Sus ojos se llenaron de lágrimas, y las soltó en un lapso menor a dos
segundos. Cubrió sus labios con su mano, apartando la mirada de mí. Debía
aceptar que me sentía mal por mirarla así y no poderla abrazar. Ella se levantó
del pasto, dejando su libreta tirada en el mismo, pero yo me levanté, tomando
la libreta y tratando de seguir su paso, hasta que la tome del brazo, con
fuerza, haciendo que me mirara.
- ¡suéltame, déjame de una puta vez!- limpio sus lágrimas, pintando su
cara con su delineador. No emití ningún sonido, ni siquiera una palabra, pues
estaba seguro de que si hablaba mis lágrimas saltarían.
Nuestros ojos recorrieron el cuerpo contrario; parecía extraño, pero la
realidad era que no estaba en mis cinco sentidos, podría llegar a dudar que
esto fuera un sueño, un muy hermoso sueño. Pero no lo era, me había decidido a
ser la persona valiente que siempre había sido, pero nunca quise mostrar.
- ¡que me sueltes! ¿No me escuchas? ¡Suéltame!- la atraje hacia mí y la
abracé con tanta fuerza, sintiendo su ahora mucho más delgado cuerpo que el de
antes. Ella me abrazó también, desahogándose como nunca la había visto y
yo…bueno, creo que era bastante lo que ahora hacía: lloraba como un crío.
Mis manos tocaron su cabello, mientras mi pecho saltaba con fuerza, mientras
mis lágrimas me impedían la vista de la hermosa mujer que miraba, de la hermosa
mujer a la que nunca dejé de amar, pero simplemente ella sí lo hizo conmigo.
By (tu nombre)
¿A qué estaba jugando?, yo no sería una de las mujeres estúpidas que
caen a los pies de la persona que creía amar. Yo no sería de esas. Estaba
completamente convencida, me había preparado para esto desde el primer día que
se largo, dejándome sin alguna razón coherente. No lo iba a recibir como creía
que sería si se fuera por motivos de trabajos.
Mis brazos soltaron su cuerpo, haciendo que por instinto él me soltara a
mí. Sus ojos desprendían lágrimas, ahora estaba tan cambiado, no podía reconocerlo; la realidad
era que hasta sus ojos habían cambiado. Su cabello ya no era tan largo, ahora
era mucho más cortito, no usaba mucho maquillaje en su cara y de la misma, una
barba de candado crecía; su ropa extravagante se hacía cada vez más “normal”,
ya no era él físico de Billy…ahora era Bill…
- ¡vete de aquí!- grité con orgullo.
- (tu nombre)…por favor…- negué.
- has estado más de medio año lejos, ¡¿Cómo quieres que te vea ahora?!
- ¡te dije las razones por las que me iba!...
- eso no es una excusa, ¡no arreglas los problemas de esa forma!
- he regresado… ¡regresé por ti!
- ¡odio que quieras verme la cara de estúpida! No voy a caer de nuevo,
Bill, ¿es que no te das cuenta? ¡Me hiciste daño yéndote, ahora todo será
diferente!- caminé, dándole la espalda, reprimiendo mis ganas por correr a sus
brazos y besarlo, no iba a hacerlo, yo era fuerte.
- ¡no te vayas!- me detuve. -¡no te vayas hasta que me respondas una
cosa!- me volví hacia él, quien lloraba como un crío.
- ¿Qué quieres, Bill?- sorbí mi nariz, deseando que esto pasara lo más
pronto posible.
- ¡Dime que ya no me quieres!, ¡quiero que me lo digas en la cara,
grítame, golpéame, HAZME LO QUE QUIERAS, escúpeme en la cara, grítame en la
cara, dime que te doy asco, que te decepciono! ¡Es así como me voy a ir!
Por mi cabeza surgieron toda clase de palabras que le tendría preparadas
para una persona, en este caso: Bill. Mis cuerdas se aflojaron, era claro que
iba a decírselo, que lo odiaba, que me lastimaba verlo de esa forma después de
habernos querido tanto…
Pero no lo hice, porque no lo sentía…solo lo fingía…
Scotty llegaba, con una ramita entre sus dientes, mordiéndola con saña,
pero Bill no le prestó atención, él seguía mirándome, esperando que fuera a
decirle y gritarle todas esas cosas que no pude por haberse ido. Miré sus ojos,
esas pestañas tan grandes que un día creí que eran las más lindas; él parpadeó
con lentitud, dejando que sus lágrimas
se desprendieran rápidamente, hasta su quijada, sin quitárselas o molestarse
por cerrar los ojos para dejar de llorar.
- ¡DÍMELO, (TU NOMBRE)!- volvió a gritar. Su perro lo miro, exaltado por
su grito.
- ¡no, no voy a decírtelo!
- ¡si tienes algo que decirme, este es el momento! ¡Quiero que me digas
que ya no me quieres!
- ¡no voy a decírtelo, Bill, no voy a decírtelo! – se acercó a mí, con
pasos lentos, bajando la mirada con pena y miedo. Nunca lo había visto así a
pesar de todo lo que había pasado por su visa.
- ¿mi hermano te trata mejor que yo?
- ¿q-qué?
- ¡dímelo, (tu nombre)! ¡¿Mi hermano te trata mejor que yo!?, ¡¿mi
hermano te quiere más que yo?!
- ¿de qué…?
- ¡no!- interrumpió. -¡es imposible, es imposible que alguien te quiera
tanto como yo lo hago!- sorbió su nariz. -¡lo siento, (tu nombre)! ¡PERDONAME!
- tu hermano no tiene nada que ver con esto, Bill.
- ¡mi hermano te quiere…! Siempre tienen que quitarme lo bueno en mi
vida, pero nunca creí él te alejara de mí…
- ¿de qué hablas, Bill? no entiendo nada.
- ¡QUE TU Y MI HERMANO SALEN, NO ME VEAS LA CARA DE IMBÉCIL!- sonreí,
pero la sonrisa se me fue pronto.
- ¡él y yo no salimos, Bill!...- mi mente se puso en blanco, y viajó a
la imagen de Tom, diciendo a su padre que bill gustaba de alguien más. -¡TU
GUSTAS DE OTRA! ¡Tom me lo dijo!
- ¡YO NO GUSTO DE NADIE MÁS!- sus rodillas empezaron a temblar con
fuerza y cayó al pasto con fuerza, mientras su perro se acercaba y daba
pequeñas lamiditas en su mejilla.
- Bill, ¿qué tienes?- tomó su frente y su cara enrojeció, como si se le
cortara la respiración.
- a mí no me gusta nadie más… ¡créeme! Yo te amo a ti…
- ¿estás bien, Bill?- cerró sus ojos y cayó desmayado.
[…]
- hum…
- ¿estás mejor?- me miró, abriendo sus ojos con sorpresa.
- pero… ¿q-qué?
- tuviste una baja de defensas.- tomé un vaso de agua fría y la pasé a
sus manitas. –Toma agua, ¿sí?- él asintió y llevó el vaso a sus labios.
- gracias…- bajó la mirada. – (tu nombre)… quiero pedirte disculpas…
- ¿sabes? Odio mi personalidad.- sonreí.
- ¿la odias?- asentí. -¿por qué?
- nunca puedo enojarme contigo, no sé porqué, pero siempre que te veo
haces mis días felices; enojarme contigo es casi imposible.
- linda, no sabes cuánto te extrañé; no sabes cuan arrepentido estoy de
haberme ido sin darte más explicación.- sonreí.
- ¿sabes, Billy?, no hay que preocuparnos más por ello, lo importante es
que volví a verte. Ahora estás horrible.- sonrió.
- tú también, solo mira tu cuerpo, ¿adelgazaste?- asentí.
- no comí muy bien, pero al contrario creo que tú comiste muchas
vitaminas, solo mira esa cara tan peluda.- se carcajeó y acarició su carita.
Se sentó y me atrajo a él, abriendo sus labios por completo, besándonos
una vez más después de tanto tiempo; él había cambiado su forma de hacerlo,
parecía ahora más delicado, más tierno y dedicado; puso las palmas de sus manos
en mis mejillas, abriendo y cerrando sus labios de una forma tan rápida y algo
desesperada. Acariciaba mi cabello y sacábamos pequeños suspiros; pero la
presencia de alguien entrar a la habitación hizo que ambos nos separáramos.
- apenas sé que mi hijo regresó y me lo encuentro besándose con su novia
de una forma muy comprometedora.- rió. Bill se levantó de la cama y le dio un
abrazo.
- ¿está Arabelle?
- lamentablemente solo vine yo.
- ¿para qué?
- iría a recoger algunos papeles del hospital, ¿recuerdas?- bajó la
mirada.
- ¿ya estás mejor, papi?
- hablar de eso me es indiferente, prefiero no hacerlo.
- ¿estás peor?
- tú no te preocupes, niño, voy a estar bien pase lo que pase.
- no me convences.
- vamos, niño, todo estará bien, verás que saldremos de todas las
enfermedades pronto.
- eso espero.- sonrió.
- sí…bueno, yo me voy, ustedes sigan con su “reencuentro”.
- bien, adiós.- asintió y salió de ahí. Bill se acercó a mí y me dio un
abrazo fuerte.
- siempre que llego a esta casa, es como si sintiera algo así como “la
mala vibra”.
- oh, vamos, Billy, todo va a estar bien, tu papá no es muy expresivo.
- tienes razón, solo espero que no le pase nada mientras no esté con
mamá y Arabelle.
- eso tenlo por seguro, Billy.
[…]
By Tom
- ¿por qué me dijiste eso, Tom? ¡Ella si me quiere!
- ya lo sé, Bill- suspiró. –te lo dije porque me tenías hasta los huevos
con tu comportamiento.
- ella sí te gusta, ¿verdad?
- no, claro que no.- sonrió. –la considero hermosa, pero nunca ha estado
tan hermosa más que a tu lado.
- ¿en serio?- bajó la mirada.
- ¡te lo juro! Somos hermanos, Bill, y siempre te he visto enamorado de
ella. Nunca se me pasaría por la cabeza quererla como tú lo haces.- su mirada
regresó a la mía y una pequeña sonrisita salió de sus labios.
- eres un jodido idiota.- se carcajeó. –no sabes cuan preocupado estaba
por eso, me jodiste, hermano…
- oh, ¿no piensas perdonarme?, si de algo sirve…te extrañé demasiado.-
sonreí. Sus brazos se abrieron y me rodearon por completo.
- te amo, hermanito, te adoro…te extrañé demasiado, no pude dejar de
pensar en ustedes.- su voz comenzó a ser cortada, parecía querer llorar.
- no te pongas mal, Bill. Ya estamos juntos de nuevo.
- nunca pienso bien lo que hago, odio mi forma de ser.
- no, no digas eso, hermanito.- acaricié su ahora pequeñísimo cabello. –
te adoro, Bill, ¿escuchaste?, en serio te adoro, hermanito. Odio que te bajes
la autoestima tanto.
- de no haber tenido un hermanito como tú, creo que no habría
sobrevivido.
- ¿y (tu nombre)?- sonrió.
- ella es mi vida, Tom… moriría sin ella…
- yo lo sé. Estoy muy feliz por ustedes dos.- sonreí.
Mi hermanito era una persona completamente sensible. Siempre encontraba
una razón para hacerme llorar; ya fuera el ser una persona realmente linda diciéndome
todas esas palabras, o por la otra parte, era verlo llorando y sufriendo como
era muy común en él.
Lo adoraba demasiado, tener un hermano como él fue un grandioso regalo;
si tan solo hubiéramos podido ser igual de pequeños… Me duele saber que Bill
siempre fue la persona menos querida en casa y no lo entendía, los dos éramos
exactamente iguales, encima Bill tuvo problemas al nacer, no entendía como lo despreciaban
tanto. Mi propia madre me había enseñado a no juzgar a las personas sin
conocerlas, pero creo que ella debería seguir su propio consejo y dejar de
juzgar a mi hermano de esa forma, porque lo único que ha logrado nuestra
familia es hacerlo sentir como el error de la misma.
No me gustaba ver a mi hermano mal, porque a pesar de los logros que
tenía cuando era pequeño, papá lo seguía castigando todas las noches y mamá no
hacía nada por ayudarlo, más que protestar a papá unos segundos, para después
ser intimidada con tan solo la mirada de mamá.
Flash back
No puedo dormir, Bill se lo ha pasado llorando toda la noche. Me levanté
de la cama y caminé hacia el de puntitas, esperando no ser pillado por mi
papito. Ahí lo vi, fregando el suelo de la cocina con un trapito blanco; él me
miró pero bajó su mirada con rapidez.
- ¿quieres que te ayude, Bill?- él negó, mirándome, pero aun así no
dejaba de mover sus manos.
- no, vete de aquí…
- quiero ayudarte, mi papi siempre te castiga.
- ya lo sé…pero si nos ve me dejará en la esquina sin luz…
- no, no nos va a ver.- me hinqué en el piso con él, ayudando a limpiar
cada pequeña manchita que había en el suelo.
- ¡Bill!- escuchamos la voz de mi papá. Bill me miro con miedo y me
empujo con fuerza.
- ¡vete, Tom!- susurró. Pero al parecer ya era demasiado tarde, papá nos
miro, pero su mirada deparó más en mi hermanito que en mí.
- ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!- gritó. Mi hermano bajó la mirada. -¡te estoy
hablando!
- n…n-nada…
- ¡¿por qué pones a tu hermano a limpiar?! Tú eres quien está castigado,
no Tom.
- pero, papi…ya me duelen mis manitas…
- eso no me importa, ven aquí.
- no…
- ¡que vengas!- él negó, pero papá se acercó a él y lo hizo levantarse
jalándole su brazo.
- ¡ahh! ¡Papi, yaaaaa!
- ¡vete a la sala!
- ¡no, papi, por favor, ya me porto bien!- lo jaló con fuerza, aventándolo
al suelo de la sala. Empezó a pegarle en su cara y las ganas de llorar se
avecinaron en mis ojos.
- ¡PAPI, YA DEJALO!- él me miró, pero no me prestó atención, seguía
golpeando a mi hermanito mientras lloraba con fuerza.
- ¡Jörg, déjalo de una vez!- dijo mi mami llorando.
- ¡papi…papi ya…ya deeeejamee!- le dio un manotazo en su nariz y lo
obligo a pararse en la esquina, frente a la ventana.
- ¡vámonos de aquí!
- no piensas dejarlo aquí de nuevo.- dijo mi mami.
- así aprenderá, ¡y si sigues llorando, te quedas toda la noche!- pero
mi hermanito no se callaba. -¡vámonos a dormir!- mi papi apagó las luces y los
ruidos de mi hermanito crecían.
- ¡por favooor, papi!.... ¡me da miedo!
- YA CALLATE.- mamá y yo caminamos a su habitación.
- ¡Tom!- mi cuerpo empezó a temblar. Mi mami me tomo la mano fuerte.
-¡te estoy hablando!
- m-mande, papi…
- ¡ven acá!
- Jörg…
- ¡callanté, mujer!- papá se acercó a mí y me arrebató de la mano de mi
mami.
- ¡Jörg, por favor, YA DEJA A TUS HIJOS EN PAZ!
- ¡dije que te callaras!- me llevó adentro de mi cuarto. -¡QUITATE LA
PLAYERA!
- no, papi…ya...Por favor…
- ¡que te la quites!- asentí y me la quité.
- por favor, papi…- quitó su cinturón y lo dobló por la mitad.
- ¡date la vuelta!- mis lágrimas empezaron a salir mientras me la daba. Sentí
el ardor en mi espalda y mis sollozos crecieron. -¡NO VUELVAS A AYUDAR A TU HERMANO!
¡ES SU CASITGO NO TUYO!- decía mientras me azotaba el cuero en mi espalda.
- ¡ya, papi! ¡yaaa!
Flash now
- ¿Qué tienes, Tom?- era papá.
- ¿yo?- sonreí, sin darme cuenta de que mis lágrimas caían.
- ¿por qué lloras, hijo?
- papá… ¿puedo hablar contigo?- me miro serio. –a solas…
me ha encantado, igual que todos los demas capitulos, es que...es genial!!! este capitulo me dejó O__O, aluciné, y la verdad es que no se por que, siguela, esta genial
ResponderEliminaresta mas que genial te juro que casi llore con el recuerdo de tom no puedo creer que bill sufriera tanto... tu fic es tan genial amo todos los cap esta es mi fic favorita siguela eres genial escribiendo
ResponderEliminarAwnn llore pobre TOM Y BILL sufrieron mucho MAS BILL awn lo amooo..!! =) Y TU FIC ES LA MEJOOORRRR!!!!!!!!!!!!!!! Y NO ME CANSAREE NUNCA DE DECIRTELOOO TE LO DIREE SIEMPRE OJALA NUNCA TERMINEE WAAAAA..!°!
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