capitulo 85

- cuando Bill era pequeño, ¿tenía comportamientos así?- preguntó con la voz un poco más calmada, parecía empezar a aceptar las razones de mi hermano para irse.

- pff, te sorprenderías demasiado. Digamos que bill nunca fue una persona que se ligara a las normales; siempre iba solo al jardín de niños y los años de primaria que pude vivir con él, lo recuerdo tan bien.

 Flashback (primer año de primaria)

- Niños, es hora de ir a la escuela.- desperté, tallándome los ojos, con el sueño consumiéndome aun.

- hum…- me di un estirón mientras miraba la cama compañera, donde mi hermano aun dormía, cubriendo su cara con las cobijas rojas. No le di mucha importancia y me metí a la ducha fría.

Al salir, hice mi cama con dificultad, pero me di cuenta de que mi hermano seguía durmiendo con pesadez. Me acerqué a él, pues si mamá lo veía así le iría muy mal. Le moví con mis manos pero solo conseguí que sacara quejidos; los zapatos de papá se avecinaban a nuestra recamara y no podía hacer nada porque mi hermano despertara. Su cara me causo pánico, me hizo señas para que me alejara de mi hermano, y eso hice, obedeciendo sin renegarle nada; seguí haciendo mi cama.

- ¡Bill!, ¡te estoy hablando, idiota!, ¡levántate ahora mismo!

- ya voy…- no lo miré, pero a juzgar por su voz parecía tener miedo.

- ¡¿no me escuchas?! ¡Que te levantes ahora y vayas a darte un baño!- era tan tonto, pero no lo culpaba. Papá lo mantenía despierto hasta la madrugada, obligándolo a hacer deberes a la perfección. -¡oh, mierda!

- ¡ahh!- escuché el grito de dolor de mi hermano, y esta vez me viré hacia ellos. Papá lo golpeaba con la palma de sus manos y después lo jalo de sus brazos hasta llevarlo al baño, en donde escuché las manos de Bill chocar con el suelo.

Me asomé con un poco de discreción; papá prendía la llave de la regadera y metió a mi hermano con fuerza, sin ni siquiera quitarle su pijama. Cerró la puerta con fuerza y después me miró serio.

- te quiero desayunando abajo en dos minutos.

- sí, papi…- dije con miedo, sin decirle que su comportamiento me asustaba. Metí mis libros a mi mochila y antes de irme escuché los sollozos agudos de mi hermano.

- aquí tienes, Tom.- dijo mi mamá, poniendo el plato del desayuno frente a mí. Había hecho waffles ¡los adoraba! Mi hermano bajó de pronto, llorando aun. Papá lo miró con enojo.

- siéntate y deja de llorar.- Bill asintió y se sentó en una silla. Mamá tomo el plato de Bill para darle su desayuno. –No, Simone, a Bill le darás tan solo un pedazo de pan.

- oh, vamos, Jörg.

- a ver si así aprende a levantarse temprano.

- ¿cómo esperas que lo haga? Lo tienes trabajando toda la noche.

- le darás solo un pedazo de pan, es mi última palabra. ¡Y córrele, que llegaré tarde a trabajar!- dejó el plato frente a Bill, quien tomó el pan aun llorando, y lo metió a su boca.

- ¡Deja de llorar!

[…]

Era hora del almuerzo, me acerqué con mi hermano y sonreí. Él solo apartó la mirada de la mía.

- ¿quieres juntarte con nosotros, Bill?- negó. -¿por qué no?

-porque no quiero.- una maestra se acercó a nosotros con una sonrisa.

- ¿me dejarían hablar con su amiguito un momento?- mis amigos y yo asentimos y caminamos lejos. Me di la vuelta con lentitud, y lo único que pude ver, fue a Bill llorando mientras la maestra lo cargaba en sus brazos.

Flash now

- ¿tu papá lo mantenía despierto hasta tarde?- asentí.

- sí, lo obligaba a lavar los baños y el suelo de la cocina. Siempre que encontraba una pequeña manchita, le golpeaba con fuerza y lo hacía quedarse de pie en la sala, con las luces apagadas durante dos horas.

- ¿de verdad?- sus ojos empezaron a brillar. Yo asentí.

- por eso ahora mira la oscuridad como algo normal, ya no le tiene miedo.- sonreí. –yo no podía intervenir, a papá no le gustaban esas cosas. Pero cuando Bill podía dormir después de todo eso, bastaba una hora de sollozos y quedaba dormido, para ser despertado una hora después.

- ¿entonces solo dormía una hora al día?- asentí. –vaya, no sabía nada de eso.

- era por eso que Bill estaba solo siempre. No tenía amigos porque papá lo educó a estar siempre solo, casi sin ninguna diversión. Por eso tiene esos pensamientos de que te hace mal cuando estas con él.

-  pero, ¿es que acaso crees que Bill está mejor solo? Yo no lo creo, Tom.

- yo tampoco lo creo, pero lo que dice tiene razón, el ya es mayor de edad y puede hacer sus propias decisiones.

- se es necesario la madurez para hacerlas, y sabemos que Bill no la tiene.

- tal vez esto le sirva como una lección, ¿no lo crees?- asintió.

By Bill

Estoy en Nueva Zelanda tratando de renovar mi vida, en un departamento pequeño junto a mi único verdadero amigo. El frío me hela hasta los huesos, no pude escoger un lugar peor, pero a eso no le presté mucha atención; lo que me importaba ahora era ir a una universidad. Había encontrado una por las tardes, una universidad de música, ¿Qué mejor?

- Scotty, ¿crees que estoy haya sido una buena decisión?- el empezó a ladrar, como si dijera “Yo no sé qué fue lo que hiciste, solo sé que me sacaste de mi casa y eso no me gusta.” –vamos, no puede ser tan malo, ¿o sí?

[…]

- hoy tenemos a un nuevo compañero, por favor, denle una cálida bienvenida y háganlo sentir como en su casa.- todos ellos aplaudieron, era una forma un poco vergonzosa siendo el nuevo. –Pasa, por favor, Bill.- asentí.

- gracias.- sonreí.

- me gustaría que alguien después de esta clase llevara a su nuevo compañero a dar la vuelta y que mire las instalaciones.

- ¡yo puedo hacerlo!- no me viré, pues estaba un poco nervioso aun.

- muchas gracias.

La clase terminó y antes de poder levantarme y huir para no estar con esa persona, ella me detuvo del brazo, haciendo que le mirara a los ojos por primera vez. Era un hombre unos centímetros más bajo que yo, sus ojos eran verdes, algo parecidos a los de Georg; su cabello cubría un poco su cara, pero su sonrisa era muy grande, algo parecido a una sonrisa amigable.

- tengo un deber, se bueno y no huyas, por favor.- sonrió.

- bien.

- empecemos por conocernos un poco, así será más fácil para los dos esto.- asentí. -¿cuál es tu nombre?

- soy Bill Kaulitz.

- yo soy Patrik.- asentí. –tienes pinta de ser o maricón, o algún tipo de rockero.

- he escuchado lo primero muchas veces, ya no me molesta.

- ya, que no lo hacía para joderte.

- bien…

- ¿y tú qué haces?

- ¿eh?

- estamos en una escuela de música, ¿Qué es lo que haces?

- ah, canto. ¿Qué haces tú?

- toco la batería, ¿no tocas algún instrumento?- negué.

- no realmente.

- ¿sabes algunos tonos?

- sí, pero no sería bueno estando frente a un escenario tocándola.- sonrió.

-mira, aquí está tu salón, el de canto, aquí te prepararan y bien, que se yo.- volvió a sonreír. –todo el día estarás aquí, excepto a la primera hora que estarás en el salón de dónde vienes.

- está bien, gracias.

- de qué, ahora más te vale entrar pronto o te dejarán fuera.- asentí y abrí la puerta. -¡un momento!- la volví a cerrar y lo miré. –no eres de aquí ¿cierto?

- cierto.

- ¿De dónde eres?

- soy de Alemania.- sonreí.

- hablas extraño el inglés.- bajé la mirada apenado. –Pero tranquilo, creo que he entendido todo lo que me dijiste.- sonreí. –bien, te dejo, adiós.

- adiós, gracias.- entré. El maestro se acercó a mí con una cara larga.

- llegas tarde.- mi corazón latió con fuerza al escuchar esas palabras que me recordaban tanto a mi pasado; mis lágrimas quisieron salir con fuerza, pero aun no pasaba nada malo, así que no les cedí el paso a que cayeran. -¿quién eres tú?

- soy… me llamo Bill…

- ¿eres nuevo aquí?- asentí, con la mirada baja. –oh, lo siento mucho, pasa por aquí.- me tomo el brazo y me hizo entrar al cubículo. -¿sabes cantar?- me encogí de hombros y el comenzó a carcajearse. –Vamos, no seas tan modesto.- dijo con sarcasmo, mientras buscaba entre unos cajones repletos de papeles, hasta que sacó unas hojas y me miró con una sonrisa. -¿sabes las notas?

- s-sí.

- ¿te importaría cantarlas junto a mí?- el color se me subió a las mejillas, pero al final asentí. Él se levantó y caminó hacia un piano negro y se sentó con delicadeza, colocando sus manos con una facilidad extrema; el sonido salió tan claro de ese instrumento, pero de mi voz no salió nada. – vamos, no estés nervioso.

- lo siento.- él asintió y volvió a apretar la tecla, yo la canté con una voz clara, después apretó otra e intenté imitarla.

- vaya, ¿has tenido práctica antes?- me sentía totalmente avergonzado.

- bueno…sí…

- me parece perfecto, puedes ir a sentarte en el lugar que desees.

- gracias…

[…]

Han pasado dos meses y a veces tengo la sensación de que haberme ido a resultado más difícil de lo que pensaba. Pero por otra parte, sé que he sido muy fuerte y sería fácil lidiar con esto. Después de todo no me quedaría por completo, solo me iría un tiempo. Regresaría.

- ven, Scotty, este día te dejaré dormir conmigo.- di palmaditas en las cobijas y como si mi amigo comprendiera subió y se acurrucó a un lado mío. –Tienes frío, ¿verdad?- me metí en la cama y dejé que mi perro se metiera en las cobijas también.

Debo aceptar que (tu nombre) me hace mucha falta, demasiada en verdad. Me quedé en silencio, intentando conciliar el sueño, pero mi celular empezó a emitir ese ensordecedor sonido que me hizo levantarme un poco molesto, y sin mirar la pantalla, apreté el botón y contesté.

- …hola…

- ¿Bill?- el sueño que había ganado hace unos minutos se esfumó al escuchar su voz.

- ¿p-papá?- suspiró.

- oh, hijo, ¿porqué?

- ¿a qué te refieres?

- ¿por qué te fuiste de casa?

- tenía que hacerlo, de verdad.

- ¿para qué, Bill?

- tenía que conseguir una vida nueva, una sin problemas.

- te vas cuando estabas formando una nueva vida con tu esposa.

- ¡no podía formar una vida con ella, papá!

- ¡el que seas estéril no significa que no puedas tener una familia!

- papá, no…

- al parecer no le prestaste importancia a (tu nombre), ¿y sabes qué? Me duele decirte esto, pero a (tu nombre) empieza a interesarle una persona.- sonreí.

- ¿en serio?

- así es.

- ¿quién es?

- no voy a decirte eso, ¿pero es que acaso no te importa?

- no.

- ¿qué?

- papá, yo le pedí que encontrara a alguien que no la lastimara como yo lo hacía.- se escucharon fuertes ruidos, y después esa voz que tanto eché de menos.

- ¡eres un hijo de puta!- está bien, no tenía en mente esto pero, de alguna forma me lo esperaba.

- Tom…

- No sabes todo lo que (tu nombre) te echa de menos, no sabes lo preocupada que está por ti.- suspiró con fuerza. –la han echado del trabajo, ¡solo por pensar en ti y en tu salud!

- ¿de verdad?- pregunté con preocupación.

- pero que va, si a ti parece no importarte.

- ¿cómo no va a importarme, Tom?

- ¡pues no lo demuestras!

- les dije que volvería.

- ¡cuando vuelvas puede ser demasiado tarde! ¡¿Es que no piensas, no tienes cerebro?!, ¡(tu nombre) no va a estar esperándote para cuando tú te decidas en regresas!

- eres tú, ¿verdad?

- ¿¡yo qué, Bill!?

- tú enamoraste a mi princesa…

- ¿qué?

- Tom, dime la verdad, por favor…

- …tal vez…- mi respiración se entrecortó, pero yo tenía una cualidad o tal vez era mejor llamarlo como un defecto, y era el orgullo; no iba a dejar que esto me partiera el alma.

- bien…muchas gracias, Tom…

- ¿gracias?

- ujumm, pasa que yo también me he enamorado de alguien.- mentí…mentí demasiado, esto nunca lo habría creído de mí.

- ¿te enamoraste?

- sí…así que (tu nombre) puede ser toda tuya.

- ¡no sabes lo que dices, Bill!, ¡piensa por un momento que el irte y tener una relación con otra mujer lastima más a (tu nombre) que quedarte!- cortó.

Parecía que todo en la vida lo hacía mal: malas decisiones, malos pensamientos, malos actos, malas palabras, ¡Todo! Estaba harto de mi vida, ya no lo aguantaba, ni siquiera le tenía el más mínimo cariño, ¡odiaba mi vida, odiaba a las personas que me rodeaban, me odiaba a mí mismo! Sé que esta decisión de alguna forma estuvo mal, pero…PERO ES QUE YO YA NO SABÍA QUE HACER.

By Tom

- ¿qué te dijo?- dijo papá.

- nada…

- vamos, Tom, dímelo.- mordí mis labios, realmente nunca había estado tan decepcionado de mi hermano.

- papá…Bill se enamoró de alguien más.

- ¿q-qué?- papá y yo nos miramos con miedo, sorpresa y arrepentimiento.

- ¡(tu nombre)!- ella salió corriendo de la casa, cerrando la puerta con una fuerza realmente grande. – papá, tengo que salir a buscarla ¿sí?

- está bien, Tom.- asentí y salí de la puerta a un paso mucho más lento del que debería, pero no quería asustarla o al menos que se sintiera perseguida, cuando claramente lo que ella quería era estar sola. La mire a lo lejos, ella entraba al parque en donde mi hermano y ella habían celebrado su unión; no cabía duda que me tocaron dos personas realmente masoquistas.

Entré al parque, sintiendo la brisa del aire fresco en mi cara. Mis ojos la buscaban con ansiedad, hasta que la miré tirarse al pasto y abrazar sus rodillas con saña. Me acerqué a ella con sigilo, sin querer causarle alguna impresión, solo quería estar con ella; me senté a su lado, pero ella no me miro ni siquiera por un segundo.

- ¿puedo sentarme contigo?- no me miró, solo relamió sus labios con lentitud.

- ya estás sentado.

- oh, troll, ¿Qué pasa?, ¿acaso vas a dejar que un imbécil como mi hermano te dañe?

- él tenía razón.

- ¿acerca de qué?

- nunca tuvo que poner sus ojos sobre mí.- reí.

- por favor, (Tu nombre), Bill es un tipo dramático, no lo escuches.

- no, Tom…en verdad pienso que Bill es una persona rara, no en el sentido en que lo pensaba antes. Me preocupa.

- sí, a mí también. Creo que está un poco loquito.

- ¡no me refiero a eso, Tom! Quiero decir que, de verdad me preocupa.

- hagamos un trato, ¿sí?

- no.

- sí.

- ¡no, Tom!

- bien, entonces solo escúchame, y si te gusta el trato, lo cumples.

- ¿y si no me gusta?

- puedes darme una paliza después.

- las consecuencias serían graciosas, pero das por hecho que diré que sí.

- hum… sí, molestarme siempre ha sido tu hobby.- reí. –pero quizá digas que sí y nos ahorraremos el verme sufrir.- ella se carcajeó.

- bien, te escucho.

- no pensemos en Bill.

- ¡oh, Tom!

- hey, hey, aun no termino, ¿quisieras terminar de escucharme?

- lo siento.

- Bill siempre ha sido una persona, ¿cómo decirlo?, completamente distinta.- asintió. –no hay que pensar en él, es decir, ¿por qué vamos a sufrir por mi hermano, si al parecer él no quiere ni siquiera vernos?

- es tu hermano, Tom.

- y también tu esposo. Creo que somos algo muy cercano a él, es decir, tú lo has visto desnudo y yo también, a decir verdad, creo que somos demasiado cercanos a él.

- si…

- estoy seguro que Bill no siente nada por alguien que no seas tú. No te preocupes por ello.- sonrió. –mi propio hermano me lo dijo, hay que creer que él está fuera por algo de trabajos.

- no creo que sirva.

- vamos, tonta, sí sirve, ¿lo intentaremos?

- no, no lo sé.

- vamos, por favor. Podemos salir juntos tú y yo, como cuñados, así te despejas y no piensas tanto en él.- sonrió ampliamente.

- está bien.

- ¿lo prometes?

- ¡lo prometo!

- gracias, por eso es que te quiero tanto.

- yo también te quiero demasiado, Tom.

¡tengo algo que decirles!
Bien, no se como empezar con esto, pero bueno, se los diré aun así:
pasa que hum, no lo sé... siento de alguna forma que el interés hacia este proyecto se me está esfumando de alguna forma. intento no fallar nunca con esto de subir un día si y otro no, pero mi cabeza ahora esta llena de mierda, ¡no lo se! nunca estoy conforme con los capítulos que hago y siento que su interés se esfuma por mi culpa también.  La seguiré haciendo, pero este mensaje es solo para decirles que SIENTO MUCHO los capítulos tan raros y estúpidos :s todo lo escribo por cosas que me pasan o he visto, y creo que debo  de parar con esto, ¿cierto? pff, esta bien, los quiero mucho y una vez más, LO SIENTO :3