sábado, 2 de junio de 2012

capitulo 84


Llega un momento en la vida de todos y cada una de las personas existentes en el planeta, en donde descubres tus ojos y te das cuenta de que la realidad no era como la pintan en los cuentos, en las historias de amor, como te la pintan tus padres al ser tan solo un niño.

Te dicen que la vida es feliz, te mienten sobre personas que han traído la felicidad al mundo, personas que hacen el bien sin recibir nada a cambio; pero yo había dejado de creer en ellos desde los siete años, cuando mi cuento de hadas se convirtió en el mismo infierno. Ya no había personas en quienes confiar, solo personas que fingían conocerte y al tener tu vida en manos y oídos te apuntaban con un arma, dispuestos a jalar el gatillo y sentir adrenalina al verte convulsionándote de dolor.

Las personas solamente te juzgan, etiquetándote con sobrenombres idiotas: Maricón, Lesbiana, Bisexual, transexual, Loco, Enfermo, Bonito, Feo, Gordo, Delgado, Anoréxica, bulímica, drogadicto, vago, idiota, hermoso, deforme, asqueroso, imbécil, materialista, zorra, perra, mujeriego, listo, retrasado, ñoño, vago, ateo, cristiano, católico, satánico, anti-Cristo, pecador, puro, asesino, salvador, héroe.

Somos los únicos animales racionales en la tierra, los únicos que tenemos la capacidad de comunicarnos de forma verbal, física y expresiva. Dicen que las personas tenemos dos orejas y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos, pero de nada sirve si lo que escuchamos son insultos, críticas, groserías y solo de vez en cuando cosas lindas. ¿De qué sirve escuchar esas cosas el doble de fuerte y solo tener una boca para defenderte? ¿De qué sirve tener esas tres capacidades, si usamos la forma verbal para maldecir, criticar e insultar; la física para golpear y la expresiva para mirar con asco e indiferencia a los demás?

 Solo hacemos cosas que nos benefician a nosotros y no a los demás. Preferimos hacer el dolor que sufrirlo nosotros; preferimos abstenernos de la guerra por ver a otros ganar y vernos perder; preferimos fingir una sonrisa que expresar lo que realmente sentimos; golpear a las personas antes de ser golpeados; gritarle groserías a otros y bajarles el autoestima antes de que se enteren que nosotros sufrimos peor.

Pero yo quería ser una de las pocas personas que se atrevería a hacer algo por una persona que quiere, antes que hacer algo por ella misma, sin saber que esto también me ayudaría a mí de alguna forma. Quería que esas personas que querían dejaran de sufrir por lo que yo había ocasionado por el miedo a hablar, de expresarme; quería ser una persona por la que otros estuvieran orgullosos, quería que sonrieran por su bien y no por el mío. Quería que me quitaran el dolor que llevaba en mi interior, el mismo dolor que pudría mis órganos y mi cerebro, haciéndome tener ganas de llorar a todas horas.

Era joven, pero no me sentía así… las personas destrozaron mis sueños, pisotearon mis esperanzas y apresaron mis ganas de seguir haciendo lo que me gustaba; las personas me privaron de hacer las cosas que me inspiraban y me hacían olvidarme de lo que realmente había vivido. Era joven para seguir, pero era viejo para poder remediar todo lo malo y duro que había vivido años atrás… era anciano para ello, no podía remediarlo… quería desvestirme de todos esos engaños, mentiras, palabras, insultos, gritos, golpes, groserías. De todo lo que me llenara de odio hacia mí mismo.

- ¿Qué es lo que querías decirnos, Bill?- mi hermano se tornaba nervioso con solo una palabra mía, seguramente creía que se avecinaba otra enfermedad, otra mentira, pero…no, no era así.

- quise que vinieran todos porque… tengo una noticia que darles.- Danny miró a Sam con confusión, acercándose unos centímetros más a él.

- empiezas a asustarme, Bill, ¿pasa algo malo?- dijo Andy, mirándome con seriedad.

- no pasa nafa malo, al menos no lo es para mí.

- ¿entonces qué pasa, Bill?- dijo Gustav.

- hace unos días estaba pensando en cómo habría sido una vida sin los problemas por los que pasé. Me di cuenta que lo largo de mi vida todo ha sido una mierda… y tomé una decisión que quizá no me ayude en mucho, pero definitivamente me ayudará en algo.

- ¿qué es, Billy?- dijo ella, la única persona que me había ayudado a pasar por el terrible camino hacia el infierno. Georg la miro sonriendo y después me miro a mí.

- quiero comenzar una vida nueva, una vida feliz.

- ¿no vives feliz ahora, hermano?- negué.

- no. Es  por eso que tomé esta decisión.

- Dinos de qué se trata, Bill, me pones un poco nervioso.- dijo Sam.

- me voy.- sus entrecejos se fruncieron casi al mismo tiempo, mi hermano empezó a negar pero estaba dispuesto a hablar antes de que él lo hiciera. –no me voy para siempre, solo me voy por un tiempo.

- ¿te vas?, ¿A dónde te vas?- dijo mi gemelo, con un poco de enfado en su voz.

- lejos, en donde nadie me conozca, donde nadie pueda herirme ni mentirme.

- No puedes irte, Bill…

- quiero hacerlo.- los miré. –esta decisión la tome hace unos días, estoy completamente decidido. Me iré solo unas semanas.

- no puedes, ¿Qué hay de nosotros? Somos tus amigos, yo soy tu hermano y (Tu nombre es tu esposa.

- eso puede cambiar si ustedes quieren, pero esto lo necesito de verdad, necesito irme de todos los problemas que me rodean.

- Bill, tienes que terminar con los problemas en los dos países donde viviste antes de irte a crear más problemas en otro.- dijo Danny.

- nunca dije que no lo haría, ¡voy a hacerlo!

[…]

Y me encuentro ahora aquí, haciendo mis maletas sobre la cama, respirando entrecortado por el rencor que siento hacia mí mismo. La puerta se abrió para cerrarse después de solo unos segundos; no quise mirar, sabía perfectamente quien era la persona que se acercaba a mí con lentitud.

- ¿por qué?- dejé de hacer lo que hacía y la miré con seriedad.

- ¿a qué te refieres?

- ¿por qué te vas y dejas todo así?

- porque tengo que hacerlo.

- no, no tienes.- acomodó su cabello. –te lo pasas huyendo de todo y eso no está bien.

- es por eso que tengo que irme.

- comprende que esto no está bien, le estás haciendo daño a los demás, Bill.

- ya lo sé, por eso quiero irme de aquí.

- ¿qué pasa con nosotros?, después de estar en el altar nada fue igual, siempre estás huyendo, preocupándote por cosas que ya no son como lo eran antes, te lo pasas llorando, discutiendo, haciendo de todo menos pensar en nosotros.

- te equivocas, si he llorado y discutido no es nada más que porque me preocupo por ti.

- te preocupas por mí, pero no te preocupas por nosotros, a veces…

- ¿a veces qué?

- no, olvídalo.

- vamos, dilo.

- a veces creo que habernos unido en matrimonio fue nuestra peor decisión.

- tu peor decisión ha sido poner los ojos sobre mí. Sabías desde siempre que yo no era una persona normal.

- no es cierto.
- tú misma me lo dijiste. Ambos sabemos que el dolor en esta relación lo llevas tu por quererme, de no haber sido así yo seguiría en mi propio infierno, sin haberte arrastrado conmigo.

- no puse mis ojos en ti por lástima y mucho menos por joda, te quería de verdad, ¿por qué tienes que cambiar lo que siento por ti de esa forma?

- porque quererme te hace mal, ¿es que no te das cuenta, (tu nombre)?, desde que estuvimos saliendo como amigos tus problemas empezaron, cuando fuimos novios, Adam y su grupo te molestaban también; cuando empecé con las drogas eras tú quien lloraba por mí, cuando papá me golpeaba te preocupabas más que yo mismo; cuando me corté el cuerpo llorabas por mí; cuando nos reencontramos un auto te golpe por perseguirme a mí; cuando volvimos a ser novios te hice bajar el promedio de la universidad; cuando estuve en el hospital a punto de morir eras tú quien sufría por verme así; soy estéril y te he puesto a sufrir de una manera inhumana. No voy a dejar que el dolor que nos causa nuestra relación te consuma.

- pero ¿acaso no crees que si lo que dices es verdad, te hubiera dejado ya?

- existe el masoquismo.

- Bill, estás completamente equivocado. No lloraría o sufriría por ti si no te quisiera; lo hago porque te quiero y me preocupas.

- y quiero que eso se acabe ya.

- no entiendo nada. Antes anhelabas tener compañía, y cuando la tienes la deshechas.

- quería tener compañía y tú eres una de las personas por la cual nunca voy a dejar de luchar. Pero me di cuenta que mi compañía combinada con la tuya no funciona… te hago mal…

- entiéndelo, Bill, no me haces mal, me haces bien.

- te has acostumbrado al dolor que te doy, por eso no sabes lo que dices ahora.

- ¿Por qué mejor no dices que ya no nos quieres? Sería menos doloroso.

- porque si los quiero, por eso me voy. Por favor, (tu nombre), compréndeme.- separé mi mirada de la suya y seguí con mi maleta, cerrándola con rapidez; la bajé de la cama y sin mirarla camine hacia la puerta.

- ¿es que no te das cuenta, Bill?- me detuve, pero no la miré. –así sí me lastimas, yéndote de aquí me lastimas, cuando me hablas tan cortante me lastimas, cuando te vas sin decir adiós me lastimas, cuando me gritas y me miras indiferente me lastimas, cuando no te entra en la mente que tu y yo somos pareja me lastimas, cuando lanzas indirectas me lastimas. Quedándote no me lastimas…queriéndome tampoco lo haces…

- me gustaría que no solo me apoyaras en lo que es bueno, sino también en lo malo.

- me gustaría que no solo pensaras en las cosas malas que haces, sino también en las buenas.

- a veces creo que nunca debiste separarte de Frank.

- a veces creo que Frank no se hubiera ido si se lo pedía… a veces creo que él escucha mejor que tú…

- porque él no pensaba en el daño que te hacía.

- lo estás haciendo perfecto, Bill.

- ¿de qué hablas?

- estás haciendo esto apropósito para que cuando te vayas de aquí no te extrañe. Y no te está funcionando.- me acerqué a ella y tome sus mejillas.

- estos días…quiero darte una tarea… ¿recuerdas que me dijiste que no creías en las almas gemelas?- asintió. – quiero que la busques, encuentra a una persona con la que te sientas completamente cómoda.

- ya la encontré, ¡eres tú, Bill!

- no, yo no, (tu nombre), alguien que no te haga sufrir.

- no, no lo haré.

- vamos, (tu nombre).

- ¡no, Bill, no voy a hacer eso! ¡Me estás diciendo que nos divorciamos! Si no querías estar más conmigo me hubieras hablado antes.

- no, no quiero eso… yo te amo, pero no quiero que sufras, ¡por favor!

- no puedo creer que tu ocasiones que deje de quererte, Bill; no puedo creer que pienses que lo mejor para mí es que te vayas… ¿pero sabes? ¡HAZ LO QUE QUIERAS! Ni aun que te amarrara evitarías irte y dejar aquí a las personas que realmente te queremos. ¡Lárgate entonces, vete, no te necesitamos para ser feliz!

 - era lo último que quería escuchar antes de irme.- le di un pequeño abrazo, pero ella me empujo antes de poder estrecharla.

Baje las escaleras y tomé la correa de mi perro; camine hacia el patio, en donde él corría hacia mí con felicidad.

- ven, pequeño, vámonos de aquí.- coloqué la cadena en su cuello y me dirigí a la puerta.

- hermano, por favor.

- es un reto para mí mismo, Tom.

- ¿un reto para qué?

- quiero demostrarme a mí mismo que puedo ser fuerte sin la necesidad de otras personas.

- ¿te lo llevas a él?- apuntó a Scotty.

- me ha acompañado toda mi vida…

- (tu nombre) también.

- son todos iguales. Pero ya no soy el pequeño al que lo retenían de hacer todo lo que él quería. Ahora soy Bill, el independiente, el que puede tomar sus propias decisiones.

- te decías ser también el Bill responsable, el que amaba a las personas y al parecer te contradices tu solo, pues (tu nombre) te quiere y tú la adoras a ella.

- pero dije que no me iba por siempre, solo unas semanas o meses.

- lo que tienes de sabiduría te falta de madurez; quieres vivir tu adolescencia en este momento, pero ya no puedes, Bill, tienes veinte años y el tiempo no puede regresarse. Te has comprometido con una mujer, ¡no puedes dejarla!

- ¡me iré como si fuera una gira de la banda que tu destrozaste!

- así no son las cosas, Bill.

- ¡no me importa lo que pienses, Tom! ¡Estoy decidido, apártate!- le di un empujón y salí de casa. Me metí en mi auto junto con Scotty, quien jadeaba con felicidad.

[…]

By Tom

Un vidrio en la planta alta me hizo subir rápidamente. Ahí la vi, llorando con fuerza en el suelo, maldiciendo su vida y maldiciendo con ella a mi hermano.

- (tu nombre), ven aquí.

- ¡déjame, Tom!- le di un abrazo que ella respondió con fuerza, desahogándose más. -¿por qué se va? No lo entiendo…

- a veces hay que dejarlo ir. ¿Tú crees que él dure mucho tiempo sin ti? Bueno, yo no lo creo.

- es orgulloso, ambos sabemos que Bill se iría y no volvería por orgullo.

- pero el amor que te tiene le va a hacer recapacitar.

- dijo que me hacía sufrir…

- Bill dice cosas sin sentido, necesita ayuda y quizá la encuentre si está lejos de nosotros por un tiempo.- ella me miro y yo con mis dedos quité sus lagrimas. –quiero ver una linda sonrisa.

- no, Tom…

- vamos, una sonrisita.- la mire directamente a los ojos, pero ella en tan solo un par de segundos los dejó caer al suelo.

- no…

- ¿A dónde se fue la persona que admiraba?

- Bill la mató con sus propias manos…

- no, no es cierto, yo la estoy viendo, joven y hermosa como siempre lo ha estado.

- no juegues, Tom…no tengo ánimos.

- no estoy jugando, ¿de verdad crees que Bill no volverá?

- él así es…

- (tu nombre) él te adora y tu lo adoras a él ¿Qué hay de diferencia? Prometiste ante la iglesia amarlo siempre, y él también te lo prometió a ti, ¿no confías en mi hermano?

- él no confía en mí…me está haciendo dejar de hacerlo con él…

- dale a la vida una segunda oportunidad, dásela también a su relación.

- no se…

- vamos,  me duele que mi hermano se vaya así, pero regresará. ¿Me harías un favor?

- ¿cuál?

- sonríe.

- no, Tom, no voy a sonreír.

- no sonrías por mi hermano, hazlo por mí, por el cuñado que te admira, ¿sí?

- no.- la abracé con fuerza, sintiendo como sus manos me apresaban el cuerpo.

- mi hermanito va a estar bien y tu también. Eres muy joven para sufrir por amor.

- tengo veinte años, Tom.

- ya lo sé, pero regularmente las personas se preocupan por su relación a los 30 o 40.

- ¿tus papás así lo hicieron?- bajé la mirada, pero sonreí.

- así es. – ella sonrió. –oh, muchas gracias.

- ¿qué?

- sonreíste, y Bill no está aquí, ¿ves que fácil  es?- volvió a hacerlo.

- gracias, Tom.


1 comentario:

  1. Diossss!!! Amo a Bill PERO ES UN COMPLETO IMBECIL como se le ocurre dejar a su ESPOSA es decir no es su novia y ya ES SU MUJER aashhhhhh si es que me vaaaa a dar un derrame cerebral ehehhehehehe!!!!

    Danke por subir

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