos nuevamente y reproduje la canción. –Lost and so alone…born but never known…left… ¡AHH MIERDA, MIERDA!- grité desesperado. Golpee la pared con mi puño y deje todo, no podía hacerlo, ¡no podía!

Salí de la habitación y fui a buscar a Tom. Escuche risas y un pequeño grito de (Tu nombre).

- ¡TOM, DEJAME YA!- se carcajeo.

- vamos, por favor, solo intentémoslo una vez más.

- Bill saldrá pronto y…

- shh, mejor intentémoslo rápido ¡por favor!

- oh, vamos, Tom, sabemos que no soy buena en esto.

- no lo sabremos si no intentamos.

- bueno, pero…ya, ya está bien.- camine hacia donde escuchaba las voces y ahí estaban los dos. (Tu nombre) se sentaba entre las piernas de Tom; los dos estaban sobre un sofá, (Tu nombre) tenía una guitarra y las manos de los dos se entrelazaban. Tom ayudaba a (tu nombre) a crear unos acordes mientras ella sonreía ampliamente.

- Bill, ¿ya has terminado?- dijo Tom, mirándome. Yo baje la mirada y sentí tantas ganas de llorar. No sabía exactamente el porqué; podía ser de desesperación. Sentí mis ojos llenarse de lágrimas y una incomodidad en la garganta. -¿Qué pasa?

- nada…- salí de esa habitación y me deje caer al piso, dejando que mis lágrimas cayeran con libertad. Escuche algunos susurros de ellos, pero no les di más importancia.

- Bill…- escuche a Tom, que se acuclilló frente a mí y tomo mis manos, quitándolas de mi casa. -¿Qué te pasa, hermano?- negué.

- …nada…no me pasa nada…

- ¿pudiste grabar?- lo mire por unos segundos, después negué y baje mi mirada. –Bill, no llores por eso, no importa, podemos hacerlo otro día.- no sabía realmente porque lloraba, pero creo que no tenía que ver del todo por no poder grabar.

- Tom…no es eso…es…- me quede en silenció. Tom negó y lamió sus labios.

- si es por (Tu nombre), solo te digo que no hacíamos nada, lo juro.- negué nuevamente.

- no… ¿podemos ir a casa?- asintió.

- si podemos, pero quiero decirte algo.- lo mire. –Las personas que esconden sus sentimientos, son las que suelen tener un dolor muy grande en su interior.- suspiró. –no quiero que tú seas uno de ellos, Bill. Si quieres hablar, no dudes que (tu nombre) y yo estaremos ahí.- asentí sin más.

By Tom

Bill y (tu nombre) salieron del estudio antes que yo. Al parecer había comenzado una tormenta lo bastante fuerte, así que camine hacia la habitación donde Bill grababa y desconecté todo. Guarde lo que Bill había grabado en una memoria extraíble y me la guarde en el pantalón, quería mirar lo que había grabado y no pensaba quedarme toda la noche en el estudio.

Salí del mismo y camine al carro con ellos. (Tu nombre) se sentaba en el asiento copiloto, miraba la ventana mientras hacía rulos con sus dedos en su cabello. Bill estaba en el asiento trasero con la mirada baja. Jugaba con sus dedos mientras lamia sus labios repetidas veces. Algo que me parecía muy extraño era que ellos no se hablaran o si quiera se miraran.

Siempre me había parecido extraña su relación tan amistosa y libre. Pero a pesar de eso nunca dejaban de hablar. Quise creer que este era otro de esos comportamientos que se tenían mutuamente. Coloque las llaves en el auto y prendí los parabrisas para que quitaran toda el agua que había caído en el. El cielo ya era lo bastante negro, entonces tuve que prender las luces del auto.

En el asiento trasero escuche sollozos, pero mire por el mismo y no mire a Bill, tal vez se había recostado. (Tu nombre) me miro sonriendo, pero pronto bajo la mirada. Algo había entre ellos, algo que me hacía dudar un poco, tal vez se habían molestado el uno con el otro.

Llegamos a casa. (Tu nombre) bajo raídamente, en cambio yo no vi a Bill bajar. Me vire al asiento trasero y ahí estaba, como lo había dicho, recostado sobre el asiento. Lo sacudí un poco.

- Bill, hemos llegado, despierta.

- humm…- se quejó.

- ya llegamos.- el solo entreabrió los labios y siguió durmiendo. –hace frió aquí afuera, está lloviendo hermano. Mejor te duermes calientito en tu cama.- el sonrió sin abrir sus ojos y asintió.

-…ya voy…- se levantó y salió del auto. -¡está lloviendo!- dijo con una gran sonrisa.

- es lo que te he dicho.- el colocó las plantas de sus manos en dirección al cielo, haciendo que sus manos se empaparan. Cerró sus ojos y miro hacia arriba. –que te vas a enfermar, vamos.

Entramos a la casa. Bill y yo subimos a la segunda planta. El me miro y bajo la mirada.

- buenas noches, hermano.

- buenas noches, Bill.- el me dio un abrazo y después me miro a los ojos. -¿sabes?

- ¿qué?

- siento que (tu nombre) y tu están distantes desde en el estudio. Por favor, habla con ella ¿sí?

- sí, te prometo que lo haré.

- gracias.- sonreí. Él entró a su habitación y yo me encamine a la mía. Aun era temprano, eran las 8:25 PM; quería ayudar a mi hermano, así que encendí mi computador y saqué la memoria en donde había guardado el grabado de Bill.

De un pequeño cajón saque mis audífonos y los conecté al computador para después colocármelos. En la grabación Bill se escuchaba cantando; al principio había durado media canción, pero luego se maldecía el mismo.

Todo fue igual hasta que al parecer nos sacó a (tu nombre) y a mí. Se escuchó un “vamos, Bill ¿Qué es lo que te pone nervioso?”. Sonreí al imaginarme a Bill hablándose a él mismo.

“Just a normal day…streets… ¡NO PUEDO!”- se escuchó un fuerte ruido después de eso.

“Lost and so alone…born but never known…left…¡OH, MIERDA, MIERDA!”- Se escucháron sollozos.

“So cold the night…The weak ones lose the fight…”- Se quedo en silencio por unos segundos. – too many of them put there…noone seems to care…- más sollozos y algo parecido a un gritito agudo.

“they see…they feel…believe…just like we do…”- se quedó nuevamente en silencio y se escuchó que sorbió la nariz.  –“pero…yo si soy algo… ¡¿Por qué siempre te preocupas por el!? ¡No te quiere, Bill, no te quiere!”- un gruñido y después unos sollozos mezclados con tosidos.

“ya…ya va…”- se escucho su voz y después la música, aclaro su voz y después se escucho que tomo aire. –“…lost… ¡oh, no!... ¡deja de equivocarte!”- se escuchó un fuerte manotazo en su piel. –“ahhh”- se quejo. Yo reí un poco. –“puff…ya, ahora sí, ¡vamos, bill, solo sácalo de tu cabeza!” –la música se reprodujo una vez más y la voz de Bill salió tan cortada que ni siquiera pude comprender una palabra de lo que dijo.

“¡estoy harto de ti! ¿Por qué no me dejaste con mamá?...yo no te hice nada… ¡yo si te quería!”- ahora sabía de lo que hablaba, y mi corazón se hizo añicos al escuchar esa voz tan verdadera y triste. –“¡te odio! ¡Te odio!”- después de un suspiro y otra sorbida de su nariz –“eres un idiota, Bill…tu y yo sabemos que nuestro papá no nos quiere…por favor…ayúdame a cantar…por favor…”

La música se volvió a reproducir y Bill dejo salir el aire.

“Just…a normal day…streets turning to gray… ¡URGG!”- se escucho un fuerte ruido y ahí fue cuando acabo todo.

Me di cuenta que bill aun seguía realmente afectado por lo de papá y no pude evitar sentirme mal. Papá realmente le había hecho mierda su vida; y lo que era peor…es que Bill aun seguía queriéndolo aunque le costara admitirlo

.apague el computador y me coloqué el pijama. Me recosté en la cama y después de pensar un poco como podía ayudar a Bill, por la mente se me paso la imagen de Anette, una de las muchas veces que fui a visitarlo a su casa con ella.  Bill aun se drogaba y Anette parecía preocupada por el, algo que me parecía extraño, pues Anette era la “enemiga”, ella no podía preocuparse por Bill.

Ella me dio unos folletos y tarjetas de personas que podían ayudar a mi hermano a salir de su vicio, y entre una de ellas estaba una psicóloga, que seguro lo ayudo bastante, pues Bill parecía un poco más feliz por todo eso.

No podría llevarlo a un centro de rehabilitación porque eso era muy duro para él  y ¿para qué llevarlo si él no era adicto a nada? Pero pensé en la grandiosa idea de un psicólogo o psicóloga que pudiera ayudarlo.

Había dos problemas en ello:

1-    Bill era lo bastante torpe para aceptar que sentía aun un hueco que tenia por nombre “papá”
2-     Bill ya era mayor de edad, y ni yo ni (tu nombre) podríamos obligarlo a ir.

Buscaría una forma para que mi hermano se diera cuenta de lo que le ocurría y se Lo platicaría a (tu nombre) para que ella me apoyara con esto.  

Bill había sido privado de su infancia y de su pre-adolescencia, y no dejaría que esta vez desperdiciara su adolescencia y mucho menos su futuro, que era cantar.

[…]

No dormí muy bien esa noche pensando en alguien que ayudara a mi hermano. Pero al levantarme no fui a desearles buen día a ninguno de los dos. Tan solo encendí mi computador y comencé a buscar algo que tuviera que ver con Bill.

Encontré algunas cosas que me asustaron un poco, y me asustaron aun más sabiendo que los síntomas de Bill eran iguales a los que venían ahí pero no quise dar por conclusión eso y seguí buscando.

También busque algo que se acoplara con psicología o cosas mentales. Temía que Bill se volviera algún tipo de loco o que se yo.

Al encontrar todo lo que necesitaba lo imprimí. Me di un baño, un muy rápido baño y sin hacer mi cama salí de casa hacia lugares en los que pudiera ayudarme más.

Llegue a un edificio muy grande y color café claro, me adentre a él y me dirigí con una mujer de tés blanca y ojos marrones. Vestía un pequeño vestido y unos tacones bastante altos. Ella peinaba su cabello tan solo con una pequeña trenza y lo demás lo dejo suelto. Me miro sonriendo y se acerco.

- ¿puedo ayudarte en algo?- asentí y le mostré mis papeles.

- sí, necesito ayuda con esto. Algo como…una guía sobre estos temas. –ella me miro sonriendo y asintió.

- ¿puedes pasar por aquí?- caminamos a una pequeña habitación que ella cerro con sigilo. –toma asiento.

- gracias.- me senté y ella lo hizo también, pero del otro lado de la mesa, donde había un computador y papeles.