sábado, 7 de julio de 2012

Capitulo 100


- ¿pero qué?- interrumpió. Mi mente se llenó de dudas; quizá demasiadas, realmente demasiadas; no sabía que decirle, me había bloqueado tratando de pensar en razones buenas para evadir todo esto.

- Eh, tengo que ir a trabajar.- sonreí. –Regresando lo platicamos, adiós.- caminé por el pasillo, pero fui detenido desafortunadamente por su gran mano.

- ¿Te irás al trabajo en pijamas?- sonrió con ternura, misma ternura que no me agradó esta vez, me sentía indiferente.

- Lo olvidé.- No le miré a los ojos, de alguna forma me causaba miedo verle, entré a mi recámara, pero a los pocos segundos sentí sus manos rodear mi cintura, mi corazón latir fuertemente y el miedo nublando mi razón. Me di la vuelta para mirarlo, él solo seguía sonriendo, sin ni siquiera sospechar la conversación que yo me tenía entre las manos.

- Estoy seguro de que algo le pasa a mi pequeño hermanito, ¿de verdad no quieres decírmelo ahora?- me deshice de su agarre y retrocedí un paso, mirándole a los ojos, procesando una mentira por respuesta.

- No me pasa nada, Tom, y te dije que lo hablaríamos cuando regrese.

- Ayer estabas completamente extraño, te escuché toda la noche vomitando de una forma desesperada, ¿estás bien?- Mordí mis labios, sintiendo culpa, y ahora que lo analizaba, mi estomago se sentía cansado y vacío.

- Estoy bien, Tom, de verdad, no sé qué fue lo que me pasó anoche, pero ahora estoy bien.

- ¿Tomaste otra vez?- rodee los ojos, algo cansado.

- No, Tom; deberías confiar solo un poquito más en mí, te dije que lo dejaría, no volveré a tomar más.- bueno… al menos eso creo…

- Está bien, lo siento, no volveré a preguntar hasta que regreses.

- Gracias por la advertencia, ahora no regresaré a casa.- le dio la risa floja, pero mis palabras iban más en serio que en broma.

- Bueno, te dejo, que tengo que salir.- mi corazón volvió a despertar; lo miré con dudas, seguro mis ojos mostraban cada pregunta.

- ¿A dónde vas?

- Iré con un amigo, tiene una hermosa y…

- Bien, ¡me queda claro, Tom, no tienes que entrar en detalles!- le interrumpí; él frunció el entrecejo.

- Ehh, está bien, me voy.- acercó sus labios a mi mejilla; nunca pude presenciar un miedo comparable; no era pánico, eran dudas, ¡puras dudas llenas de miedo!

- Tom, no- retrocedí una vez más. Yo ya no sabía si mi comportamiento estaba excediéndose tanto que comenzaba a ser una paranoia, pero por el momento no quería acercarme mucho a él, hasta tener en claro lo que pasaba.

- ¿Qué pasa? Ahora me dirás que te incomoda que bese tu mejilla.- dijo con sarcasmo y yo…increíblemente, asentí.

- Sí, me incomoda un poco.

- ¿Por qué? Si lo he hecho siempre.

- Por ahora me incomoda, no lo sé…

- Estás muy raro hoy, Bill… mejor me voy.- bajó las escaleras a paso lento, sin mirar hacia atrás una sola vez. Sí, debo aceptar que me arrepentí de hacerlo, pero no sabía que pasaba ahora…estaba más confundido que nunca.

Me di la vuelta, (tu nombre) salía del baño con su cabello mojado; me puse a pensar mientras la miraba, que el tiempo había pasado tan rápido en tan solo unos segundos. Empecé a temer que ahora alucinaba, que el tiempo solo eran milésimas de segundos. Me acerqué a ella, que me miraba seria, confundida; preguntándose quizá el porqué de mi actitud, pero la realidad era, que ni yo mismo podía definir esto como una “actitud normal”.

- Parece que Tom y tu no se llevan muy bien los últimos minutos.- mi mirada se apartó de sus ojos, pero después de solo unos segundos, ahí estaban de nuevo.

- ¿Cómo dormiste linda?

- Preocupada.- su voz se reproducía de una forma seca y casi inaudible, pero podía escucharle con perfección, estaba solo a escasos centímetros de ella. –Ayer llorabas mientras dormías.

- Quizá tuve un mal sueño, no hay por qué preocuparse.- negó.

- Sí hay, Bill, hoy estas algo raro, de verdad.

- Tengo que ir a trabajar.- dije cortante; ella solo asintió, caminando hacia la cama. Sequé mi cabello con el secador y sin cepillarlo salí del baño, camine hacia ella lentamente, inseguro por completo. –Me voy, nos vemos por la tarde, ¿sí?

- Está bien, Bill.- besé sus labios por un corto segundo y sonreí, al igual que ella lo hacía. –Te amo.

- Yo también, nunca lo olvides.- ella sonrió ampliamente y me dio un abrazo, mismo que yo respondí con fuerza. –Adiós, linda.- nos separamos, ella me miro aun sonriendo y asintió.

- Adiós, nos vemos.- asentí y rápidamente salí por la puerta, caminando por la calle a paso rápido, la cafetería no estaba muy lejos de casa.

- Por fin llegas, niño.- dijo la mujer de cabello rojizo y rulo. -¿Qué esperas?, camina rápido o quieres que baje tu sueldo.- la miré a los ojos por unos segundos más, después caminé hacia la mesa, atando el mandil negro en mi cintura.

- Buenos días.- sonreí; ellos me miraron serios, tendiendo hacia mí un pequeño papel amarillo, lo leí rápidamente y los volví a mirar. –En un segundo se los traigo.

Caminé hacia la cocina y fui hacia las máquinas, tomé un vasito y apreté el botón, de donde salía el café. ¿Quién será esa Amber, quién será ese hombre que llamó a mi hermano?, ¿por qué nunca me dijo nada de esto?...una vez más mi mente se llenó de dudas, tantas que podía sentirme una vez más como lo hice en la noche pasada; no sabía qué era lo que estaba pasando por mi hermano, y para ser sincero pues, me preocupaba demasiado que su vida estuviera en peligro por esos “pedidos”.

- Bill, ¡¡Bill, mierda!!- sacudí la cabeza ante su horrible grito, la miré con seriedad, esperando a que me gritara todo lo que había hecho mal en tan solo unos minutos. -¡Has tirado todo, ¿Qué te pasa?!- miré al suelo, y efectivamente, toda la bebida estaba esparcida por mis pantalones y mis botines negros.

- ¡Mierda, me he manchado todo!- ella se acercó a mí, arrebatándome los vasos.

- Hazte a un lado, ¡no sabes hacer nada!

- Me siento mal…- tomé mi estómago. –Quizá sea porque no he comido nada desde ayer por la noche.- sonreí, pero eso no duró mucho, pues se fue a paso rápido y regresó aun más rápido con un trapeador y un trapo azul.

- Pues he aquí las consecuencias de no comer, ¡limpia todo!- golpeó el pali o del trapeador con mi pecho y aventó el trapo al suelo para después irse indignada con una charola con cuatro vasos de café perfectamente hechos.

- Imbécil…- dije a lo bajo, agachándome en el suelo, tomando el trapito y limpiando todo el desorden que había hecho. Un golpe en el estómago después de un temblequeo en mis piernas me hicieron quedar de rodillas. –Mierda…- respiré agitado; el olor del café penetró mi nariz haciéndome tener arcadas y algunas agruras en mi garganta, la cual acaricié para deshacer todo el dolor.

- ¿¡Aun no terminas de recoger?!- no la miré; movimientos bruscos siempre me hacían dejar salir la pota sin poder llegar al váter. -¡Te estoy hablando!

- …No…- contesté, enfadado y con un hilo de voz.

- ¿Qué te pasa?, ¡háblame bien!

- ¡No, Greten, no he terminado!- dije aun más enfadado, produciendo más arcadas con cada respiración.

- ¡Pues hazlo! ¡¿Qué esperas!?- la vista se me nubló; sentí líquido caliente correr por mi garganta, más no quería salir. Cubrí mis labios y la miré, asustado. -¡¿QUÉ TE PASA AHORA?!- Negué y corrí hacia el baño, dejándome caer de rodillas sobre el primer váter que había ahí; abrí mis labios, apretando el estómago, pero nada sucedía y comenzaba a desesperarme.

- Por favor… hmm…- golpeé el váter con mis puños y me decidí una vez más a provocarme el vómito, pues me sentía enfermo, realmente mal; metí mi dedo anular e índice hasta mi garganta, tocando mi campanilla, sintiendo el líquido algo espeso correr desde mi estómago hasta mi garganta, como ácido ardiendo.  – Cof…cof…- tosí con fuerza, respirando agitado. Jalé la cadena y me levanté del suelo, salí de ahí y lavé mi boca y mis manos; ahora me sentía débil, con hambre y con bastante asco.

- Ahora ya puedes seguir recogiendo.- La miré con dificultad, mientras la sangre comenzaba a hervirme en el cuerpo.

- Ahora no… creo que mejor me iré a casa…

- Si te vas a tu casa te despido.

- Pero…me siento enfermo…

- No me importa.

- ¿Sabes?, no me importa… haz lo que quieras…- salí de ahí, caminando con lentitud hasta casa; mi estomago se sentía tan vacío, me sentía como un cuerpo arrastrado por el viento, tan débil.

Saqué las llaves de mis bolsillos y abrí la puerta con dificultad, al entrar, cerré la puerta con delicadeza y caminé a la cocina en busca de algo para llenar mi estómago; me hice un rápido emparedado de mantequilla de maní y antes de caminar le di un pequeño mordisco, sonriendo de placer. Subí las escaleras y una risa o más bien una carcajada me sacó de mis pensamientos; había más de una voz, eran tres, estaba seguro, había una femenina y si mi oído no me fallaba las demás eran masculinas; mi cuerpo se llenó de ansiedad, mordí mi comida, intentando salir de la realidad, quería ignorarlos, pero era imposible, pues estaba lleno de dudas que se iban acumulando desde ayer. Caminé a la recámara de Tom, dando otra probada a mi comida, pero por alguna razón comencé a temblar, pero había algo en mí que quería saber que era lo que hacían, así que, sin más preámbulos tomé la perilla.

- Que buen trabajo has hecho, Tommy, aquí tienes lo que acordamos.- tragué saliva y sin más, la abrí, haciendo que ellos saltaran con sorpresa.

- Pero que…- Tom colocaba su ropa interior con rapidez al mirarme, los colores se le fueron de la cara, parecía que había visto a un fantasma.

- Bill…no…- el corazón me palpitaba con fuerza, las preguntas fueron creciendo con cada segundo que me mantenía de pie frente a ellos… eso era un… un…

- …trío…- lo dije en voz alta…mierda.

- Váyanse de aquí.

- Pero, Tommy…

- ¡DIJE QUE SE VAYAN!- Ellos se levantaron y colocaron sus ropas con rapidez; ella se detuvo frente a mí, mirándome con enojo; le escupí en la cara, enojado. - ¡Bill!

Estaba completamente confundido, ahora más que nunca, y solo por la simple razón de que había encontrado la respuesta a la pregunta que generó las demás. Caminé a la puerta, con mi comida aun en mi mano, la comida que después de ver eso se veía completamente asquerosa; las arcadas me llegaron una vez más, sobre todo cuando su mano tocó mi brazo, deteniéndome con delicadeza; temblé con fuerza, su tacto definitivamente no me hacía mejor ahora, me parecía completamente incómoda su presencia como quizá la mía también le parecía

- Hermano, por favor, no es lo que tú crees.- rodee los ojos, ¿Qué acaso no podía darse por vencido?

- ¡Qué lo he visto, mierda!- por alguna extraña razón mis ojos comenzaron a inundarse de lágrimas; por lo visto esto me afectaba más que otras cosas que en realidad deberían afectarme.

- Bill… escúchame, debemos platicar.

- Al menos podrías hacer algo y abrocharte el puto pantalón.- dije desesperado, asqueado por mirar su cuerpo entero aun… aun erecto.

- Bien, bien…- tomó ambas partes del pantalón, frunciendo el entrecejo y cerrando los ojos con dolor. –No…no puedo, Bill…

- ¡Hazlo, por favor!- dije aun más desesperado.

- Mierda, Bill, tu sabes lo que es esto…- apuntó ahí abajo. –No puedo, me lastimaré…

- No puedo creerlo, Tom… ¿por qué?- me miraba a los ojos, sin decir una puta palabra; empezaba a alterarme, sentía mis ojos derramar lágrimas como un crío y la realidad era que no lo comprendía, ¿por qué lloraba? Era su cuerpo, no el mío.

Se acercó a mí, pero casi por instinto retrocedí, asustado; mi espalda pegó contra la pared y ahí mismo, me dejé escurrir hasta caer al piso; me sentía aun más débil y la cabeza me palpitaba. Rompí a llorar como un crío sin mucha razón aparente; él se acercó a mí, hincándose frente a mis pies.

- No es lo que tú crees, Bill…- cubrí mi cara con las palmas de mis manos, no quería verlo, no podía, era algo tan extraño. –Por favor no llores… déjame explicártelo, ¿sí?- intenté ser racional, pero me sentía inútil e indefenso; en alguna parte de mi mente ver cosas como está me ponían mal, me hacían recordar mi asqueroso pasado con el padre de Boris. – Lo  hice porque…porque…

- T-tú… ¿te p-prostituyes?- mordió sus labios, tomando mis mejillas, pero no fue por mucho tiempo, pues yo me corrí bruscamente. -¡Contéstame!

- Solo…

- ¿¡Qué, Tom?!- limpié mis lágrimas. -¡¿Desde cuándo lo haces,  Tom?!

- Unos…unos días.

- ¡¿POR QUÉ?! No te hace falta nada, ¡¿por qué lo haces?!

- Bill…

- ¡¿Por qué aquí?! ¿No pudiste ir a otro lugar?- mi vista se humedecía con cada lágrima que soltaba, me sentía aterrado.

- Lo hice por…por ti…

- ¿¡Por mí?!... no es cierto, ¡¿por qué mierda yo querría esto para mi hermano!?

- Quería el dinero para…para…

- Ni por todo el dinero del mundo, Tom… ¡Tu puto cuerpo vale más que todo el dinero del mundo!

- Quería agradecértelo de alguna forma…  quería darte…- caminó hacia la cama, tomando una caja de cartón blanca; regresó conmigo y la tendió. –Esto…- no me hice amago de tomarla, me sentía mal, de verdad mal. –Tómalo, por favor, Bill….

- No, Tom…

- Por favor, Bill, al menos ábrelo…- negué una vez más, mis ojos estaban hinchándose de pronto y una vez más sentí las arcadas venir. El volvió a hincarse y abrió la caja.

- No puede ser…- las lágrimas aumentaron y la culpa me llenó el cuerpo por completo; me eché a llorar como un crío de apenas unos meses de edad; lo miré a él, que sonreía, pero con cada sollozo mío su sonrisa desaparecía y sus ojos se humedecían. Ahí dentro estaban los botines de cuero con esa pequeña plataforma…los que yo anhelaba…los zapatos Rick Owens…

- ¿por qué lloras, Bill?, creí que te gustarían…

- ¡Estás loco, Tom!... no puedo creerlo… ¿por qué lo hiciste, Tom?

- Yo quería verte…verte… feliz…

- No, Tom… no lo has logrado, ¡no lo lograste!- Me miró a los ojos, serio, completamente avergonzado y seguro arrepentido. Me hinqué y me abalancé sobre él, abrazándole con fuerza. –ASÍ NO, TOM ¡DE ESTA FORMA NO!

- He llegado, siento llegar ahora tan tarde, pero es que… ¿Q- qué pasa, Billy?- me tensé por completo; ella se acercó a mí, acariciando mi cabello, pero me aferré más a Tom, no me gustaba que ella me mirara llorando.

- (tu nombre), ¿te importaría si Bill duerme hoy conmigo?

- Claro que no, solo…está bien.- sentó su delgada mano en mi mejilla, haciendo que la mirara a los ojos, pero no podía mantenerla. –Ya no llores, Billy, tu hermanito y yo estamos para todo, los dos te queremos, mi amor.- besó mi frente.

- Te amo, linda…

- Yo te amo mucho más.- salió de la habitación, en cambio yo me hundí más en el pecho desnudo de Tom.

By Tom

Nos metimos en la cama, su cara se ocultaba en mí, lloraba con fuerza, abrazando mi cuerpo. En cambio yo no sabía qué hacer, me sentía un completo hijo de puta, una persona sucia y encima avergonzado de sí mismo; por primera vez me sentí arrepentido de hacer algo así; me sentía una completa mierda, una persona sin valor o pudor, sin amor a su propia persona. Acaricié su cabello, pensando más bien en mis acciones, en mi estúpida mente.

Me quedé en silencio, con las luces apagadas, acariciando el cabello de mi gemelo, escuchando como sus sollozos se transformaban en respiración agitada y después en suspiros; pronto se había quedado dormido, tan pronto como le fue posible, mas yo solo me quedé mirando la ventana, presenciando la luz de la luna con nostalgia, repitiéndome una y otra vez que lo que había hecho había causado que mi hermano se pusiera de un ánimo tan distinto al que yo esperaba. Había fallado…y por decisión propia…

[…]

Abrí mis ojos, cansado, pero por alguna razón el corazón seguía latiéndome con fuerza, desesperado, arrepentido…decepcionado. Mi mano aun seguí sobre su cabeza, sobre su largo y oscuro cabello.

- ¿T-Tom?- me exalté un poco, y lo pensé antes de contestar, pero por suerte, él habló primero. -¿Estás despierto?- tragué pesado.

- Sí…lo estoy…

- Prométeme…prométeme que no vas a volver a hacerlo…- bajé la mirada, mirando su cuerpo dándome la espalda.

- Lo juro…no lo haré nunca más…perdóname…- sentí su mano acariciar mi costado. Sonreí. El silencio llegó en ambos, miré la ventana una vez más; por fin se acercaban los días soleados, pero mi cuerpo lo sentía al contrario, de no ser por Bill que me cobijaba un poco con su delgado cuerpo.

Suspiré, cerrando mis ojos, tratando de conciliar más sueño, solo para descansar un poco más. Pero sus uñas volvieron a acariciarme la piel con delicadeza, una y otra vez, arriba y abajo, con lentitud.

- ¿Tom?- abrí los ojos.

- Dime.

- Te quiero mucho, hermanito…- mis cejas comenzaron a bailar en un tic completamente desconocido para mi mismo; mis ojos se inundaron de lágrimas y una sonrisa apareció en mis labios. Un hermano como él era simplemente imposible de encontrar.

- Gracias… por acompañarme en momentos así…- el asintió, haciéndome sentir algún cosquilleo en mi estómago. -¿Sabes una cosa?

- ¿Qué?

- Eres la persona más importante de mi vida…- acaricié su espalda. La puerta se abrió y ahí estaba ella, la persona que siempre tenía buenas y lindas palabras para animar el día de mi hermano.

- Supongo que ayer fue un mal día, por eso he decidido invitarlos a desayunar hoy, a donde quieran.- Bill se sentó y caminó hacia ella, abrazándole con fuerza; ella sonrió, cerrando sus ojos. -¿Ya te sientes mejor, Billy?- él asintió.

- Porque tengo a la mujer más linda de todas, a la que más amo.- me miró. –y al mejor hermano de todos los tiempos.- bajé la mirada.

- ¿sabes cuánto te amo?- dio un beso en la mejilla de mi hermano. – Entonces, los espero abajo, ¿está bien?

- Creo que yo me quedaré.- dije, en un hilo de voz demasiado audible.

- ¿Cómo que te quedas? Eso no, Tom.- dijo ella. Bill caminó fuera de la habitación, dejándonos a ambos solos.

- No me siento nada bien… ya sabes…

- ¿Física o mentalmente? Porque si soy sincera… mentalmente pareces estar muy mal.

- ¿Por qué?

- Solo mira esos ojitos tan apagados, tú no eres así.

- Ya no sé quien soy en realidad.

- ¿Quieres decirme algo?- bajé la mirada.

- ¿Nunca has tenido la sensación de hacer algo por ver feliz a alguien y…que todo lo que hiciste te perjudica en salud y… pues realmente todo?

- Humm, eso creo; es algo así como decepcionarse de sí mismo, ¿no?- asentí.

- sí…

- ¿Eso te pasa ahora, Tom?- asentí. –Vamos, no te sientas mal por eso, hay una frase que es “Es un mal día no una mala vida.” No te preocupes, Tom, ninguna de las personas que te quieren van a juzgarte algún día por tu pasado.

- ¿Nunca has juzgado a Bill por su pasado?- negó.

- Claro que no, un pasado doloroso como el de él no necesita ser recordado, mucho menos por la persona que él es para mí.- sonrió. –Verás, el pasado de las personas a veces duele, ¿entiendes?, nadie, ni siquiera una persona que no banques tiene el derecho de recordártelo.

- ¿Y si yo no dejo de pensarlo?, ¿y si toda mi vida lo paso pensando en ello?

- Tienes personas que te aman, ¿no?, ninguna de ellas vamos a dejarte solo.- sonreí. –Mira, yo no sé qué es lo que te está jodiendo ahora y no voy a entrometerme ¿sabes?, pero nunca vas a estar solo, tienes a tu hermanito, y ambos sabemos que él nunca haría nada para lastimarnos, ¡mucho menos a ti!, me tienes a mí, que vivimos los tres juntos; no vas a estar solo nunca, están Georg y Gustav, también Danny y Sam.

- Ya veo porque Bill te admira tanto… parece ser que de los tres aquí, tu eres la más fuerte.- se sonrojó, sonriendo.

- No es así, las personas se hacen maduras por su pasado, solo recuerda eso, si esto te está causando mucho mal, te servirá para no cometer los mismos errores en tu futuro.- me levanté y le di un abrazo.

- Gracias…

- No es necesario que lo digas.- acarició mi espalda. -¿entonces te quedas?

- Me gustaría que pasases un lindo día con mi hermano, últimamente está muy mal, ¿sí?, yo en cambio me quedo, me dejaste mucho en que reflexionar.

- ¿Estás seguro?- asentí. -¿Quieres que compremos algo para que comas?

- No, no, hay comida en la cocina, no te preocupes.

- Bueno, te quiero, Tom.

- Yo también a ti…gracias de nuevo…

- No hay nada que agradecer, para eso está la familia, ¿no es cierto?- asentí.

- Así es… y no me pudo tocar una mejor….



2 comentarios:

  1. WOOW..! Ahora si me impresione... O___O
    Un...¿¿TRÍO?? Que rayos le pasa a TOM..??! haha estuvo muy lindo el capitulo ya lloraba... amm... creo que lo haré... haha tan lindo hizo todo por las botas de Bill... Humm eso si es muy lindo... pero PORQUÉ CON SU CUERPO?? Haha... bueno estuvo divino almenos ya calme mi duda de que pasaría Uff... Es bueno saber hehe ME ENCANTO... OYE! tienes una imaginación barbara para escribir te admiro... de verdad TE ADMIRO...!! y... tienes Facebook?? Para.. no se... platicar... hehe me caes bien! ;-) Espero el próximo capitulo CUÍDATE MUCHO MUCHO..!! T___T !!

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  2. O_o la verdad me perdi un poco!!! entendi lo del Trio y todo, pero bueno no se es raro el ver a Tom y a Bill trabajar en cosas q no tengan q ver con la musica, pues q recuerde creo q ya habian formado TH o no??

    Bueno estoy algo perdida!! Espero esclarecerme en el prox cap

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