- ¡Tom!- mamá se levantó del sofá, yo le detuve.
- mamá, no lo hagas…yo hablaré con él.
- no, Bill…tu hermano está mal…
- lo sé. Es por eso que seré yo quien hable con
el.- sonreí a mamá y salí al jardín. Tom se encontraba de pie recargado en un
árbol; miraba el cielo.
- ¡Tom!- corrí hacia él. -¿por qué te has puesto
así de pronto?
- no lo preguntes, tú mismo sabes la respuesta.-
dijo si mirarme.
- pues no, no la ser y quiero que me lo digas.
Estabas feliz hasta que papá se fue.
- ¿Qué no te ha dolido que papá no te dejara
realizar tu sueño?
- bueno...si me duele pero, sabía la respuesta de
papá…sabía qué diría que no.
- ¿Cómo es que lo sabes?- pregunto incrédulo, sin
mirarme aun.
- papa se retiene mucho con esto de la música, la
odia.
- ¿y eso qué?, papá no es el que adicionará, ¡eres
tú!
- se nota que no vives con papá.- sonreí para mí
mismo. –Tom, entremos a casa.- tome su mamo y le jale hacia la puerta, pero él
me jalo nuevamente y camino delante de mí. Sonreí.
Entramos en casa; mamá cargaba a Arabelle y Anette
estaba a su lado, sonriendo. –Parecía que se llevaban bien-, en cambio, papá
tenía una cara larga, las miraba a las dos, serio.
Tom se quedaría a dormir en casa, pues mañana –si
tenemos suerte- podremos salir juntos, de alguna manera teníamos que compensar
el no haber estado juntos el día de nuestro cumpleaños.
- ¿Cómo dormiremos aquí?- señalo la cama.
- ehh…puedo dormir yo en el suelo.- sonreí. Tom me
miro enojado y negó.
- no vas a dormir en el piso, bill ¿estás loco?
- bueno, solo decía ¿entonces como quieres dormir?-
miro mi cama y sonrió.
- ¿Por qué no dormimos los dos juntos en la cama?
- ¿los dos juntos?- mordí mis labios. Tom asintió y
se sentó en la cama, quitando su tenis y colocándolos delicadamente en el
suelo.
- ¿Qué, hay algún problema?- yo negué. Tom sonrió y
quito su cachucha de su cabeza.
- Tom, ¿quieres ropa para dormir?
- ¿me has mirado? No me quedaría tu ropa aunque
metiera el estomago.
- vamos, Tom estas delgado, seguro te entra algo,
ven.- tome su mano y lo guíe a mi pequeño buró.- me acuclille frente a los
cajones, Tom hizo lo mismo y me miro.
- ¿esa es toda tu ropa?- apuntó. Baje la mirada y
deje de entre buscar algo para Tom. –lo siento, Bill…no quise hacerte sentir
mal.- asentí y seguí buscando la ropa. Últimamente mi ropa había sido un poco
más grande, pues odiaba como se miraba mi cuerpo con las que usaba antes.
- toma esta, seguro te queda.- se la di con un poco
de brusquedad y tome la mía.
- ehh...Gracias…- quito su playera frente a mí y la
aventó a la cama.
- ¿no usaras el baño para eso?
- ¿para qué lo usaría? Somos hermanos y no tengo
algo que tu no tengas.- sonrió.
- pues…entonces, ahora salgo.- me metí en el baño.
By Tom
Bill se comportaba tan extraño estos últimos
minutos, parecía enojado –seguro era por lo que le he dicho-. Tome la ropa y me
la coloque, por suerte me había quedado, pues pedirle a Bill que la cambiara,
tal vez le molestaría.
- ¡uhm!- se
escuchó un gemido dentro del baño, me confundí un poco. Toqué la puerta del
baño.
- Bill, ¿pasa algo?
- no…ahh…ahora salgo…- quise dejarle hacer lo que
fuera que estuviera haciendo sin interrumpirle. Me senté sobre la cama y quite
la goma de mi cabello, dejando que mis rastas cayeran sobre mis hombros. Se
escucho un pequeño grito dentro del baño y después de unos segundos Bill salió,
limpiando sus manos –que estaba mojadas- en su ropa.
- ¿Qué hacías ahí dentro, Bill?, ¿por qué gritabas?
- no gritaba y…hacía cosas, déjame en paz…- se
sentó sobre la cama, a mi lado.
- ¿Qué te duele?- tome su rodilla y él me miro
negando.
- Tom, no me duele nada…solo me ponía medicamento.-
lo mire una vez más, confundido, pero parecía que Bill aun no se sanaba del
dolor de “su medicamento”, entonces no quise darle más vueltas a esto.
-¿dormimos ahora? O, ¿Qué quieres hacer?
- no…es mejor dormir.- Bill asintió y deshizo la
cama, nos acomodamos los dos en ella y comenzamos a dormir. A punto de quedar
totalmente dormido, la luz de la habitación se encendió, cegando mis pupilas
aun cubiertas por mis parpados.
- Bill, ven acá.- sentí la cama temblar levemente.
Un poco espantado me di la vuelta para mirar a Bill: sus ojos estaban cerrados
y abrazaba su cuerpo. Levanto la mirada hacia mí y negó.
- papá, esta dormido.- me senté en la cama,
mirándole feliz. El se encogió de brazos y negó.
- despiértale.
- ¿estás seguro que no puedes decírselo mañana?, se
siente enfermo y estaba cansado.
- por favor, Tom.
- pero…- di un salto al sentir la mano de Bill
rodear mi muñeca; le mire y el sonrió, sentándose en la cama.
- ya voy.- saco las cobijas de su cuerpo y camino
lentamente hacia papá, que le tomo del brazo haciendo que caminara más rápido y
le saco de la habitación.
Bill y papá se tardaban mucho en llegar y mis ojos
se cerraban sin mi permiso, tenía mucho sueño y seguro no aguantaría otro
minuto más esperando a mi hermano. Talle mis ojos y me recosté en la cama,
esperándolo por unos segundos más, hasta que el negro inundó mis ojos y quede
completamente dormido.
[…]
Los fuertes rayos del sol penetraron por mis ojos,
haciéndome despertar. Me di un estirón y saque un gran bostezo, saque las
cobijas de mi cuerpo y me percate de algo: Bill no dormía a mi lado. Me di la
vuelta, buscándolo por todo el cuarto pero no le encontré –tal vez ya había
despertado y salió de la recamara-. Me cambie de ropa y fui al baño.
- pero que mierda…- si eso era sangre, ¡yo mismo me
encargaba de matarlo!.. Pero, ¿Qué es lo que se ha creído para pintar con su
propia sangre? Baje al primer piso, donde Bill se encontraba dormido con una
pequeña manta café sobre el sofá. -¿Bill?- sus ojos se abrieron de golpe y me
miro asustado.
- ¿Qué pasa, Tom?
- quiero preguntar algo…- el alzo las cejas para
que prosiguiera. – Eso que está en tu baño…no es sangre, ¿verdad?- mordió sus
labios y comenzó a jugar con el bordado de la manta.
- Tom…
- ¡¿por qué lo hiciste, Bill?! No eres loco, y
tampoco creo que vivas en un infierno para hacerlo.
- ¡déjame solo, Tom! Desde que llegaste me has
hecho las horas imposibles, ¿Por qué mejor no te vas? Quiero estar solo…no
quiero que me grites.- abrió los ojos sorprendido y negó, tomando mis manos.
–yo…perdóname, Tom…no quise decirte eso…perdóname.- tomo su cabello y salió de
la casa.
- ¡Bill, espera! ¡BILL!- salí y corrí tras él, pero
era muy rápido y le perdí de vista al doblar por una esquina, pues había un
maizal en donde seguro se escabullo rápidamente. Corrí a casa, subiendo las
escaleras, donde papá estaba arreglándose frente al espejo. -¡papá!- el me miro
serio.
- ¿no sabes tocar?
- ¡eso no importa!- me miro sorprendido. -¡Bill se
salió de casa, estaba llorando!
- no me importa…
By bill
Camine lejos de casa, era un lugar que realmente no
conocía nada bien. El lugar no tenía un olor agradable, las casas eran pequeñas
y llenas de grafiti, algunas alcantarillas derrochaban agua que olía horrible,
la basura predominaba en toda la calle y muchas personas sin compañía caminaban
indiferentes.
Me sentí un poco nervioso, pues si en donde yo
vivía las autoridades no hacían nada por ese lugar, seguro aquí menos lo haría,
pues las personas rayaban las paredes y tiraban todo en el suelo. Me recargue
sobre una casa y permanecí mirando el lugar con miedo.
- ¡AAA!- grite al sentir un vidrio sobre mi cuello.
- ¿Qué pasa niñata?
- déjame, por favor…por favor…- comenzó a reír y
quito el vidrio de mi cuello.
- ¿eres nueva aquí, cierto?
- no…solo pasaba por aquí.- el me miro asustado y
negó.
- no deberías hacerlo, aquí es peligroso y podrían
aprovechase de ti.
- ya veo…
- a las niñas como tu las prostituyen, si yo fuera
tu, saldría de este lugar.
- no soy niña…soy hombre.- cubrió sus labios.
- lo siento…bueno, no me has dicho tu nombre.
- soy…Bill, Bill Kaul…- cubrió mis labios,
haciéndome callar.
- nunca debes dar tu apellido, te delatas tu solo y
podrían llevarte al “parco”.
- ¿el “parco”?... ¿qué es eso?
- huy, no quisieras saberlo.- trague saliva. –cambiando
de tema, te diré emm… ¡lo tengo! Serás maki.
- ¿Maki?, ¿por qué?- ladee la cabeza.
- no lo sé, es lo único que me vino a la cabeza,
serás Maki hasta que decidas irte de aquí ¿está bien?- asentí. –bien. Ahora me
tengo que ir, no hagas nada que pueda dañar tu vida…bueno, si es que no quieres
que la dañen.- camino, dejándome de pie en donde estaba.
- ¡espera, por favor!- él se viro y sonriendo se
acerco a mí.
- ¿Qué pasa?
- no se estar aquí solo…
- ya, pero ese no es mi problema, lo siento.
- por favor.
- creo que es mejor que regreses a tu casa.- baje
la mirada y asentí; camine un poco pero me vire al escucharle decir mi “apodo”.
–No quieres regresar, ¿cierto?- asentí. –está bien, puedo ayudarte en las cosas
que debes saber para no cagarla.
- bueno.- sonreí.
- ven.- nos adentramos un poco más a ese pequeño
lugar. El olor iba aumentando pero pronto tendría que acostumbrarme a él. A
pesar de que el día acababa de empezar, aquí se miraba más oscuro de lo normal.
–para empezar, ¿Por qué estas en pijamas?
- ehh…desperté y salí de casa…
- hum, bueno…
- ¡hey, Spike! ¿Quién es tu amiga?- salía una mujer,
su cabello estaba enredado y usaba una playera bastante apretada, que definía
sus curvas perfectamente, usaba un pantalón holgado y unos tenis rotos. –podría
llevarla con nosotras, ya se empiezan a aburrir solo con nosotras. ¿Sabes que
eso disminuye nuestra paga?
- sí, lo sé, pero tengo malas noticias: Maki no es
una mina. Lo siento, tendrás que robar a una.- ¿robar?, comenzaba a asustarme
un poco.
- lo he intentado, pero ninguna se mira lo
suficiente atractiva. ¡Podrías regalarme a tu amigo, hay maricas por acá
también!
- ¿estás loca? El es mío, consíguete el tuyo
propio, bastante me costó comprarle.
- jodete, marica. ¡Me voy! Cuida bien a tu mascota-
movió mi brazo. –puedes despertar y mirar que esta de prostituto con nosotras.-
levanto su manos y se fue.
- tú no me has comprado y…no soy tu mascota.- me
tomo del brazo fuertemente y se acerco a mí.
- ¿quieres prostituirte con hombres?- negué. –entonces
no te quejes. Llego un pequeño, parecía de ocho años y pasó dinero a la mano de
Spike, seguido de que él le diera una pequeña bolsita.
- ¡hey, que le has pasado droga al niño!- tapo mis
labios fuertemente.
- ¡cállate!- asentí.
- ¿Por qué lo hiciste?
- así es como nos ganamos la vida aquí: las mujeres
se prostituyen y los hombres traficamos, unos hacen trabajos en los lugares más
ricos de Alemania, aun que no les pagan lo debido. – Lo mire asustado.-
tranquilo, Maki aquí no todos somos malos, pero te advierto que aquí se
hospedan personas a las que no les debes de fiar nada ¡nada!...les das la mano
y te toman el tobillo.
- ¿es por eso que todos están sin compañía?
- en parte tienes razón. Es así- me miro a los
ojos.-: tu ganancia es tu ganancia, no podrías darle a los demás, a menos que
supieras que es de fiar. Pero aquí no hay muchos de esos, así que te sugiero no
confiar en los de más.
Caminamos hasta un terreno descuidado, nos sentamos
un momento y comenzó a platicarme porque el lugar se había quedado en el
olvido: surgió hace ya muchos años, paso algo con las autoridades, todos
protestaban pero esta no hizo nada para ayudarlos, así que las autoridades se
marcharon sin más, sin ayudar a las madres embarazadas y con hijos o a los jóvenes
y hombres sin trabajos.
- ¡qué asco!- sacudí mi brazo fuertemente, haciendo
que ese animal cayera de él.
- ¿Qué pasa?
- ¡una cucaracha!- le mire con asco. Y él hizo lo
mismo pero dirigido a mí.
- no debes portarte como una nena, aquí encontraras
demasiadas y cuando no te va bien en el negocio tendrás que comerlas.- rió
fuertemente. Yo lo mire aun mas sorprendido. -¿quieres?- saco algo parecido a
unos cigarrillos.
- ¿Qué es?
- son cigarrillos.
- vaya, ¿aquí les hacen diferente?- asintió. –Está bien.-
tome uno en mis manos y le mire extrañado. –Gracias.- sonreí. El asintió y le prendió,
comencé a fumarle, tenía un sabor extraño, más no desagradable. El comenzó a
fumar uno al igual que yo.
- vaya que eres un santito, ehh Maki.- lo mire
confundido, sintiendo un poco de dolor en mi cabeza.
- ¿Por qué lo dices?- el negó sonriendo.
- que te he pillado, mi querido Maki.- se carcajeo.
–esto no es un cigarrillo, es Crack.
- ¿Crack? ¿Qué es eso?- rodeo los ojos y miro el
cigarrillo.
- es droga, pero no te lo fumes completamente ¿está
bien?- asentí, succionando más.
- Spike, me siento mal…creo que me acompañas de
regreso a casa…
- no, puedes ir tu solo, no eres un bebé.
- ¡acompáñame, por favor!
- no. lo siento, tú me has dejado aquí solo.
- vamos, no…- comencé a reír fuertemente. -¡Déjame
en paz, estúpido!
- ¿Qué es lo que te pasa?- succione un poco más del
cigarrillo y le empuje.
- ¡que me dejes, he dicho!
- ¿estás loco? Yo no te he hecho nada. –mire mi
brazo, un pequeño animalillo pasaba por él.
- ahh… ¿Quién eres, pequeño?- Spike lo espanto y me
miro furioso. -¿ya vamos a mi casa? Quiero ir con mi hermanito.
- ¿tienes hermanos?- asentí, fumando un poco más de
ese cigarrillo.
- se llama Bob.
- ¿Bob?
- no- reí. -¡BOB!
- te estoy diciendo BOB.- grito.
- pero te digo que no es Bob ¡ES BOB!
- mejor guarda silencio, marica.
- no soy marica…tengo una novia… ¿pero sabes?- fume
otra vez.
- ¿Qué?
- no le soy fiel.- reí fuertemente.
- ¿Por qué no? ¿No la quieres?
- no…- fume. –yo le amo…pero…tengo un novio.
- ¿hombre?- asentí, tragando el humo del
cigarrillo.
- no me acuerdo.- me carcajee. - ¿pero te digo
algo?- asintió. –tuvimos…intimidad... bueno…el me obligo
- ¡ya para! No digas eso, marica. ¿Qué es lo que te
paso?
- ¿a mí? No…no me paso nada, Tom…- fume de nuevo,
pero era tan pequeño el cigarrillo que casi me lo tragaba. - Tom, ¿puedes darme otro? ¡TOM, NO TE VALLAS, VEN AQUÍ!
- Maki, no soy Tom y no me he movido de mi lugar.
- yo no soy maki… ¿me das otro cigarrillo?- (tu
nombre) tomo mi mano fuertemente.
- ¡¿TE LO HAS ACABADO?! Te dije que no lo hicieras,
Maki…mierda…tendrás que quedarte esta noche conmigo.
- no, (tu nombre)…tengo que volver a mi audición.
- ¿de qué cojones hablas?
- mi audición…Spike me inscribió… ¡dame un
cigarrillo!
- ¡hey deja ahí!, ¡devuélvemelo, Maki!- lo prendí y
comencé a fumarlo.
- ¿Por qué en mi casa no me dan de esto?
- ¡porque eres un idiota, no sabes cómo fumarlo! Puedes
intoxicarte, ¡dame eso!
- ¡no quiero!....Tom… ¿Por qué te vas? ¡No me
dejes!
- ya cállate, niñato ¿quieres que te echen al
parco?
- ¡mi audición! ¡MI AUDICION!
- ¡que te calles de una vez!
- ¿Qué es eso, Tom?
- mierda… ¡corre, MAKI!- corrió, dejándome solo.
- ¡NO ME DEJES AQUÍ! ¡VUELVE TOM! ¡POR FAVOR!- las
lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, fume un poco más.
- ¡ven acá, idiota!- susurro.
- ¡no me dejes!
- con que si, ehh.- me vire y volví a tragarme el
humo. un hombre alto y de color me tomaba del hombro.
- ¿Andy? ¡ANDY!- le di un fuerte abrazo.
- encima fumando, vamos, acompáñame.- me jalo del
brazo, yo lo seguí.
- ¡hey, es mi colega!- Andy miro a Tom.
- ¿y qué hace en este estado?
- ehh, le enseñaba algunas cosas, déjelo por favor.
- Spike, Spike, Spike, siempre te compras a las
niñas más estúpidas.
- si…ya lo sé, pero esta es más estúpida que las
otras, es por eso que necesito ayudarle.
- ¿Dónde la compraste?
- ehh…me la encontré fumando y le estaba dando su lección.
- muy bien, principiante ¡aquí la tienes!- Andy se
fue caminando. -¡y no le des por culo esta noche!
- ¡entendido!- grito Tom. -¡ya deja de fumar eso,
Maki!
- no me lo quites… ¡idiota!
- estas mal, si llegas a tu casa así te ira muy
mal.
- mi papá no me quiere…no le importara ¡y a mí
tampoco me importa!
- deja de reír, no es gracioso. Vamos a mi casa.-
caminamos a saber donde, al parecer Tom conocía muy bien aquí. Entramos a una
casa de madera, olía a podrido ahí dentro. Me hizo sentarme en su cama. –ten,
tomate esto. Seguro se te baja lo drogado.
- no estoy drogado y no tengo sed…quiero un
cigarro.
- ¡ya no vas a fumar cigarros!
- ya, pero no te enojes…entonces quiero fumar plac.
- ¿plac?
- sí, eso que me diste ayer…cuando la rata se me subió.
- es Crack, no plac y eso era una cucaracha, no una
rata ¡entiende que estas mal!
- lo que sea…dame plac… ¡eso me dolió! ¡No me
golpees!
- ¡entonces cállate!
- bueno…me gusta esto.- sabía un poco a fierro,
¡era delicioso!
- ¿estás idiota? Es tu maldita sangre. Maki, por
favor, tomate esto ¿sí?
- no…
- ¡es “plac”!
- ¡¿en serio?!- asintió. -¿Cómo lo fumo?
- ¡no se fuma es…es líquido!
- ahh… ¡dame eso!- lo tome de un trago y puse el vaso
frente a Tom. -¡quiero más!- el sirvió mas en mi vaso y lo volví a tomar.
-¡más, más!- volvió a servirme, llenando el vaso. –es delicioso, Tom... ¡quiero
más!
- está bien, pero solo esto.
- bien.- tome un trago y puse el vaso sobre mi
rodilla.
- ¡estúpido, lo has tirado!
- huy…jiji lo siento…el vaso quiso saltar.
- ya, ya…- lo limpió con un pequeño trapo.
- ¡tengo sueño, Tommy!
- primero iras al baño, ¿sí?
- no.
- ¡MAKI, VE AL BAÑO!
- ¡ya voy!- fui al baño, desabroche mis pantalones.
-¡me he mojado, Tom!
- ¡que eres estúpido, tienes que quitar la ropa
interior!
- ¡ups!
- hay, Maki ahora dormirás así- lo mire asustado. -¿Por
qué no piensas un poquito? ¿Qué no miras tu ropa interior?- negué.- lo siento,
no tengo nada que prestarte.
- bueno… ¿vamos a dormir?- asintió.
- pero, puedes quitar tu ropa interior y luego solo…
¡MAKI, FRENTE A MI NO!
- ¿no qué?
- ya es muy tarde…maki, por favor…ponte tu pantalón
pronto…no es agradable verte sin nada puesto.
- ya voy…- me coloque el pantalón y camine con Tom.
- ya vamos a dormir.- asentí. Nos recostamos en la
cama.
- ¿puedo abrazarte, Tom?
- no soy Tom, soy SPIKE y no…
- tengo miedo Tom…por favor…
- ya esta ¡pero calla!
- gracias…- le abrace por el abdomen y coloque mi
cabeza en su espalda. –buenas noches, (tu nombre)…
- buenas noches.