viernes, 8 de junio de 2012

capitulo 87


Sus ojos se llenaron de lágrimas, y las soltó en un lapso menor a dos segundos. Cubrió sus labios con su mano, apartando la mirada de mí. Debía aceptar que me sentía mal por mirarla así y no poderla abrazar. Ella se levantó del pasto, dejando su libreta tirada en el mismo, pero yo me levanté, tomando la libreta y tratando de seguir su paso, hasta que la tome del brazo, con fuerza, haciendo que me mirara.

- ¡suéltame, déjame de una puta vez!- limpio sus lágrimas, pintando su cara con su delineador. No emití ningún sonido, ni siquiera una palabra, pues estaba seguro de que si hablaba mis lágrimas saltarían.

Nuestros ojos recorrieron el cuerpo contrario; parecía extraño, pero la realidad era que no estaba en mis cinco sentidos, podría llegar a dudar que esto fuera un sueño, un muy hermoso sueño. Pero no lo era, me había decidido a ser la persona valiente que siempre había sido, pero nunca quise mostrar.

- ¡que me sueltes! ¿No me escuchas? ¡Suéltame!- la atraje hacia mí y la abracé con tanta fuerza, sintiendo su ahora mucho más delgado cuerpo que el de antes. Ella me abrazó también, desahogándose como nunca la había visto y yo…bueno, creo que era bastante lo que ahora hacía: lloraba como un crío.

Mis manos tocaron su cabello, mientras mi pecho saltaba con fuerza, mientras mis lágrimas me impedían la vista de la hermosa mujer que miraba, de la hermosa mujer a la que nunca dejé de amar, pero simplemente ella sí lo hizo conmigo.

By (tu nombre)

¿A qué estaba jugando?, yo no sería una de las mujeres estúpidas que caen a los pies de la persona que creía amar. Yo no sería de esas. Estaba completamente convencida, me había preparado para esto desde el primer día que se largo, dejándome sin alguna razón coherente. No lo iba a recibir como creía que sería si se fuera por motivos de trabajos.

Mis brazos soltaron su cuerpo, haciendo que por instinto él me soltara a mí. Sus ojos desprendían lágrimas, ahora estaba tan  cambiado, no podía reconocerlo; la realidad era que hasta sus ojos habían cambiado. Su cabello ya no era tan largo, ahora era mucho más cortito, no usaba mucho maquillaje en su cara y de la misma, una barba de candado crecía; su ropa extravagante se hacía cada vez más “normal”, ya no era él físico de Billy…ahora era Bill…

- ¡vete de aquí!- grité con orgullo.

- (tu nombre)…por favor…- negué.

- has estado más de medio año lejos, ¡¿Cómo quieres que te vea ahora?!

- ¡te dije las razones por las que me iba!...

- eso no es una excusa, ¡no arreglas los problemas de esa forma!

- he regresado… ¡regresé por ti!

- ¡odio que quieras verme la cara de estúpida! No voy a caer de nuevo, Bill, ¿es que no te das cuenta? ¡Me hiciste daño yéndote, ahora todo será diferente!- caminé, dándole la espalda, reprimiendo mis ganas por correr a sus brazos y besarlo, no iba a hacerlo, yo era fuerte.

- ¡no te vayas!- me detuve. -¡no te vayas hasta que me respondas una cosa!- me volví hacia él, quien lloraba como un crío.

- ¿Qué quieres, Bill?- sorbí mi nariz, deseando que esto pasara lo más pronto posible.

- ¡Dime que ya no me quieres!, ¡quiero que me lo digas en la cara, grítame, golpéame, HAZME LO QUE QUIERAS, escúpeme en la cara, grítame en la cara, dime que te doy asco, que te decepciono! ¡Es así como me voy a ir!

Por mi cabeza surgieron toda clase de palabras que le tendría preparadas para una persona, en este caso: Bill. Mis cuerdas se aflojaron, era claro que iba a decírselo, que lo odiaba, que me lastimaba verlo de esa forma después de habernos querido tanto…

Pero no lo hice, porque no lo sentía…solo lo fingía…

Scotty llegaba, con una ramita entre sus dientes, mordiéndola con saña, pero Bill no le prestó atención, él seguía mirándome, esperando que fuera a decirle y gritarle todas esas cosas que no pude por haberse ido. Miré sus ojos, esas pestañas tan grandes que un día creí que eran las más lindas; él parpadeó con lentitud, dejando que  sus lágrimas se desprendieran rápidamente, hasta su quijada, sin quitárselas o molestarse por cerrar los ojos para dejar de llorar.

- ¡DÍMELO, (TU NOMBRE)!- volvió a gritar. Su perro lo miro, exaltado por su grito.

- ¡no, no voy a decírtelo!

- ¡si tienes algo que decirme, este es el momento! ¡Quiero que me digas que ya no me quieres!

- ¡no voy a decírtelo, Bill, no voy a decírtelo! – se acercó a mí, con pasos lentos, bajando la mirada con pena y miedo. Nunca lo había visto así a pesar de todo lo que había pasado por su visa.

- ¿mi hermano te trata mejor que yo?

- ¿q-qué?

- ¡dímelo, (tu nombre)! ¡¿Mi hermano te trata mejor que yo!?, ¡¿mi hermano te quiere más que yo?!

- ¿de qué…?

- ¡no!- interrumpió. -¡es imposible, es imposible que alguien te quiera tanto como yo lo hago!- sorbió su nariz. -¡lo siento, (tu nombre)! ¡PERDONAME!

- tu hermano no tiene nada que ver con esto, Bill.

- ¡mi hermano te quiere…! Siempre tienen que quitarme lo bueno en mi vida, pero nunca creí él te alejara de mí…

- ¿de qué hablas, Bill? no entiendo nada.

- ¡QUE TU Y MI HERMANO SALEN, NO ME VEAS LA CARA DE IMBÉCIL!- sonreí, pero la sonrisa se me fue pronto.

- ¡él y yo no salimos, Bill!...- mi mente se puso en blanco, y viajó a la imagen de Tom, diciendo a su padre que bill gustaba de alguien más. -¡TU GUSTAS DE OTRA! ¡Tom me lo dijo!

- ¡YO NO GUSTO DE NADIE MÁS!- sus rodillas empezaron a temblar con fuerza y cayó al pasto con fuerza, mientras su perro se acercaba y daba pequeñas lamiditas en su mejilla.

- Bill, ¿qué tienes?- tomó su frente y su cara enrojeció, como si se le cortara la respiración.

- a mí no me gusta nadie más… ¡créeme! Yo te amo a ti…

- ¿estás bien, Bill?- cerró sus ojos y cayó desmayado.

[…]

- hum…

- ¿estás mejor?- me miró, abriendo sus ojos con sorpresa.

- pero… ¿q-qué?

- tuviste una baja de defensas.- tomé un vaso de agua fría y la pasé a sus manitas. –Toma agua, ¿sí?- él asintió y llevó el vaso a sus labios.

- gracias…- bajó la mirada. – (tu nombre)… quiero pedirte disculpas…

- ¿sabes? Odio mi personalidad.- sonreí.

- ¿la odias?- asentí. -¿por qué?

- nunca puedo enojarme contigo, no sé porqué, pero siempre que te veo haces mis días felices; enojarme contigo es casi imposible.

- linda, no sabes cuánto te extrañé; no sabes cuan arrepentido estoy de haberme ido sin darte más explicación.- sonreí.

- ¿sabes, Billy?, no hay que preocuparnos más por ello, lo importante es que volví a verte. Ahora estás horrible.- sonrió.

- tú también, solo mira tu cuerpo, ¿adelgazaste?- asentí.

- no comí muy bien, pero al contrario creo que tú comiste muchas vitaminas, solo mira esa cara tan peluda.- se carcajeó y acarició su carita.

Se sentó y me atrajo a él, abriendo sus labios por completo, besándonos una vez más después de tanto tiempo; él había cambiado su forma de hacerlo, parecía ahora más delicado, más tierno y dedicado; puso las palmas de sus manos en mis mejillas, abriendo y cerrando sus labios de una forma tan rápida y algo desesperada. Acariciaba mi cabello y sacábamos pequeños suspiros; pero la presencia de alguien entrar a la habitación hizo que ambos nos separáramos.

- apenas sé que mi hijo regresó y me lo encuentro besándose con su novia de una forma muy comprometedora.- rió. Bill se levantó de la cama y le dio un abrazo.

- ¿está Arabelle?

- lamentablemente solo vine yo.

- ¿para qué?

- iría a recoger algunos papeles del hospital, ¿recuerdas?- bajó la mirada.

- ¿ya estás mejor, papi?

- hablar de eso me es indiferente, prefiero no hacerlo.

- ¿estás peor?

- tú no te preocupes, niño, voy a estar bien pase lo que pase.

- no me convences.

- vamos, niño, todo estará bien, verás que saldremos de todas las enfermedades pronto.

- eso espero.- sonrió.

- sí…bueno, yo me voy, ustedes sigan con su “reencuentro”.

- bien, adiós.- asintió y salió de ahí. Bill se acercó a mí y me dio un abrazo fuerte.

- siempre que llego a esta casa, es como si sintiera algo así como “la mala vibra”.

- oh, vamos, Billy, todo va a estar bien, tu papá no es muy expresivo.

- tienes razón, solo espero que no le pase nada mientras no esté con mamá y Arabelle.

- eso tenlo por seguro, Billy.

[…]

By Tom

- ¿por qué me dijiste eso, Tom? ¡Ella si me quiere!

- ya lo sé, Bill- suspiró. –te lo dije porque me tenías hasta los huevos con tu comportamiento.

- ella sí te gusta, ¿verdad?

- no, claro que no.- sonrió. –la considero hermosa, pero nunca ha estado tan hermosa más que a tu lado.

- ¿en serio?- bajó la mirada.

- ¡te lo juro! Somos hermanos, Bill, y siempre te he visto enamorado de ella. Nunca se me pasaría por la cabeza quererla como tú lo haces.- su mirada regresó a la mía y una pequeña sonrisita salió de sus labios.

- eres un jodido idiota.- se carcajeó. –no sabes cuan preocupado estaba por eso, me jodiste, hermano…

- oh, ¿no piensas perdonarme?, si de algo sirve…te extrañé demasiado.- sonreí. Sus brazos se abrieron y me rodearon por completo.

- te amo, hermanito, te adoro…te extrañé demasiado, no pude dejar de pensar en ustedes.- su voz comenzó a ser cortada, parecía querer llorar.

- no te pongas mal, Bill. Ya estamos juntos de nuevo.

- nunca pienso bien lo que hago, odio mi forma de ser.

- no, no digas eso, hermanito.- acaricié su ahora pequeñísimo cabello. – te adoro, Bill, ¿escuchaste?, en serio te adoro, hermanito. Odio que te bajes la autoestima tanto.

- de no haber tenido un hermanito como tú, creo que no habría sobrevivido.

- ¿y (tu nombre)?- sonrió.

- ella es mi vida, Tom… moriría sin ella…

- yo lo sé. Estoy muy feliz por ustedes dos.- sonreí.

Mi hermanito era una persona completamente sensible. Siempre encontraba una razón para hacerme llorar; ya fuera el ser una persona realmente linda diciéndome todas esas palabras, o por la otra parte, era verlo llorando y sufriendo como era muy común en él.

Lo adoraba demasiado, tener un hermano como él fue un grandioso regalo; si tan solo hubiéramos podido ser igual de pequeños… Me duele saber que Bill siempre fue la persona menos querida en casa y no lo entendía, los dos éramos exactamente iguales, encima Bill tuvo problemas al nacer, no entendía como lo despreciaban tanto. Mi propia madre me había enseñado a no juzgar a las personas sin conocerlas, pero creo que ella debería seguir su propio consejo y dejar de juzgar a mi hermano de esa forma, porque lo único que ha logrado nuestra familia es hacerlo sentir como el error de la misma.

No me gustaba ver a mi hermano mal, porque a pesar de los logros que tenía cuando era pequeño, papá lo seguía castigando todas las noches y mamá no hacía nada por ayudarlo, más que protestar a papá unos segundos, para después ser intimidada con tan solo la mirada de mamá.

Flash back

No puedo dormir, Bill se lo ha pasado llorando toda la noche. Me levanté de la cama y caminé hacia el de puntitas, esperando no ser pillado por mi papito. Ahí lo vi, fregando el suelo de la cocina con un trapito blanco; él me miró pero bajó su mirada con rapidez.

- ¿quieres que te ayude, Bill?- él negó, mirándome, pero aun así no dejaba de mover sus manos.

- no, vete de aquí…

- quiero ayudarte, mi papi siempre te castiga.

- ya lo sé…pero si nos ve me dejará en la esquina sin luz…

- no, no nos va a ver.- me hinqué en el piso con él, ayudando a limpiar cada pequeña manchita que había en el suelo.

- ¡Bill!- escuchamos la voz de mi papá. Bill me miro con miedo y me empujo con fuerza.

- ¡vete, Tom!- susurró. Pero al parecer ya era demasiado tarde, papá nos miro, pero su mirada deparó más en mi hermanito que en mí.

- ¡¿QUÉ ESTÁS HACIENDO?!- gritó. Mi hermano bajó la mirada. -¡te estoy hablando!

- n…n-nada…

- ¡¿por qué pones a tu hermano a limpiar?! Tú eres quien está castigado, no Tom.

- pero, papi…ya me duelen mis manitas…

- eso no me importa, ven aquí.

- no…

- ¡que vengas!- él negó, pero papá se acercó a él y lo hizo levantarse jalándole su brazo.

- ¡ahh! ¡Papi, yaaaaa!

- ¡vete a la sala!

- ¡no, papi, por favor, ya me porto bien!- lo jaló con fuerza, aventándolo al suelo de la sala. Empezó a pegarle en su cara y las ganas de llorar se avecinaron en mis ojos.

- ¡PAPI, YA DEJALO!- él me miró, pero no me prestó atención, seguía golpeando a mi hermanito mientras lloraba con fuerza.

- ¡Jörg, déjalo de una vez!- dijo mi mami llorando.

- ¡papi…papi ya…ya deeeejamee!- le dio un manotazo en su nariz y lo obligo a pararse en la esquina, frente a la ventana.

- ¡vámonos de aquí!

- no piensas dejarlo aquí de nuevo.- dijo mi mami.

- así aprenderá, ¡y si sigues llorando, te quedas toda la noche!- pero mi hermanito no se callaba. -¡vámonos a dormir!- mi papi apagó las luces y los ruidos de mi hermanito crecían.

- ¡por favooor, papi!.... ¡me da miedo!

- YA CALLATE.- mamá y yo caminamos a su habitación.

- ¡Tom!- mi cuerpo empezó a temblar. Mi mami me tomo la mano fuerte. -¡te estoy hablando!

- m-mande, papi…

- ¡ven acá!

- Jörg…

- ¡callanté, mujer!- papá se acercó a mí y me arrebató de la mano de mi mami.

- ¡Jörg, por favor, YA DEJA A TUS HIJOS EN PAZ!

- ¡dije que te callaras!- me llevó adentro de mi cuarto. -¡QUITATE LA PLAYERA!

- no, papi…ya...Por favor…

- ¡que te la quites!- asentí y me la quité.

- por favor, papi…- quitó su cinturón y lo dobló por la mitad.

- ¡date la vuelta!- mis lágrimas empezaron a salir mientras me la daba. Sentí el ardor en mi espalda y mis sollozos crecieron. -¡NO VUELVAS A AYUDAR A TU HERMANO! ¡ES SU CASITGO NO TUYO!- decía mientras me azotaba el cuero en mi espalda.

- ¡ya, papi! ¡yaaa!

Flash now

- ¿Qué tienes, Tom?- era papá.

- ¿yo?- sonreí, sin darme cuenta de que mis lágrimas caían.

- ¿por qué lloras, hijo?

- papá… ¿puedo hablar contigo?- me miro serio. –a solas…


3 comentarios:

  1. me ha encantado, igual que todos los demas capitulos, es que...es genial!!! este capitulo me dejó O__O, aluciné, y la verdad es que no se por que, siguela, esta genial

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  2. esta mas que genial te juro que casi llore con el recuerdo de tom no puedo creer que bill sufriera tanto... tu fic es tan genial amo todos los cap esta es mi fic favorita siguela eres genial escribiendo

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  3. Awnn llore pobre TOM Y BILL sufrieron mucho MAS BILL awn lo amooo..!! =) Y TU FIC ES LA MEJOOORRRR!!!!!!!!!!!!!!! Y NO ME CANSAREE NUNCA DE DECIRTELOOO TE LO DIREE SIEMPRE OJALA NUNCA TERMINEE WAAAAA..!°!

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