Mi mano se detuvo. Dejé de escribir de pronto, cerrando los ojos ante la
fría brisa, sintiendo como penetraba en mi cara. Abrí mis ojos y miré hacia el
horizonte, ya no había alguna luz del día, la noche se había presentado en un
tiempo corto; cerré la libreta y me decidí a bajar de ese árbol.
Caminé por ese corto sendero, mirando mi hogar hacerse grande al tiempo
que yo caminaba hacia ella; al estar por la esquina de ella paré de pronto,
llenando mi cabeza de preguntas sin alguna respuesta por el momento. Y sonreí.
Sonreí porque simplemente había encontrado una respuesta a una de ellas, y la
respuesta fue: “sí.” Tomé mi móvil y llamé a Boris, esperando con ansias su
respuesta,
- ¿hola?
- ¡Boris!- sonreí.
- vaya, ¿Qué necesitas?
- necesito el móvil de Adam.
- ¿Adam?
- así es.
- humm, no lo creo, no le gustaría.
- vamos, por favor.
- él se está quedando a dormir en mi casa, vino por unos meses. Desde mi
fiesta de cumpleaños.- volví a sonreír.
- entonces, ¿puedo ir a tu casa? por favor, por favor.
- es muy tarde, ¿no lo crees?
- no, apenas son las 7:10 PM. Anda, por favor.
- está bien, puedes venir. Pero aun así no entiendo por qué quieres ver
a Adam.
- ¡Gracias!- corté sin hablar más. Caminé hacia su casa.
[…]
- ¿cómo estás, Bill?- dijo cerrando la puerta tras nosotros.
- estoy muy bien, ¿cómo estás tú?
- también, gracias.- sonrió.
- ¿Dónde está Adam?- busqué con mi mirada alguna señal suya.
- en la recamara de huéspedes, vamos.- asentí. Caminamos con sigilo
hasta la habitación, en donde Adam miraba la televisión con seriedad, recostado
en la cama, con los zapatos sobre ella.
- ¿puedo entrar?- susurré a Boris.
- sí puedes, pero yo no entiendo porqué…
- quiero hacerlo.- interrumpí. Él sonrió. Entré a la recamara, él puso
su mirada sobre la mía, después se sentó y recorrió mi cuerpo con indiferencia.
-…Hola…
- ¿Qué quieres tú?- mordí mis labios. Había empezado con algo que no
sabía cómo terminaría, y me ponía los vellos de punta.
- voy a hablarte.
- ah, ¿es una amenaza?- alzó una ceja. Yo negué.
- no vengo a perdonarte, y tampoco a exigirte una disculpa cuando no lo
sientes. Vengo a preguntarte una cosa, Adam.- me miró con seriedad; había
ganado un punto a mi favor, parecía querer escucharme de verdad.
- bien, dime.
- ¿por qué?- ladeó la cabeza.
- ¿por qué, qué?
- ¿por qué el abuso?, ¿por qué los golpes y las palabras?, ¿por qué me
hiciste todo eso?- lamió sus labios y se acercó a mí.
- creo que no hay un “por qué.”
- tuvo que haber una razón, desde que éramos pequeños lo hacías, ¿tan
mal te caía?
- sí, la verdad era que me jodías demasiado, siempre querías estar con
Agatha y conmigo. Nosotros no queríamos eso, y tratábamos de alejarte,
obligándote a que robaras comida o nos regalaras la tuya, pero siempre
aceptabas.
- Eso era cuando éramos pequeños, ¿por qué seguiste haciéndolo cuando
crecimos? Yo ya no me acercaba a ustedes.
- Molestarte siempre fue algo divertido, la verdad es que no me percaté
de cuando llevé las cosas a tal extremo que te miraba y el único sentimiento
que tenía era el asco y las ganas de matarte y verte sufrir.
- te pedí más de un par de veces que pararas, que me hacías daño.
- ya lo sé, pero es que ti yo ya no me creía nada.
- sé que te desahogabas conmigo.- asintió.
- hum, algo así.
- ¿algo malo te pasaba en tu
casa?, ¿también te hacían daño?- bajó la mirada, y mordió aun más fuerte
sus labios.
- no.
- vamos, Adam, dime la verdad.
- ¡no tengo que contarte mi vida entera, ¿entiendes?!
- ¡solo quiero terminar con esto!, ¡quiero ser feliz de nuevo!
- ¿y no puedes serlo sin tener que cuestionarme, eh, marica?
- ¡no, no puedo!- se quedó en silencio, mirándome a los ojos.
- tuvimos un accidente… cuando empezamos la primaria.
- ¿Quiénes?
- mi familia y yo… íbamos a pasar las vacaciones en donde unos
familiares… mi hermana y yo íbamos discutiendo; mi mamá nos silenció un sin par
de veces, pero no le hicimos caso.- dio
golpes en su nuez que sobresaltaba demasiado en su delgado cuerpo; parecía
querer deshacerse de un nudo en ella. – Papá, teniendo suficiente de nosotros,
se viró para gritarnos con fuerza.
El silencio se produjo, pero no lo incité a seguir, aun que yo ya estaba
bastante amorbado por sus palabras y esa historia que seguramente terminaría en
una muy mala situación.
- golpee a mi hermana con fuerza, no era tan grande, tenía siete años,
pero ella tenía cinco; el golpe la hizo gritar de dolor y mi papá comenzó a
gritarme. La carretera estaba vacía, pero él no contaba con él autobús que se
aproximaba con una velocidad tan grande como la de papá. Comencé a gritarle
apuntando el auto, pero él seguía con lo suyo…
Miró hacia la ventana y después me miró a mí por pequeños segundos. No
parecía querer llorar, pero podía percatarme de que esto le dolía demasiado;
sus dedos emitieron un sonido extraño y después de ello, pude escuchar su
suspiro tan alto y largo.
- no recuerdo nada después de eso.- lamió sus labios. –Mi hermana
murió…le amputaron las piernas a mi papá… y mi mamá salió del coma hace un año…
- Adam…- él negó.
- fui el único que solo sufrió un rasguño en el estómago.
- no sabes cuánto lo siento, Adam…
- ya no importa.- dijo en un hilo de voz. –mi intención nunca fue hacia
ti, niño… era para mí… sentí que alguien tenía que sufrir al igual que yo lo
hacía, tú eras feliz…
- yo no soy feliz, nunca lo fui.
- no me di cuenta de ello hasta cierto día que vi como tu padre te
golpeaba con fuerza.
- ¿l-lo viste?- asintió.
- te tomó de los brazos y comenzó a golpearte con su cinturón frente a
todos. Tú llorabas, pero a él no le importaba.
- nunca le importó…
- y ¿sabes una cosa?- lo miré, invitándolo a seguir. –yo estaba ahí
cuando el padre de Boris te llevó por primera vez.
- ¿q-qué?...- mis lágrimas se asomaron.
- estaba caminando por ahí, cuando te escuché gritar. Sentí bastante
miedo, pero no hice nada por ayudarte.
- ¿sabías que era el papá de Boris?
- no lo conocía, cuando lo hice no lo reconocí.
- ¿sabes?, tengo que irme de aquí, tengo mucho en que pensar.- sonreí
con dificultad y me di la vuelta, saliendo de ese lugar. –Boris, muchas gracias
por todo, me voy. Nos vemos luego.
- está bien, Bill, te acompaño.- asentí. Bajamos las escaleras.
- ¡Bill, espera un momento, por favor!- me di la vuelta y lo miré con
confusión, después de todo mi punto aquí no era darle una reflexión innecesaria
y mucho menos porque no había tratado de hacerle cambiar de opinión.
- mande.
- discúlpame.- me miro directo a los ojos, buscando quizás algún sí a su
propuesta. –discúlpame por todo lo que te hice. Busqué una forma de desahogar
mis penas, nunca se lo platiqué a nadie, quería fingir ser fuerte, mostrarme
mucho más fuerte de lo que en realidad podía ser. Lo siento, Bill.
- ya no hay cuidado, Adam.
- sí lo hay, tu hermano dijo que te arruiné la vida.
- mi pasado no se podría recuperar con todo el dinero del mundo. Pero
pienso que aún es temprano para poder iniciar mi vida de nuevo.
- quizá podemos iniciarla juntos, como compañeros.
- ¿q-qué?, ¿lo dices en verdad?
- supongo que amigos no podríamos ser nunca, y creo que es algo que no
nos jode mucho a ambos. Podemos ser compañeros.- sonreí.
- ¿sabes? Eso me gustaría.- él tendió su mano y en menos de un par de
segundos yo la estreché.
- espero que nos podamos ver algún día de estos, quiero conocerte.
- yo también quiero.- sonreí. –ahora tengo que irme.
- bien.
[…]
- no se la razón de esa sonrisita, pero espero que se quede siempre.
- eso espero yo también. ¿Sabes? Conocí a alguien.
- ¿en serio?, ¿a quién?
- oh, cuando lo conozcas no lo podrás creer.
- ¿esa persona es la razón de esa hermosa sonrisa, Billy?
- algo así, linda.- pasé mi brazo por sus hombros.
- ya te extrañaba.
- no me he ido.
- sí, eras mi Billy deprimido, creo que ya eres mi Billy con una sonrisa
perfecta.
- estoy decidido a cambiar por mí, por nosotros…también por nuestro mono
azul.- reí.
- Tom me ha dicho que querías que me hiciera inseminación artificial,
con su semen.
- después me di cuenta que en realidad estaba loco. Tom tenía razón.-
sonrió.
- ¿en verdad querrías una inseminación artificial?
- no. a menos que tu sí la quieras.
- no, realmente yo no la quiero.
- entonces…
- ¿entonces?- me miró con una linda sonrisita.
- entonces solo seremos marido y mujer, sin hijos ni nietos…
- o podríamos adoptar a un bebé.- la miré.
- ¿adoptar?- asintió.
- ¿no era lo que queríamos desde el principio?
- bien, tienes razón.
- Te amo.
- yo te amo más.- puso su cabeza en mi pecho.
- me gusta este corazón, sueña tan fuerte y vivo.- dio un brinquito.
–vaya, Bill, es muy rápido, solo siéntelo.
- así se pone cuando estoy contigo.- se carcajeó. –le gusta sentirte
cerca, se emociona demasiado.
- Bill, eres tan tierno, te amo demasiado.- besé su cabeza y le abracé
con fuerza.
- te adoro, linda.
Me di cuenta de que juzgar a las personas sin conocerlas podría hacer
que me perdiera la oportunidad de conocer a una persona realmente interesante.
A veces creía que mi vida había sido la peor inventada, pero cuando abrí mis
ojos a la realidad, me di cuenta de que había personas que también sufrían, que
habían sufrido de una forma de verdad dolorosa para cualquiera.
La vida no siempre te pagaba con la mano derecha, también te cobraba de
la forma más cruel. Y cuando piensas que nada peor puede pasarte, la vida se lo
toma como un reto y lo hace, hace que tengas una sensación de que él mundo de
puso todo su peso en tu espalda y nadie puede ayudarte.
Me sentía mal por Adam, por perder a su hermana de una manera tan
dolorosa, apenas era una pequeña de cinco años. Podía sentir el dolor que él
sentía al recordar cada cosa que le pasó, y ahora no lo quería juzgar. Tal vez
yo ayudé a que él se sintiera peor; mi cuerpo sufría de temblequeo diario por
su culpa y la de sus amigos, pero yo nunca pensé en lo que él podría estar
sintiendo cuando Tom y (tu nombre) le dijeron todo eso, encima Boris también se
lo dijo.
Por fin podía tener una cosa en común con él, y era que no nos gustaba
hacer públicos nuestros problemas, no nos gustaba que nos vieran mal. aun que
él era más fuerte que yo en el concepto de ser más fuerte frente a las
personas, los dos lo compartíamos y ahora ya no sentía que estaba completamente
solo durante todo ese tiempo. Esta vez me sentía agradecido con Dios por
haberme dado esta oportunidad, de poner a Adam en mi camino. Por algo dicen que
las cosas siempre paran por algo, ¿no?
Esto ya me está cansando un poco -.-, mi papá de nuevo haciendo de las suyas. Esta vez me ha reducido el tiempo en el computador. emm, siento el capitulo corto, es todo su puta culpa jaja, pero él no me va a detener ¿saben? ahora, en el día en que no subo capitulo, iniciaré el capítulo del próximo día, para así hacerlos más grandes. :D
Llore! me encanto!!!!!!! :D
ResponderEliminarDe nuevo un excelente capitulo, lo ame de verdad, kiero decirte que tu fic ya esta en la pag y esta siendo un exito de verdad, realmente les encanta. Claro no tanto como a mi XD, en el anterior CAP te deje mi correo, podriamos ponernos en contacto por alli???
ResponderEliminarseria fabuloso poder conoserte :D Me encanto este Cap, ya veo porque Adam mantrataba tanto a Bill. Pero no tenia que desquityarce tan feo :(
TKM Bye Bye
¡Muchas gracias por la noticia!
EliminarY el correo por suerte mi papá no me obligó a borrarlo, ¡claro que podríamos hablar por ahí!, también me gustaría conocerte.
mi correo es: zeitverschwendung@hotmail.com
adiós, cuídate.
esta genial el cap amo tu fic
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