capitulo 41

By Bill

- ¡MIERDA!- quite mi cinturón de seguridad y salí del auto. Corrí frente al carro que estaba delante del taxi y ahí la vi, en el suelo, su frente y sus labios sangraban, pero aun respiraba y eso me hizo calmarme demasiado. – (tu nombre)…- el piloto del auto victimario bajo y se acerco a nosotros.

- no sabe cuánto lo siento.- el hombre vestía un traje color negro, iba bastante arreglado.

- …Bill…- abrió los ojos y me miro, sonriendo; tomo fuerzas para levantarse. Yo le detuve.

- no, no te levantes…puedes estar grave.

- …no lo estoy, me siento bien…- negué.

- estas sangrando.- tome su frente y tome de su sangre para mostrársela.

- ya,… pero no me siento mal…

- he llamado a una ambulancia…tranquila, vas a estar bien…- decía nervioso. Se inclino frente a nosotros y acaricio la mejilla de (Tu nombre).

[…]

Una enfermera nos ha dejado entrar al cuarto con (tu nombre), donde ella estaba sentada en la camilla, siendo atendida por un doctor. Me acerque a ella y mire al doctor.

- ¿Cómo esta?- el dejo su trabajo y me miro.

- solo ha sufrido una ruptura en su brazo, es todo.- deje que un suspiro saliera de mis labios. El continuó continuo con el trabajo, (Tu nombre) se miraba distraída, solo miraba su brazo mientras lamía sus labios nerviosa.

Cuando terminaron de colocarle el yeso, (tu nombre) bajó de la camilla; el hombre propietario del auto que le golpeo se acerco con el doctor, para después de solo unos minutos regresara y nos mirara con nerviosismo.

- de verdad lo siento…- miro a (tu nombre) y tomo sus manos. –Si necesitas algo más, no dudes en llamarme, responderé a lo que necesites, de verdad.- entre buscó en su traje hasta sacar una tarjeta color azul marino y se la tendió a (tu nombre), que la tomo al tiro y la guardo dentro de sus pantalones.

- no se preocupe, de verdad, estoy bien.- sonrió.

- bueno, tengo que irme… lo siento en verdad.- dio un beso en su mejilla y se largó. (Tu nombre) me miro y yo sonreí, ella bajo su mirada. Negué sonriendo y salí de la habitación.

- ¡Bill, espera!- escuché su voz detrás de mí; me vire y le mire.

- ¿Qué pasa?

- siento…siento hablarte de esa forma…

- ah, no te preocupes, de verdad.- sonreí al igual que ella lo hizo. Caminamos fuera, en la calle. 

- ¿cómo has estado?

- excelente, ¿cómo has estado tu? ¿Qué te trae por Francia?

- bueno…estamos en una gira…- ella me miro de golpe.

- ¿estamos?, ¿gira?...no me jodas, ¿me estás diciendo que tienes una banda?

- …si…- sonreí ampliamente.

- ¿de verdad? Vaya, ¿Cómo se llama?

- Tokio Hotel.

- Dios, Bill no puedo creerte… ¡me alegro tanto por ti!

- sí, bueno… ¿sabes quién está ahí dentro?

- ¿quién?

- Gustav.

- ¡¿Gustav?! ¿Nuestro Gustav?- sonreí mientras asentía. -¿quieres decir que Gustav está aquí?

- sí, ¿quisieras ir a verlo?

- ¿es una broma? ¡Claro que quiero mirarle!

- bueno, vamos.- seguíamos caminando por la acera, había puro silencio entre nosotros, hasta que decidí hablar. -¿Qué has hecho de tu vida? Te vez feliz.

- aun estoy en la universidad, no tengo una gran idea de lo que haré en mi futuro.

- hum, ¿y quiénes eran tus amigos de la plaza?        

- uno de ellos era mi hermano de intercambio hace un año.

- ¿ahora ya no vives con él?- negó.

- he conseguido un departamento para mí.

- vaya que tienes suerte, aun no puedo zafarme de…de papá…- baje la mirada. Volvimos a quedarnos en silencio y no hablamos hasta llegar al hotel.

Entramos al ascensor y marcamos el número del piso en el que estábamos. Al entrar ahí, Gustav estaba recostado en la cama y Georg estaba en el suelo, los dos miraban la TV.

- ¿Qué hacen aquí?- pregunté.

- ¿Qué ya no podemos estar aquí?- preguntó Georg.

- no, claro que si…- mire a Gustav. –Adivina quién viene conmigo.- el se sentó y me miro concentrado.

- ¿quién?- tome el brazo de (tu nombre) e hice que entrara. -¡(tu nombre)!- se levanto de golpe de la cama y corrió hacia ella. -¿Cómo estás? Hace años que no sabía nada de ti.- le dio un fuerte abrazo que ella contesto.

- yo estoy bien y veo que tu también lo estas.- dejaron de abrazarse.

- hey, ¿Por qué tanto alboroto?- Tom se paralizo un poco. Me hizo señas con sus ojos. -¿Quién es?

- vamos, Tom, es (tu nombre).

- ¡¿(tu nombre)?!- le tomo la mano e hizo que lo mirara; el paso la mirada por su cuerpo y sonrió. –Has cambiado bastante.- ella sonrió.

- bueno, dejémonos de esto. Hemos tenido una idea, Bill, saldremos los cuatro y claro, si ella quiere venir.- dijo Georg.

- saldrán, yo me quedo.- camine a la cama y saque mis zapatos para después acostarme. –estoy cansado.

- hay, Bill siempre de aguafiestas.- se quejó gustav.

- discúlpame, Gustav, pero no fui yo quien quiso regresar para dormir y dejarme solo en la plaza.- sonreí y coloque un almohadón en mi cara.

- ya, bueno, nosotros nos vamos.- dijo Georg. – y tú, ¿quieres venir?

- ¿saben? Yo estoy cansada también y…no me siento muy bien, mejor me quedo, pero gracias de todas formas.

- sí, claro… ¿Por qué no dice que quiere quedarse con su pequeño?- dijo Gustav a Tom con voz queda. Quité de golpe el almohadón de mi cara.

- ¡te escuche Gustav!- el comenzó a carcajearse.

- ya esta, ahora regresamos eh. No le hagas nada a mi pequeño hermano, (tu nombre).

- claro que no.- rió. Ellos se marcharon; (Tu nombre) se acerco a mí.

- hola.- sonreí.

- hola.- sonrió también. -¿tienes sueño?

- bueno, no demasiado.

- ¿podemos hablar?

- ¿sobre qué?

- ¿Qué ha pasado con tu hermanita?

- ella está en casa, con papá y Anette. Ha crecido demasiado, y no pude estar con ella.

- ¿por lo de las giras y eso?- negó.

- quisiera que hubiera sido por eso…es…que me obligaron a ir a un centro de rehabilitación, por eso de las drogas, ya sabes.

- ah, ¿eso significa que ya no eres adicto?

- exacto, ahora ya puedes dejar de llamarme enfermo.- se sonrojó.

- …Bill…de verdad lamento haberte dicho todo eso…

- ¿sabes?, eso paso hace tres años, ya no te preocupes.

- has cambiado demasiado.- dijo con voz queda.

- sí, creo que me di cuenta por la forma en la que me trataste hace unas horas.- reí.

- vaya…creo que no pienso las cosas antes de decirlas. Me gusta tu cabello así es…loco, como de…no lo sé, se te mira asombroso.

- ¿te parece?- me encogí de hombros. –Papá dice que es de prostituto.- torcí los labios.

- pues, no me parece.- sonrió. – y te has perforado, no me sorprendería que tatuado también.

- pues…si lo he hecho.- sonreí.

- me gusta, de verdad que sí.

- …gracias…

- no hay de que.- dio un suspiro y se acercó más a mí. -¿Qué ha pasado contigo estos últimos años? ¿Algo nuevo?

- fueron los tres años más duros en toda mi vida…volvieron a pasar cosas que no debieron, hice cosas que tampoco debí y pasaron cosas con mi familia.

- pero sabes que de los errores se aprende.- asentí.

- pero no de estos… (Tu nombre), descubrí algo que…que yo hubiera preferido no hacerlo…

- ¿Qué fue lo que descubriste?

- …a mi victimario…- ella ladeo la cabeza.

- ¿tu victimario?- lo pensó por un momento, pero dio un grito ahogado al recordarlo y con su brazo sano me tomo el hombro. -¿a tu…vio…?

- si, a él.- interrumpí. –es…el papá de…de Boris.- abrió los ojos como plato y cubrió sus labios.

- ¿Cómo lo supiste?

- pasaron cosas…- dije cortante.

- ese hombre se merece la muerte.- dijo enfadada.

- no, no la merece…

- vaya, de verdad que no has cambiado tu forma de ser, eres aun tan bueno y sensible.- tomo un almohadón y lo azotó en  mi cabeza.

- ¿Qué es lo que te pasa?- reí. -¿quieres pelear? ¡Aquí tienes!- me puse sobre ella y comencé a picar su estomago.

- Bill, ¡que me duele, suéltame!- reía fuertemente.

- tú te lo buscaste.- ella dio un manotazo en mi cara. -¡hey, eso dolió!

- …suéltame ya, Bill…- deje su estomago en paz y la mire. –bájate de encima mío.

- no lo haré.

- ¡Bill, ya no eres tan liviano como hace años, vas a romperme!

- y tu ya no eres tan fuerte como hace años.

- vamos, Bill ¡bájate!

- ya, ya.- abrí mis piernas, de forma que podría tomar más equilibrio para sacarme de encima de (Tu nombre).

- vaya, Bill, que eres un rebelde.- me quite completamente.

- ¿un rebelde, por qué?- ella negó sonriendo.

Estuvimos hablando por horas, cuando decidimos mirar la tv. Había una película y esa fue la que nos quedamos mirando. Hasta que acabo y me di cuenta que (tu nombre) se había quedado dormida sobre mis muslos; acaricie su cabello con el objetivo de arrullarle, mientras yo seguía mirando la TV. Apague las luces, queriendo también yo quedarme dormido.

- ¡hey, Bill, llegue!- grito Tom. Abrí mis ojos y le mire, que aventaba las llaves de la habitación a la mesa que había frente a la cama. –huy, lo siento.

- te disculpas muy tarde, Tom.- sonreí.

- no demasiado, (tu nombre) aun duerme, y por si no lo habías notado, lo hace sobre tus piernas.- dijo indiferente.

- ya lo sé, tonto.

 - no lo entiendo.

- ¿no entiendes qué?

- te enfadaste porque use el baño frente a ti, y dejas que una mujer duerma cerca de…bueno tu sabes de qué…- Tom apunto mi entrepierna. Yo negué sonriendo.

- vamos, Tom, que si hubiera estado desnudo ya sería un problema, tu si te desnudaste frente a mí.

- oh, vamos Bill, que no es diferente, es una mujer, ¡MUJER!

- sí, y tu eres un hombre.- reí.

- tengo lo mismo que tu ahí abajo…ella no…- susurró.

- que eres un idiota, Tom.- el comenzó a reír.

- ¿se quedará esta noche?- mire a (tu nombre), que parecía estar muy cómoda encima mío.

- no quiero despertarle.

- ¿Qué si tiene que ir a trabajar mañana?, no te la puedes quedar, Bill, aun que se que es eso lo que quieres.

- no, no quiero quedármela, Tom.

- sí, claro, entonces despiértale.

- despiértale tu.- dije enfadado, aun acariciando su cabello.

- está bien.- se acerco a nosotros y sacudió a (tu nombre). –Despierta, es hora de ir al colegio.- comenzó a reír fuertemente.

- hum…- suspiró.

- niña, ¡despierta, despierta!- Tom seguía riendo. (Tu nombre) abrió los ojos de golpe y lo miro molesta.

- ¿Qué quieres?

- ¿tienes que ir a trabajar mañana?- negó.

- Tom…entro tarde a la universidad…déjame dormir.

- lo siento, princesita.- imito una voz realmente estúpida.

- silenció Tom, no hagas eso, no es agradable.

- ¿hablamos de cosas agradables cuando duermes a una mujer encima de donde sale tu orina?- rió.

- ¡silencio! No es gracioso, Tom.

- concuerdo contigo, mejor recuéstala a tu lado o que se yo, solo no la duermas ahí, y menos si es tu amiga.

- ¡que eres un delicado, Tom!- tome a (tu nombre) con delicadeza y le recosté a mi lado. -¿ya está? O prefieres que duerma yo en el suelo.

- bueno…eso sería gracioso, ¡hazlo!- lo mire incrédulo.

- ya, quiero dormir, vete.

- huy, alguien amaneció de mal humor.- sonrió y camino. –buenas noches pequeño tonto.

- buenas noches, gran estorbo.- sonreí y me recosté.

[…]

By (tu nombre)

Hacía un frío terrible, mire mi celular y marcaban las 10:45. Mire a Bill, que dormía exactamente igual que como lo hacía sobre el avión. Sonreí.

- (tu nombre)- abrió los ojos lentamente y me miro.

- duérmete, Bill, aun es temprano.- susurré. El negó y se sentó en la cama.

- no tengo sueño.- dio un estirón. Se puso serio y después me miró. -¿Tom está dentro del baño?

- eso creó.

- vaya, despierta muy temprano.

- si mal no recuerdo, eras tú quien despertaba a las siete de la mañana en vacaciones.- sonrió.

-  ¿vamos a desayunar?- preguntó, dando caricias a su estómago.

- bueno pero, ¿no esperamos a Tom?- negó.

- el puede bajar solo.- comenzó a reír.

- que eres malo.

- ya, lo esperamos. ¿A qué hora entras a la universidad?

- a la una y media.

- ¿y a qué hora sales?

- a las ocho.

- vaya, que horario más feo.

- ya lo sé.- suspiré.

- no me has dicho en que universidad estudias.

- porque no me lo preguntaste.- sonreí.

- escucho voces, ¡al fin se levantan!- era Tom, que colocaba una playera enorme en su cuerpo.

- eso parece.- dije.

- hablando de ti.- Bill y yo nos miramos extrañados. -, ¿Cómo fue dormir sobre la entrepierna de Bill? incomodo, ¿cierto?- mire a Bill, que parecía enojado.

- ¿te levantas con el objetivo de joderme, Tom?

- ya va, lo decía enserio, a nadie le gustaría dormir en un lugar así, ¿no es así (tu nombre)?

- eh…- tom interrumpió con la mirada.

- vaya, entonces a ti te gusta, (tu nombre). No lo veo como una almohada cómoda pero…

- ¡Tom, fue sobre mis piernas, mis piernas, no sobre ninguna otra cosa!

- bueno, bueno… ¿tienen hambre?- asentimos. –mejor bajamos ya.

Bajamos a desayunar con Gustav y Georg,  parecían llevarse muy bien los cuatro, Bill parecía realmente feliz, aun que había ocasiones en las que se quedaba pensativo, sin escuchar a los demás como si estuviera concentrado en algo más importante que nosotros, como si tuviera un problema bastante grande con el cual no podía lidiar a menos que pensara perfectamente que hacer antes de cometer un error.

- ¿Qué tienes, Bill?- el no me miro, al parecer tampoco me escucho. Miraba la ventana sin siquiera parpadear. –Bill…- siguió sin escucharme, hasta que le di pequeños golpes con mi mano fue que se viro a mí.

- ¿Qué pasa?

- no lo sé, ¿Qué te pasa a ti?

- ¿a mí?, no me pasa nada ¿Por qué?

- ¿estás seguro? Parece que estas concentrado en alguna otra cosa.

- no es verdad, he escuchado todo lo que han dicho.

- ¿en serio?

- sí.

- no lo creo, dime que es lo que hemos dicho.

-….bueno…yo…no lo sé…- bajo la mirada.

- ya lo sé. Dime, Bill ¿Qué es lo que te tiene tan desconcentrado?

- no es nada, de  verdad, ya lo superaré.- ladee la cabeza.

- ¿necesitas ayuda para ello?- me miro a los ojos sin realmente mirarme y negó.

- no, creo que es mejor hacerlo yo solo.

- vamos, Bill, a veces pedir ayuda no está de más.

- yo…de verdad no la necesito.- no toco su comida, tan solo jugaba con ella.

Tuve que largarme de ahí, pues tenía que alistarme para ir a la universidad.