sábado, 11 de febrero de 2012

capitulo 31


By (tu nombre)

He despertado con una cobija muy gruesa sobre mí. Talle mis ojos fuertemente y al abrirlos, pude ver la cara de Sam muy cerca de la mía, haciéndome sacar un grito ahogado.

- Sam, pero ¿Qué hacías mirándome?

- te ves linda durmiendo.- sonrió.

- ¿gracias?- el asintió, dejándome ver sus dientes.

- ¿recuerdas que te dije que te llevaría a un lugar hoy?- asentí. –pues ¿Qué esperas? Toma una ducha, te espero abajo.

- está bien.- el salió de la habitación y se escucho el ruido de otra puerta. Me metí al baño para darme una ducha. Al salir coloqué un montón de chamarras sobre mí, pues hacía mucho frio y encima nevaba. Salí de la habitación y baje las escaleras.

- ¿ya estas lista?- asentí. –Bueno, entonces nos vamos.- sonrió y me tomo la mano, haciéndome salir de la casa con desesperación, caminamos a una parada de autobuses, cuando cogimos uno, nos sentamos esperando llegar.

- ¿A dónde iremos?- pregunte con ansia.

-  Chamoix.

- ¿Chamoix, que es eso?

- ohh, ya verás.- tomo de algún bolsillo de su chamarra, un gorro de tela azul marino, y acomodando su cabello –que no era muy largo-, lo colocó en su cabeza, después se levanto tendiendo su mano para que la tomara; eso hice y bajamos de ahí.

- ¡Dios mío!

- veo que te gusta.

- ¡me encanta!

- aun no has visto lo mejor.- me tomo del antebrazo y me llevo corriendo a saber dónde. Al llegar, no puedo explicar lo que sentí al mirar aquello: era un puente se miraba altísimo, era de madera –al igual que una cabaña a su lado-. -¿te gusta?

- ¡es precioso!

- ven.- corrió, yo le seguí y entramos a esa cabaña, después salíamos por una gran puerta –también de madera-. Estábamos de pie frente a ese puente. –se llama Aiguille du Midi, ¿quieres cruzarlo?

- ¿estás loco? No cruzare eso…

- ¿Por qué no?, no me digas que le temes a las alturas.

- bueno, un poco.

- ya, yo te cuido, vamos.- me tomo la mano fuertemente, sintiendo el calor de la suya, y comenzamos a caminar. Mire el suelo, se miraba realmente lejano.

- aquí es hermoso.- de pronto, la nieve comenzó a caer rápidamente.

- mierda…tenemos que irnos…- bajo la mirada y corrimos de ahí.

[…]

- Samuel, ¿¡a donde fuiste!?- dijo su mamá, enojada.

- solo fui con (tu nombre) a…a un lugar.

- hay, niño ¿no te pones a pensar que tu hermana puede pescar un resfrió?

- lo siento…

- ya no importa, vamos a la mesa, es hora de cenar.- asintió. Ella se fue.

- perdóname, (tu nombre) nunca quise llevarte para que enfermaras.

- pero no estoy enferma, Sam no importa.- el sonrió y me tomo de los hombros, acercándose a mí. Nos miramos a los ojos, esas dos luces azules penetraron en mis ojos, su piel blanca y su cabello que cubría toda su frente, estaban tan cerca de mí. El comenzó a sonreír.

- pudiste haber enfermado, y todo por mi desinterés, perdóname.

- en serio, no importa.- cerro sus ojos mientras sonreía sin mostrar sus dientes.

- mejor vamos a cenar.- asentí. Caminamos a la mesa y nos sentamos, su mamá coloco los platos frente a nosotros, comenzamos a comer ¡que era delicioso! No sabía realmente que era pero su sabor era delicioso.

Después de comer subimos y cepillamos nuestros dientes para después colocarnos el pijama e ir a las camas. Mire a Sam, que acomodaba su cabello con horquillas, después puso otro de esos gorros de encaje y se recostó en la cama.

- ¿nerviosa por mañana?

- ahora menos que antes.- conteste sonriendo.

- me alegro. Que tengas una linda noche.

- y tu también.- apagamos las luces y los dos nos recostamos para dormir.

By Bill

- ¿Por qué no le ayudamos?- dijo Damián.

- estás loco.- se carcajeó. –Billa siempre hace todo él solo, luego su novio Andy le paga con una buena noche.

- ¡no lo voy a hacer todo yo!- dije con rabia.

- ¿¡estás seguro?!- asentí. El se acerco a mí jalando mi cabello. -¿recuerdas que has estado a punto de morir por nuestra culpa?- trague pesado y asentí con miedo. –bueno, si no quieres terminar así otra vez, te sugiero que hagas el trabajo.

- ya, lo hago yo pero…no tenemos materiales…- el me azoto en el piso y miro a Adam.

- bueno, nosotros tres vamos a comprarlos, ¿está bien? mientras que la perra se quede aquí investigando.- Adam asintió.

- pero…no tengo mi libro…no los he comprado.- Adam pareció enojarse, tomo su mochila y saco el libro para después aventarlo a mi cara con fuerza. -¡aahh!

- tus gritos guárdalos para con Andy, Billa.

- …me has lastimado…- mi nariz sangro un poco, pero ellos empezaron a reír.

- ¡PAPÁ!- grito Boris.

- ¡¿Qué pasa?!

- ¡tienes que venir ya!

- ¡ya voy!- se gritaban el uno al otro. Los pasos de su papá se escucharon por toda el lugar. Baje mi mirada al libro y comencé a leer los temas para escoger uno que podría gustarnos a todos. -¿Qué es lo que quieres, Bo?

- no me llames así.

- ¡bueno, ¿Qué quieres?!- grito tan fuerte como papá lo hacía. Lo mire un poco asustado…esa voz ya la conocía.

Mi corazón se detuvo, mi estomago se hizo un nudo tan apretado, mi respiración se hizo entre cortada y el miedo recorría cada centímetro de mi cuerpo lentamente,  sentí que un nudo en mi garganta se comenzaba a formar, mis ojos se llenaban de pánico, no podía moverme yo…yo tenía miedo, mucho miedo.

- necesitamos dinero para el trabajo.- el saco dinero de su bolsillo y se lo paso. El me miro, haciendo que mi corazón sufriera de un mini-infarto. El me miro confundido, abriendo los ojos cada vez más, después sonrió y alzo las cejas.

- niño…- las lagrimas estaban a punto de saltarse de mis ojos, y pronto esas palabras llenaron mi cabeza: “que buena perrita. Te has portado muy bien” “Vamos, trágatelo, trágate mi semen”

- papá, ¿Qué es lo que te pasa?- él lo miro confundido y Boris solo rodeo los ojos y se dio la vuelta. –bueno, Billa, quédate aquí mientras nosotros vamos. –abrieron completamente la puerta de la habitación y salieron. Me levante de golpe, con mis piernas temblando fuertemente y tome a Adam.

- ¡hey, ¿Qué es lo que te pasa, marica?!

- p…p…p

- ¿Qué te pasa?- pregunto asustado.

- y…y…y…yo…por…por favor…- le tome de los hombros pero él me aparto al tiro, mire a ese hombre, sonreía ampliamente. –quiero…quiero ir…por favor…

- no, tú te quedas haciendo el trabajo.

- por favor…. ¡no me dejes solo! Por favor…por favor… quédate conmigo….no…no me dejes solo…por favor…

- no me quedaré contigo, ¡eres un marica!

- yo no quiero quedarme aquí solo….por favor….Adam…por favor…

- no te va a pasar nada, bebé, piensa en tu novio y ya.- salieron los tres y bajaron las escaleras. La puerta principal se cerró, me paralice, no quería mirarle.

- eres mi zorrita, ¿me equivoco?- mi corazón comenzó a sacar latidos fuertes, mi respiración cada vez se cortaba más y mis lagrimas pronto saldrían. –vaya, ya has crecido mucho ¿Cuántos años tienes, quince?...ya eres un jovencito bien formado.
Sentí su respiración en mi cuello y sus manos en mi cintura. Comencé a temblar y estremecerme; rosaba su entrepierna en mi cuerpo, esa entrepierna que había crecido tan rápido, saco una carcajada y su lengua paso por mi cuello.

- no tiembles, zorrita ahora estas seguro conmigo.

- …d…déjame…

- quien iba a decir que volveríamos a vernos, y que encima eres amigo de mi hijo.

- por favor…tengo que irme…- me separe de él, pero me tomo el cabello y me acerco.

- ¿no me has extrañado? Yo lo hice…extrañe esto…- metió su mano en mi pantalón, estrujando mi entrepierna con “delicadeza”, fue demasiado contacto conmigo, que pude recordar cada segundo de ese día, y me puse a llorar sin hacer mucho ruido. –ehh, no llores que aquí estoy para complacerte, me dio la vuelta con firmeza y desabrocho mis pantalones, dejándolos caer hasta el suelo.

- por favor…- chillé con agudeza.

- shh, calla zorrita…- tomo el resorte de mi bóxer y lo bajo rápidamente, dejando un gemido salir de su boca.

- suéltame…- quite sus manos y lo aparte de mi, pero me tomo y me miro con una cara amenazante.

- ¿recuerdas? te mato si no te dejas…ahora veamos…ohh, vaya has crecido demasiado, que rico me va a saber esto…- acaricio mi entrepierna desnuda, mientras besaba mis labios, que apretaba para que no lo hiciera. - ¡bésame bien!

- no…- me apretó los testículos como lo hizo esa noche, haciéndome sacar un fuerte gemido de dolor. –Ya…lo hago…- abrí mis labios, dejando que su lengua entrara libremente en mi boca, el cerro sus ojos y se separo un poco de mi, lamiendo mis labios y mi mentón, sin quitar sus manos de mi entrepierna que reaccionaba en cada toque, seguro empezaba a crecer.

- aaahh, esta vez si quieres correrte, ¿verdad?- negué, y me aparte de él.

- por favor…ya déjame… le arruinas la vida a tu hijo… ¿Qué…que si te encuentra?

- no lo hará, por favor…mi hijo no sabe nada de esto…huumm, que grande la tienes.

- ¡déjame ya!- grite, una vez más, desesperado. Mis lágrimas caían, pues todo el miedo se acumulaba cada vez más. No quería sentir esa entrepierna en mi otra vez…no quería volver a pasar lo mismo.

- cállate, zorrita…esta vez lo pasaremos mejor que hace unos años.- me jalo fuertemente hacia la cama y afirmo en la orilla de la misma. –Abre esas piernitas.- las abrí lentamente y sin mirarle. El acerco su cara y me recostó.

- ¡déjame, déjame!- era lo único que mi cerebro le transmitía a mis cuerdas, no podía decir otra cosa, más que gritar y suplicar. Pero el tomo mis bóxers del suelo y los amarro en mis labios, haciendo que mis gritos fueran más bien balbuceos y con alguna prenda –no supe bien lo que era- amarró mis manos tras mi espalda. El metió mi entrepierna en su boca, mientras gemía. Yo lloraba, pues a pesar del miedo que me causaba todo esto, mi entrepierna crecía al toque de su boca con mi piel. Esa desesperación recorría mi cuerpo y las lágrimas cada vez aumentaban más; el metió tres dedo en mi orto y comenzó a simular una penetración, haciéndome gritar, sin poderlo hacer realmente, y estremecerme.

- ¡PAPA!- el saco mi entrepierna de su boca y su dedo también, desgarrándome nuevamente. Sentí un liquido caer por mis glúteos, y mis lagrimas al saber que seguro estaba sangrando otra vez, crecieron.

- ¡Boris… ¿Qué haces aquí?!

- te recuerdo que es mi recamara… ¡¿Qué hacías?! Que…que…no puede ser…- escuchaba sus voces, pero no quería mirarlos y tampoco podía sentarme.

- ¡Boris, vete de aquí!

- ¿¡QUE ESTABAS HACIENDO!?

- ¡nada!

- te vi… ¡yo te vi!...te estabas cogiendo a Billa…

- ¡no es verdad!

- no… ¡lo estabas violando!- mi respiración se entrecortaba cada vez más, unos tacones se escucharon por el piso de madera.

- ¿Qué es lo que pasa aquí?... ¡CONRAD!- escuche una voz femenina, seguro la de du mamá. Era un grito desgarrador.

- mamá… ¡estaba follando con Bill!

- por favor, váyanse los tres.

- no, yo no me voy….Adam, Damián…por favor…

- está bien, mañana nos vemos.- se escucho la voz de Adam y después el ruido de la puerta cerrarse.

- ¡¿Qué hiciste!?

- ¡yo no hice nada, el me lo pidió!

- aunque lo hubiera hecho, ¡es menor de edad, tienes un hijo! ¿Qué mierda te pasa?- mis lagrimas caían rápidamente y mi respiración cada vez era menor, mi corazón seguía bombeando fuertemente, aun sentía miedo.

- ohh, cállate ya, yo me largo de aquí.

- no, ¡tú no te vas a ir!- grito ella

- ¡claro que sí!- escuche el ruido de la puerta abrirse para después cerrar con un portazo.

- Billa…- dijo ella.

- mamá, se llama Bill…

- bueno…- se acerco a mí, mire sus ojos con miedo y mi cuerpo desnudo volvió a temblar. –Tranquilo- desató mi ropa interior y la quito de mis labios, después desató mis manos. Se senté sobre la cama, a pesar del dolor que me causaba.

- ahh…- gemí. Ella colocó su mano en mi pecho.

- estas sangrando…mejor llamamos a un doctor…

- no…déjame…déjame ya…- dije asustado. Me levante de la cama y coloque mi ropa interior y mi pantalón, después de poner mis zapatos corrí fuera de esa casa, aun llorando y sintiendo el miedo recorriéndome.

Tarde unas horas para llegar a casa pero cuando lo hice, lo primero que hice fue correr a mi recamara y sacar mi ropa por completo. Llene la tina del baño y me metí, desahogándome aun más. Era increíble como pude haber tropezado dos veces con la misma piedra…era estúpido como ellos no se habían percatado de que su papá era un imbécil, un hijo de puta sin corazón.

By (tu nombre)

- ¡qué suerte nos ha tocado!- grito Sam, dándome un abrazo que respondí al tiro.

- ¿Por qué lo dices?

- he visto las lista, ¡y nos ha tocado juntos!

- ¡¿en serio?!- asintió.

- ¿Por qué no vamos?- esta vez yo asentí y caminamos hacia nuestro cubículo.

Las clases iniciaron, todo era tan diferente aquí. De pronto la puerta se abrió y un tío entro sin más. Tenía el cabello rubio y despeinado, y tenía finta de ser de esos populares los cuales creen que el mundo gira sobre ellos y no les importa nada más que ellos. Se sentó tras nosotros e hizo que la cabeza de Sam rebotara fuertemente con la pared.

- ¿Cómo te fue en las vacaciones Sam?

- …bien…

- que bueno, porque seguro que este año no lo pasaras muy bien.

- ¡silencio, Dominique! Llegas tarde y encima te pones a platicar.- dijo la maestra. Entonces él era el tal Dominique que molestaba a Sam.

[…]

Todas las clases Dominique encontraban una excusa para golpear o molestar a Sam. Cuando salimos de la escuela le comenzó a decir todo tipo de insultos; el al parecer había aguantado mucho en todo el día, así que fue ahí cuando se soltó llorando, parecía tener rabia.

- no llores, Sam.- acaricie su espalda, el me miro.

- es que, nunca puedo estar feliz un día completo por su maldita culpa. Lo odio, (tu nombre), ¡lo odio! ¡Encima nos toco juntos en el salón!- eso me hizo recordar a Bill, ¿Qué di la había tocado con Adam o con Boris? Sería otro año siendo molestado y golpeado por ellos.

- todo esto se va a terminar.

- ¡¿Cuándo?!...he estado toda la secundaría siendo molestado y golpeado por el…- quitó sus lagrimas de su cara y me miro.

- pronto, las cosas pasan por una razón, y el algún día se arrepentirá de todo lo que te hizo.

- es que…no sabes lo difícil que es aguantarle todo…ser golpeado y maldecido…me siento tan mal…como…como si no le importara al mundo.- pues realmente no sabía lo que se sentía ser tratado así, pero había vivido una gran parte de mi vida con una persona la cual sufría igual.

- ¿tus papás saben lo que te hacen?

- si lo saben, ya han hablado con el papá de Dominique, pero ellos niegan todo.

- ¿no has pensado en un cambio de escuela?

- sí, pero realmente no tenemos el dinero para cambiarme…sabes, creo que es mejor que regresemos a casa.- sonrió.

Había algo muy distinto en Bill y en Sam, pero algo los hacía ser casi la misma persona. Sam sería la parte positiva, la que confía en sus padres y habla con ellos. A pesar de que no han podido solucionar el problema, Sam sigue en la escuela y no quita su sonrisa. Bill, la parte negativa, la que no les dice nada a sus papás y prefiere vivir con el dolor; que durante estos años, su sonrisa solo se le mira cuando está lejos de esas personas.

Caminamos a su casa, al llegar, Sam dio un abrazo a su mamá y comenzaron a hablar. Después ella se acerco a mí y dio un beso en mi mejilla.

- ¿Cómo les fue en su primer día?- dijo con una sonrisa.

- no muy bien, me tocó con Dominique.- rodeo los ojos y despeino el cabello de Sam.

- mmm, bueno, espero que este año se le ablande el corazón.

- ¿tú crees?

- sí, debemos luchar para que ese niño deje de juzgarte, Sami.- el sonrió tiernamente. – ¿Cómo sentiste tu primer día, (tu nombre)?

- bien, gracias.- sonreí ampliamente.

- ¡nos toco juntos, mamá!

- vaya, que suerte tuvieron. Mejor vamos a comer.- asintió. Caminamos al comedor, donde los platos ya estaban sobre la mesa; Dali se acercó sonriendo y se sentó a mi lado.

¡Que la mamá de Sam hacía una deliciosa comida!, comenzamos a comer, después de unos minutos el papá de Sam llego y se sentó en la mesa, saludando con una gran sonrisa.

- ¡ohh, Sami había olvidado preguntar…!- dijo ella, limpiando sus labios.

- ¿Qué pasa?

- ¿y tus amigos, ellos están en tu cubículo?

- no, todos se han cambiado de colegio, excepto David y Sahira.

- ¿y Danny?- mire a Sam, que se había sonrojado un poco.

- ¡mamá!- dijo renegando, bajando la mirada con sus mejillas enrojecidas.

- vamos, Sami no te avergüences.- dijo su papá sonriendo.

- ¡Sam y Danny, Sam y Danny!- decía Dali a gritos.

- ¡cállate, niña!- dijo sonriendo.

- bueno, ¿si está contigo?

- no…se fue de la escuela.

- ¿se volverán a ver, no?

- eso espero.- mordió sus labios. Su mamá me miro, pareció notar que no entendía nada, entonces se digno a explicar.

- (tu nombre), Danny es…

- ¡no, mamá!- ella lo miro, espantada.

- ¿Qué pasa?

- yo le diré quién es, pero no me avergüences aquí.- su mamá asintió.

- bueno, pero no tiene nada de malo que le digas que te gusta.

- y yo le gusto, no lo olvides.- mordió sus labios de nuevo.

- bueno, se aman.- rió.

- …si…- saco un suspiro.

Terminamos de comer y Sam y yo subimos a la recamara y cepillamos nuestros dientes. Sam se sentó en la cama donde yo dormía, parecía pensativo.

- ¿Qué te pasa?

- yo…nada, ¿por qué?

- no sé, te miras extraño.

- estoy bien, sonrió. (Tu nombre), después de hacer el trabajo de la escuela, ¿te gustaría ir a caminar?

- claro que sí.

- gracias…- sonrió con la mirada baja.


3 comentarios:

  1. WOW!!!! pero komo le pudo pasar otra vez a BILL nooooo y encima (tn) ya no esta con el aaaaah esta genial tu fic sube pronto

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  2. o_O dios pobre de Bill
    volver a repetir todo eso TT.TT
    maldito señor es un %$#&"&%/$
    Pero ahora que pasara que ahora
    se an dado cuenta de lo que
    le paso a bill, que pasa si su mama
    de boris le dise al papa de bill O_O
    Sigela pronto siiii?
    ME atrapo tu fic sigela prontoo :D

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  3. omg :O :O casi lloro con el dolor q sintio bill, casi lo vuelven a violar que HORRIBLE no puedo creerlo espero q sepan q ese es un maldito desgraciado y lo metan a la carcel, estupido hombre!!! Les esta quedando super la fic, omg no puedo creer q tn esta en francia, pero esta son familiares suyos o solo son la gente con que vive, yo creo q un momento Tn y Sam tendran algo no se por q pero lo presiento por favor no hagan sufrir tanto a Bill.... lo amo demasiado......

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