lunes, 6 de febrero de 2012

capitulo 29


Abrí los ojos. Me encontraba recostado en mi cama; me senté y cerré la cortina para que el sol no me molestara más, me di un estirón y talle mis ojos.

- ¡ahh, mierda!-  quite de golpe mi mano. Un dolor insoportable me molestaba en el ojo. Me levante de la cama para mirar si algo estaba mal con él, pues no podía ver demasiado y lo sentía pesado. Camine al pequeño espejo que colgaba de mi pared y un grito ahogado salió de mi garganta.  -¿Qué mierda me ha pasado?

Toque mi ojo con delicadeza para no hacerme más daño y después tome algo de topa para darme un baño. Al quitar la playera de mi cuerpo me di cuenta que este también estaba lastimado –tenía algunos moretones y rasguños-. No entendía que era lo que me había pasado, pues no recordaba nada del día pasado y mi cuerpo dolía demasiado.

Salí de darme la ducha y me coloque la ropa; cepille mi cabello y lo amarre en una coleta. Recogí un poco mi cuarto y mire algunos de mis cinturones regados por el suelo, me pareció un poco extraño pero los recogí y los guarde en un cajón.

- ¡Bill, despierta, es hora de desayunar!- grito Anette. Sin contestar, baje y camine a la mesa para sentarme frente al plato repleto de comida. Comenzaron a comer, yo mire la comida y la aparte de mí.

- ¡come!- grito papá. Yo le mire confundido y negué.

- papá…no me siento bien.

- después de tanta droga que te has metido, no lo dudo. ¡Ahora come!

- en serio te lo digo, no me siento bien…no es por la droga es…no se…

- no me importa que te sientas mal, come.

- no quiero…

- ¡¿quieres que te deje el otro ojo igual?!

- ¿fuiste tú?- mi corazón dio un brinco, pues encima se sentía casi orgulloso.

- si.- dijo, limpiando sus labios con una servilleta de papel. Me levante de la silla para largarme de ahí, pero me llego un mareo que me hacía imposible dar un paso. La vista se me nublo.

- papá…. no puedo ver…me siento mal…

- deja de jugar y siéntate.

- no es juego…ayúdame…por favor…- sentí mi espalda tocar el suelo helado.

CUATRO SEMANAS DESPUES.

Mi ojo por fin se recupero casi por completo, ha estado en tratamiento y al fin puedo ver con el sin sentir dolor. Hoy saldremos en “familia”, iremos a un picnic –es algo que se le ha ocurrido a papá y Anette-. Al principio papá no quería que fuera yo,  ya que sería familiar “y yo no formaba parte de su familia”, pero Anette por desgracia lo ha convencido de ir los cuatro juntos.

Era un parque lindo y grande, por alguna razón, en lo único que podía pensar era en cómo podría divertirme ahí. Anette y papá acomodaron las cosas y nos sentamos. Comimos. Papá y Anette hablaban fuertemente, dejándome a mí como si fuera un mal tercio; me sentí incomodo y entonces me atreví a hablar.

- papá…- el me miro, esperando que prosiguiera para que los dejara seguir hablando. - ¿puedo ir a caminar?

- ¿a caminar?- asentí. –quiero que vuelvas temprano y, lleva a tu hermana.

- ¿a mi hermana?- siempre había algo o alguien quien tuviera que arruinarlo.

- si no quieres, quédate aquí entonces.

- no, no, ya la llevo.- cargue a Arabelle y la coloque en la carriola, para después llevarla lejos de sus papás.

El pasto era realmente verde, algunas gotas de rocío brillaban en el, los árboles eran grandes, de verdad grandes, era un día perfecto. Camine un poco más lejos, cuando vi el lugar perfecto: un árbol muy grueso, su tronco estaba inclinado, casi topando con el pasto, era un lugar hermoso, el sol parecía alumbrarlo, indicándome que era mi lugar. Me senté ahí y puse la carriola a mi lado.

- vaya,  que es precioso.- no quitaba la vista del lugar en donde me encontraba, era perfecto, la inspiración llegaba a mí como por arte de magia –y no traje mis libretas-. Arabelle comenzó a llorar. -¿Qué te pasa?- le cargue y le senté en mis piernas.

Le acaricie el estomago, esperando que dejara de llorar. Después de varios intentos pude hacer que dejara de llorar.

- ¿Cómo puedes llorar en un lugar tan lindo como este? ¿Qué no te gusta?- ella me miro, seria. –Ya, lo siento…pero no me tienes que mirar así.- comenzó a reír fuertemente, algo que me extraño mucho, pues conmigo jamás había tenido ese comportamiento. -¿Qué es lo que te pasa? ¿Te da risa mi cara?, pues te digo que esta cara esta tan deforme gracias a tu papá.- ladeo la cabeza y abrió su mano, pegándola a mí pecho. –vamos, ¿también quieres deformarme el cuerpo?- reí.

Tenía unos grandes y brillantes ojos, su piel era tan blanca como la mía y tan suave. Sus pequeñas manos querían tocar mi cara. Me incline dejando que lo hiciera y comenzó a dar pequeños y no dolorosos manotazos en ella, mientras reía y hacia pequeños ruidos, como si quisiera decir algo.

- ya para, Arabelle si no sabes hablar mejor no lo hagas.- reí fuertemente. – mmm ¿sabes decir mamá?- ella me miro seria. –Bueno, ¿papá?...Arabelle no sabes decir nada.- volvió a golpear mi pecho. –no me golpees, soy más grande que tu y puedo golpearte más fuerte.- dejo caer su frente en mi pecho, sacando un suspiro largo. -¿ya vas a dormir?, pero que aburrida eres.- la levante de nuevo y me miro enojada. –ya, vamos a hablar juntos, di “Arabelle”- arrugo las cejas. Yo repetí su nombre repetidas veces, teniendo toda su atención.

- Abeell- dijo con una aguda voz.

- ¿”Abeell”?, tú no te llamas así eres ARABELLE.

- ¡Abeell!- me golpeo.

- yo no soy Abeell, soy Bill.- gruñó y volvió a repetir esa graciosa palabra. –no, soy Bill, ¡BILL! no abeell soy Bill.

- Bl- sonrió. Yo negué.

- Bill, Bill, Bill.

- ¡BILL!- grito fuertemente, al tiempo que golpeaba mi pecho. ¡Bill, Bill!- una sonrisa salió de mis labios, sentí mi corazón dar pequeños golpecitos. Me sentí, no sé,  fue algo lindo.

- ohh, ¡supiste decirlo!- le di un fuerte abrazo.

- Bill, Bill, Bill

- ya está, no tienes que repetirlo siempre.- abrió su mano frente a mi cara y yo la atrape con la mía, sintiendo su pequeña mano en la mía.

Me sentía muy feliz, era tan solo increíble cómo era que su primera palabra fuera mi nombre. Me había pasado que con otros bebés, no podía ni tocarlos, ellos lloraban ante el toque de mi mano con su piel. Arabelle, era la primera que no me temía y encima no llorara al estar yo con ella. Parecía aceptarme, pues finalmente somos hermanos y no tiene la culpa de tener un papá como lo es el que tiene.

Regresamos con ellos, ya que había atardecido un poco. Al subir al auto, Anette cargó a Arabelle, llevándola en el asiento delantero con ella; dio el biberón y  cuando lo termino, le cargó en su pecho y comenzó a golpear su espalda. Me di la vuelta a la ventana, mirando el paisaje.

- ¿ya quieres dormir, bebé?- dijo papá, deteniéndose en una luz roja. Arabelle le miro sonriendo y después sus grandes ojos se posaron en mí. -¿Qué tienes, pequeñita?

- ¡Bill!- con una de sus pequeñas manitas, apunto hacia mí y comenzó a abrirla y cerrarla.

- ¿Bill? - dijo papá.

- ¡Bill, Bill!- esta vez fueron sus dos manos las que hacían ese movimiento.

- ¿quieres ir con tu hermano, Arabelle?- dijo Anette.

- ya va, no iras con el.- dijo papá. Arabelle comenzó a llorar, como si definitivamente entendiera las palabras de papá.

- ¡BILL!- decía entre gritos y lagrimas. Yo sonreí.

- vamos, mi amor se la pasaré a Bill un momento, ¿sí?- papá hizo sonar el claxon.

- está bien.- dijo enojado y frustrado porque los autos no avanzaban. Anette pasó a Arabelle a mis brazos, ella aun seguía llorando. -¡aah por favor, cállate!- dijo papá con estrés.

- ya, Arabelle no llores.- dije, tratando de calmarla. Ella me miro, abriendo más sus ojos.

- ¡Bill!- sonreí.

- sí, soy Bill.- dejo de llorar y comenzó a jugar con mi cabello, que ahora estaba bastante largo.

[…]

Llegamos a casa y pase a Arabelle con su mamá, para después yo ir corriendo a mi habitación. En ese mismo momento, mi celular comenzó a sonar, corrí y contesté.

- ¿hola?

- ¡Bill, ¿Cómo estás?!- era Gustav.

- bien, ¿y tú?

- pues, estoy un poco nervioso por eso de la escuela, pronto entramos.

- cierto, lo había olvidado.- se escucho una carcajada.

- claro, a ti cuando te importo la escuela.- dijo con sarcasmo, yo sonreí.

- pues nunca.- reí. – Y que, ¿si te cambias de escuela?- pregunte, no queriendo escuchar una respuesta que no fuera “no”.

- si me cambiare, no me van las escuelas de solo dos años de preparatoria.

- a mi si.- dije un poco cortante. -¿a dónde te irás?

- no tengo idea de su nombre, pero seguro que no será en Loítsche.

- hum, ¿Qué estudiarás? Eso me tiene con los pelos de punta.

- apenas es nuestro segundo año de preparatoria, no te preocupes aun por eso.

- para mi es el ultimo.

- cierto. Bueno yo estudiare música.

- ¡¿en serio?! Yo pensaba hacer lo mismo…pero no se qué pasará con ello.

- sí, me he identificado con la batería, mamá piensa meterme a clases este año.

- me alegro por ti, amigo.- saque un suspiro. Cuando me acorde de algo importante. -¡Gustav!

- vaya, ¿Qué pasa?

- (tu nombre)… ¿sabes si ella se queda?

- es tu novia, creí que ya te lo había dicho.

- no…ya no somos novios…es una larga historia, espero que algún día tengas el tiempo de escucharme.- sonreí para mí mismo.

- claro que lo voy a tener, amigo. ¿qué te parece si salimos hoy para que me cuentes?

- bueno, si…gracias, Gustav.

- no hay de que…y, contestando a tu pregunta…la respuesta es no.

- ¿”no”?- mordí mis labios. -¿quieres decir que ella no se queda?

- bueno, ella también irá a una escuela de dos años, pero se ira de intercambio a Francia.

- ¿Qué?

- lo siento, amigo.

- no puede ser… ¿¡hasta Francia!? Y… ¿Cuándo se irá? Es decir falta  menos de una semana para ir.

- hace dos días me dijo que estaba arreglando las cosas con su “familia” que le dará hospedaje. Se irá el miércoles.

- ahh…bueno…tengo que irme ¿sí?

- está bien, ¿nos veremos hoy?

- si…

- bueno, yo puedo pasar por ti a tu casa, nos vemos en la tarde, adiós.

- sí, gracias…adiós.- termine la llamada y coloque el celular en el buró. -¡MIERDA, MIERDA, MIERDA!- jale mi cabello y deje que la desesperación recorriera cada centímetro de mis sentimientos.

¡(Tu nombre) no podía irse lejos! No podría vivir sin ella, no puedo ¡solo no puedo!, se va a ir, encima me quedare yo solo en la escuela, solo espero que Adam y sus amigos se larguen de esa escuela. ¡¿Por qué?! No entiendo, ¿Por qué me pasa esto a mí?

Era desesperante, quedarme de un día al otro sin amigos cerca, sin novia, sin nada y encima ver como todos ellos cumplen sus sueños siendo apoyados por todos y yo no puedo cumplir ninguno.

- ¡Dios, ayúdame!- estaba desesperado, ya no sabía si Dios estaba de mi lado o…o solo se había ido. Porque todo me pasaba a mí.

Estaba tan desesperado, tenía ganas de volver con mi psicóloga, esperaba que llegara el jueves pronto y así poder hablar con ella. Quería desahogarme con alguien, pero sabía que ninguno de los que me rodeaban se interesarían o al menos supieran como me siento.

- ¡BILL!- ohh mierda, lo que me faltaba.

- ya voy.- camine a la recamara de papá. Arabelle dormía y Anette y papá están recostados sobre la cama.

- queremos hablar contigo.- dijo papá.

- ¿sobre qué?

- ¡quiero que me digas la verdad!

- si… está bien… ¿Qué pasa?

- ¿te violaron?- sentí el mundo caerse sobre mí, sentí que mi corazón ya no funcionaba y mi estomago estaba hecho una mierda. Mis músculos se desvanecieron, haciéndome temblar fuertemente.
- ¿Qué me qué?- dije, con la voz hecha una mierda.

- te violaron o no.

- ¿Quién te dijo eso?

- tú me lo has dicho, hace unas semanas, cuando estabas drogado.

- yo…yo no te lo dije.

- ¡SI ME LO HAS DICHO! ¡ME DIJISTE QUE UN SEÑOR TE VIOLO!

- no me ha violado nadie, papá…

- ¿entonces por qué lloras? ¿Tú quisiste que lo hiciera?

- ¿el qué?

- ¡quisiste que te violara! ¡Tú viste relaciones con un hombre!- me quede en silencio.  Mis ojos derramaban lágrimas. -¡contéstame!- seguía sin contestar, pues la lagrimas me ganaban. El se acerco a mí y me jalo el cabello. -¡que me contestes!

- no papá…no me violaron…no tuve relaciones con un hombre… ¡no lo hice!

- ¡entonces era mujer!

- no papá…

- ¡dímelo!

- no…

- ¡QUE ME LO DIGAS!- me dio un manotazo en la cara,

- ¡no, papá! ¡no lo hice! ¡soy virgen papá….soy virgen!

- ¡¿estás seguro?!

- si papá…nadie me ha tocado…nadie me ha follado…

- ¡¿Por qué lloras entonces?! ¡¿Qué me estas ocultando?!

- nada…nada…por favor….créeme…soy virgen…

- dime la verdad, entonces si no te follaron, hiciste una felación ¡¿cierto?!

- ¿felación?...

- sí, Bill FELACION ¡¿SE LA CHUPASTE A ALGUIEN?!

- papá…no me grites, por favor…- lloraba desesperado.

- ¡contéstame! ¡¿Tú lo follaste entonces?! Por favor, Bill ¡dime que te hicieron o que hiciste!

- no papá…no se la chupe a nadie…no me folle a nadie…

- ¡¿Qué te hicieron entonces?!

- no me han hecho nada…nadie me ha tocado…y yo tampoco he tocado a alguien…

- ¡¿estás seguro?!

- si…si…- papá soltó mi cabello, me tire al suelo y comencé a llorar.

- sal de mi recamara.- asentí y corrí a la mía. Pronto se escucho el timbre. Baje las escaleras y abrí la puerta.

- Bill, ¿Qué tienes?

- Gustav, ya no quiero salir…

- ¿Por qué lloras?

- por nada…

- por favor, amigo vamos a salir, así puedes desahogarte mejor.

- no quiero, Gustav….por favor…

- no, claro que no, tu y yo vamos a salir, ven.- me tomo la mano y me jalo fuera de casa.

- gustav, no…

- vamos.- salimos de casa y caminamos lejos, a una plaza –donde había miles de personas que seguro me verían llorar-, Gustav no pensaba que me avergonzaba llorar frente a otros, hasta frente a él. Pero realmente ese recuerdo es el peor de toda mi vida…es el recuerdo del que me arrepiento tanto, odio a ese estúpido ¡lo odio!

Nos sentamos fuera de esta, recargados en la pared. Gustav me miro y yo me sentí aliviado de no entrar ahí todavía. Tomo mi rodilla y comenzó a balancearla.

- dime, ¿Qué tienes amigo?

- no tengo nada, Gustav ¿mejor entramos?

- no, quiero escucharte.

- ¿Qué quieres que te diga?

- ¿por qué terminaste con (tu nombre)?

- es muy largo, Gus…mejor no te lo digo.


- tengo todo el tiempo para ti.- sonreí.
- por favor, no vayas a enojarte conmigo.

- no, claro que no.

- promételo.- asintió. –bueno…yo…

- ¿tú qué?

- me…me drogo…

- ¡¿te drogas?!- asentí. –pero ¿Por qué?

- bueno…me gusta…me encanta…pero…

- ¡¿te encanta?!- volví a asentir.

- me salva de mis problemas…hace que los olvide…


- ¿Qué piensa tu papá?

- nunca le importa…le vale…

- no es verdad, ¡dile lo que haces!

- ya lo sabe, gustav…

- y… ¿por eso terminaste con (tu nombre)?

- si… y la extraño gustav….la extraño tanto...


4 comentarios:

  1. omg, por q no le dijo la verdad a su papa... assshh da igual de creo q lo golpearia mas asshhh pobre bill y tn se va para Francia :O omg bill pobre no quiero q se quede soloooooooo!!!! Te amooooo bill!! te esta quedando super la fic siguelaaaaaaa son las mejores chikas!! ALIEN LOVE

    ResponderEliminar
  2. hay No!! como que me voy a Francia!!! oh quiero mas capitulos mme muero me muero..... siguelaaa esta incre la fic

    ResponderEliminar
  3. aaaaah!!!! como q (tn) se va a francia????? y Bill no se puede quedar solo xq si Adam se queda lo seguira molestando aaaaaah!!! esta genial tu fic sube pronto!!!!

    ResponderEliminar
  4. T_T porque el destino
    estan cruel con Bill
    y ahroa se quedara sin
    TN sin Gustav
    Y su papa sige igual
    seria mejro que Bill
    le diga a su papa que lo
    vialoraron TT__TT
    Talves solo talves
    asi acabe todo esto sigela
    Pronto vale cudiate tkm n_n

    ResponderEliminar