By (tu nombre)
Todo ha estado en silencio desde que Bill se ha
ido; he pensado que tal vez Tom también se fue. Para asegurarme de ello, decidí
ir hacia su recamara, toqué un par de veces. Hubiera tocado una tercera, pero
esta vez, la puerta se abrió de par en par, dejándome ver a ese hombre que
ahora se miraba un poco adormilado.
- hola.- dijo tallando sus ojos.
- hola.- respondí. Permanecía serio, mirándome a
los ojos, quizá esperando una respuesta más concreta o quizá, buscando que
diera una razón del porque venía a su recamara. –Creí que te habías ido.-
confesé.
- aun estoy aquí.- de pronto me miro con un poco de
confusión. -¿no ibas a trabajar?
- me sentía enferma y ya sabes cómo es tu hermano.-
pareció ser que iba a sacar una sonrisa, pero la contuvo y solo dejo que un
suspiro con tono agraciado saliera de sus labios.
- iría a una clínica psicológica, él está mal.-
camino hacia si cama aun deshecha y me miro. –Entra.- camine dentro de su
recamara, manteniéndome de pie frente a Tom.- puff- dejó salir un suspiro de
sus labios, mientras recargaba sus codos en sus muslos.
- estaba asustado, no quería ir a uno ¿verdad?-
asintió sin responderme.
- creo que se está volviendo loco.- me miró mordiendo sus uñas. –Tal vez se vuelva
un tipo de masoquista…- dijo esta vez recostándose en la cama con los pies
tendidos aun en el suelo. –…un loco masoquista…- no sabía si reír o coincidir
con él. Tom lo decía serio, como si Bill de verdad fuera algún tipo de persona
con problemas mentales.
- bueno, tal vez solo está confundido.- el me miro
nuevamente. –tu papá nunca le prestó atención. Yo pienso que está buscando
tenerla.
- ¿puedo preguntar algo?- se sentó y dio pequeños
golpecitos a su lado. –Siéntate.- me senté a su lado.
- sí, pregunta lo que quieras.
- bueno, ¿Quién es ese tal “Andy”?
- su mejor amigo.- Andy siempre me había parecido
una muy buena persona, pero ahora había cambiado demasiado.
- su amigo, eh.- dijo en un tono extraño, como si
llegara a dudar que así fuera. –Bill me habló una vez de él. Me dijo que se
mudaría.- comenzó a aclarar su voz y después tragó pesado. –dijo que papá decía
que eran novios.
- Bill lo quería mucho y al parecer Andy también lo
quería a él.
- ¿pero?
- pero siento que a veces había un poco de
rivalidad entre ellos.
- mamá pensaba que Bill era homosexual.
- ¿por qué?...solo no me digas que era porque se
maquillaba.- dije un poco estresada por ese tema. Sabía que Bill odiaba que le
juzgaran tan solo por maquillarse.
- no, no es por eso. Decía que mostraba actitudes
diferentes hacia los hombres que hacia las mujeres.- jugueteó con un par de sus
trenzas negras. No me miraba, solo respiraba lentamente. Algo estaba mal con
Tom, parecía dudar de su propio hermano, ¿pero quién lo culpaba? Bill había
estado muy raro estos últimos días.
By Bill
Fueron bastantes preguntas, y en cada una de ellas
el nudo en mi garganta crecía más. Mis lagrimas no pude contener al comenzar a
hablar sobre temas más “privados” y algo que pude agradecer demasiado, fue que
el no me consoló ni me dio un abrazo, no hizo nada, más que mirarme serio hasta
que decidiera terminar con esto.
- creo que se ha acabado esto por hoy. He conseguido mi objetivo.- guardó
su bolígrafo en el bolsillo de su camisa y me miro. ¿Su objetivo? No comprendía
a lo que se refería con “su objetivo”.
- ¿Cuál…cuál objetivo?- mis lágrimas aún caían y me
era difícil hablar con claridad. El colocó sus anteojos y sonrió, algo que no
había hecho desde que llegue ahí con él.
- nunca creí que fueras a decirme todo de esa
forma, eso era lo que quería.- se levanto del sofá y camino hacia su
escritorio. No lo mire más, estaba más concentrado en sacar mis lágrimas
pronto. –Toma.- me llamó. Lo mire sorbiendo la nariz. El sacaba unos pañuelos
desechables de un cajón y los aventó a mi dirección, intenté tomarlos con mis
manos pero estos se cayeron al suelo.
- …gra…snif…gracias…- los tome del suelo y saque un
par de ellos, lo desdoblé y comencé a limpiar mi nariz.
- tu próxima cita será en dos días, ¿sí?- arrugué
el pañuelo y lo miré.
- ¿habrá otra cita?- el asintió. -...Está
bien…gracias…
- no hay de que.- sin mirarlo una vez más salí de
ahí. Baje las escaleras muy rápido, dos veces estuve a punto de caer por mis
torpes pasos.
[…]
- Bill, has tardado demasiado, ¿te jodió buscar un
buen lugar?- me miraba serio, como lo había hecho en la mañana. No me intimide,
pero me puse algo molesto.
- no, he estado con él todo este tiempo.- lo pase
por alto y quise buscar a (tu nombre) con la mirada.
- hum, ¿Qué te pasa, Bill? que, ¿ahora estas
molesto?- mi cuerpo comenzó a temblar, él tomó mis brazos y me giró haciendo
que le mirara los ojos. -¿estás molesto?- negué.
- estoy cansado, quiero ir a dormir.- dejo de
ejercer presión en mis brazos y los soltó lentamente. Mis brazos cayeron
lentamente en mis costados.
Camine a mi habitación. Después de todo no era que
estaba cansado totalmente, era que también quería estar solo. Encima que había
llorado y mis ojos estaban cansados y pedían un poco de reposo.
- Bill, ¿Cómo te fue? Oh, has llorado ¿verdad?-
tomó mis mejillas mirándome a los ojos.
- no lloré, tengo sueño, estoy cansado.- ella negó
y acerco sus labios a mi frente.
- mejor duerme.- asentí sin decir una sola palabra
más. Cerró la puerta dejándome solo dentro de la habitación. Tome de ese cajón
la caja que papá había hecho, no había tenido tiempo de leer y supuse que
ahora, estando solo, podría hacerlo.
Problema doble.
Hum ¿Cómo decirte esto?...
Has tenido problemas otra vez, el doctor nos dijo
que teníamos que hacerte la operación lo más pronto, pero no tengo dinero.
Me dijeron que por ahora era mejor internarte, pero
no quiero hacerlo. Realmente me estas causando muchos problemas. No solo
problemas de dinero o salud, sino también dentro de la familia, con tu hermano
y con tu mamá.
De verdad no quiero perderte, a mi pequeño hijo que
siempre me sacaba una buena sonrisa. Ahora solo me sacas golpes, te he estado
golpeando, también a tu hermano le golpee un par de veces, pero es que tus
comportamientos son bastante extraños: siempre quieres estar en contra mía ¿y
sabes que es lo peor? ¡Tu mamá te defiende!
Unos amigos me han dicho que debo golpear a tu
madre también, para que comprenda que el dueño de la casa ¡soy yo! Y ¿sabes?
Creo que tienen razón; y lo hice, tu mamá comenzaba a llorar, tal vez nunca
imagino que yo podría golpearla, pero tengo por seguro que ha entendido que no
es ella la que manda.
Espero y no sigas con ese comportamiento, porque
tengo que aceptar que odio golpearte, pero no hay de otra si nunca cambias tu
forma de ser.
Te ama: Jörg, tu papá.
Ya no te quiero.
Bueno…supongo que el título lo dice todo.
YA NO TE QUIERO.
Quizá te preguntes la razón, quizá no lo hagas,
pero me he puesto el propósito de decirte el porqué de lo que siento o la forma
en que me siento ¿comprendes?
Bueno…eres un niño de verdad rebelde…y encima eres
marica. No, no lo digo tan solo por decirlo, has mostrado ser un marica desde
que comenzaste a maquillarte, no puedo entender como un pequeño de 6 años se
puede hacer tan marica de un día a otro…quizá naciste así, quizá te enamoraste
de un hombre desde pequeño ¡no lo sé! Y sé que si algún día lees esto te
parecerá algo estúpido, pero tú no eres quien para decirme que mi forma de ver
las cosas es errónea.
Tu mamá te protege, sobre todo a tu hermano, que se
pone mal cada que te regaño. Los golpes
no te hacen cambiar, al contrario, siento que los golpes que te doy te hacen
una persona más marica.
He intentado hablar con tu madre, pero ella te
defiende sobre todas las cosas. La he golpeado para que sacara sus palabras
–quizá ella sabía algo que yo no- pero es una terca, no me dice nada. Hable con
mis amigos de nuevo, y ellos me dijeron que estaba perfecto lo que hacía, y si
finalmente tu madre o tu no me quieren decir algo, los dejaré.
Bill, es que no puedes sentir lo que yo siento
ahora, me siento tan decepcionado y encima tan imbécil al creer que tu pudiste
ser el pequeño del que toda la familia hablara, del que mis amigos, al igual
que yo, estuviéramos orgullosos, pero no es así, eres una persona
HOMOSEXUAL…eso es algo que me hizo caer, de verdad me hizo caer…ya no te
quiero, Bill…ya no…
Jörg, tu papá.
¿Diálogo?...para tu madre, eso no existe.
He intentado hablar con tu madre, que te lleve al
doctor, quizá lo que tienes es solo confusión; pero ella dice que aun que
fueras homosexual deberíamos quererte y apoyarte…apoyarte más que nada….
Hable con tu madre una vez más, esta vez fue un
“dialogo familiar” a esto me refiero a que Tom y tu estaban ahí también.
Te reprendí muchas veces antes de comenzar con este
dialogo. Entonces tú no querías ni siquiera mirarme, no querías hablar con
ninguno, hasta que tu madre te convenció, entonces nos sentamos en la sala. Tom
preguntó “¿le pegaste a mi hermanito?” pues tú llorabas fuertemente y me
mirabas con miedo; yo le respondí que lo había hecho, entonces, tom guardó silencio
durante toda la plática.
Al principio esto se convirtió en una pelea entre
los dos. Tú llorabas y me jurabas mostrándome tu pequeña mano que no eras
homosexual, que te gustaban las mujeres y no los hombres. Tome tus muñecas
fuertemente, haciendo que llorarás con fuerza…entonces fue que tu madre me
gritó, defendiéndote nuevamente.
Tu madre y yo nos levantamos y decidimos ir a
“discutir” esto en nuestra habitación. Pero claro, tu madre se largo enojada de
ahí.
Un horrible ruido me hizo levantarme de la cama,
ahí estaba una cuerda para saltar, tirada en el suelo y la escultura de tu
madre hecha añicos en el suelo. Tom y tú intentaron huir pero los detuve,
obligándote a ti a recogerla. Tu madre llego y se ofreció a recogerla ella
misma, pero yo negué, tenias que hacerte cargo tu mismo, pero ya sabes cómo es
tu madre que se niega a todo.
Te cortaste el dedo y ella se enfureció conmigo.
Comenzamos a pelear y todo termino aquí. No quería volverle a ver la cara, ni a
ti ni a esa idiota. Pero a Tom, mi pequeño hijo, el que nunca me contradice ni
se queja de nada, el que me apoya y me quiere; a él si quería mirarle otra vez.
Me iba a separar de ella, ya no quería escucharle
decir que lo que hago está mal. Pero no lo iba a hacer tan solo así, quería que
sufriera quitándole a Tom, pero ella lo romo fuertemente al igual que a ti.
Golpee también a Tom, y tome tu mano, haciendo que tu vinieras conmigo, pues tu
mamá te quería, te “apoyaba”…sabía que también sufriría a por ti, y en cambió
podría ser yo quien te educara como un hombre y se te quitara lo marica.
Jörg, tu papá.
Su descripción no pudo haber sido más clara…el no
me quería. Y sin duda había veces en la que creía que papá me había llevado a
mí porque me quería, no porque quería que mamá sufriera…pero papá tenía sus
momentos de sinceridad…y sin duda, este había sido uno de ellos.
No quise llorar, pero mis lágrimas me jugaron una
broma, rebelándose por mis mejillas sin mi permiso. Algo en mi me hacía querer
hablar con él. Quisiera mostrarle que yo no era el tipo de hijo que él creía
que era. Tenía que demostrarle que la persona que algún día quiso sigue siendo
la misma, que nunca cambio y que papá no tuvo que cambiar por sus estúpidos
amigos.
[…]
3:07AM
Mire a (tu nombre), no quise tocarla, podría
despertar y eso era lo que menos quería. Tome un pequeño bolso y coloque un
poco de ropa dentro de él, me cambie los pantalones y salí de ahí. Baje las
escaleras con sigilo, Scotty y Bruno comenzaron a chillar fuertemente, y con un
pequeño cariño en sus cabezas los hice callar.
Salí de casa y camine hacia una parada de
autobuses. El frió era realmente fuerte.
Tome un vuelo hacia Alemania. Mire la ventana y
pude sentir ganas de volver con lo que ahora era mi familia, pero reprimí mis
ganas y decidí tomar una pequeña siesta.
Una voz masculina anunció que el viaje había
terminado. Baje, me encontré en la capital de Alemania, en donde en toda mi
vida no había visto. En un taxi viaje a saber donde, tan solo le dije que me
llevara a un lugar cerca de Loítsche.
[…]
- es tarde, tengo que volver con mi familia.- dijo
mirándome con seriedad. Mire mi reloj y definitivamente era muy tarde.
- por favor… ¿podrías llevarme a un hotel cerca?-
el negó mirando nuestro entorno.
- sinceramente no puedo. No sé en donde nos
encontramos.- volvió su mirada hacia enfrente y sus manos se colocaron de nuevo
en el manubrio del auto.
- ¿Qué?... ¿no sabe dónde estamos?- los nervios
subieron a la punta de mi cabeza, pues justo como él lo había dicho, ya era muy
tarde, no sé dónde estamos y…y no sé cómo regresar…
- no. no lo sé, no me diste un lugar especifico al
cual llevarte.- aclaró su voz y bajo la ventanilla, dejando salir un escupitajo
de su boca hacia la calle. –Baja de una vez, que mi vieja pensará que me he ido
con otra.- mi cuerpo comenzó a temblar. Tome su hombro, haciendo que sacara un
gran brinco.
- al menos… ¿sabes donde hay una parada de
autobuses? Algo en lo que pueda volver, por favor.- tenía esperanzas de que su
corazón se aflojara y me dejara volver en su auto, pero el negó, quitando su cinturón
de seguridad.
- ¿no escuchas, niñato? No sé en donde mierda nos
encontramos.- mire la ventanilla, se miraba que era un lugar pobre, quizá
estaba cerca mi casa. –ahora baja, no tengo todo tu tiempo.
- yo…no pienso pagarle si no me lleva a donde le digo.-
dije un poco molesto, algo que quizá pude guardarme al mirar su cara de furia.
- ya, no me pagues y bájate de mi auto ahora.
- por favor…lléveme a un lugar con luz
o…electricidad…algún lugar donde no esté lloviendo.- el negó enojado y salió
del auto; abrió las puertas traseras y me saco a jaloneos de ahí. -¡vete!- me
empujo haciéndome caer a un pequeño barranco.
- …ahh…- escuché el motor de su auto arrancar. Mire
a mis espaldas, había unas pequeñas casas, todas en su mayoría pintarrajeadas.
Escuchaba gritos a lo lejos, algo que me puso contento, pues sabía que no
estaba solo.
Emprendí mi viaje, como un perro callejero,
escuchando las palabras que eran algo parecido a gritos. No había luces, más la
de los pequeñísimos rayos del sol a punto de irse. Mis pasos se escuchaban por
todo el lugar, los gritos parecieron silenciarse, más mi corazón comenzó a
temblar, pues este no era un silencio cómodo…era un silencio escalofriante.
Era muy tarde para arrepentirme de haber viajado,
era muy tarde para hacer que el taxista me llevara a otro lugar y también era
muy tarde y yo no tenía en donde dormir.
Los aullidos de algunos canes se escuchaban por el
lugar, tal vez se despedían del día para saludar a la noche. Pequeños ruidos de
algunos insectos que gritaban también podían escucharse. Y de pronto, los
gritos de aquellas personas volvieron a sonar, haciéndome sentir, nuevamente,
que no estaba solo y quizá podría pedirles ayuda a ellos.
Un horrible olor lleno mis fosas nasales, se hacía
cada vez más insoportable el olor. Encontré la razón de ello, y es que había
una cantidad impresionante de bolsas llenas de basura y otra que no
necesariamente estaba dentro de las bolsas. Los escalofríos recorrieron todo mi
cuerpo al mirar algunos cadáveres de indefensos animales ahí.
Dibujos obscenos en las paredes, junto a palabras
grotescas; muñecas rotas y carritos de plástico sin esas pequeñas llantas,
gatos clavando miradas espantosas, hombres –seguramente ebrios o drogados-
tirados en el suelo durmiendo. ¿Vegetación? Suponiendo que eso significa tierra
y rocas, la había.
Tome mi celular y mire la hora, seguro en L.A ya
había amanecido. Apreté las teclas desesperado, ¡no había señal! Debía apresurarme
a encontrar un lugar en donde la hubiera si no quería dormir como aquellos
hombres. Corrí hacia un lugar donde había demasiada luz y música bastante
fuerte.
- humm, ¿A dónde va una hermosa zorrita?- me vire,
era un grupo de personas –hombres en su mayoría-, estaban ebrias y fumaban
cigarrillos. -¿buscas algún lugar en donde quedarte?- pues, realmente lo hacía,
pero no quería estar con ellos, aun que de seguro todas las personas aquí eran
iguales a ellos.
- debe ser una de “ellas”- hizo comillas con sus
dedos. Era mujer y vestía como una completa dejada. –si buscas en donde ganas
un buen dinero, es por ahí.- apunto. Casi inconscientemente mire hacia allí, en
donde había un bar, pero no un bar cualquiera…era un bar en donde iban las
mujeres a mostrarse por dinero.
- ¿quieres que te acompañe hip, niña hip?- dijo un
hombre acercándose a mí. Retrocedí y lo mire con miedo. –no temas hip…hip…te
haré pasar una buena noche, bebé.- comenzó a acercar sus manos a mí.
- ¡déjame!- grazné.
- tengo dinero, estoy dispuesto a darte todo lo que
tenemos si hip…hip… nos das una buena noche a todos nosotros…hip…- eructo en mi
cara, haciendo que me tragara ese horrible sabor.
- ¡déjame solo!- corrí lejos, aun más lejos, en
donde se miraba horrible. Los arboles estaban muertos.
- ¡ayúdenme! ¡Por favor! ¡Ayúdenme!- escuché un
fuerte grito de una mujer. Me vire hacia
un oscuro callejón, en donde una luz amarillezca apuntaba a dos personas, me
acerqué un poco, mirando a esa mujer que era despojada de sus ropas por un
hombre. Él besaba su cuello con rudeza. Me acerqué un poco más, demasiado cerca
como para que él me mirara y me apuntara con algo parecido a una navaja.
- ¡lárgate!- grito. Sin saber muy bien lo que
hacer, corrí lejos. Miré un lugar con luz, camine hacia allí.
- ¡hugg mierda!- caí al suelo mojado. Mi cabello se
había mojado ya demasiado. Ahí había un pequeño toldo, en donde seguro podría
ocultarme de la lluvia. Me encogí y abracé mis piernas, comencé a dormir.
By Tom
- buenos días, troll.- (tu nombre) estaba pálida. -¿Qué
pasa? ¿Aun te sientes enferma?- ella negó y tragó saliva.
- ¿Bill salió?- preguntó nerviosa. Mire la mesa, en
donde se encontraban las llaves de ambos carros y negué.
- no lo creo, ¿Por qué lo dices?- ella miró hacia atrás
y después me miro. -¿Qué te pasa, (tu nombre)? Te vez horrible.
- Tom…Bill no está.- sentí mis órganos revolverse
dentro de mi estomago y mil escalofríos recorrer mi cuerpo.
- ¿Qué?
- Bill no está…Bill no está…- corrí hacia la planta
alta y camine a la habitación de (tu nombre) y Bill. Busque en el baño, en el
armario…él no estaba. Busqué en mi recamara y en las mismas dentro de casa.
- ¡BILL!- ahí estaba su pantalón del pijama, tirado
enfrente de la cama. -¡Bill!
- Tom…se fue…- no quise atar cabos tan pronto,
quizá había salido a caminar. –tenemos que llamar a la policía.
- no… (Tu nombre)…no nos harán caso hasta que hayan
pasado dos días.
- pero…
- ¿A dónde pudo ir? ¡Bill!- me esperancé, creyendo
que tal vez estaría escondido por ahí. -¿no ha dejado alguna nota?- (tu nombre)
se adentró a su recamara y busco por entre las cobijas, sacándolas completamente.
-…no…